Bill Gates visitó el jueves China para reunirse con socios en salud global y cuestiones de desarrollo, en el primer viaje al gigante asiático del cofundador de Microsoft desde 2019. “Estoy ilusionado por visitar a clientes con quienes hemos trabajado en desafíos de salud global y desarrollo durante más de 15 años”, dijo Gates en su cuenta de Twitter.

Solucionar problemas como el cambio climático, la desigualdad sanitaria o la inseguridad alimentaria requiere innovación”, declaró. “Desde desarrollar medicamentos para la malaria a invertir en adaptación al clima, China tiene mucho que decir sobre ello”, agregó el empresario y filántropo.

Gates se suma a un creciente número de empresarios occidentales que viajaron recientemente a la segunda economía mundial aprovechando su reapertura tras el fin de las restricciones anticovid. Entre ellos destacan Elon Musk de Tesla, Jamie Dimon de JPMorgan Chase o Tim Cook de Apple.

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“Camarada Musk”

En Occidente despierta controversia, pero en China fue recibido como una superestrella. El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, fue acogido con entusiasmo en el gigante asiático, con fanáticos refiriéndose a él como el “camarada Musk”. En la segunda economía del mundo, poseer un vehículo eléctrico Tesla se ha convertido en los últimos años en el marcador social de la clase media.

Y el éxito de este multimillonario de 51 años, nacido en Sudáfrica, pero que tiene también las nacionalidades estadounidense y canadiense, levanta gran admiración. Zhu Qi, dueña de un Tesla en la ciudad de Changsha (centro), lo admite sin pelos en la lengua: dice que venera a Musk por su “gran carisma personal y su excelente constancia en su campo”.

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“China no es aún [un país] muy abierto, así que el hecho de que venga gente como él y comparta con nosotros una parte de sus conocimientos es algo importante, de lo que podrían inspirarse nuestro país y nuestros dirigentes”, estima esta profesora universitaria de 33 años, en declaraciones a AFP.

“Debido a nuestro sistema de educación focalizado en los exámenes, creo que es difícil que China produzca a alguien como Musk, que ha adquirido el estatuto de dirigente mundial en base a sus intereses personales”, agrega. Musk, que es también dueño de Twitter (inaccesible en China) realiza su primera visita en más de tres años a China, tras el levantamiento de la política de cero covid. Llegó el martes a Pekín y el miércoles viajó a Shanghái.

Recibido por el gobierno

En Weibo --el Twitter chino-- los usuarios siguieron con entusiasmo cada etapa de su estadía. El empresario fue acogido casi como un dirigente político extranjero. En Pekín se reunió con varios miembros del gobierno, ante los cuales aplaudió la “vitalidad” del desarrollo chino. En Shanghái visitó la planta de ensamblaje Gigafactory, inaugurada por Tesla en 2019, según imágenes publicadas en Weibo por Grace Tao, encargada de las relaciones públicas del grupo en el país. Y se marchó de China el jueves por la mañana en su jet privado.

Las fotos de su cena de bienvenida del martes, que incluía 16 platos diferentes, entre ellos mariscos, cordero neozelandés y fideos tradicionales de Pekín, se hicieron virales. “Para Musk en este planeta no hay países, sino mercados para vender sus mercancías”, decía un internauta. “Es exactamente el tipo de capitalismo sin fronteras que predijo”.

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“Horas extras”

Algunos aprovecharon la ocasión para burlarse de Estados Unidos, en momentos en que las relaciones bilaterales son particularmente complicadas. Elon Musk “parece ser el único estadounidense bienvenido en China”, señalaba un usuario en Weibo. “Biden debe estar preguntándose por qué China rechaza sus invitaciones para reunirse con altos funcionarios estadounidenses, pero extiende la alfombra roja para Musk”, bromeaba otro.

Un meme que circuló por la plataforma esta semana mostraba a un “camarada Musk” en plan de jefe de Estado de pie detrás de un podio flanqueado por banderas chinas, mientras unos funcionarios en el fondo vestidos con trajes lo aplaudían. Pero no todo el mundo en China cayó rendido a los pies de Elon Musk. Algunos notaron que las fotos de su visita a la fábrica de Shanghái, donde posa rodeado de cientos de empleados, se publicaron a las doce y media de la noche.

En los últimos años, cada vez más empleados del sector tecnológico han criticado las largas jornadas laborales y los altos niveles de estrés a los que están sometidos. “Es un poco anticuado obligar a tanta gente a quedarse despierta en mitad de la noche sólo para hacer fotos”, decía un internauta. “¿Están todos haciendo horas extras esta noche, verdad?”, preguntaba otro.

Fuente: AFP.

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