La secretaria estadounidense de Comercio, Gina Raimondo, consideró el lunes en Pekín “extremadamente importante” que Estados Unidos y China tengan relaciones comerciales estables, en momentos en que las dos potencias mundiales intentan rebajar las tensiones bilaterales. Raimondo es la cuarta responsable de la administración Biden que viaja a China este año, una señal que refleja el acercamiento a alto nivel entre los dos países. Tales visitas podrían culminar con una reunión entre sendos mandatarios, el estadounidense Joe Biden y el chino Xi Jinping.

Las relaciones entre Pekín y Washington siguen divergiendo sobre varias cuestiones, como el tema de Taiwán, el comercio o el mar de China meridional. “Es un gran placer dialogar y coordinar con usted en los campos de la economía y el comercio”, dijo el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, a Raimondo.

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Los dos responsables se reunieron junto a sus delegaciones respectivas, según imágenes de CCTV. “Compartimos 700.000 millones de dólares en intercambios comerciales (...) Es extremadamente importante que tengamos relaciones estables”, declaró Raimondo a su homólogo, según un comunicado de su oficina.

“Se trata de una relación complicada, una relación difícil”, advirtió. “Estaremos por supuesto en desacuerdo sobre varias cuestiones, pero creo que podemos avanzar si somos directos, abiertos y pragmático”, indicó la responsable. Raimondo llegó el domingo a Pekín y fue recibida por Li Feng, director del ministerio de Comercio para América y Oceanía, así como por el embajador estadounidense en China, Nicholas Burns. La secretaria tiene previsto visitar también la capital económica china, Shanghái.

Tensiones comerciales

Las relaciones entre Washington y Pekín han caído a su nivel más bajo en décadas, en gran parte por las restricciones comerciales estadounidenses. Washington dice que estas limitaciones son cruciales para resguardar su seguridad nacional, mientras Pekín las califica como formas de contener el auge económico chino.

Biden promulgó este mes una orden ejecutiva para restringir ciertas inversiones estadounidenses en algunas áreas de alta tecnología de China, algo que Pekín tachó de “antiglobalización”. Las medidas, que deberán entrar en vigor el próximo año, apuntan a sectores como semiconductores e inteligencia artificial.

“Creemos que una economía china fuerte es una buena cosa”, intentó tranquilizar Raimondo. La secretaria estadounidense del Tesoro, Janet Yellen, también quiso calmar a las autoridades chinas durante una visita en julio a Pekín, donde prometió que cualquier nueva disposición sería aplicada de forma transparente.

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En junio, el secretario de Estado Antony Blinken viajó también a Pekín, donde se reunió con Xi y dijo que se hicieron avances en varios temas discordantes. Y un mes después estuvo en China el enviado climático John Kerry. Pero estas visitas no dieron pocos frutos, y una reciente cumbre en Camp David entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, dirigida en parte a confrontar a China, fue duramente criticada por Pekín.

Después de esa cita, Biden dijo que todavía espera reunirse este año con Xi. Biden invitó a su par chino a la cumbre del Foro Cooperación Económica Asia Pacífico en noviembre en San Francisco. También podrían reunirse en septiembre en Nueva Delhi, durante la cumbre del G20.

Fuente: AFP.

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