El jefe de la milicia Wagner, clave en la ofensiva militar rusa en Ucrania, aseguró el sábado que ingresó a Rusia con sus tropas para deponer al mando militar ruso, y que él y sus 25.000 hombres están “listos para morir” en su cometido. Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo paramilitar Wagner, juró “llegar hasta el final” en su campaña contra el mando militar ruso y que sus fuerzas traspasaron la frontera rusa por la región sureña de Rostov.

Prigozhin aseguró que sus fuerzas van a “destruir todo lo que se ponga” en su camino, y que derribaron un helicóptero ruso que los atacó. Anunció la movilización contra las fuerzas armadas rusas tras acusarlas de atacar a sus tropas. Ante la situación, el gobernador de Rostov, Vasili Golubev, llamó a la población a “no salir de casa salvo por necesidad”.

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El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, anunció el sábado que “medidas antiterroristas” fueron adoptadas en la capital. Videos que circulan en internet en Rusia muestran a hombres armados que rodean edificios administrativos en Rostov, con tanques movilizados en el centro.

El ejército ruso negó haber atacado al grupo Wagner y calificó las acusaciones de “provocación”. “Los mensajes y videos difundidos en las redes sociales por Prigozhin sobre supuestos ‘bombardeos del ministerio ruso de Defensa contra bases de retaguardia del grupo paramilitar Wagner’ no se corresponden con la realidad y son una provocación”, indicó Moscú.

Ayudar incluso “al diablo”

El empresario opositor ruso en el exilio Mijaíl Jodorkovski llamó el sábado a la población a apoyar la rebelión de Prigozhin, tras señalar de que es importante apoyar “incluso al diablo” si decide enfrentar al Kremlin. Prigozhin, considerado durante un tiempo como aliado cercano del presidente ruso, Vladimir Putin, fue ganando influencia política y se lanzó en una confrontación con autoridades políticas y militares que ahora parece haber desbordado el campo de la retórica.

Tras sus críticas, el servicio de seguridad ruso FSB lo acusó de hacer “un llamado a comenzar un conflicto civil armado” y pidió a los combatientes de Wagner “tomar medidas para detenerlo”. El fiscal general ruso, Igor Krasnov, informó a Putin de que abrió “una investigación penal” contra Prigozhin por “amotinamiento armado”, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

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Aseguró que Putin se mantiene “constantemente” informado de los acontecimientos por los servicios de seguridad. Prigozhin declaró en un mensaje de audio que las tropas rusas “han llevado a cabo bombardeos con misiles contra nuestras bases de retaguardia” en el frente ucraniano, y que muchos de sus combatientes murieron. “El comité de comando del grupo Wagner decidió que hay que poner freno a quienes tienen responsabilidad militar en el país”, prosiguió el jefe de los paramilitares, de 62 años.

El Ministerio de Defensa ruso dijo en un comunicado que “aprovechando la provocación de Prigozhin para desestabilizar la situación, el régimen de Kiev cerca del frente de Bajmut está concentrando unidades (...) para realizar acciones ofensivas”. “Somos 25.000 y vamos a determinar las causas del caos que reina en el país (...). Nuestras reservas estratégicas son todo el ejército y todo el país”, proclamó el ministerio.

Ataques en Ucrania

Estas tensiones se dan en plena contraofensiva de las tropas ucranianas para reconquistar territorios tomados por Rusia desde el inicio de la intervención militar en febrero de 2022. Pocas horas antes del estallido de esta crisis, Prigozhin aseguró que el ejército ruso se estaba “retirando” en el este y el sur de Ucrania, contradiciendo las afirmaciones del Kremlin, que considera que la contraofensiva de Kiev está fracasando.

“El ejército (ruso) se retira en las zonas de Zaporiyia y Jersón (sur), las fuerzas armadas ucranianas están haciendo retroceder” a las tropas rusas, declaró en una entrevista publicada en Telegram por su servicio de prensa. “No hay ningún control, no hay triunfos militares” de Moscú, insistió Prigozhin, agregando que los militares rusos “se lavan con su sangre”, aludiendo a grandes pérdidas sufridas por las tropas regulares.

Sin embargo, autoridades ucranianas afirmaron que Rusia lanzó la mañana del sábado una andanada de misiles en varias partes de Ucrania, causando víctimas y daños. En la ciudad central de Dnipró, “varias casas fueron destruidas por completo. Quedó un enorme cráter después de la explosión”, afirmó el alcalde local Boris Filatov en Telegram.

En la capital ucraniana Kiev fueron “detectados y destruidos más de 20 misiles”, según Sergi Popko, jefe de la administración militar de la ciudad. En Járkov, segunda ciudad ucraniana, un gasoducto fue destruido, aunque no se registraron bajas, según el gobierno regional.

Toma en Rostov

El presidente Vladimir Putin prometió castigar a los “traidores” del grupo de mercenarios Wagner, después de que su líder amenazara con derrocar al mando militar ruso. Yevgueni Prigozhin, de 62 años, difundió una serie de mensajes el viernes por la noche y el sábado de madrugada afirmando que él y sus tropas entraron en la ciudad rusa de Rostov, en el sur del país, y que se apoderaron de sus instalaciones militares.

Desde hace meses, Prigozhin ha protagonizado una lucha de poder con los mandos militares rusos, a los que acusa de las bajas en sus tropas en el este de Ucrania. En reiteradas ocasiones ha acusado al ejército ruso de no equipar suficientemente a sus mercenarios o de entorpecer sus avances con trámites burocráticos, además de apuntarse victorias que, en realidad, según Prigozhin, se consiguieron gracias a los combatientes de Wagner.

El sábado, Prigozhin acusó al mando militar ruso de ordenar bombardeos contra las bases de su grupo paramilitar y de haber matado a muchos de sus combatientes. El jefe de Wagner afirmó que había que “ponerle freno” a los responsables militares rusos y prometió “llegar hasta el final”. Más tarde, afirmó que sus combatientes habían derribado un helicóptero militar ruso y que se había apoderado de varias instalaciones militares en la ciudad meridional de Rostov.

¿Cómo está reaccionando Moscú?

Durante la noche, el Kremlin afirmó que se estaban tomando “medidas” contra el motín. Las autoridades reforzaron la seguridad en Moscú y en otras regiones como Rostov y Lipetsk. Putin calificó la rebelión de Wagner de “amenaza mortal” para el país y lanzó un llamado a la unidad. También aseguró que la “traición” del grupo Wagner acarrearía un “inevitable castigo”.

El grupo paramilitar Wagner, privado, ha estado involucrado en conflictos en Oriente Medio y en África, pero siempre ha negado su participación. El año pasado, Prigozhin admitió que fundó el grupo reclutando soldados en prisiones rusas a cambio de una amnistía.

En el este de Ucrania, sus paramilitares han estado en primera línea. Encabezaron el asalto a Bajmut, que se prolongó durante meses, y reivindicaron haber tomado esa ciudad para las tropas rusas, aunque la operación le costó muchas bajas al grupo.

¿Cómo afecta esto al conflicto?

Esta rebelión supone el desafío más grave al que se ha tenido que enfrentar Putin durante su largo mandato, y la crisis de seguridad más importante para Rusia desde que llegó al poder, a finales de 1999. Podría desviar la atención y los recursos en plena ofensiva en Ucrania, y coincide además con la contraofensiva anunciada por Kiev para recuperar territorios.

El ejército ucraniano indicó que está “observando” la lucha interna entre Prigozhin y Putin. Moscú, en tanto, advirtió que el ejército ucraniano estaba aprovechando la situación para reunir a sus tropas cerca de Bajmut de cara a una ofensiva. En el plano internacional, Estados Unidos, Francia y Alemania indicaron que seguían de cerca la evolución de la situación.

Putin promete castigo

El presidente Vladimir Putin prometió este sábado castigar la “traición” del jefe del grupo paramilitar Wagner, cuya rebelión contra el mando militar ruso significa una “amenaza mortal” y el riesgo de “guerra civil” para el país en pleno conflicto con Ucrania. Con traje y corbata negros, semblante serio y tono marcial, el mandatario ruso se dirigió, sin nombrarlo explícitamente, al hombre que lo desafía, Yevgueni Prigozhin: “Es una puñalada por la espalda para nuestro país y nuestro pueblo”, declaró durante un discurso dirigido a la nación.

“A lo que nos enfrentamos es exactamente a una traición. Una traición provocada por la ambición desmesurada y los intereses personales” de Prigozhin, agregó. Previamente, el jefe de Wagner anunció la toma del cuartel general del ejército ruso en Rostov, centro neurálgico de las operaciones en Ucrania, y aseguró que controla varias instalaciones militares.

“Estamos en el CG, son las 7:30 de la mañana” (4:30 GMT), afirmó Prigozhin en un video divulgado en Telegram. “Los sitios militares de Rostov están bajo control, incluido el aeródromo”, agregó. En su discurso, Putin señaló que la situación en Rostov era “difícil”.

En respuesta a la rebelión, la fiscalía general rusa anunció la apertura de una investigación por “motín armado” contra el grupo paramilitar, cuyos efectivos (25.000, según Prigozhin) se sublevaron tras acusar al ejército ruso de haber bombardeado sus bases.

Las autoridades reforzaron las medidas de seguridad en Moscú, donde se instauró un “régimen de operación antiterrorista”, consecuencia directa de la amenaza de Prigozhin, quien en un mensaje de audio divulgado en Telegram advirtió que sus fuerzas llegarán “hasta el final” y van a “destruir todo lo que se interponga” en su camino.

Según la agencia de prensa estatal bielorrusa Belta, Putin llamó por teléfono este sábado a su homólogo bielorruso Alexander Lukashenko, un aliado cercano, para informarle “de la situación en Rusia”. Los responsables de la ocupación rusa en las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk (este) de Zaporiyia y Jersón (sur) expresaron este sábado que sus territorios están “con el presidente” Putin.

En Ucrania, un asesor del presidente Volodimir Zelenski consideró que la rebelión de Wagner “es solo el comienzo” de lo que ocurrirá en Rusia. “La división entre las élites es demasiado evidente. Ponerse de acuerdo y pretender que todo está arreglado no funcionará”, indicó Mijailo Podoliak en Twitter.

“Listos para morir”

“Todos nosotros estamos listos para morir. Todos los 25.000 y luego otros 25.000″, recalcó Prigozhin por Telegram. “Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil”. Por la noche, anunció que había cruzado la frontera y entrado en Rostov. También aseguró que sus tropas derribaron un helicóptero ruso que acababa de “abrir fuego contra una columna civil”.

El gobernador de la región de Rostov instó a la población a “no salir de casa salvo por necesidad” y el de Lipetsk, a 420 km al sur de Moscú, anunció “medidas de seguridad reforzadas”. En varios mensajes de audio transmitidos el jueves, el jefe de Wagner había afirmado que unos bombardeos rusos causaron un “gran número de víctimas” entre sus filas.

“Han llevado a cabo bombardeos, bombardeos con misiles, contra nuestras bases de retaguardia. Un gran número de nuestros combatientes murió”, dijo, acusando al ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, de haber ordenado esos ataques. Unas acusaciones que “no se corresponden con la realidad y son una provocación”, replicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.

Las fuerzas de seguridad rusas, el FSB, llamaron a los combatientes de Wagner a detener a su jefe. Un influyente general ruso, Serguéi, Surovikin, instó a los milicianos de Wagner a renunciar a su revuelta. Esta disputa ha puesto de manifiesto las tensiones existentes dentro de las fuerzas movilizadas en el conflicto ucraniano. “Hay que poner freno a quienes tienen responsabilidad militar en el país”, indicó el jefe de Wagner, llamando a los rusos a unirse a sus tropas y a no oponer resistencia.

Ayudar incluso “al diablo”

Los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Alemania indicaron que seguían de cerca la situación en Rusia. El empresario opositor ruso en el exilio Mijaíl Jodorkovski llamó el sábado a la población a apoyar la rebelión de Prigozhin, tras señalar de que es importante apoyar “incluso al diablo” si decide enfrentar al Kremlin.

Pocas horas antes del estallido de esta crisis, Prigozhin apuntó que el ejército ruso se estaba “retirando” en el este y el sur de Ucrania, contradiciendo las afirmaciones del Kremlin, que asegura que la contraofensiva de Kiev está fracasando. “No hay ningún control, no hay triunfos militares” de Moscú, insistió Prigozhin. El Ministerio ruso de Defensa advirtió no obstante que Ucrania se está preparando para atacar Bajmut, en el este de Ucrania, “aprovechando la provocación de Prigozhin”.

“Debilidad evidente”

El motín armado del grupo Wagner es una muestra de la “debilidad” de Rusia, sumida en “el mal y el caos”, consideró este sábado el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien indicó que su país está protegiendo al resto de Europa. “La debilidad de Rusia es evidente. Una debilidad total”, señaló Zelenski en redes sociales, estimando que es “evidente que Ucrania es capaz de proteger a Europa de una contaminación del mal y el caos ruso”.

En su primera reacción ante los acontecimientos en Rusia, el presidente ucraniano afirmó que “quien elige el camino del mal se autodestruye”, refiriéndose a su homólogo ruso, Vladimir Putin. Según Zelenski, Putin “envía a cientos de miles de personas a la guerra para finalmente atrincherarse en la región de Moscú y protegerse de los que él mismo ha armado”. “Rusia ha usado la propaganda para ocultar su debilidad y la estupidez de su gobierno. Y ahora el caos es tal que ya nadie puede mentir sobre eso”, añadió.

Aliados bielorruso y kazajo

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, que enfrenta una rebelión del grupo paramilitar Wagner, habló por teléfono este sábado con sus aliados bielorruso y kazajo para informarles de la situación. Se trata de los primeros contactos internacionales de Putin desde el inicio de esta rebelión lanzada el viernes por la noche por el jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin. “El presidente ruso ha llamado esta mañana al presidente bielorruso” Alexander Lukashenko para informarle “de la situación en Rusia”, dijo la agencia de noticias bielorrusa Belta.

El jefe del Kremlin se entrevistó luego de manera telefónica con su homólogo kazajo Kasym-Jomart Tokayev, cuyo país también es aliado de Rusia en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar liderada por Moscú, indicó el servicio de prensa de la presidencia de Kazajistán en un comunicado. “Vladimir Putin informó (al presidente kazajo, ndlr) de la situación en su país” y le “agradeció por su comprensión”, según la misma fuente.

Fuente: AFP

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