“Las epidemias de cólera son habituales en Mozambique entre octubre y abril, pero con cerca de 21.000 casos y 95 fallecidos, se trata de la mayor epidemia en una década”, informó a los periodistas en Ginebra, el delegado de la OMS para Mozambique, el médico Severin Ritter von Xylander, que habló por videoconferencia desde Maputo.
El funcionario de la OMS advirtió que “la epidemia continúa extendiéndose geográficamente” y destacó que la semana pasada el brote afectó a cinco nuevos distritos. Las inundaciones causadas por el ciclón “están remitiendo, pero el acceso al agua potable y la red de saneamiento siguen siendo complicadas”, afirmó Ritter von Xylander.
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El ciclón Freddy golpeó la región del sur de África dos veces en pocas semanas. En Mozambique la tormenta destruyó más de 132.000 casas y dejó 184.000 damnificados, según la OMS. El temporal mató al menos a 676 personas en Malaui, epicentro de la catástrofe, así como 538 desaparecidos, más de dos semanas después del desastre.
El cólera es una enfermedad diarreica aguda causada por la ingestión de alimentos o agua contaminados con el bacilo Vibrio cholerae. La aparición de los síntomas tras la ingestión de alimentos o agua contaminados puede tardar entre 12 horas y 5 días. Afecta a niños y adultos y puede ser letal en cuestión de horas si no se trata.
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Fuente: AFP.
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Un vistazo a la salud respiratoria
En el corazón de América del sur y de la temporada de frío en Paraguay es un momento crucial para reflexionar sobre la salud respiratoria de nuestra población y tomar las precauciones necesarias para protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias, señala el Dr. Georges Michel Blanc Grosso, miembro del equipo medico de RapiDoc y especializado en medicina familiar y comunitaria.
A la luz de las últimas actualizaciones y tendencias epidemiológicas, es vital que mantengamos una vigilancia activa y una conciencia plena sobre los riesgos que enfrentamos.
Como es habitual en esta época del año, las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs) continúan siendo una de las principales causas de consulta médica en la atención primaria de salud, especialmente entre los niños y los adultos mayores. Los virus como el Sincitial Respiratorio (VSR), la influenza y el rinovirus circulan con mayor intensidad.
Aunque la vacunación contra la influenza ha sido una herramienta efectiva y bien implementada en nuestro país, es fundamental recordar que existen otros agentes virales que pueden causar cuadros severos. La buena noticia es que la red de salud pública y privada ha fortalecido sus protocolos de detección y tratamiento. Sin embargo, el principal desafío sigue siendo la prevención.
Medidas tan simples como el lavado frecuente de manos, el uso de alcohol en gel y evitar aglomeraciones en espacios cerrados siguen siendo nuestras mejores herramientas de defensa.
Aunque el covid-19 ya no domina los titulares como lo hacía hace unos años, sigue siendo una amenaza latente. Con la circulación de subvariantes, la vigilancia epidemiológica continúa siendo clave. Afortunadamente, la tasa de hospitalizaciones graves y muertes se ha mantenido en niveles manejables, gracias en gran parte a la alta cobertura de vacunación.
Es imperativo que aquellos que aún no han completado su esquema o no han recibido los refuerzos correspondientes, lo hagan. La vacuna sigue siendo la herramienta más eficaz para prevenir cuadros severos.
Más allá de las infecciones estacionales, no debemos olvidar las enfermedades respiratorias crónicas. La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y el asma afectan a un número significativo de paraguayos. Las bajas temperaturas de agosto pueden actuar como un detonante para exacerbar los síntomas.
Para quienes padecen estas condiciones, es crucial mantener el tratamiento médico al día, evitar la exposición al humo de tabaco (tanto directo como indirecto) y a la leña, y seguir las indicaciones de su médico de cabecera. La consulta oportuna es vital para evitar complicaciones.
Un factor que a menudo subestimamos es la calidad del aire. Durante los meses más fríos, es común el uso de estufas a leña o carbón en zonas rurales y periurbanas, así como la quema de pastizales. La exposición al humo y a partículas contaminantes puede agravar las enfermedades respiratorias existentes e incluso ser un factor de riesgo para el desarrollo de nuevas.
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Salud reportó 29.213 consultas por cuadros respiratorios en la última semana
El Ministerio de Salud Pública informó que en la última semana atendieron a casi 30.000 pacientes con cuadros respiratorios a nivel país, los más afectados son menores de 2 años y mayores de 60. También, reportaron 11 fallecidos asociados a virus respiratorios.
Según el reporte de Vigilancia de la Salud, en la última semana se reportó 29.213 consultas por infecciones respiratorias, esto representa una disminución del 7 % en relación a semanas previas. Con estos números la curva de tendencia se ubica por debajo del umbral de alerta.
Los más afectados son los menores de 2 años que representan el 25 % y la franja de 60 años y más con un 24 %; además, del grupo de 5 a 19 años en un 21 % de afectados. Se observa circulación de rinovirus, virus sincitial respiratorio, metapneumovirus, adenovirus e influenza A no subtipificado.
Fallecidos e internados
En la última semana se identificaron 11 pacientes fallecidos a consecuencia de cuadros respiratorios, las estadísticas indican que tres fueron por VSR, tres por influenza A H1N1, tres por rhinovirus, uno por covid y un paciente por metapneumovirus. Se contabilizan 273 en lo que va del año.
Durante este periodo, unas 360 personas fueron hospitalizadas por infecciones respiratorias agudas graves (IRAG) y se reporta un descenso del 1 % con respecto a la semana anterior. Los datos indican que el 21 % de los internados tuvieron que ser ingresados a terapia.
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Cierran terapia del hospital materno infantil de Trinidad para fumigación por invasión de pulgas
Los directivos del hospital materno infantil de Trinidad resolvieron el cierre temporal de la unidad de cuidados intensivos en el sector de neonatología, debido a una fumigación por la invasión de pulgas.
El trabajo de desinfección inició este viernes y mientras dure la intervención de los especialistas el servicio se mantendrá inactivo.
Según declaró a la 680 AM, el director Diego Brítez, se está llevando a cabo actividades de control de plagas y fumigaciones en el pabellón de terapia intensiva.
El médico aclaró que la atención en consultorios no se ve afectada por el problema y señaló que tuvieron que trasladar algunos pacientes del área intervenida.
Así también, mencionó que algunos aparatos tuvieron que ser movidos para facilitar la limpieza profunda que está a cargo del personal de una empresa privada. Esto a raíz de que algunos usuarios denunciaron que vieron algunas incubadoras en los pasillos del centro asistencial.
El doctor Brítez afirmó que se trata de aparatos de reserva que se esterilizan cuando van a ser puestos en funcionamiento.
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Las labores de fumigación y desinfección de las instalaciones se extenderán por un período de ocho días y concluido el tiempo se informará sobre la reapertura de los servicios.
Las autoridades sanitarias aseguran que se busca resolver el problema cuanto antes y restablecer el área temporalmente inhabilitada. Se busca resguardar la salud y seguridad de los pacientes del citado centro asistencial de Asunción.
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OMS: 1.200 millones de niños sufren castigos físicos en sus hogares cada año
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló en un informe que unos 1.200 millones de menores de entre 0 y 18 años sufren castigos físicos en sus hogares cada año, causando “daños significativos” a la salud y el desarrollo de los niños, aunque esta práctica varía “considerablemente” entre países.
Entre los niños de 2 a 14 años, las tasas de castigo corporal declaradas por los padres y cuidadores en el último mes han oscilado entre el 30 por ciento en Kazajistán y el 32 por ciento en Ucrania, hasta el 63 por ciento en Serbia, el 64 por ciento en Sierra Leona y el 77 por ciento en Togo.
“Existe evidencia científica abrumadora de que el castigo corporal conlleva múltiples riesgos para la salud infantil (...) No ofrece ningún beneficio para el comportamiento, el desarrollo ni el bienestar de los niños, ni tampoco para los padres ni para la sociedad”, ha afirmado el director del Departamento de Determinantes de la Salud, Promoción y Prevención de la OMS, Etienne Krug.
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Es por ello por lo que ha realizado un llamamiento para “poner fin a esta práctica nociva”, y garantizar así el desarrollo integral de los niños en sus casas y colegios. Según datos de 58 países, el 17 por ciento de los niños que sufrieron este tipo de castigos el mes pasado lo hicieron en sus formas “más severas”, tales como golpes en la cabeza, la cara o las orejas, o golpes fuertes y repetidos.
Los castigos físicos están “igualmente extendidos” en los colegios África y Centroamérica, donde el 70 por ciento de los niños son sometidos a esta práctica durante su etapa escolar, en comparación con el 25 por ciento de la región del Pacífico Occidental.
En el documento también se expone que los niños con un mayor riesgo de sufrir castigos corporales son los que tienen una discapacidad, aquellos cuyos padres han pasado por los mismos castigos, y aquellos cuyos padres padecen problemas de consumo de sustancias, depresión u otros problemas de salud mental.
Otros factores sociales tales como la pobreza, el racismo y la discriminación aumentan “aún más” el riesgo de que ocurran castigos corporales contra los niños, que tienen consecuencias “profundas y de gran alcance” para su salud. A nivel físico y más allá de las lesiones inmediatas, estos castigos acaban desencadenando respuestas biológicas perjudiciales, tales como una mayor reactividad de las hormonas del estrés o cambios en la estructura y función cerebral, lo que puede perjudicar un desarrollo saludable.
De hecho, un análisis realizado en 49 países de bajos y medios ingresos demuestra que los niños expuestos al castigo corporal tienen un 24 por ciento menos de posibilidades de alcanzar un desarrollo normal, en comparación con sus compañeros que no sufren estas prácticas.
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La salud mental de los niños también se ve “igual de gravemente” afectada, y es que se enfrentan a un mayor riesgo de ansiedad, depresión, baja autoestima e inestabilidad emocional, unos efectos que suelen persistir hasta la edad adulta, provocando tasas más altas de abuso de sustancias e incluso en la probabilidad de suicidio, intentos de suicidio o suicidio consumado.
A nivel social, este tipo de castigos también tienen consecuencias, pues los niños pueden ser más propensos a desarrollar conductas agresivas, a tener dificultades académicas y, una vez llegan a la edad adulta, a participar en conductas violentas, antisociales o delictivas. Del mismo modo, favorecen la aparición de una mayor aceptación social de la violencia, lo que refuerza “ciclos dañinos” a lo largo de diferentes generaciones.
Aunque ya son muchos los países que han prohibido el castigo corporal, su uso continuado y la persistente creencia en su necesidad demuestra que la legislación por sí sola no basta, motivo por el que la OMS ha subrayado la importancia de que las medidas legales sean acompañadas de campañas de concienciación pública y apoyo directo a padres, cuidadores y docentes, de forma que se promuevan formas de disciplina positivas y no violentas.
Fuente: Europa Press.