Tras verificación, confirman muerte de Prigozhin, líder paramilitar enemigo de Putin
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El jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, cuya muerte en un accidente de avión fue confirmada este domingo, se había convertido en una figura protagónica en Rusia por su papel en el conflicto de Ucrania, pero su rebelión contra el Kremlin a fines de junio lo transformó en un “traidor” para Vladimir Putin.
La muerte de Prigozhin fue verificada por expertos en genética y confirmada por las autoridades rusas el domingo. El empresario se encontraba en la lista de pasajeros del vuelo estrellado el 23 de agosto en la región de Tver, al noroeste de Moscú, en el que murieron las 10 personas a bordo. Entre ellas, se encontraba también su mano derecha, Dmitri Utkin.
El impetuoso multimillonario de 62 años, reconocible por su cabeza perfectamente rapada y sus duros rasgos, se rebeló el 24 de junio contra el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, tras acusarlo de ordenar el bombardeo de bases de Wagner en la retaguardia del frente ucraniano.
Prometió entonces “frenar” a la cúpula militar de Moscú, recordando que tenía a su disposición a “25.000″ combatientes, y llamó a los rusos a unirse a sus fuerzas para “acabar con el desorden”. Putin lo llamó “traidor” y advirtió del riesgo de una “guerra civil”.
Los hombres de Wagner habían conseguido apoderarse de cuarteles en el sudoeste de Rusia y emprendieron una marcha hacia Moscú, pero Prigozhin reculó y puso fin al motín ese mismo día.
A cambio, el líder de los mercenarios fue en principio perdonado y logró un acuerdo que le permitía marcharse a Bielorrusia y a sus hombres, incorporarse al ejército regular ruso. El jefe y fundador de Wagner volvió varias veces a Rusia e incluso fue recibido el 29 de junio por Putin en el Kremlin.
El lunes por la noche, apareció en un video difundido por grupos cercanos a Wagner en que decía estar en África, para “hacer a Rusia aún más grande en todos los continentes y a África, aún más libre”. No viviría para esa nueva empresa.
- En la línea del frente -
La trayectoria de Prigozhin es insólita: encarcelado en Rusia durante casi una década al final de la era soviética, al salir de prisión montó un exitoso negocio de venta de perritos calientes en San Petersburgo, y empezó a ascender como empresario hostelero hasta llegar a codearse con las altas esferas y entrar en otros negocios, notablemente, la creación de un grupo paramilitar, Wagner.
Durante años, Prigozhin hizo el trabajo sucio del Kremlin, enviando mercenarios a escenarios de conflicto en Oriente Medio y África, aunque siempre negó cualquier implicación en ellos.
La estrategia cambió con el inicio de la ofensiva de Ucrania, en febrero de 2022. En mayo de este año, logró su consagración al reivindicar la conquista de la ciudad ucraniana de Bajmut (este), una de las pocas victorias en 2023 de las fuerzas rusas, tras meses de encarnizados combates.
En septiembre de 2022, cuando el ejército ruso sufría serios y humillantes reveses, Prigozhin se presentó por primera vez como el fundador de Wagner. Pero durante la batalla por Bajmut se acentuaron las tensiones con el Estado Mayor ruso. Prigozhin acusaba a los militares de escatimarle municiones y publicó videos en los que injuriaba a los comandantes rusos.
Una actitud inimaginable para cualquier otra figura en Rusia, donde impera una severa represión. En octubre instaló sus oficinas en un edificio de vidrio de gran lujo de San Petersburgo y empezó a reclutar a miles de hombres directamente en las cárceles rusas.
La oferta hecha a los convictos era luchar a cambio de ser amnistiados. Con una advertencia: los desertores y aquellos que se dejaran capturar serían ejecutados. Cuando circuló un video de un supuesto desertor de Wagner ejecutado con un mazo, Prigozhin no dudó en elogiar el asesinato y calificar de “perro” a la víctima.
“No beban mucho, no se droguen, no violen a nadie”, dijo también a un grupo de prisioneros que habían combatido seis meses y recuperado la libertad. A diferencia de los generales rusos, criticados por no participar personalmente en las batallas, Prigozhin ganó prestigio posando junto a sus mercenarios, supuestamente en la línea del frente.
A inicios de 2023 publicó un mensaje desde la cabina de un caza SU-24 y retó al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a un duelo aéreo. “Si quieres, nos vemos en el aire. Si ganas, te llevas (Bajmut)”.
“La boda del siglo”. El 29 de julio de 1981. Carlos, el príncipe de Gales y Diana Spencer, en el carruaje 1902 State Landau, recorren las calles de Londres. La fantasía de millones con “sus altezas reales” solo duró 5.509 días
Vida, muerte, fantasía, ilusión, deseo… pulsiones y condición humana
Ricardo Rivas
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Ricardo Rivas
Periodista
X: @RtrivasRivas
Fotos: Gentileza
Vida, muerte, ilusión, deseo... pulsiones incrustadas en la condición humana, aunque “reyes y peones, al final de la partida, vuelven a la misma caja”.
“¿Fantasear o desear...?”. Ese era el dilema que, en frecuentes charlas de café, proponía un tan veterano como anónimo polemista que habitaba, cuando la tarde agonizaba, algunas de las selectas mesas en el mítico café La Paz, en la esquina de la avenida Corrientes 1593, cuando esa arteria cordial se cruza con la calle Rodríguez Peña, muy cerca del Obelisco, en Buenos Aires, unos 1.300 kilómetros al sur de mi querida Asunción.
Era los años 70, en el siglo pasado. Enfrente –justo en diagonal– intentaba competir el bar Ramos. En concurrentes habituales estaban cabeza a cabeza. Inolvidables, por cierto. Pero el caso es que, luego de encender la polémica con aquel interrogante, con impostado tono académico, intentaba, aquel sanatero, zamarrearnos.
¡Me parece verlo! Acomodaba prolijamente los dos o tres libros de Sigmund Freud o de Foucault que siempre llevaba con él y lentamente –como buscando las palabras más adecuadas– iba al punto. Fumaba tabaco inglés en una pipa muy gastada y sobre su prominente nariz montaba espejuelos redondos tonalizados verde oscuro.
“El tío Segismundo –ironizaba mientras revoleaba sus manos refiriéndose a Freud– cuando compartíamos algunos puros con amigos en el Café Frauenhuber, en la inolvidable Viena, nos explicaba con claridad, jóvenes amigos, palabra más, palabra menos, que solo fantasean las personas insatisfechas”.
PULSIÓN
Lo seguíamos en silencio. Algunas veces –como la ignorancia nos impedía responder y/o, mucho menos, poner alguno de sus dichos en duda, hacía una pausa que disfrutaba y, si la memoria no me falla, en aquel caso puntual remató: “Cada fantasía surge de una pulsión para cumplir con un deseo insatisfecho, muy deseado, que corrija la realidad”.
Nunca recuerdo su nombre. En verdad, no tengo claro si alguna vez lo supe. Pero sí, sus anécdotas con pretensiones académicas y que se definía como “un libre pensador, diletante”. ¡Nos maravillaba! Aunque –debo admitirlo– teníamos dudas que no confesábamos sobre su presunta sabiduría por aquello de que entre los ciegos un tuerto es rey.
“¡Déjese de joder, farfullante…!”, recuerdo que le dijo –indisimuladamente molesto y a voz en cuello– un reconocido profesional y estudioso freudiano, de quien exclusivamente consignaré sus letras iniciales (G.G.), que incontenible por lo que también escuchó abandonó su café en una mesa cercana y lo increpó sin miramientos.
Un pesado silencio cubrió todas y cada una de las mesas. El increpado no atinó a responder. Se retiró cabizbajo –con sus tres libros bajo el brazo– enmudecido y sin plantarle cara. El increpante nos miró, se disculpó “por interrumpir la conversación sin que nadie me llame” y fue al punto: “Simple y sencillo, muchachos. La fantasía tiene que ver con el imaginario. Con lo que creemos o sabemos que muy difícilmente suceda. Con aquello que suponemos imposible y que, de alcanzarlo, imaginamos sería placentero, pero sabemos que no podrá ser. Desear es converger la fantasía con la realidad más deseada en algún momento de tu vida. ¡No entender esa diferencia es grave… y, pretender explicar desde la ignorancia y la confusión, no lo puedo dejar pasar!”.
Renovó su disculpa y volvió a su mesa. “Como una escuela de todas las cosas...”, como nos enseñó Discépolo cuando escribió aquel tangazo que llamó “Cafetín de Buenos Aires”, así era el bar La Paz. Fantasías. Deseos. Ilusiones. Me atrevo a añadir que, como entonces, en estos tiempos de imágenes exacerbadas y exacerbantes que circulan y atropellan en los avasallantes ecosistemas digitales que facilitan las comunicaciones reticulares contemporáneas, aquellas –junto con la vida y la muerte– emergen como inevitables pulsiones incrustadas en el día a día de nuestros días.
OXÍMORON
Claramente, forman parte de la condición humana. Pese a que, con el correr de los tiempos y a la democratización de las monarquías (¿oxímoron?), con mucho menos frecuencia que algún tiempo atrás y, en aquel contexto, escuchar decir “vida de príncipes”, sorprende porque pareciera ser una expresión que cae en desuso.
Aun así, hay quienes insisten con ella cuando se procura producir sentido respecto de alguna persona que –a juicio de quien así se expresa– tiene allanado el acceso a poderosos y poderosas o cuando dispone de bienes materiales en abundancia o cuando no debe preocuparse por necesidades que –como tales– sí lo son para la mayoría de la humanidad.
En ese contexto, tampoco el futuro debiera ser preocupante para quienes tienen –siempre a la vista de las otredades– tránsitos principescos o, acaso, propios de las realezas. Hambre, desocupación, falta de salud, de educación. En aquel contexto, se suponen alejados de aquellos y aquellas minorías vistosas. Sentires y decires. Pareciera, incluso, que nada ni nadie está exento, alguna vez, de emitir esos juicios o ser depositario de ese tipo de expresiones.
Hasta la muerte –en ciertas ocasiones, por la forma en que se produce y a quien afecta– hace que no sean escasas las voces que se atreven a afirmar que Mengana o Fulano “murió como un príncipe”. En el siglo XIX y buena parte del XX era frecuente que así se significara la partida de este mundo cuando las y los finados eran considerados socialmente como “patricios” o “ricos”.
Curioso, por cierto. Y tanto lo era (y es) que vaya a saber a quién y en qué situación tuvo la lucidez para destacar que “al final de la partida, reyes y peones vuelven a la misma caja”. ¿Sabiduría popular? Tal vez.
LA BODA DEL SIGLO
Aún recuerdo cuando el 29 de julio de 1981 –la tele satelital cuando el mundo era mundial y para nada global– puso “en el aire” (vieja expresión de uso común en la radiotelefonía de entonces, hoy casi olvidada), desde la catedral de San Pablo, en Londres, la que fue llamada como la “boda real o del siglo” porque, aquel día, el príncipe Carlos (32) –hijo primogénito de Isabel Alejandra María Windsor (1926-2022), la reina Isabel II del Reino Unido y de la Commonwealth desde 1952 hasta su muerte– contrajo matrimonio con la joven aristócrata llamada Diana Spencer (20).
Cerca de 800 millones de televidentes lo vimos. “¡Parece un cuento de hadas...!”, escuché decir a dos mujeres que – como otros muchos, frente a una vidriera colmada de televisores– vimos pasar a Carlos, por entonces príncipe de Gales, y Diana recién casados, a bordo del 1902 State Landau, como se conoce al carruaje que, en aquel año, el rey Eduardo VII –tío del contrayente– ordenó construir para ceremonias relevantes.
En la Argentina, desde poco menos de tres años, teníamos tele en colores. La novia, tanto en el ingreso a San Pablo –luego de descender junto con John, su padre, VIII conde de Spencer, de un carruaje vidriado– como en el momento en que salió de esa catedral con su esposo convertida en “alteza real”, tuvo que detenerse varios minutos para que las “damas de honor” acomodaran la cola de su vestido “de casi ocho metros de largo”, relataba la transmisión oficial.
¡Hermoso para ver! Un año y 22 días después –el 21 de julio de 1982– se anunció el nacimiento del príncipe Guillermo, heredero de la corona británica. El 15 de setiembre de 1984 –setecientos ochenta y siete días después que su hermano mayor– nació el príncipe Enrique.
Sin embargo, y como sostiene el dicho popular, “no todo lo que reluce es oro”. El 28 de agosto de 1996 –cinco mil quinientos nueve días después de aquella boda principesca– Diana y Carlos se divorciaron. Con el paso del tiempo la fantasía pública trocó en públicos desatinos vinculares. La princesa descubrió y confirmó que el príncipe tenía como amante a Camilla Parker-Bowles, una amiga de la Casa Real. ¡Crisis!
MULTITUD
Carlos pasó –para muchas y muchos– a ser el “realmente odiado”. Diana, en el transcurso de 1995, decidió no ocultar la situación. Habló con la BBC, la tele pública en el Reino Unido. “¿Cree que Camilla Parker-Bowles fue el factor que desencadenó el fracaso de su matrimonio?”, preguntó el periodista Martín Bashir a “su alteza real”. La respuesta fue simple, breve y clara: “Bueno, éramos tres en mi matrimonio. Y eso es una multitud”. El 31 de agosto de 1997, Diana, Dodi Al-Fayed (1955-1997), multimillonario egipcio, y el chófer, Henri Paul, murieron en un accidente de tránsito ocurrido en el interior del túnel del Pont de l’Alma, en París.
Los puentes de raíces vivas de Sohra (Cherrapunji) sorprendió a los exploradores occidentales y desde aquellos tiempos es polo de atracción hasta nuestros días
Aquel príncipe, Charles Philip Arthur George (77), desde el 8 de setiembre de 2022, es Carlos III, rey del Reino Unido y de los otros reinos de la Mancomunidad de Naciones. Camilla Rosemary Shand, luego Parker-Bowles (78) –la tercera de aquel matrimonio principesco que “era multitud”, como lo sentenció Diana, “la princesa del pueblo”, como la categorizó para siempre el ex primer ministro Tony Blair, el 31 de agosto de 1997– es reina consorte.
Fantasías. Deseos. Ilusiones. Condición humana. Fantasías. Deseos. Ilusiones. “Cambia, todo cambia”, canta como nadie Mercedes Sosa. Los khasi –una minoría étnica originaria que habita en el estado de Meghalaya, noreste de la India desde antes de las invasiones dravídicas pobladoras del sur en ese mismo país– desconocen quiénes de sus antecesores y cuándo comenzaron a orientar las raíces de los árboles para construir con ellas “puentes vivientes”.
Lejos de aquellas selvas inigualables, recién se supo algo de los que se conocieron entonces también como “los puentes de raíces vivas de Sohra (Cherrapunji)”, cuando era avanzado el siglo XIX. Los exploradores occidentales se asombraron con aquel descubrimiento. En La Sociedad Asiática, un histórico periódico que se publicaba en Calcuta en 1844, se consignó la información. Desde aquellos tiempos, es polo de atracción hasta nuestros días.
“AMOR RECÍPROCO”
Hacia allí, unas tres semanas atrás, partieron en luna de miel el príncipe Raj Raghuvanshi (21) y la princesa Sonam Raghuvanshi (24). Eran marido y mujer porque sus madres –en esa sociedad matrilineal– así lo acordaron. Ambos pertenecían a la misma clase social y casta. Aquel enclave natural que, además, con unos 12.000 milímetros de lluvias anuales es, según Guinness, el lugar más lluvioso de cada año, era perfecto para manifestarse amor recíproco sin interferencias. La actuación crucial de la mehndi, la celebración musical previa, la ceremonia principal, la fiesta posterior quedaron atrás.
Me explican –por Whatsapp, desde Nueva Delhi, tres diplomáticos chimenteros que me pidieron anonimato– que los fastos nupciales se extendieron por cuatro días. Las dos familias en estado de tranquilidad. Espiritual, social y económico. No faltó nada. Se observaron todos los rituales. Homa (la ofrenda al fuego) se concretó. El Panigrahena, los unió como nunca antes. Las siete vueltas al fuego –el Satapadi– hizo celebrar a muchas y muchos, sonreír a las y los más refinados y desear, ilusionarse... soñar, a otros y otras.
El príncipe Raj Raghuvanshi con la princesa Sonam Raghuvanshi. ¡Que vivan los novios!
Samskara se instaló en la flamante pareja. Luego, silencio. Los días pasaban y... más silencio. Pero irrumpió la angustia. Primero en el que fue el pueblo de ambos, luego en la provincia, la región y, finalmente, en todo el país. “¿Dónde están?” “¿Qué se sabe?”. La falta de novedades fue parte de las informaciones de la agencia de noticias nacional. Se iniciaron las búsquedas. Los supuestos ganaron el espacio público. Las ideas conspiranoides de poderosos y poderosas ingresaron en los circuitos informativos.
Nadie respondía a las incesantes llamadas a los móviles de Raj y Sonam. La policía y los servicios de inteligencia de la India los monitoreaban inútilmente. También el de uno de los hermanos de la princesa. ¡Nada! Pero, cuando nadie lo esperaba, todo cambió. El domingo pasado aquella novia obediente de los acuerdos y mandatos familiares que se mostró alegre, ilusionada, ante los unos y los otros; que fue objeto de los comentarios de sus vecinos e incluso blanco preferente a la vista de aquellas y aquellos que por ser de clases inferiores o de castas poco respetables no debieran haberla mirado, trocaron interrogantes y angustia sociales.
DIMES Y DIRETES
Desde algunos anocheceres en las sacudidas calles de aquel país con 1.400 millones de habitantes, se sabía por trascendidos –que más tarde se confirmaron– que el cadáver de Raj fue encontrado y recuperado de las profundidades de un precipicio con abundante vegetación. Fue el momento de los dimes y diretes. Se conoció el escabroso detalle de que el cuerpo lo encontraron con el cráneo partido con dos golpes duros aplicados con algún objeto contundente y cortante.
¡Horror! Rescatistas e investigadores tuvieron la convicción de que fue asesinado. Así lo dejaron trascender. No murió como un príncipe. Pero las honras fúnebres sí lo fueron para despedir a su alteza real. Sonam, esposa por un breve tiempo –geolocalizada desde el momento en que se comunicó con uno de sus hermanos– supo por quienes la hallaron que era viuda.
Gritó. Se ahogó en llanto. Insistió con el deshilachado argumento de que fueron víctimas de secuestro. Pero no tenía una coartada que generara, por lo menos, una duda. También supo que Rai Kushwaha, un chófer a su servicio, estaba preso en otra celda. Fue apresado en su pueblo natal, Madhya Pradesh. Contrastaron sus respuestas. Eran amantes desde tiempo antes de que Sonam y Raj protagonizaran una boda principesca.
Como en el caso de Carlos y Diana –con Rai– también se constituyeron en multitud. El amante capturado también confesó. Señaló a los tres criminales que asesinaron al príncipe –sus cómplices– a los que convenció para que ejecutaran al joven esposo de la mujer que también amaba.
Los sicarios fueron apresados. Abrumados, admitieron. La exprincesa viuda dejó de ser víctima para ser victimaria. La justicia la acusa de ser quien incitó a su frustrado enamorado de la necesidad de asesinar a Raj. Vida, muerte, ilusión, deseo... pulsiones incrustadas en la condición humana, aunque “reyes y peones, al final de la partida, vuelven a la misma caja”.
Putin condena ataque de Israel a Irán y se ofrece para mediar
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El presidente ruso, Vladimir Putin, condenó este viernes la andanada de bombardeos lanzados por Israel contra Irán, informó el Kremlin, después de que el mandatario hablara por teléfono por separado con homólogo iraní, Masud Pezeshkian y con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“Vladimir Putin subrayó que Rusia condena las acciones de Israel, que violan la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional”, declaró el Kremlin en un comunicado en el que añadió que el presidente ruso expresó a Netanyahu, “su disposición a mediar” para evitar una mayor escalada.
Putin, que habló por teléfono con el presidente iraní, Masud Pezeshkian, y con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enfatizó “la importancia de volver al proceso de negociaciones y resolver todas las cuestiones relacionadas con el programa nuclear iraní exclusivamente a través de medios políticos y diplomáticos”.
Rusia también condenó durante la llamada con Netanyahu “las acciones de Israel, que violan la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional”, mientras que expresó sus condolencias al presidente iraní por las “numerosas víctimas”, incluyendo civiles.
Mundial ruso: Albirroja artística juega semifinal ante Hungría
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La Albirroja artística juega este viernes ante Hungría por un cupo en la final del Mundial de Rusia, mientras la otra llave se define entre Argentina y Serbia. El evento volvió a organizarse con invitados internacionales luego de seis años, desde la pandemia por covid, y la selección de artistas paraguayos logró clasificar como puntero invicto en su grupo, con goleadas. Los partidos se transmiten en el canal: https://www.youtube.com/@artfootballfest.
La Banda Guazú de Paraguay vuelve a estar presenta en Moscú, para la décima edición del Campeonato Mundial de Fútbol para Artistas, el Festival Internacional de Fútbol y Música “Art Football 2025”, del 7 al 15 de junio. Esta es la cuarta participación paraguaya desde la edición de 2017, cuando el cantante Patrick Altamirano fundó este proyecto musical-futbolístico.
La versión 2025 de la Banda Guazú está conformada por: Édgar Camarasa, Diego Barreto, Raúl Vega, Darío Torales, Acho Laterza, Alejandro Galeano, Federico Ríos, Francisco García, Iván Díaz, Héctor Rojas, Gustavo Torres, Gustavo Palacios, Jorge León Brun, Claudio Vargas y Iván Schulze, entre músicos, exfutbolistas y periodistas invitados.
Paraguay arrancó con una victoria por 3 a 1 ante el anfitrión, Rusia. Luego venció 3 a 0 a Kazajistán y ganó por 5 a 1 a Azerbaiyán, totalizando 9 puntos, con once goles a favor y solo dos en contra. Con este desempeño, la Albirroja consiguió boleto para el cuadrangular “Absolute Stars” entre los primeros puestos de cada grupo, que comparte con Argentina, Hungría y Serbia. El vencedor de la final prevista este domingo 15 de junio se llevará el máximo premio del torneo.
Aparte del fútbol, la Banda Guazú también compite en lo musical, ya que los equipos estuvieron presentando conciertos por otros premios. En la edición de 2017, el seleccionado albirrojo fue el ganador del Gran Premio de Interpretación Musical. El 10 de junio fue el espectáculo de los compatriotas, que presentaron música folclórica, así como creaciones propias de pop-rock y cumbia.
Argentina fue con los veteranos del fútbol Mariano Echeverría y Nicola Tagliani; Álvaro Teruel (Los Nocheros), Joaquín Vitola (Los Indios), Juan Cruz Costabel (Agapornis), Tyago Griffo, Yeyo de Gregorio (actor de “Chiquititas” y “Casi Ángeles”), Manuel Sarrabayrous, Marcelo Marín, Mariano Sapetti, Juan Ignacio Pellizolla, los DJ Otto Bunge y Guido Gana, Gastón Rico, y los presentadores Martín Souto, Marcelo López, Gonzalo Palacios, Julián Barese y Martín Pepa.
Air India: un vuelo regresa a Tailandia por amenaza de bomba
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Bangkok, Tailandia. AFP.
Un vuelo de la compañía Air India que viajaba desde Phuket con destino a Nueva Delhi tuvo que regresar a la turística isla tailandesa debido a una amenaza de bomba, indicó el viernes la empresa que gestiona los principales aeropuertos de Tailandia. El vuelo AI379 solicitó permiso para regresar a la pista después de que se descubriera a bordo un mensaje de amenaza, informó la empresa Aeropuertos de Tailandia (AOT) en la página de Facebook del aeropuerto de Phuket (sur).
El avión Airbus A320, que partió hacia las 9:30 (2:30 GMT), volvió a Phuket dos horas más tarde después de realizar numerosas vueltas sobre el mar de Andamán, según el sitio web de seguimiento FlightRadar24. Los 156 pasajeros del aparato fueron evacuados siguiendo el protocolo de emergencia, continuó AOT, sin dar más detalles. Este incidente ocurre un día después del accidente de un avión de la misma aerolínea india que se dirigía a Londres y se estrelló poco después de despegar de Ahmedabad, matando al menos a 265 personas.
Equipos de rescate con perros rastreadores peinaron el viernes el lugar donde se accidentó un avión de Air India con rumbo a Londres en la ciudad india de Ahmedabad, donde murieron 265 personas, incluyendo a víctimas en tierra. Un hombre a bordo del Boeing 787-8 Dreamliner, que llevaba 242 pasajeros, sobrevivió milagrosamente al accidente del jueves, en que la cola del avión quedó incrustada en el segundo piso de un albergue para personal médico de un hospital cercano.
Air India indicó en un comunicado que el “único sobreviviente está siendo tratado en un hospital” y que “es un ciudadano británico de origen indio”. Otra parte del aparato cayó sobre el edificio de una cafetería donde comían unos estudiantes, según testigos. El primer ministro indio, Narendra Modi, llegó el viernes al lugar de la tragedia.
El subcomisario de la policía local, Kanan Desai, declaró a la prensa que “265 cuerpos fueron llevados al hospital”, lo que significa que 24 personas murieron en tierra. “La cifra oficial de fallecidos será declarada después de completar las pruebas de ADN”, declaró el ministro del Interior, Amit Shah, en un comunicado.
Krishna, un médico que no dio su nombre completo, dijo haber visto “entre 15 y 20 cuerpos quemados” y él mismo, junto a otros colegas, rescataron a unos 15 estudiantes. La autoridad de aviación civil de India dijo que había 242 personas a bordo, incluidos dos pilotos y diez tripulantes de cabina. Por su parte Air India indicó que había 169 pasajeros indios, 53 británicos, siete portugueses y un canadiense. El vuelo se dirigía al aeropuerto londinense de Gatwick.
“La tragedia en Ahmedabad nos ha conmocionado y entristecido. Es desgarrador, más allá de las palabras”, dijo Modi después del siniestro. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, deploró el “terrible” accidente; el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, habló de escenas “devastadoras”, mientras el rey Carlos III dijo estar “conmocionado”.
El avión emitió una llamada de socorro y “se estrelló inmediatamente después del despegue”, dijo la dirección general de aviación civil. Ahmedabad, la principal ciudad del estado indio de Gujarat, tiene unos ocho millones de habitantes y el aeropuerto, muy concurrido, está rodeado de zonas residenciales densamente pobladas.
“Cuando llegamos al lugar había cadáveres tirados y los bomberos apagaban las llamas”, contó Poonam Patni, un residente. “Muchos de los cuerpos quedaron quemados”, aseguró. Periodistas de AFP vieron a médicos usando un carrito para cargar cuerpos en una ambulancia. El avión cayó en una zona situada entre un hospital y Ghoda Camp, un vecindario de la ciudad.
El aeropuerto quedó cerrado, con todos los vuelos “suspendidos hasta nuevo aviso”, dijo el operador. Las agencias de investigación de accidentes aéreos de Reino Unido y Estados Unidos anunciaron el envío de equipos para apoyar a los técnicos indios. El presidente de la aerolínea, Natarajan Chandrasekaran, dijo que se había establecido un centro de emergencia con un equipo de apoyo para las familias que buscaban información.
Tata Group, la compañía propietaria de Air India, ofreció una ayuda económica de diez millones de rupias (117.000 dólares) a “las familias de cada persona que ha perdido la vida en esta tragedia” y prometió cubrir los gastos médicos de los heridos. India ha sufrido varios accidentes aéreos, incluido el choque aéreo en 1996 de dos aviones en el cielo de Nueva Delhi que dejó casi 350 muertos.
En 2010, un avión de Air India Express se estrelló y explotó en el aeropuerto de Mangalore, en el suroeste de India, lo que causó la muerte de 158 de los 166 pasajeros y tripulantes a bordo. Los expertos creen que es demasiado pronto para especular sobre las causas del accidente del jueves.