“Necesito agua”, dice el agricultor Lars Jonsson junto a su campo en el este de Dinamarca mientras observa la tierra amarillenta, inusual en esta temporada, consecuencia de la sequía que asuela el norte de Europa. En todo el hemisferio norte, este comienzo de verano ha provocado fenómenos meteorológicos extremos, desde los megaincendios en Canadá hasta la sequía en España.

En el norte de Europa, conocido por su frescura, la sequía también se ha establecido con sus suelos áridos y la amenaza de incendios forestales, como los que asolaron Suecia en 2018. “El clima me preocupa mucho, porque está muy seco en este momento. Miro el pronóstico del tiempo en mi teléfono varias veces al día con la esperanza de que tal vez llueva un poco”, dice el agricultor danés en su campo, donde no ha llovido desde el 23 de mayo.

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A falta de agua, sus cereales son un 25 % más cortos de lo normal. Según el servicio europeo Copernicus, el 89,5 % del territorio danés estaba en estado de sequía a finales de mayo. “Mira, las raíces están casi secas”, lamenta este agricultor de unos 60 años. Desde 1989 dirige una granja de cerdos y cereales al norte de Copenhague. Parte de su cebada la vende a la cervecera Carlsberg.

“En la cebada, tendré un 30 % menos de cosecha debido a la sequía”, apunta. Sus pérdidas dependerán del precio del grano en el otoño. “Espero que sea un poco más alto para que mi resultado esté bien. Si se mantiene en el mismo nivel, mi resultado no será bueno”, dice el agricultor, que aún no sabe si tendrá que separarse de uno de sus dos empleados, como ocurrió en 2018.

¿Girasoles en Escandinavia?

En esta región el cambio climático está teniendo efectos perversos. “Hace más calor (...) Tengo que pensar en lo que pondré en mis campos en el futuro”, dice Lars Jonsson, quien también cultiva centeno y trigo en un área donde el riego de cereales está prohibido.

“Tal vez algunas de las cosas que tienen en los campos en Francia, por ejemplo, podría cultivarlas aquí, girasoles o soja”, dice. Hasta ahora, “la sequía no se consideraba uno de los resultados del cambio climático” en Dinamarca, dice Jens Hesselbjerg, climatólogo de la Universidad de Copenhague.

“Sabíamos que era una consecuencia [en otros lugares], pero no pensamos que sucedería aquí”, apunta. Ahora los períodos sin lluvia son cada vez más largos y frecuentes en Dinamarca, un país escandinavo de 5,9 millones de habitantes. Las autoridades multiplican los llamamientos para conservar el agua y no encender fuegos.

Incendios forestales

Más al norte, la situación también genera preocupación tras los vastos incendios forestales de 2018. Según Copernicus, más de la mitad del territorio de Finlandia y el 48,2 % de Suecia están afectados por la sequía. Suecia está experimentando el mes de junio más seco en “10 o 20 años”, estima el climatólogo del Instituto Meteorológico nacional, Gustav Strandberg.

En la vecina Finlandia, las temperaturas rondan los 30º en Helsinki, mucho más que las medias estacionales, Noruega también está experimentando una sequía inusual. Sin embargo, debido al cambio climático, las precipitaciones han aumentado en general en un 20 % desde 1900, según la Agencia Noruega de Medio Ambiente. “Llueve más, pero está más concentrado, no se extiende en el tiempo como necesitaríamos: mucho durante una semana, luego nada durante un mes”, analiza el meteorólogo Håkon Mjelstad.

El riesgo de incendio forestal se ha elevado al nivel naranja, el más alto, en gran parte del sur y sureste del país, lo que ha llevado a los servicios de bomberos a prohibir hacer fogatas o barbacoas fuera de los jardines. “El verano seco que se avecina (...), antes era raro”, señala Mjelstad. “Pero va a ser cada vez más frecuente. Simplemente porque hace más calor” en el planeta.

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Fuente: AFP

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