La central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, sigue recibiendo agua de las reservas de la represa de Kajovka, declaró el jueves el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), refutando la afirmación del operador de la presa de que el embalse ya no suministraba agua.

“La central nuclear ucraniana de Zaporiyia sigue bombeando agua de enfriamiento desde el embalse de Kajovka”, informó la instancia de Naciones Unidas en un comunicado.

El jefe del operador ucraniano Ukrhydroenergo, Igor Syrota, alertó unas horas antes de que las reservas de agua de la represa, dañada el martes, ya no bastaban para enfriar los reactores de la planta, la mayor de Europa. El nivel de agua está “por debajo del umbral crítico de 12,7 metros”, advirtió. Esto significa que ya no es capaz de alimentar “las piscinas de la central nuclear de Zaporiyia” para las operaciones de enfriamiento, añadió.

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La represa de Kajovka fue destruida el martes, lo que obligó a evacuar a miles de personas en la región de Jersón. Tanto Kiev como Moscú se culparon mutuamente de su destrucción.

La represa se sitúa sobre el río Dniéper y forma un embalse que suministra el agua de refrigeración a la planta nuclear, ocupada por Rusia y situada a unos 150 kilómetros río arriba.

Previa evaluación, se comprobó que la operación de bombeo de agua “debía poder continuar aunque el nivel bajase de los 12,7 metros”, explicó el OIEA en el comunicado. “Hasta ahora, los resultados indican que es probable que el bombeo pueda seguir funcionando aunque el nivel descienda a unos 11 metros o posiblemente menos”, detalló.

“En estas circunstancias difíciles y desafiantes, esto proporciona algo más de tiempo antes de cambiar posiblemente a suministros de agua alternativos”, dijo el director del organismo, Rafael Grossi.

Las alternativas, que incluyen una piscina de refrigeración junto a la central, pueden proporcionar el agua de refrigeración necesaria “durante varios meses”, ahondó. “No obstante, la situación general de seguridad nuclear sigue siendo muy precaria y potencialmente peligrosa”, matizó. Grossi tiene previsto viajar a la central la próxima semana.

El organismo de Naciones Unidas dispone de un equipo de expertos en la central, donde ya se han impuesto medidas para limitar el consumo de agua, utilizándola únicamente para “actividades esenciales relacionadas con la seguridad nuclear”, declaró Grossi.

Los reactores de la central ya se han apagado, pero siguen necesitando agua de refrigeración para garantizar que no se produzca una catástrofe nuclear.

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