El expresidente de Estados Unidos Donald Trump aseguró que tiene intención de seguir hasta el final en la carrera electoral a la Casa Blanca, aunque sea condenado en alguna de las dos imputaciones bajo las que se encuentra. “Yo de aquí no me voy. Si me hubiera ido lo habría hecho antes de presentarme al principio, en 2016. Ahí sí que fue difícil. En teoría, era imposible”, declaró Trump al portal de noticias Político.
El expresidente está doblemente imputado por un caso de soborno a la actriz porno Stormy Daniels y por ocultar documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago (Florida), pero la ley estadounidense, cabe recordar, no impide a Trump seguir en la carrera a la Casa Blanca ni desde la cárcel, ni aunque tenga antecedentes criminales.
Asimismo, Trump descartó toda posibilidad de concederse a sí mismo un perdón presidencial si gana los comicios de 2024, porque lo ve como un escenario imposible, dada la inocencia que proclama. “No creo que tenga que hacerlo jamás, porque no he hecho nada malo”, añadió.
Acusaciones tienen motivaciones políticas
La abogada de Donald Trump insinuó este domingo la estrategia de defensa del expresidente, acusado en el caso de mal manejo de documentos confidenciales, al decir que tenía derecho a tener en su poder archivos desclasificados como recuerdos personales de su era en el cargo y que las acusaciones tienen motivaciones políticas.
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“Tiene todo el derecho de poseer documentos confidenciales que habían sido desclasificados”, dijo al programa “Fox News Sunday” de la cadena Fox News una de sus abogadas, Alina Habba, dos días antes de su comparecencia ante un tribunal federal de la ciudad de Miami (sureste). “Estos son escritos, cosas que él tiene derecho de tener”, agregó, descartando la idea de que su cliente pudiera declararse culpable, pues “no ha hecho nada malo”.
Trump, quien impulsa su candidatura en el Partido Republicano para disputar las elecciones de 2024, comparecerá el martes en Miami para afrontar 37 cargos, incluidas violaciones de la ley de espionaje, declaraciones falsas y conspiración por mal manejo de material clasificado, en la última de sus comparecencias ante la justicia por cuestiones legales.
Para la abogada Habba toda esta trama judicial tiene una “motivación completamente política”. “Es una clara interferencia electoral”, dijo en referencia a supuestos obstáculos a la candidatura del expresidente de Estados Unidos Donald Trump.
Fuente: Europa Press - AFP
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¿Quién puede ser el vicepresidente de Trump?
¿A quién elegirá Donald Trump como compañero de fórmula para las elecciones presidenciales de noviembre? Imposible saberlo, pero algunos nombres suenan con fuerza. El expresidente republicano debe elegir con cuidado a su posible futuro vicepresidente si quiere ampliar su base electoral en su duelo contra el demócrata Joe Biden. Estos son algunos de los nombres que más circulan.
Tim Scott
A Donald Trump le gusta el perfil de Tim Scott, el senador afroestadounidense de Carolina del Sur. El expresidente republicano no para de elogiar la lealtad de este hombre de 50 años, antiguo aspirante a la Casa Blanca. “Eres mucho mejor candidato para mí de lo que has sido para ti”, dijo en un mitin reciente.
Con Tim Scott como mano derecha, Trump podría aspirar a ganarse a los votantes negros, que prefirieron mayoritariamente a Joe Biden en las elecciones de 2020. Sus detractores reprochan al senador su falta de magnetismo, sobre todo durante los debates.
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Elise Stefanik
Elise Stefanik, de 39 años, llegó al Congreso con posiciones moderadas, pero su ascenso meteórico entre los republicanos se debe al apoyo de Donald Trump. La congresista por Nueva York ha abrazado sin vacilar cada una de las cruzadas del millonario.
Si la elige como compañera de fórmula, Donald Trump podría ganarse a una parte del electorado femenino, entre el que su apoyo decae, según los sondeos. Pero esta incondicional del candidato republicano también podría ahuyentar a los votantes más moderados.
J.D Vance
J.D. Vance, de 39 años, no ha sido fan de Donald Trump desde sus inicios, algo que el expresidente republicano le reprocha. Pero no por ello hay que borrarlo de la lista. Este exmilitar y senador por Ohio, conocido por haber publicado un libro éxito de ventas sobre la clase trabajadora blanca de Estados Unidos, acaba de entrar en política, pero su perfil ya despierta interés en los círculos republicanos.
Llama la atención sobre todo su capacidad para recaudar grandes sumas de dinero para su partido. Y esto es importante en un país donde las victorias políticas se obtienen a base de miles de millones de dólares.
Marco Rubio
La relación entre Donald Trump y Marco Rubio ha sido tirante en el pasado. En las primarias republicanas de 2016 el senador de Florida se burló del magnate inmobiliario. Desde entonces ambos parecen haber enterrado el hacha de guerra.
Donald Trump sabe que podría sacar provecho del perfil de este senador de 52 años, muy implicado en temas geopolíticos y que podría darle un valioso apoyo entre los votantes hispanos. Pero un sector de la derecha dura nunca le ha perdonado su propuesta de reforma migratoria, presentada hace más de diez años.
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Nikki Haley
La elección de Nikki Haley, la última rival de Donald Trump en las primarias republicanas, sería sorprendente, pero no imposible. Esta mujer de 52 años aún no ha anunciado su apoyo público a la candidatura de Donald Trump. Durante muchos meses el republicano ha llamado a su exembajadora ante la ONU “cabeza hueca”.
Pero la exgobernadora de Carolina del Sur es muy popular entre los votantes republicanos moderados e independientes, votos que de otro modo podrían ir a parar a Joe Biden.
Otros posibles candidatos
También circulan los nombres del gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, y del senador Rick Scott, pero sus posibilidades parecen limitadas por el momento. También lo son las del empresario Vivek Ramaswamy, el congresista Byron Donalds y la expresentadora de televisión Kari Lake.
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, fue considerada durante mucho tiempo como una posible candidata, pero sus posibilidades se han desplomado desde que afirmó haber matado de un disparo a su perra porque era “indomable”.
Contactado por la AFP, el entorno de Donald Trump se negó a dar detalles sobre el perfil que busca. “Cualquiera que afirme saber quién o cuándo el presidente Trump elegirá a su vicepresidente miente”, dijo uno de sus asesores. “A no ser que esa persona se llame Donald Trump”.
Fuente: AFP.
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Detectar a votantes de Trump, un dolor de cabeza para encuestadoras
¿Por quién votará en noviembre? Los institutos de encuestas intentan detectar a los votantes que elegirán al republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos para evitar subestimarlos como hicieron en 2020 y cuatro años antes. La victoria del republicano frente a la demócrata Hillary Clinton en 2016 sorprendió al país, pero fueron sobre todo las últimas elecciones, que ganó Joe Biden, las que obligaron a los encuestadores a hacer revaluar sus métodos.
Según un informe de la Asociación Estadounidense para la Investigación de la Opinión Pública (AAPOR), se han producido errores de “magnitud inusual”, los peores en veinte o incluso cuarenta años. ¿Por qué hasta la víspera electoral las encuestas sobreestimaron el voto a Biden?
Don Levy, director del instituto de investigación de la universidad de Siena, que publica junto con el New York Times unas proyecciones muy seguidas, no cree que los partidarios del magnate republicano sean demasiado “tímidos” para expresar su preferencia. Pero son “más reacios a participar en una encuesta”, e incluso hostiles.
“Donald Trump ha pedido a sus partidarios que no respondan a las encuestas y, francamente, nunca habíamos tenido que lidiar con eso”, coincide Celinda Lake, cuya influyente empresa de sondeos trabaja para el Partido Demócrata. “En 2020 constatamos que los encuestados eran más reservados a la hora de revelar su intención de voto”, explica también a AFP Doug Schwartz, que dirige otro conocido instituto de la Universidad Quinnipiac. Pero “nuestros esfuerzos han contribuido a reducir el rechazo”, asegura sin entrar en detalles.
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Más difícil y caro
Todo el mundo está de acuerdo en que llegar a los votantes en la era de los teléfonos móviles con filtro de llamadas es cada vez más difícil y costoso. Para corregir la infrarrepresentación de votantes del candidato republicano, Don Levy plantea la pregunta sobre intención de voto “de entrada”. Aunque los partidarios del magnate de 77 años, una vez declarada su preferencia, cuelgan sin contestar a las otras preguntas, al menos consigue esta respuesta, explica a la AFP.
Además, apuesta por las entrevistas telefónicas, basadas en las listas electorales, y se asegura de que los potenciales simpatizantes de Trump (por ejemplo, los votantes blancos sin título universitario que viven en zonas rurales) estén sobrerrepresentados. Celinda Lake, por su parte, utiliza técnicas de modelización estadística, pero se niega a limitarse a las entrevistas telefónicas.
Por teléfono te encuentras con gente mayor que “trabaja en un horario regular”, y no tanto con jóvenes o personas con empleos precarios, señala. Ella aboga por un enfoque “mixto”. “Usamos internet, mandamos mensajes de texto, llamamos a móviles y a fijos”, prosigue. Sus encuestadores intentan contactar con la misma persona “varias veces”. Además “somos cada vez más cuidadosos con la forma en la que empezamos nuestros cuestionarios”, declaró Celinda Lake a la AFP, para no parecer “demasiado parciales” o “demasiado progresistas”.
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“Estados bisagra”
“Por ejemplo preguntamos a la gente qué le pareció el partido de fútbol americano del día anterior, u otra pregunta que les haga pensar ‘este es como yo’”. Las empresas de sondeos también se esmeran con los “estados bisagra”, que pueden inclinarse hacia uno u otro partido en función de los candidatos y otros factores.
En Estados Unidos los ciudadanos no eligen directamente al presidente, sino que designan a grandes electores de cada estado, que serán quienes voten por uno u otro candidato. Para ganar Joe Biden y Donald Trump no necesitan obtener la mayoría de los votos en todo el país, pero sí en una serie de estados indecisos, aunque sea por un margen muy estrecho.
En 2024 comentaristas e investigadores han identificado seis o incluso siete, entre ellos Arizona, Georgia, Nevada o Pensilvania. Paradójicamente, Don Levy (Siena) teme que el deseo de los institutos de sondeos de explorar estos estados, e incluso algunos distritos específicos, sea perjudicial. “Algunas personas (que viven en estados indecisos) podrían sentirse ‘demasiado sondeadas’. Y esto también podría influir” en la fiabilidad de las encuestas, advierte.
Fuente: AFP.
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Este viernes se cerró la tercera semana del juicio a Donald Trump
El juicio de Donald Trump cierra este viernes una tercera semana marcada por el testimonio bomba de la exestrella de cine porno Stormy Daniels, en el centro del caso que ha sentado por primera vez a un expresidente de Estados Unidos en el banquillo.
Antes de la conclusión de la audiencia este viernes, el fiscal Joshua Steinglass indicó que la acusación llamará la próxima semana a dos nuevos testigos, sin revelar sus nombres, y que podrían ser los últimos por su parte.
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La mayoría de los comentaristas prevén que el lunes suba al estrado Michael Cohen, exabogado personal de Trump, quien fue el encargado de hacer el pago de 130.000 dólares a Daniels en la recta final de las elecciones presidenciales de 2016, y cuyo reembolso fue registrado como gastos legales.
Ante las quejas de Trump, sobre el que pende una orden que le prohíbe hablar de los testigos, el jurado o miembros de la corte, el juez Juan Merchan pidió a la Fiscalía que comunique a Cohen que “se abstenga de hacer comentarios públicos” sobre el juicio o el magnate.
Al término del juicio, el jurado popular tendrá que determinar si el magnate falsificó 34 documentos contables para esconder el pago a Daniels, como acusa la Fiscalía. Si es declarado culpable podría ser condenado a la cárcel, aunque ello no le impediría ser presidente en caso de que fuera el vencedor en noviembre del duelo contra Joe Biden.
Cohen ya se declaró culpable de fraude fiscal, violación de leyes de financiación de campaña electoral y de mentir al Congreso por lo que fue condenado a tres años de cárcel en 2018. Entonces se comprometió a colaborar con la Fiscalía, por lo que su testimonio es altamente esperado.
Junto a Daniels son las dos estrellas de este juicio histórico.
La exactriz explicó al jurado de Nueva York con todo lujo de detalles la aventura de una noche que tuvo con Trump, y que este siempre ha negado, en un torneo de golf de famosos.
En su testimonio, describió el pijama de Trump, sus calzoncillos, la posición sexual y el hecho de que no llevara preservativo. También dijo que no se sintió amenazada “ni verbal ni físicamente”, aunque se sintió “avergonzada por no haberlo impedido, por no haber dicho que no”.
La defensa, que trató de desacreditarla, alegó que estos detalles eran “extremadamente perjudiciales” para el caso que se centra la falsificación de documentos contables, por lo que presentó en dos ocasiones -el martes y jueves - una moción para anular el juicio, lo que rechazó el juez.
La cárcel, una posibilidad
La semana se inició con un nuevo rapapolvo del juez al magnate republicano por desacatar una vez más su prohibición de hablar de los testigos, el jurado y personal de la corte en las redes sociales.
Como las multas por desacatar dicha orden, que ascienden a 10.000 dólares, no parecen tener efecto, el juez le amenazó con meterle en la cárcel.
Como cada día, Trump volvió a arremeter este viernes a su llegada al tribunal contra este juicio “horrible” destinado, según él, a impedirle que haga campaña, aunque anunció que el sábado dará un mitin en el vecino Nueva Jersey.
Tras dos días electrizantes por la declaración de una de las testigos estrella del juicio, este viernes se sucedieron en el estrado Madeleine Westerhout, exasistente de Trump, que explicó cómo el magnate dirigía sus negocios, y dos especialistas de empresas de telefonía interrogados sobre llamadas telefónicas.
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Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020 y en Florida por presunta manipulación indebida de documentos clasificados tras dejar la Casa Blanca, pero ese caso ha sido aplazado indefinidamente.
Fuente: AFP
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Stormy Daniels negó extorsión a Donald Trump
El interrogatorio a Stormy Daniels, en el centro de la causa que ha sentado a Donald Trump en el banquillo de la justicia, concluyó ayer jueves tras el intento de la defensa de presentarla como una mentirosa avariciosa que se aprovechó de sus acusaciones. La exactriz de cine porno negó haber amenazado al magnate con revelar una supuesta relación extramatrimonial de 2006, que Trump siempre ha negado, si no le pagaba.
“Quería que se supiera la verdad (...) que quedara registrada en un documento para que mi familia no saliera perjudicada”, dijo Daniels a la implacable abogada de Trump, Susan Necheles. De 77 años, Trump está acusado de falsificar 34 documentos contables para disfrazar el pago de 130.000 dólares a Daniels haciéndolos pasar como gastos legales de su entonces abogado Michael Cohen en la recta final de las elecciones de 2016, que ganó frente a Hillary Clinton.
Los abogados de Trump han querido presentarla ante el jurado como “sórdida, avariciosa y poco fiable”, acusándola de “extorsionar” al magnate, candidato republicano en las elecciones de noviembre frente a Joe Biden. Durante casi ocho horas de interrogatorio el martes y el jueves, Daniels explicó al jurado de Nueva York la aventura de una noche que, según ella, tuvo con Trump en un torneo de golf de famosos. El jueves, los abogados de Trump sugirieron que Daniels buscaba dinero con esta supuesta relación que contó en un libro por el que habría recibido 800.000 dólares, según la defensa.
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“Lo odiaba”
La acusaron de aparecer en un club de striptease, con una foto de Trump y el eslogan “Making America Horny Again (Haz América Cornuda de nuevo)”. “Nunca utilicé ese eslogan: lo odiaba”, dijo Daniels, de 45 años, que llevaba un vestido verde y una larga chaqueta negra con capucha.
El martes describió con todo lujo de detalles el supuesto encuentro con el magnate inmobiliario en un torneo de golf en 2006: su pijama, sus calzoncillos, la posición sexual y que no se puso preservativo, bajo su mirada impertérrita. Y aunque “no fue amenazada verbal ni físicamente”, dijo que se había “sentido avergonzada por no haberlo impedido, por no haber dicho que no”.
Tras recordarle que había dirigido y participado en más de 150 películas porno, la abogada de Trump le dijo que tenía “mucha experiencia en hacer que las historias falsas de sexo parecieran reales”. “Si esta historia no fuera cierta, la habría escrito mucho mejor”, respondió Daniels.
Los abogados de Trump llegaron a pedir la anulación del juicio el martes alegando que el testimonio de Daniels es “extremadamente perjudicial” para una causa que gira esencialmente sobre registros contables relacionados con las elecciones. El juez Juan Merchan lo rechazó. Este jueves volvieron a pedirlo. Tras Daniels subieron al estrado otras tres testigos, entre ellas Madeleine Westerhout, exdirectora de operaciones del Despacho Oval, que lo describió como un hombre práctico.
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“Caso Frankenstein”
En declaraciones a los periodistas a la entrada al tribunal este jueves, Trump dijo que el juicio es un “caso Frankenstein”. “El fiscal se lo está inventando sobre la marcha”, dijo el magnate. Merchan ha prohibido a Trump, que durante años ha llamado a Daniels “cara de caballo” y proferido otros insultos contra ella, hablar públicamente de los testigos, el jurado y personal de la corte.
Trump dijo el jueves que ha presentado un recurso contra la orden de silencio ante un tribunal de apelación, pero no dio más detalles. Su abogado exigió que se permitiera a Trump responder públicamente a las afirmaciones de Daniels sobre su encuentro ahora que ella ya ha declarado. Merchan, que ya ha impuesto 10.000 dólares de multa al magnate por desacatar su orden, se negó a levantarla.
Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020 y en Florida por presunta manipulación indebida de documentos clasificados tras dejar la Casa Blanca, pero ese caso ha sido aplazado indefinidamente.
Fuente: AFP.