Los mineros murieron asfixiados tras el incendio provocado por un cortocircuito seguido, al parecer, de una explosión, según el informe policial. Foto: AFP
Perú: incendio en una mina de oro deja 27 víctimas
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Brigadas de la Policía recuperaron los cuerpos de los 27 trabajadores que murieron asfixiados el fin de semana durante el incendio de una mina legal de oro en el sur de Perú. Las tareas de rescate se prolongaron hasta la madrugada de este lunes en el socavón La Esperanza 1, en la localidad de Yanaquihua, en el departamento de Arequipa.
“Se lograron rescatar los 27 cuerpos de los trabajadores”, confirmó el alcalde de Yanaquihua, James Casquino, a la radio RPP. Los restos fueron transportados en ataúdes hasta la ciudad de Arequipa, donde serán entregados a los familiares en el curso del día. “¡Cómo voy a perder a mi hermano así, cómo me lo voy a llevar! La empresa debe responsabilizarse”, dijo quebrada en llanto Justina Jiménez, hermana de un obrero, en declaraciones a la AFP a las afueras de la morgue.
Según confirmó la Policía, los mineros murieron asfixiados tras el incendio provocado por un cortocircuito seguido, al parecer, de una explosión. “Todos fallecieron por asfixia, no hay cuerpos que presenten quemaduras”, dijo a la prensa el coronel de la Policía Fernando Portugal, quien dirigió el operativo en La Esperanza 1. La Fiscalía publicó una fotografía en la que se ve dentro del túnel a uno de los obreros colgado boca abajo cerca de otro cadáver que quedó a los pies de una escalera.
El incendio se produjo el sábado, pero recién ayer la Policía pudo verificar el número de muertos que deja la peor tragedia minera en décadas en Perú, el mayor productor de oro de América Latina. De acuerdo con los primeros peritajes, las llamas avanzaron velozmente por entre los pilares de madera del socavón. Un grupo de 175 trabajadores alcanzó a salir ileso, pero los demás quedaron atrapados en la humareda.
Determinar las causas
Las autoridades, que en un principio hablaron de obreros quemados, todavía están determinando las circunstancias que rodearon el incendio. “Mi padre toda la vida trabajó en minas formales, nunca tuvo accidentes graves, esta vez le confesó a mi madre que las condiciones laborales no eran las adecuadas”, dijo la hija de uno de los fallecidos, Marcelino Calcina, quien no se identificó ante la prensa.
El socavón afectado por las llamas es operado legalmente por la Minera Yanaquihua, una empresa mediana que extrae unas 15.000 onzas anuales de oro, de acuerdo con su página web. “Esperamos una respuesta contundente del Ministerio Público para saber qué es lo que ha sucedido, y cuáles son los antecedentes de esta empresa minera”, señaló el alcalde de Yanaquihua.
La minería es uno de los motores de la economía peruana, con un 8,3% de participación en el PIB. Perú es el segundo productor de plata, cobre y zinc a nivel mundial, y el primer productor de oro, zinc, estaño, plomo y molibdeno en América Latina, según datos oficiales. El año pasado fallecieron 39 personas en incidentes asociados a la minería, según el Ministerio de Energía y Minas.
El policía de la foto del Ycuá Bolaños: “Lo recuerdo como si hubiera sido ayer”
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Ciudad del Este. Agencia Regional.
A 21 años de la tragedia del Ycua Bolaños, la imagen de un policía con un niño en brazos, a quien rescataba, trataba de auxiliar, sigue impactando como un eco de aquella dolorosa mañana. El uniformado, uno de los protagonistas de esta histórica foto, aún recuerda el hecho como si hubiera ocurrido ayer. Y es que en el incendio de ese supermercado fallecieron cerca de 400 personas.
La Nación/Nación Media habló con el comisario principal Juan Duarte Ferreira, quien es el policía que hizo una técnica de primeros auxilios para una ventilación artificial al niño que llevaba en sus brazos.
Hoy, el uniformado es padre de dos hijos, un hombre de 26 años y una niña de 7. Cumple funciones en la Comisaría 11 de Juan E. O´Leary como jefe policial y, en tal sentido, de nuevo se encuentra cuidando a niños en esta mañana del 1 de agosto, al hacer la cobertura de la Escuela Las Residentas, del citado municipio.
Imagen muy divulgada en el extinto Noticias el Diario, captada por el reportero gráfico Sebastián Cáceres. Gentileza
Periódicamente, desde su función en una aparente tranquila ciudad del interior del país, el comisario Duarte Ferreira lidia con víctimas de asaltos, robos, violencia familiar, desapariciones, homicidios, accidentados, en índices mucho menores que las zonas de gran movimiento, pero asegura que, especialmente, cada 1 de agosto, la memoria le hace volver a aquel primer domingo de agosto del 2004.
“Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, cada gesto, cada acto, cada situación que nos tocó aquella mañana y en siguientes jornadas; no se debe olvidar para que no vuelva a ocurrir”, expresó el comisario Duarte. Remarcó que fue “lamentable ver tantas muertes en época de paz”.
Asimismo, dijo que la imagen divulgada de su intervención en el hecho le valió que hasta un tiempo después, existieran personas que lo reconocían en el transporte público, y, por ejemplo, le agradecían por haber salvado a un familiar. Dijo que fue un policía en servicio, así como otros cientos de uniformados, bomberos voluntarios y un sin fin de personas que ayudaron.
El oficial recorrió varias unidades policiales a lo largo de estos 21 años hasta quedar en Alto Paraná. Después del siniestro, cumplió funciones en Accidentología Vial del Departamento de Criminología, donde le tocó intervenir en muchos accidentes.
“Estuve de nuevo en muchas situaciones terribles, especialmente cuando encontré a niños como víctimas de esas tragedias en rutas, pero sabemos que eso corresponde a nuestra función”, sostuvo el comisario Duarte.
El oficial de policía no fue solo el agente que ayudó en el incendio, sino familiar de una víctima y, en tal sentido, refiere que conoce muy bien la lucha encausada en busca de Justicia y reparación. Un sobrino de 20 años, Nelson Damián Duarte, trabajaba en el supermercado y fue una de las víctimas.
“Una larga lucha, juicios interminables, muchas familias sin asistencia, es lo que nos dejó también ese día tan triste; mucha fuerza a los que no fueron atendidos como corresponde”, dijo el policía.
¿A quién rescató?
Inicialmente, se creyó que el niño salvado por el policía y retratado en la emblemática foto del reportero Sebastián Cáceres, para el Diario Noticias (extinto), se trató de Enzo Bobadilla.
Sin embargo, cabe recordar que hasta hace unos años, Verónica Bécker, madre de una niña, aclaraba que fue su hija, Annete Nicole Gaus Bécker, de cuatro meses, la que está en la emblemática imagen y lamentó que se haya cometido ese error, tratándose de la identidad de una hija que perdió.
El policía Juan Duarte informó que mantuvo contactos con la familia del citado niño hasta que llegó a la edad de 7 u 8 años, aproximadamente. Luego, él se trasladó a otras zonas del país a cumplir funciones y dejó de tener vinculación con dicha familia, aunque había estado acompañando el crecimiento del niño.
Ycuá Bolaños: una tragedia que se vive, se recuerda y se lucha por sanar
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Cada 1 de agosto el pueblo paraguayo recuerda uno de los días más terribles y luctuosos de su historia: el incendio del supermercado Ycuá Bolaños. Aquel domingo soleado del 2004 se vio teñido por el fuego, las cenizas y las lágrimas de casi 400 paraguayos fallecidos. Han pasado 21 años, pero la herida sigue sangrando, sigue doliendo.
El sol quedó cubierto por el negro humo que cubrió la ciudad, que se volvió gris y doliente por el terrible suceso que marcó para siempre al barrio Trinidad, donde en cada cuadra había al menos una víctima.
Las llamas habrían iniciado cerca del mediodía en la cocina del patio de comidas del super, el cual, debido al día y el horario, estaba lleno de familias que estaban compartiendo en el lugar o iban a retirar el almuerzo para compartirlo en sus casas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas, las cuales se extendieron de manera voraz, generando pánico, miedo y un descontrol entre todos los que estaban en el lugar y que, al intentar huir del sitio, se encontraron con los portones y las salidas de emergencias cerradas, quedando atrapados en el infierno que, tras 21 años, permanece en la memoria de todo un pueblo.
La historia de cientos de sobrevivientes ha sido contada año tras año, con la esperanza de que aquella tragedia nunca sea olvidada. Rocío Melgarejo es una madre que casi pierde a su hija aquel domingo. Ese día la siguió por años, ya que su hija no solo sobrevivió milagrosamente, sino que debió luchar por recuperarse y sanar.
“Mi hija Luna tenía 4 añitos apenas, pero ella cada domingo iba a la iglesia con mi hermano Nelson y su novia María Luisa. Ese domingo no fue la excepción, pero al salir del encuentro fueron hasta el super para almorzar; ellos estaban en el estacionamiento cuando el fuego los atrapó”, relató Rocío a La Nación/Nación Media.
Continúo recordando que, en medio de la densa humareda y las llamas que tomaban el lugar, casi por un milagro un pastor amigo de la familia apareció para ayudar a su hermano a rescatar a la pequeña Luna y su cuñada María Luisa, quienes lograron salir de las llamas al igual que su hermano Nelson, pero con graves secuelas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas. Foto: Archivo
“Ese día yo no entendía lo que pasaba, porque a mi hermano lo derivaron a un hospital, a mi cuñada a otro y a Luna al IPS; ahí me dijeron que estaban y fui a buscarla, desesperada. Cuando llegó una de las doctoras, me mostró unos aritos, muy peculiares, cuadraditos; eran los de Luna”, comentó Rocío.
Destacó que en los minutos posteriores a la tragedia, y en medio de la búsqueda y el hallazgo de su hija, no podía dimensionar todo lo que había pasado, pero al llegar a ver a su hija, quedó completamente paralizada, ya que si bien no podía creer el estado en el que se encontraba, sabía que era su retoña.
“Yo entré a la habitación y vi a Luna, estaba en una camilla, y tenía toda la cara colorada, hinchada, con respiradores y soporte médico; no podía creer que era mi hija. Miré sus piecitos, me detuve a mirar sus pies y sabía que era ella, me convencí de que era ella. Ella sufrió un paro respiratorio, estaba muerta al momento en que la rescataron; después volvió a la vida, pero no se sabía cuánto tiempo estuvo sin respirar”, indicó Rocío.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas. Foto: Archivo
Entre las explicaciones médicas sobre el estado de Luna, surgían posibilidades terribles, como el hecho de que su capacidad del habla y desarrollo se hayan visto comprometidas debido a la falta de oxígeno sufrida, eso sin contar las quemaduras que habían sufrido.
“Luna sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20 % de su cuerpo, pero si bien esa cifra suena poco, ella era muy pequeña y esto hacía que la situación fuera muy grave según los médicos, y que la agravante era la zona de las quemaduras, ya que le afectaba la cara, parte de la cabeza, el cuello y las manos; además, pasamos por infecciones y otras dificultades”, explicó la madre de Luna.
Una vez fuera de terapia intensiva y con la capacidad de ser trasladada, la pequeña Luna inició su camino en una nueva vida, una vida donde debía aprender a lidiar con el dolor de las heridas, los tratamientos por quemaduras y los cuidados para la cicatrización.
Luna permaneció meses recibiendo tratamiento en Chile. Foto: Gentileza
La búsqueda de la recuperación total de Luna la llevó hasta Chile, hasta la Caoniquem, que es una corporación que se dedica a la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices, donde por meses recibió atención médica especializada; debió quedar internada e inclusive permanecer en un albergue junto a su madre.
Rocío recuerda con resiliencia y fortaleza los procesos médicos a los que debió acompañar a Luna, incluyendo las cirugías de injerto y los procesos de confección de sus ropas compresivas que debía utilizar la pequeña para garantizar una rápida y buena recuperación.
“Ella usaba su máscara y ropas de compresión todo el tiempo, siempre; no se las sacaba porque se quería curar. Los primeros años de la escuela las usaba ahí y, si bien nunca me contó que haya pasado mal, sé como mamá y mujer que en algún momento se sentía incómoda por la forma en que nos miraban o hablaban, pero todo lo fuimos superando”, destacó Rocío.
Con una larga lucha, y algunas marcas tanto en la piel como en la memoria, hoy Luna tiene 25 años, trabaja, estudia y se destaca como una persona sumamente afín al arte, ya que baila, canta y pinta, logrando expresarse completamente a través de estas plataformas que la apasionan.
Hoy Rocío relata como un milagro que su hija y su hermano hayan sobrevivido, y recuerda con amor y cariño a su cuñada María Luisa, quien debido a la inhalación de humo y el paro que sufrió no logró sobrevivir. Hoy, a pesar de 21 años de perspectiva, Rocío nunca olvida aquel domingo que marcó la vida de su familia.
Esta madre es el fiel ejemplo de miles de familiares que perdieron a alguien aquel trágico 1 de agosto, pero que también lograron abrazar a un ser querido que fue arrebatado de las llamas aquella mañana, una madre que comprende que el milagro puede nacer en medio de una tragedia y que no existe nada que el tiempo, el amor y la dedicación no curen.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas y resultaron con heridas graves más de 200, hombres y mujeres. Las familias de todos ellos nunca olvidarán la pérdida, el miedo y la injusticia vivida aquel día, en especial porque si las puertas no hubieran sido cerradas, quizá aún podrían abrazar a quienes aman.
Tormenta de arena y polvo sorprende en el sur de Perú
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Los fuertes vientos provocados por un anticiclón en el Pacífico sur provocaron una gran tormenta de arena y polvo que sorprendió ayer jueves a pobladores de cuatro regiones costeras del sur de Perú, informó el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi). El Senamhi indicó que en la región Ica (a unos 400 km al sur de Lima) se registraron fuertes ráfagas de viento que alcanzaron hasta 50 km/h.
En Lima, la capital del país, también se registraron vientos de 30 km/h que produjeron la caída de algunos árboles. “Se trata de un evento provocado por el anticiclón del Pacífico Sur que se ha intensificado y se encuentra muy cerca del continente, generando vientos descendentes de alta velocidad en la superficie”, dijo Rosario Julca, especialista de Senamhi a canal N de televisión.
“Un anticiclón es un giro antihorario que tenemos en la parte del Océano Pacifico que cuando se acerca al continente hace que se incrementen los vientos”, explicó. Julca indicó que “la presencia de estos vientos descendentes, combinados con la superficie desértica, ha generado un levantamiento de polvo repentino y de gran magnitud”.
Senamhi informó en un comunicado que hasta el domingo se mantendrá “el incremento de velocidad del viento de moderada a fuerte intensidad” en la costa peruana. La tormenta en Ica obligó a paralizar el tránsito vehicular en las carreteras y paralizar por tres horas las actividades turísticas.
Los efectos del inusual fenómeno también se registraron en las regiones de Arequipa, Moquegua y Tacna (fronteriza con Chile) que alcanzaron los 32 km/h. El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), indicó que las autoridades locales evalúan los daños.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, rechazó la orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de suspender la ley de amnistía a militares y policías. Foto: @presidenciaperu
Presidenta de Perú rechaza orden de Corte IDH de suspender ley de amnistía a militares
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La presidenta de Perú, Dina Boluarte,rechazó este jueves la orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de suspender la ley de amnistía a militares y policías procesados por violaciones de derechos humanos durante el conflicto armado de dos décadas que azotó al país.
La ley, aprobada el 9 de julio y que aún debe ser promulgada por Boluarte, beneficia a miembros de las fuerzas de seguridad acusados, investigados o juzgados por delitos derivados de su participación en la lucha del Estado contra la insurgencia izquierdista entre 1980 y 2000.
La Corte IDH, el máximo órgano judicial del continente, ordenó el 24 de julio al Estado peruano detener “inmediatamente” el trámite de la ley, y en caso de promulgarla, abstenerse de aplicarla mientras analiza sus efectos sobre los derechos de las víctimas.
Boluarte criticó este jueves esa exigencia durante una ceremonia de la Policía Nacional en Lima.
“No permitiremos la intervención de la Corte Interamericana que pretende suspender un proyecto de ley, que busca justicia para miembros de las fuerzas armadas, policía y los comités de autodefensa que lucharon arriesgando sus vidas contra la insanía del terrorismo”, dijo.
“No lo vamos a permitir. Somos defensores de los derechos humanos y esta posición del gobierno es soberana autónoma, libre y justa para un país que anhela paz”, enfatizó la mandataria conservadora.
Expertos de la ONU ya habían pedido al gobierno de Boluarte que vetara la ley, alegando que las normas internacionales prohíben amnistías o indultos por crímenes graves.
Antes de la aprobación legislativa, la oenegé Amnistía Internacional había exhortado al Congreso a ponerse del lado de las víctimas y rechazar con firmeza la legislación.
Las organizaciones de derechos humanos estiman que esta ley de amnistía beneficiaría a unos 900 militares y policías, entre ellos varios generales.
Perú aprobó en agosto de 2024 una ley que declara prescritos los crímenes de lesa humanidad cometidos antes de 2002 en la lucha contra las guerrillas.
La iniciativa, que los defensores de los derechos humanos llaman “Ley de Impunidad”, benefició al hoy fallecido expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), condenado por ordenar dos matanzas de civiles llevadas a cabo por el ejército en 1991 y 1992, así como a 600 militares procesados.
El conflicto interno en Perú, en el que las fuerzas del Estado se enfrentaron a las guerrillas de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), dejó unos 70.000 muertos y más de 20.000 desaparecidos, según cifras oficiales.
La Comisión de la Verdad y Reconciliación indicó que existen en Perú más de 4.000 fosas clandestinas producto de la violencia entre 1980 y 2000.
La Corte IDH tiene jurisdicción sobre una veintena de países de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que han reconocido su competencia contenciosa.