República Dominicana: explosión en zona comercial deja 10 muertos
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Al menos 10 fallecidos, 37 heridos y 11 desaparecidos dejó una potente explosión en una zona comercial en la capital de República Dominicana, dijo este martes el presidente Luis Abinader al ofrecer un balance actualizado. El estallido ocurrido el lunes, alrededor de las 1:H10 locales (19:10 GMT), sacudió a San Cristóbal, 24 km al sur de Santo Domingo.
“Mi palabra de profundo pésame a (los familiares de) las 10 personas, hombres, mujeres y niños, reportadas fallecidas hasta el momento”, expresó Abinader, quien visitó la zona del desastre junto con ministros. “Estamos haciendo todo lo humanamente posible (...) para investigar la situación de 11 desaparecidos”, agregó el mandatario. “Hay alrededor de unas 37 personas internadas (en centros de salud) con varios niveles de impacto”.
Luego de la explosión se desencadenó un incendio y una gigantesca columna de humo. No se ha establecido cómo se originó la detonación, que afectó múltiples negocios, entre ellos una ferretería, una clínica veterinaria y una fábrica de plásticos, además de un edificio del Ministerio Público. Abinader señaló que “se va a hacer una investigación para determinar el origen y las causas de este terrible accidente”.
“Mientras tanto nos toca salvar vidas de los que han estado afectados y accidentados y lo vamos a hacer sin ningún límite de recursos para que cada vida humana que podamos salvar, con la ayuda de Dios, lo podamos hacer”, añadió. Varios vehículos quedaron calcinados, siendo retirados del lugar con retroexcavadoras.
Imágenes con rostros de personas desaparecidas y números de teléfono se han viralizado por redes sociales. En hospitales próximos a la zona de la tragedia, decenas de personas se agolpaban para saber si sus familiares, que suponían estaban en el área cuando ocurrió la explosión, se encontraban internados. “Queremos saber qué sucedió con nuestro familiar”, dijo a la prensa Daysi Rodríguez. “Se presumía que estaba aquí, pero no aparece en el listado”.
Unos 500 efectivos de cuerpos de seguridad, defensa civil y el departamento de bomberos han sido desplegados en la zona, dijo el ministro de la Presidencia, Joel Santos. Se están usando unidades caninas en la búsqueda bajo los escombros de edificios destruidos. “Las ventanas de la casa se movieron muy fuerte y yo pensé que había sido un sismo”, dijo un testigo al periódico Listín Diario. “Pensé que se iban a romper”.
El alcalde de la ciudad, José Montás, dijo a ese medio de comunicación que las autoridades esperaban “que en las próximas horas ya esté completamente sofocado el incendio, para que todos los técnicos, el cuerpo de bomberos y los encargados ejecutivos puedan determinar la razón o la causa que provocaron la explosión”. La zona fue desalojada y militarizada, según la prensa local, que reportó heridos que sufrieron quemaduras del 30 % al 40 % de su cuerpo. San Cristóbal es la cuarta provincia más poblada del país, con 688.828 de los 10 millones de habitantes de este país caribeño.
El policía de la foto del Ycuá Bolaños: “Lo recuerdo como si hubiera sido ayer”
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Ciudad del Este. Agencia Regional.
A 21 años de la tragedia del Ycua Bolaños, la imagen de un policía con un niño en brazos, a quien rescataba, trataba de auxiliar, sigue impactando como un eco de aquella dolorosa mañana. El uniformado, uno de los protagonistas de esta histórica foto, aún recuerda el hecho como si hubiera ocurrido ayer. Y es que en el incendio de ese supermercado fallecieron cerca de 400 personas.
La Nación/Nación Media habló con el comisario principal Juan Duarte Ferreira, quien es el policía que hizo una técnica de primeros auxilios para una ventilación artificial al niño que llevaba en sus brazos.
Hoy, el uniformado es padre de dos hijos, un hombre de 26 años y una niña de 7. Cumple funciones en la Comisaría 11 de Juan E. O´Leary como jefe policial y, en tal sentido, de nuevo se encuentra cuidando a niños en esta mañana del 1 de agosto, al hacer la cobertura de la Escuela Las Residentas, del citado municipio.
Imagen muy divulgada en el extinto Noticias el Diario, captada por el reportero gráfico Sebastián Cáceres. Gentileza
Periódicamente, desde su función en una aparente tranquila ciudad del interior del país, el comisario Duarte Ferreira lidia con víctimas de asaltos, robos, violencia familiar, desapariciones, homicidios, accidentados, en índices mucho menores que las zonas de gran movimiento, pero asegura que, especialmente, cada 1 de agosto, la memoria le hace volver a aquel primer domingo de agosto del 2004.
“Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, cada gesto, cada acto, cada situación que nos tocó aquella mañana y en siguientes jornadas; no se debe olvidar para que no vuelva a ocurrir”, expresó el comisario Duarte. Remarcó que fue “lamentable ver tantas muertes en época de paz”.
Asimismo, dijo que la imagen divulgada de su intervención en el hecho le valió que hasta un tiempo después, existieran personas que lo reconocían en el transporte público, y, por ejemplo, le agradecían por haber salvado a un familiar. Dijo que fue un policía en servicio, así como otros cientos de uniformados, bomberos voluntarios y un sin fin de personas que ayudaron.
El oficial recorrió varias unidades policiales a lo largo de estos 21 años hasta quedar en Alto Paraná. Después del siniestro, cumplió funciones en Accidentología Vial del Departamento de Criminología, donde le tocó intervenir en muchos accidentes.
“Estuve de nuevo en muchas situaciones terribles, especialmente cuando encontré a niños como víctimas de esas tragedias en rutas, pero sabemos que eso corresponde a nuestra función”, sostuvo el comisario Duarte.
El oficial de policía no fue solo el agente que ayudó en el incendio, sino familiar de una víctima y, en tal sentido, refiere que conoce muy bien la lucha encausada en busca de Justicia y reparación. Un sobrino de 20 años, Nelson Damián Duarte, trabajaba en el supermercado y fue una de las víctimas.
“Una larga lucha, juicios interminables, muchas familias sin asistencia, es lo que nos dejó también ese día tan triste; mucha fuerza a los que no fueron atendidos como corresponde”, dijo el policía.
¿A quién rescató?
Inicialmente, se creyó que el niño salvado por el policía y retratado en la emblemática foto del reportero Sebastián Cáceres, para el Diario Noticias (extinto), se trató de Enzo Bobadilla.
Sin embargo, cabe recordar que hasta hace unos años, Verónica Bécker, madre de una niña, aclaraba que fue su hija, Annete Nicole Gaus Bécker, de cuatro meses, la que está en la emblemática imagen y lamentó que se haya cometido ese error, tratándose de la identidad de una hija que perdió.
El policía Juan Duarte informó que mantuvo contactos con la familia del citado niño hasta que llegó a la edad de 7 u 8 años, aproximadamente. Luego, él se trasladó a otras zonas del país a cumplir funciones y dejó de tener vinculación con dicha familia, aunque había estado acompañando el crecimiento del niño.
Ycuá Bolaños: una tragedia que se vive, se recuerda y se lucha por sanar
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Cada 1 de agosto el pueblo paraguayo recuerda uno de los días más terribles y luctuosos de su historia: el incendio del supermercado Ycuá Bolaños. Aquel domingo soleado del 2004 se vio teñido por el fuego, las cenizas y las lágrimas de casi 400 paraguayos fallecidos. Han pasado 21 años, pero la herida sigue sangrando, sigue doliendo.
El sol quedó cubierto por el negro humo que cubrió la ciudad, que se volvió gris y doliente por el terrible suceso que marcó para siempre al barrio Trinidad, donde en cada cuadra había al menos una víctima.
Las llamas habrían iniciado cerca del mediodía en la cocina del patio de comidas del super, el cual, debido al día y el horario, estaba lleno de familias que estaban compartiendo en el lugar o iban a retirar el almuerzo para compartirlo en sus casas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas, las cuales se extendieron de manera voraz, generando pánico, miedo y un descontrol entre todos los que estaban en el lugar y que, al intentar huir del sitio, se encontraron con los portones y las salidas de emergencias cerradas, quedando atrapados en el infierno que, tras 21 años, permanece en la memoria de todo un pueblo.
La historia de cientos de sobrevivientes ha sido contada año tras año, con la esperanza de que aquella tragedia nunca sea olvidada. Rocío Melgarejo es una madre que casi pierde a su hija aquel domingo. Ese día la siguió por años, ya que su hija no solo sobrevivió milagrosamente, sino que debió luchar por recuperarse y sanar.
“Mi hija Luna tenía 4 añitos apenas, pero ella cada domingo iba a la iglesia con mi hermano Nelson y su novia María Luisa. Ese domingo no fue la excepción, pero al salir del encuentro fueron hasta el super para almorzar; ellos estaban en el estacionamiento cuando el fuego los atrapó”, relató Rocío a La Nación/Nación Media.
Continúo recordando que, en medio de la densa humareda y las llamas que tomaban el lugar, casi por un milagro un pastor amigo de la familia apareció para ayudar a su hermano a rescatar a la pequeña Luna y su cuñada María Luisa, quienes lograron salir de las llamas al igual que su hermano Nelson, pero con graves secuelas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas. Foto: Archivo
“Ese día yo no entendía lo que pasaba, porque a mi hermano lo derivaron a un hospital, a mi cuñada a otro y a Luna al IPS; ahí me dijeron que estaban y fui a buscarla, desesperada. Cuando llegó una de las doctoras, me mostró unos aritos, muy peculiares, cuadraditos; eran los de Luna”, comentó Rocío.
Destacó que en los minutos posteriores a la tragedia, y en medio de la búsqueda y el hallazgo de su hija, no podía dimensionar todo lo que había pasado, pero al llegar a ver a su hija, quedó completamente paralizada, ya que si bien no podía creer el estado en el que se encontraba, sabía que era su retoña.
“Yo entré a la habitación y vi a Luna, estaba en una camilla, y tenía toda la cara colorada, hinchada, con respiradores y soporte médico; no podía creer que era mi hija. Miré sus piecitos, me detuve a mirar sus pies y sabía que era ella, me convencí de que era ella. Ella sufrió un paro respiratorio, estaba muerta al momento en que la rescataron; después volvió a la vida, pero no se sabía cuánto tiempo estuvo sin respirar”, indicó Rocío.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas. Foto: Archivo
Entre las explicaciones médicas sobre el estado de Luna, surgían posibilidades terribles, como el hecho de que su capacidad del habla y desarrollo se hayan visto comprometidas debido a la falta de oxígeno sufrida, eso sin contar las quemaduras que habían sufrido.
“Luna sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20 % de su cuerpo, pero si bien esa cifra suena poco, ella era muy pequeña y esto hacía que la situación fuera muy grave según los médicos, y que la agravante era la zona de las quemaduras, ya que le afectaba la cara, parte de la cabeza, el cuello y las manos; además, pasamos por infecciones y otras dificultades”, explicó la madre de Luna.
Una vez fuera de terapia intensiva y con la capacidad de ser trasladada, la pequeña Luna inició su camino en una nueva vida, una vida donde debía aprender a lidiar con el dolor de las heridas, los tratamientos por quemaduras y los cuidados para la cicatrización.
Luna permaneció meses recibiendo tratamiento en Chile. Foto: Gentileza
La búsqueda de la recuperación total de Luna la llevó hasta Chile, hasta la Caoniquem, que es una corporación que se dedica a la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices, donde por meses recibió atención médica especializada; debió quedar internada e inclusive permanecer en un albergue junto a su madre.
Rocío recuerda con resiliencia y fortaleza los procesos médicos a los que debió acompañar a Luna, incluyendo las cirugías de injerto y los procesos de confección de sus ropas compresivas que debía utilizar la pequeña para garantizar una rápida y buena recuperación.
“Ella usaba su máscara y ropas de compresión todo el tiempo, siempre; no se las sacaba porque se quería curar. Los primeros años de la escuela las usaba ahí y, si bien nunca me contó que haya pasado mal, sé como mamá y mujer que en algún momento se sentía incómoda por la forma en que nos miraban o hablaban, pero todo lo fuimos superando”, destacó Rocío.
Con una larga lucha, y algunas marcas tanto en la piel como en la memoria, hoy Luna tiene 25 años, trabaja, estudia y se destaca como una persona sumamente afín al arte, ya que baila, canta y pinta, logrando expresarse completamente a través de estas plataformas que la apasionan.
Hoy Rocío relata como un milagro que su hija y su hermano hayan sobrevivido, y recuerda con amor y cariño a su cuñada María Luisa, quien debido a la inhalación de humo y el paro que sufrió no logró sobrevivir. Hoy, a pesar de 21 años de perspectiva, Rocío nunca olvida aquel domingo que marcó la vida de su familia.
Esta madre es el fiel ejemplo de miles de familiares que perdieron a alguien aquel trágico 1 de agosto, pero que también lograron abrazar a un ser querido que fue arrebatado de las llamas aquella mañana, una madre que comprende que el milagro puede nacer en medio de una tragedia y que no existe nada que el tiempo, el amor y la dedicación no curen.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas y resultaron con heridas graves más de 200, hombres y mujeres. Las familias de todos ellos nunca olvidarán la pérdida, el miedo y la injusticia vivida aquel día, en especial porque si las puertas no hubieran sido cerradas, quizá aún podrían abrazar a quienes aman.
Senado dominicano aumenta penas hasta 60 años de cárcel
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El senado de República Dominicana aprobó ayer jueves una reforma del código penal que incluye penas de cárcel de hasta 60 años y nuevos delitos como el “ciberbullying”, pero deja por fuera la despenalización del aborto, uno de los temas más controvertidos.
En la reforma de la normativa penal, que data del siglo XIX, aumenta la pena mínima acumulada de prisión de 30 a 60 años, y se excluye la despenalización del aborto cuando el embarazo es resultado de una violación, de incesto o cuando el feto presenta malformaciones incompatibles con la vida.
“Aprobado el código penal con 26 votos a favor y uno en contra”, dijo el presidente del Senado dominicano, Ricardo de los Santos. Las penas por abortar en ese país insular del Caribe van desde los dos años de cárcel cuando es “consentido” hasta los 30 años cuando es “forzado” y ocasiona la muerte de la mujer.
Los congresistas, no obstante, aprobaron una excepción: “La interrupción del embarazo practicado por personal de la salud especializado, no será sancionada si, para salvar la vida de la madre del feto o ambos en peligro, se agotan todos los medios científicos y técnicos disponibles al momento del hecho”, reza el artículo. El Ministerio de la Mujer indicó el lunes que la iniciativa legislativa representa un grave retroceso en la protección de los derechos humanos, particularmente de mujeres, niñas y adolescentes en el país.
Lilliam Fondeur, ginecóloga y defensora de los derechos de las mujeres dijo a la AFP que la penalización del aborto promueve la clandestinidad. “Y la clandestinidad es responsable de una gran parte de la morbilidad y la mortalidad materna en República Dominicana”. “No estamos promoviendo interrumpir el embarazo, sino que en estos casos específicos: cuando la vida de la mujer está en riesgo, cuando es producto de una violación o un incesto, o cuando (...) científicamente se comprobó que es inviable”, recalcó.
La reforma pasa ahora a manos del presidente, Luis Abinader. En caso de promulgarse, la ley entraría en vigencia después de un año hasta cumplirse el período conocido como “vacatio legis”. Entre los delitos incluidos en el código están terrorismo, sicariato, genocidio, desaparición forzada, feminicidio, inducción al suicidio, daños con sustancias químicas, manipulación ilícita de genes y “ciberbullying”, este último penado con entre dos a cinco años de prisión.