La Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF), el organismo creado por Benedicto XVI en 2010 para poner fin a las irregularidades, detectó 128 operaciones sospechosas en 2022, de las 124 estaban vinculadas a activos conservados en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado banco del Vaticano, lo que supone un aumento respecto a las 104 operaciones sospechosas detectadas en 2021.

Según el informe anual hecho público este miércoles por la entidad que vigila las actividades financieras del Vaticano, tras la investigación de esas 128 actividades sospechosas, se acabó con la suspensión de cinco cuentas bancarias en el IOR por un valor total de 829.050 euros. Además, fueron remitidos un total de 19 informes remitidos a la Oficina del Promotor de Justicia, la fiscalía del Vaticano, para valorar posibles delitos de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo.

Francisco centralizó en agosto del año pasado la gestión de todos los activos financieros en el IOR para que tuviera la competencia exclusiva de la gestión económica del Vaticano. De hecho, los distintos Dicasterios, oficinas y organismos afines de la Santa Sede transfirieron al instituto financiero todos los activos financieros y además de la liquidez.

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El primer informe financiero, tras ese movimiento, señala que “los informes de actividades sospechosas recibidos por la ASIF dieron lugar a cinco suspensiones, por un total de 829.050 euros”. Sin embargo, especifica que, si bien “no hubo medidas de congelación de cuentas o fondos”, en general, el año pasado, en comparación con el anterior, “aumentó el número de casos en los que la ASIF tuvo que intervenir por sospecha de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo”.

El documento también da cuenta de que 2022 confirma la tendencia hacia una “mayor calidad” de los informes, lograda gracias a “la estabilización y normalización del sistema de informes y la intensificación de las medidas preventivas emprendidas por el IOR” y a los “indicadores de anomalías más detallados”.

Entre estas anomalías figuran, por ejemplo, “actividades innecesariamente complejas o ilógicas” , la preferencia por el uso de dinero “en efectivo” y los comportamientos “poco cooperativos o sospechosos”. En cuanto a la cooperación internacional en materia de transparencia financiera, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la ASIF envió 39 solicitudes de cooperación y recibió 33 durante el año pasado.

“La cooperación internacional resultó muy valiosa para adquirir información pertinente durante la fase de análisis operativo, preparatoria de la transmisión de un informe a la UIF”, señala el informe. Además, hasta la fecha se han firmado 67 memorandos de entendimiento internacionales; el año pasado, con Macedonia del Norte y las Islas Caimán.

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El presidente de la Autoridad de Información Financiera (AIF) del Vaticano, Carmelo Barbagallo, explica en una carta adjunta al informe que la jurisdicción vaticana sigue comprometida en la “acción de perfeccionamiento de las medidas de prevención y lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo”. En este sentido, asegura que se han perfeccionado los mecanismos de gasto y se han reforzado los órganos de control, así como “el conocimiento de posibles amenazas externas y las correspondientes garantías de procedimiento y organización”.

Por su parte, el director del organismo, Giuseppe Schlitzer, señala que ha habido una mayor “proyección exterior” de la ASIF en 2022, tanto en las relaciones con las demás Autoridades de la Santa Sede/Estado de la Ciudad del Vaticano como en los intercambios de experiencias con autoridades homólogas de otros Estados; así como en la participación en foros y organismos internacionales de referencia.

Schlitzer también ha destacado que la Oficina de Supervisión de la ASIF ha llevado a cabo regularmente la verificación de perfiles relevantes para la “gestión prudente, sana y sostenible del IOR”, actualmente la única entidad autorizada para ejercer actividades financieras de forma profesional en la jurisdicción.

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En lo que respecta a las declaraciones de operaciones transfronterizas, en 2022 la ASIF registró 154 declaraciones de entrada de capitales por un importe total de 14.725.989 euros, y 410 declaraciones de salida de 6.273.198 euros.

Fuente: Europa Press.

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