Miles de refugiados de Nagorno Karabaj llegaron este lunes a Armenia tras la operación relámpago de las tropas de Azerbaiyán, cuyo presidente Ilham Aliyev se reúne este lunes con su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan, un actor clave en esta parte del Cáucaso. El avance de las tropas de Azerbaiyán sobre esta región separatista, poblada mayoritariamente por armenios, generó una crisis política en Ereván, donde el primer ministro, Nikol Pashinyan, enfrenta nuevas protestas por su decisión de no movilizar al ejército.
Varios días después de los combates, Armenia contabilizó este lunes 4.850 refugiados llegados a su territorio. En la localidad armenia de Goris, ubicada cerca de la frontera con Azerbaiyán, muchos desplazados se agolparon en un centro de acogida instalado en un teatro. “Fueron días terribles”, relató Anabel Ghulasian, una mujer de 41 años procedente del pueblo de Rev, que los azerbaiyanos denominan Shalva. La mujer llegó con su familia en una camioneta, cargando sus pocas pertenencias en varias bolsas.
Azerbaiyán lanzó una operación fulminante el 19 de setiembre para controlar este enclave poblado mayoritariamente por armenios, pero reconocido internacionalmente como su territorio. El rápido avance obligó a los separatistas a deponer las armas y a llamar a un cese el fuego.
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Armenia y Azerbaiyán, dos antiguas repúblicas soviéticas, se han enfrentado en dos guerras en las últimas tres décadas por Nagorno Karabaj. Los separatistas afirman que 200 personas murieron en los combates la semana pasada, incluyendo seis soldados rusos que formaban parte de un contingente de paz desplegado después de último conflicto en 2020.
Valentina Asrian, una mujer de 54 años, contó que huyó de la aldea de Vank con sus nietos. “¿Quién hubiera pensado que los ‘turcos’ vendrían a este pueblo histórico armenio?”, dijo, utilizando una expresión despectiva para referirse a las fuerzas de Azerbaiyán. La mujer está alojada temporalmente en un hotel en Goris, pero no tiene ningún pariente que la reciba. “No tengo donde ir”, afirmó.
En el centro de acogida establecido por el gobierno armenio en Kornidzor, en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, un hombre de unos 30 años, que llegó el domingo al lugar con el primer grupo de refugiados, relató que se arrepiente de haber dejado atrás su ganado y la tumba de su hija de tres años. “Tuvimos 15 minutos para hacer las maletas (...) no le dijimos adiós. Espero poder volver”, contó.
Protestas en Armenia
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, busca consolidar su victoria en una reunión este lunes con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Aliyev recibirá al dirigente de Turquía, que es un importante aliado de Bakú, en el enclave azerbaiyano de Najicheván. Los dos dirigentes van a colocar la primera piedra en un proyecto para construir un ducto de gas natural y van a inaugurar la remodelación de un centro militar azerbaiyano, una muestra de la presencia turca en la región, que contrasta con la aparente retirada de Rusia, enfrascada en el conflicto en Ucrania.
El Kremlin defendió el lunes la actuación de su cuerpo de paz y expresó su rechazo categórico de las críticas de Armenia de que no intervinieron durante la ofensiva de Azerbaiyán. El jefe del gobierno armenio buscó el domingo responsabilizar a Rusia, un aliado de larga data, y afirmó que las alianzas del país fueron “ineficaces”, sugiriendo que el país va a buscar nuevos socios.
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Pashinyan enfrenta protestas en Ereván desde el cese el fuego del pasado miércoles. En los pueblos azerbaiyanos cercanos a Nagorno Karabaj como Terter y Beylagan, los residentes celebran la victoria de su gobierno sobre los rebeldes y las calles están adornadas con banderas y retratos de los “mártires” caídos en los combates en las últimas décadas.
Algunos desplazados del conflicto esperan poder regresar a Karabaj. “Claro que queremos volver a Karabaj, estamos cansados de la guerra y el miedo”, afirmó Nazakat Valiyeva, una mujer de 49 años que trabajó como obrera y que perdió a su marido en el conflicto de 2020.
Fuente: AFP.
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Ucrania y Rusia anuncian que realizaron un nuevo canje de prisioneros
Ucrania y Rusia anunciaron el jueves que llevaron a cabo un nuevo intercambio de prisioneros de guerra en el marco de un acuerdo concluido a principios de junio durante las negociaciones en Estambul.
Los dos países acordaron liberar a todos sus prisioneros de guerra jóvenes o heridos y devolver los restos de combatientes fallecidos en unas conversaciones de paz en Estambul a principios de junio, que terminaron sin ningún otro avance.
“Continuamos con los intercambios (de prisioneros) y se ha llevado a cabo una nueva etapa”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que precisó que soldados del ejército, la guardia nacional y las guardias fronterizas fueron liberados.
“La mayoría estaban presos desde 2022”, agregó en las redes sociales el dirigente ucraniano. El ministerio de Defensa ruso afirmó que se canjeó un “grupo de militares rusos” por soldados ucranianos.
Ni Rusia ni Ucrania precisaron cuántos militares fueron liberados el jueves, al igual que en las semanas anteriores en las que se concretaron otros canjes.
Del lado ucraniano, familiares de prisioneros viajaron a la región de Chernigov, en el norte, para acoger a sus seres queridos. Algunos llevaban en las manos fotos de soldados desaparecidos, esperando recibir noticias de ellos.
Svitalna Nossal recibió la buena noticia de que su marido Viktor fue liberado. ¡Siento una felicidad inmensa, no sé ni cómo describirlo!“, dijo a AFP.
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Varios prisioneros de guerra ucranianos contaron que sufrieron actos de tortura en las cárceles rusas. Muchos estaban extremadamente delgados.
El regreso a la Casa Blanca de Donald Trump a comienzos del año facilitó el reinicio de las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, que estaban bloqueadas desde la primavera de 2022.
Rusia, que inició hace más de tres años una ofensiva masiva en Ucrania, rechazó cualquier tregua prolongada y exige, para poner fin al conflicto, que Ucrania le ceda cuatro regiones, además de la península de Crimea, anexada en 2014, y renuncie para siempre a adherir a la OTAN.
Esas condiciones son inaceptables para Ucrania que reclama, con sus aliados europeos, una tregua sin condiciones de 30 días antes de las negociaciones de paz con Rusia.
Rusia, por su parte, considera que aceptar esa oferta facilitaría a las fuerzas ucranianas, con problemas en el frente, rearmarse gracias a los suministros militares occidentales.
- Fuente: AFP
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Los últimos acontecimientos de la guerra Irán-Israel
Un frágil alto el fuego entró en vigor el martes entre Irán e Israel, después de 12 días de una guerra desatada por el ejército israelí para evitar que Teherán adquiera armas atómicas.
Si bien Israel aceptó la tregua propuesta por Estados Unidos, aliado suyo, advirtió que la campaña contra Irán “no terminó”.
En cuanto a Irán, su gobierno proclamó “el fin de la guerra de 12 días” impuesta por Israel.
Trump anuncia un alto al fuego total
“Ha sido plenamente acordado por y entre Israel e Irán que habrá un ALTO EL FUEGO TOTAL y COMPLETO”, anunció Trump en su red Truth Social el lunes, alrededor de las 22H30 GMT.
Después de acusaciones cruzadas de “violaciones” de la tregua y amenazas de “respuestas” entre Irán e Israel, y de una llamada telefónica entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y Donald Trump, este último aseguró que el alto al fuego “ya está en vigor”.
“Fin de la guerra” o “nuevo capítulo”
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, aseguró que su país respetará la tregua siempre y cuando Israel no la viole. Por la noche, proclamó “el fin de la guerra de 12 días impuesta” por Israel.
Por su parte, el gobierno de Netanyahu se jactó de haber “eliminado una doble amenaza existencial inmediata: nuclear y balística”.
“Hemos logrado una victoria histórica”, dijo Netanyahu en un discurso por televisión. “Irán nunca tendrá un arma nuclear”, insistió.
Según el jefe del Estado Mayor del ejército israelí, el teniente general Eyal Zamir, la guerra contra Irán permitió retrasar su programa nuclear “varios años”.
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El general advirtió no obstante que “la campaña” contra Teherán “no terminó” y que ahora empieza un “nuevo capítulo”.
En Irán, el Consejo de Seguridad Nacional aludió a “una victoria y un triunfo que obligó al enemigo a lamentar, aceptar la derrota y cesar unilateralmente su agresión”. Además, afirmó que Irán “mantiene un dedo en el gatillo por una respuesta decisiva”.
El ejército israelí anunció el levantamiento de las restricciones impuestas a los israelíes durante 12 días y 12 noches y las autoridades aeroportuarias dijeron que el tráfico aéreo volvía “a la normalidad”.
ONU exige que se respete la tregua
El secretario general de la ONU, António Guterres, “aplaudió el anuncio del presidente Trump de un alto al fuego entre Israel e Irán” e instó a “ambos países a respetarlo plenamente”.
“Los combates deben detenerse”, declaró, y afirmó esperar que esa tregua pueda verse “en otros conflictos de la región”, en referencia a la Franja de Gaza.
“Derechos legítimos” de Irán
Al anunciar el “fin de la guerra”, el presidente iraní reafirmó que su país no buscaba dotarse del arma atómica, sino “hacer valer sus derechos legítimos” de tener un programa nuclear civil.
También se dijo “dispuesto a resolver los problemas (...) en la mesa de negociaciones” con Estados Unidos, país con el que Irán debía hablar el 14 de junio, un día después de que empezara la guerra.
Irán avisó a Estados Unidos
El lunes el Consejo de Seguridad Nacional de la República Islámica anunció que las fuerzas iraníes habían atacado “la base aérea estadounidense de Al Udeid, en Catar”, en respuesta a los bombardeos estadounidenses de sus instalaciones nucleares.
Catar dijo que la base había sido evacuada de antemano y que los misiles habían sido interceptados.
Trump incluso quiso “agradecer a Irán por avisarnos a tiempo, lo que hizo posible no perder vidas y no lastimar a nadie”.
Nuevo balance
La guerra desatada por Israel contra Irán ha causado al menos 610 muertos hasta este martes y más de 4.700 heridos entre la población civil, según un nuevo balance del ministerio de Salud iraní.
El fuego iraní contra Israel ha dejado 28 muertos, según las autoridades israelíes.
- Fuente: AFP
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Potencial nuclear de Irán es el último riesgo para Israel en Medio Oriente, dice analista
El analista Mario Paz Castaing, experto en materia internacional, explicó que el conflicto bélico que se está dando en Medio Oriente, entre Israel e Irán, es un tema complejo y de difícil pronóstico. Aunque, si bien indicó que existen ciertos indicios concretos que ya marcan la dirección y coordenadas para entender e interpretar esta guerra.
En conversación con el programa “Fuego cruzado”, que se emite por canal GEN/Nación Media, brindó su parecer respecto a cuál es el origen de la guerra entre Irán e Israel.
Señaló que desde el punto de vista de Israel y tratando de hacer un análisis medianamente objetivo, Irán fue su última preocupación en Medio Oriente, principalmente al desarrollo de tecnología nuclear. Explicó que prácticamente ha enfrentado a todos los países simpatizantes con Irán, como fueron Líbano, Siria o el territorio palestino.
Entre los motivos de Israel, señaló que existía una necesidad en su política interna de salvar a su gobierno, ya que hace un poco más de 10 días, el Parlamento israelí presentó una moción de confianza contra el primer ministro Benjamin Netanyahu.
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Ataque del 7-1O
“Esa moción de confianza la salvó con apenas uno o dos votos; y cuál fue el motivo, que ya venía manifestando desde un tiempo atrás, una ofensiva contra Irán. Porque Irán es motivo de unión de todo el pueblo israelí. En este punto concuerdan los de centro izquierda, los de centro y los de derecha en el Parlamento israelí”, explicó.
Señaló que incluso aquellos acérrimos adversarios de Netanyahu se unen con él en lo que respecta a la causa de Irán. Indicó que la clase política israelí considera esto como un motivo superior, que está por encima de cualquier divergencia política o disenso.
Asimismo, dijo que el otro motivo tiene que ver con el ataque masivo de Hamás desde la Franja de Gaza, el 7 octubre del 2023. “Desde ese momento, Netanyahu desarrolló una estrategia militar que le fue exitosa. En el sentido de que prácticamente desarmó y eliminó a sus principales adversarios en Gaza, en Líbano, en Siria, en Yemen, Hezbolá. Entonces, a partir de ahí, el único frente poderoso que le quedaba y que vino probando desde el año pasado, fue Irán”, comentó.
Intervención de EE. UU.
Por otra parte, el analista brindó su parecer sobre la perspectiva de Estados Unidos, que finalmente intervino el sábado pasado con ataques a tres instalaciones nucleares iraníes, según confirmó el propio Donald Trump.
Al respecto, indicó que en el entorno del presidente norteamericano existían dudas, ya que hay un sector que le decía que era el momento de intervenir y ayudar a Israel, porque este país no cuenta con la capacidad militar para eliminar de manera definitiva la amenaza nuclear de Irán.
“Dentro de ese entorno político, militar y privado también, le dicen a Trump que tenga cuidado, porque puede traer consecuencias peligrosas para la política interna de los Estados Unidos, así como sus intereses en el exterior.” acotó.
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Castaing expresó que una de las consecuencias que afectaría al resto del mundo sería el cierre del estrecho de Ormuz, ubicado entre el Golfo de Omán y el Golfo Pérsico, que es la principal ruta de salida del petróleo.
“Ahí todo el mundo estará en problemas, ya que más del 30 % de todo el flujo del petrolero y gasífero del mundo, transita y pasa por ese estrecho. Entonces, las consecuencias planetarias para la economía mundial son imprevisibles”, precisó.
Puntualizó que esta política de temor al desarrollo de una guerra atómica es lo que, por más de 80 años de paz en Europa, las Naciones Unidas y todos los organismos internacionales se han dedicado a sacar los tratados de la no proliferación de armas nucleares. Comentó que ha sido con el único objetivo de evitar el desarrollo internacional sin límites de esta capacidad atómica esté en poder de cualquier Estado que no tenga los controles democráticos e institucionales.
“Hoy estamos con una mirada muy alerta, y sobre todo alerta global, y es bueno que se eleven las voces del consenso; dejando de lado esa burbuja, mirando solo el mundo que quiere ver y no del mundo de los otros. Por eso, lo que van a tener que hacer los grandes líderes que gobiernan en el mundo, es encontrar un camino distinto al que hoy se está desarrollando”, concluyó.
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Es preciso detener la marcha del Reloj del Apocalipsis
- Ricardo Rivas
- Periodista
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
Las guerras –tantas veces repudiadas en el devenir de la historia universal– una vez más parece estar a la vuelta de la esquina. No es una sorpresa ni mucho menos algo inesperado.
La aldea global cambia. La tertulia invernal en esta tan fría noche en Mar del Plata –unos 1.450 kilómetros al sur de mi querida Asunción– posibilita que emerjan dudas, interrogantes, convicciones y, por qué no decirlo, preocupaciones. Amigos, amigas y debates cruzados. Mi vieja mecedora junto a los leños crepitantes y los copones cargados con un Gran Enemigo, cabernet franc de 2020, añaden calidez a ese “cónclave para pocos… y pocas”, como propuso alguien en tono de broma en “la previa”.
Las guerras ganan preponderancia en el espacio dialógico. El destrato violatorio de los derechos humanos de más de 125 millones de personas desplazadas, según los reportes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), agrega angustia.
“El propósito globalizador amplio que algunos estadistas a izquierda, derecha y centro impulsaron en décadas recientes parece decaer o, por lo menos, perder impulso”, lanza JJT, académico y catedrático. Lector con voluntad inquebrantable de conocimiento, agrega a ello su sorprendente memoria. Alguien coincide y asegura tener la misma percepción.
“Es así a partir del acceso al poder de nuevos líderes y lideresas que en algunos casos –por sus decires, sentires y acciones concretas– parecen dar señales de tener bajos coeficientes intelectuales para lo que se supone y demanda –justamente– a líderes y lideresas”, sentencia DEG, con años de formación en universidades asiáticas, europeas y en Oriente cercano.
Aquí, allá y acullá, conflictos en desarrollo. Terrorismos amenazantes y novedosas prácticas horrorosas. Armados con letales armas de diseño –incluso on demand– algunos gobiernos y corporaciones por debajo de la mesa privatizan las guerras e intervienen en ellas con mercenarios que asesinan a pedido del mejor postor.
SICARIATO A GRAN ESCALA
“¡El estadio superior del sicariato a gran escala!”, enfatiza AS, analista transnacional amateur. Con el pensamiento puesto en todos aquellos fuegos y nuestro propio fuego, entrecierro los ojos. Percibo que nuestros teléfonos inteligentes vibran.
“A los refugios. Suenan las alarmas”, reporta @bettapique –colega periodista galardonada y con larga trayectoria profesional en conflictos y guerras– desde su cuenta en X. “Israel e Irán intercambiaron disparos nuevamente (…) en su enfrentamiento más intenso de la historia, alimentando los temores de un conflicto prolongado que podría abarcar a Medio Oriente”, agrega la agencia francesa de noticias AFP.
Enmudecimos. Las y los integrantes de este grupo tenemos afectos y recuerdos valiosos en ese lugar del planeta. Tal vez, en silencio, propusimos un brindis por la paz que, también sin expresarlo en alta voz, lo aceptamos. Alguien levantó su copón. “¡Por la paz!”.
El ruego colectivo, sin embargo, no alcanza para dejar atrás los pensamientos. “El mejor camino para olvidar es no pensar”, le hizo decir alguna vez el viejo Ray Collins (92)
–tal vez el más grande escritor de historietas vivo en nuestra región después de la partida del admirado Robin Wood el 17 de octubre de 2021, en Encarnación– al teniente Zero Galván, del imaginario precinto 56 en NYC. “Pero, también, es el más largo”, remató aquel duro héroe latino (migrante) de ficción, aunque no tanto.
Ucrania arde. Gaza agoniza. Israel, aterrorizada. Irán, atormentada. República Democrática del Congo, ensangrentada. Sudán, Yemen, Nigeria, Afganistán, Siria, horrorizadas. Profesionalmente trashumé esos paisajes que millones –a través de milenios– llamamos Tierra Santa y algunos creemos que lo es.
Los grupos de poder que con el correr de los tiempos y la emergencia de conflictos múltiples se crearon para que líderes y lideresas resuelvan entre ellos y ellas los conflictos que se desploman sobre millones de inocentes devienen en púlpitos inadecuados, inútiles, para que los unos y las otras –tal vez– se escuchen entre ellos y ellas.
ALARIDOS
¿Quieren oírse? Los tremendos alaridos desgarradores de las y los desesperanzados no parecen conmoverlos. Millones huyen. Atrás quedan niñas y niños arrancados de sus familias para convertirlos en soldados. Los preparan para que sepan cómo ser eficientes para asesinar en masa.
Las y los adultos despojados de esos afectos entrañables, amenazados por lo que creen peor, se lanzan en busca de refugios incansablemente hasta que intuyen, perciben, sienten que –en verdad– van hacia lo peor. Miles sucumben cuando lo intentan.
Ningún lugar queda lejos para las y los desplazados forzados que, en cientos de casos, comprenden que escapar no siempre es llegar al lugar deseado. Al que creen más adecuado o al que, después de la huida, podría ser el nuevo y fértil campo de arraigo para sembrarlo de sueños. ¡Corramos, las balas pican cerca!
Sin embargo, algunas veces es tan aciago llegar que hasta aquel atrás peligroso que indujo la fuga parece perder sentido cuando –en cada playa a la que se arriba, luego de cada frontera que se cruza o muro que se sortea– se hace el recuento de quienes lo consiguieron entre las y los que partieron unidos en la desesperanzada esperanza.
Nunca fueron pocos ni pocas. Ni cuando las llamadas “invasiones bárbaras”, desde el siglo III de nuestra era, ni cuando finalizaba el siglo XIX y comenzaba el XX, en el “período de migraciones”. Sin embargo, por estos tiempos, los desplazados son muchos más. Quienes mueren en los intentos, también.
DESAPARECIDOS
En 2023, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) reportó que, desde 2014, “más de 28 mil personas han desparecido” cuando intentaban llegar desde África a Europa. Lampedusa, esa muy pequeña isla italiana, es uno de los tantos puntos de llegada. Se multiplican allí los campamentos solo asistidos por voluntarios de múltiples organizaciones no gubernamentales (ONG) y programas de organismos multilaterales cada día menos dotados de fondos asistenciales.
El Mediterráneo es la ruta inevitable y, a la vez, un riesgoso desafío. A tal punto que a ese bellísimo mar al que los mapas del Imperio romano señalaban y mencionaban como Mare Nostrum, el papa Francisco unos pocos meses atrás lo describió como “un enorme cementerio”. El simbólico averno también pueden ser las olas gigantescas.
¿Y cuando llegan? “Solo la idea, la sensación y la convicción de ser sobrevivientes nos hace sentir bien, afortunados… pero dura poco.
El recuerdo de las y los ausentes pesa, lastima, hiere. Nos persiguen sin descanso”, me dijo mientras miraba fijamente aquel piso arenoso un desplazado con el que pude conversar periodísticamente.
Por breves momentos, sus ojos se perdían en el estrecho de Gibraltar. Miedos. Fantasmas, pensé y la certeza de estar siempre bajo sospecha. Muy cerca está la tan lujosa como deslumbrante Tanger tachonada de residencias ostentosas de ricos y famosos. El jet set no se fija en gastos.
“Solo, voy con mi pena / Sola va mi condena / Correr es mi destino / Para burlar la ley…”. Manu Chao (francés, español, vasco y gallego), como en aquel tiempo, vuelve a sonar en mis oídos. Ayer, hoy y mañana. Espero que no. “Perdido en el corazón / De la grande Babylon / Me dicen El Clandestino / Por no llevar papel (…) Mi vida va prohibida / Dice la autoridad”.
ARRAIGO Y DESARRAIGO
Algunas y algunos lo consiguen. Pero… arraigo y desarraigo suelen ser asignaturas pendientes, para siempre. “No soy de aquí, ni soy de allá, / no tengo edad, ni porvenir / y ser feliz, es mi color de identidad…”, canta desde 1970 el querido Facundo Cabral (1937-2011), siempre en mi corazón, que un frío sábado 9 de julio se fue desde Guatemala luego de cantar junto con miles en, de, desde, por y para la paz.
Una tormenta de violencia se abatió sobre él a las 5:20 de aquel día. El 8 de abril de 2016 la Justicia condenó a medio siglo de cárcel a quienes lo asesinaron. El narco Alejandro Jiménez, el Palidejo, y sus cómplices lo hicieron. Nunca nadie explicó, sin embargo, qué pasó. Mucho menos… por qué sucedió. ¿Por qué a él?, pregunté alguna vez en Guatemala a un magistrado. “¿Por qué no a él?”, fue su respuesta.
Ucrania arde. Gaza agoniza. Israel, aterrorizada. Irán, atormentada. República Democrática del Congo, ensangrentada. Sudán, Yemen, Nigeria, Afganistán, Siria, horrorizadas. La construcción de muros supera ampliamente al tendido de puentes. Asilamientos. Nacionalismos. Terrorismos. Crimen organizado transnacional de alta complejidad.
Algunas expresiones se repiten una y otra vez. Datos, hechos y supuestos se cruzan y entrecruzan. Incertidumbre y dolor. Las guerras –tantas veces repudiadas en el devenir de la historia universal– una vez más parece estar a la vuelta de la esquina. No es una sorpresa ni mucho menos algo inesperado.
EL RELOJ DEL APOCALIPSIS
Cuando finalizaba enero, el Reloj del Apocalipsis –así llamada esa herramienta científica creada por los más relevantes expertos nucleares en 1947– marcó que, en el año que recién se iniciaba, este 2025, faltan 89 segundos para la medianoche nuclear. Horroriza –más que nunca por estos días– ingresar en https://thebulletin.org/ doomsday-clock/. JJT lo hizo desde su celu. “Adelantamos el Reloj del Juicio Final (así también llamado) de 90 (en el inicio de 2024) a 89 segundos para la medianoche”.
¿Es posible? Los sucesores de Albert Einstein y Roberto Oppenheimer nucleados dos años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial –cuando Hiroshima y Nagasaki ya estaban incineradas– en el ámbito de la Universidad de Chicago son claros en el uso de la palabra. Son concientes de la gravedad del anuncio que realizan. Eligen puntillosamente cada vocablo para consignar que las agujas del Reloj del Apocalipsis precisan que – este 2025– es “lo más cerca que jamás hemos estado de la catástrofe” nuclear.
“El mundo ya está peligrosamente cerca del precipicio, un movimiento de incluso un solo segundo debe tomarse como una indicación de peligro extremo y una advertencia inequívoca de que cada segundo de retraso en revertir el curso aumenta la probabilidad de un desastre global”, puntualizan después.
Como una suerte de crónica del futuro que –como toda proyección histórica hacia atrás o hacia adelante se formula desde el presente, con lo que se sabe y se tiene hoy para medir y analizar– los analistas sostienen que “en cuanto al riesgo nuclear, la guerra en Ucrania, que ya lleva tres años, se cierne sobre el mundo”.
Agrega el breve texto que “el conflicto podría descontrolarse en cualquier momento debido a una decisión precipitada, un accidente o un error de cálculo”. Pero no se queda allí. “El conflicto en Oriente Medio amenaza con descontrolarse y convertirse en una guerra más amplia sin previo aviso”.
ARSENALES
Escalofriante. Revela luego que “los países poseedores de armas nucleares están aumentando el tamaño y la importancia de sus arsenales, invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en armas que pueden destruir la civilización”.
Lamentan y hacen público aquel día que “el proceso de control de armas nucleares se está desmoronando, y los contactos de alto nivel entre las potencias nucleares son totalmente insuficientes dado el peligro inminente”.
Con amargo asombro – tal vez tentados por la desazón– aseguran que “resulta alarmante que ya no sea inusual que países sin armas nucleares consideren desarrollar sus propios arsenales” y, aunque no señalan a país alguno en esa condición, aseguran que esos desarrollos “socavarían los esfuerzos de no proliferación (de armas de destrucción masiva) de larga data y aumentarían las posibilidades de que estalle una guerra nuclear”.
EL FIN DE LA CIVILIZACIÓN
El párrafo final –que JJT lee en alta voz– suena (y resuena) aún en mis oídos. “Continuar ciegamente por el camino actual es una forma de locura. Estados Unidos, China y Rusia tienen el poder colectivo de destruir la civilización. Estos tres países tienen la responsabilidad primordial de salvar al mundo del abismo, y pueden hacerlo si sus líderes inician conversaciones serias y de buena fe sobre las amenazas globales aquí descritas. A pesar de sus profundos desacuerdos, deberían dar ese primer paso sin demora. El mundo depende de una acción inmediata”.
Siento que las agujas de ese Reloj del Juicio Final no se aceleran ni acelerarán por quienes ejercen el derecho humano “a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”; o “a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país”, como lo consignan los artículos 13 y 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1945.
No y solo no. El abismo está delante de un puñado de poderosas y poderosos. Solo ellas y ellos tienen la potestad de dar o no dar ese último paso al frente para detener el reloj o acelerarlo para siempre. ¿Qué es lo que no se entiende?