Miles de mujeres saldrán este miércoles a las calles para denunciar una ofensiva mundial contra sus derechos y reclamar el fin de las discriminaciones y de los feminicidios, en auge en países como México y Colombia. Con ocasión del Día Internacional de la Mujer, habrá actos y marchas en numerosas ciudades, entre ellas Madrid, que suele reunir a una gigantesca marea violeta.

Los motivos de movilización son numerosos: las discriminaciones impuestas en Afganistán desde el regreso al poder de los talibanes, la represión de las protestas en Irán por la muerte de Mahsa Amini, el cuestionamiento del derecho al aborto en Estados Unidos o las consecuencias de la guerra de Ucrania en las mujeres. “Los avances logrados en décadas se están evaporando ante nuestros ojos”, alertó el lunes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

“Al ritmo actual, ONU Mujer prevé que se necesitarán 300 años” para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, agregó, tras recordar la situación en Afganistán, donde las mujeres y las niñas han sido “borradas de la vida pública” desde el retorno al poder de los talibanes en agosto de 2021. Las universidades afganas reabrieron el lunes tras las vacaciones de invierno, pero a sus aulas solo pudieron acudir los hombres.

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La Unión Europea (UE) adoptó el martes, víspera del 8 de marzo, sanciones contra el ministro talibán de Educación Superior, Neda Mohammed Nadeem, “responsable de la violación generalizada del derecho de las mujeres a la educación”. Otros individuos o entidades responsables de violaciones de los derechos de las mujeres en Irán, Rusia, Sudán del Sur, Birmania o Siria también fueron objeto de sanciones.

Marchas prohibidas

En varios lugares se prohibieron las marchas de mujeres, como en Pakistán, donde las autoridades alegaron los “controvertidos carteles” que suelen portar las manifestantes con reivindicaciones sobre el divorcio o contra el acoso sexual. Tampoco obtuvieron permiso para manifestarse las organizaciones feministas independientes de Cuba, que convocaron en respuesta a una “marcha virtual” en redes sociales para sensibilizar sobre la violencia de género y los feminicidios.

Otro tema central de las marchas será la defensa del derecho al aborto, fragilizado en Estados Unidos por la decisión de la Corte Suprema de revocar en junio la sentencia de 1973 que lo garantizaba a nivel federal. En Europa, ese derecho también se vio debilitado en Hungría y Polonia.

“Luchamos contra un patriarcado (...) que disputa hasta el hartazgo esos derechos nuestros -como el aborto- que hemos logrado luchando”, reclama el manifiesto de la marcha que arrancará en Madrid a las 18:00 GMT. En Francia se convocaron marchas por “la igualdad en el trabajo y en la vida”. El país está convulsionado por huelgas y protestas contra la reforma de las pensiones impulsada por el gobierno liberal de Emmanuel Macron, que según sus críticos tendrá efectos perjudiciales para las mujeres.

México y Colombia contra el feminicidio

Bajo las consignas “¡Ni una asesinada más!” y “¡Contra las violencias machistas y el trabajo precario!”, colectivos feministas convocaron a marchas en las principales ciudades de México, donde en 2022 se registraron 969 feminicidios, según cifras oficiales. También en Colombia las organizaciones de mujeres han convocado a manifestaciones en Bogotá, Medellín, Cali y otras ciudades para exigir acciones frente al aumento de los feminicidios, que pasaron de 182 en 2020 a 614 el año pasado.

En Brasil se denunciará, con una “gran batucada feminista” en Sao Paulo y Rio de Janeiro, los “cortes en las políticas de protección a la mujer” y el “crecimiento vertiginoso del machismo y la misoginia” durante el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), afirmó Junéia Batista, de la Central Única de Trabajadores (CUT).

El actual presidente de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, participará en Brasilia en el lanzamiento de programas destinados a la mujer y en la creación del Día Nacional Marielle Franco contra la violencia política, en homenaje a la concejal asesinada en 2018. En Venezuela, sindicatos y federaciones convocaron a una marcha en Caracas para exigir garantías sobre sus derechos, vulnerados por los bajos salarios, los abusos y la “creciente feminización de la pobreza”.

Pequeñas victorias

Para romper el “techo de cristal” en la Ciudad del Vaticano, el papa Francisco se fijó el objetivo de aumentar el número de mujeres en cargos de responsabilidad. Pero sus reformas se topan con las mentalidades de un sistema intrínsecamente patriarcal. La figura femenina no es la que más destaca entre los uniformes abigarrados de la Guardia Suiza y las filas de cardenales en la plaza de San Pedro.

Pero las mujeres que trabajan en la administración del gobierno de la Iglesia son cada vez más numerosas. En 2022 representaban el 26,1% de la población activa, frente a solo el 19,3% en 2013, según una investigación de la periodista austriaca Gudrun Sailer, publicada el martes por Vatican News.

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El aumento de la presencia de mujeres ha sido alabado en público. Pero una decena de empleadas interrogadas por AFP lamentan --bajo condición de anonimato-- las actitudes condescendientes y adversas a las que se enfrentan, particularmente entre los clérigos.

“Aún queda mucho camino por recorrer”, subraya una de ellas, que trabaja desde hace 10 años en la Santa Sede. Otra denuncia una actitud globalmente paternalista, con una visión antigua de la “mujer sensible, dulce, que encontramos reflejada en los discursos del papa”.

“A veces tenemos la sensación de ser consideradas como becarias. Son pequeños gestos, una mano en el hombro, una falta de consideración, comentarios casi diarios sobre el físico o la ropa”, añade. Otras mujeres, a veces madres, lamentan ser relegadas a papeles secundarios. También denuncian un mandato implícito de silencio y docilidad.

“Mentalidad machista”

Para aumentar su visibilidad, las mujeres unieron sus fuerzas con la creación en 2016 de la asociación “Donne in Vaticano” [Mujeres en el Vaticano, en italiano]. Sus miembros, unas cien, se reúnen cada mes. “El objetivo es crear una red de intercambio y valorizar el papel de las mujeres”, explica su presidenta, Margherita Romanelli, a AFP.

La creación en 2012 del suplemento femenino del Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, fue el primer paso. Pero no duró mucho. En 2019, su fundadora Lucetta Scaraffia terminó por abandonar el proyecto al denunciar un “clima de desconfianza”. Según ella, las reformas del papa son esencialmente “cosméticas” y esconden en realidad una “mentalidad machista”, según la cual “las mujeres deber servir sin pedir nada a cambio”.

Scaraffia denuncia la “esclavitud moderna” que sufren las religiosas empleadas en el Vaticano y en otros lugares dirigidos por curas, obispos o cardinales, muchas de las cuales deben “cocinar, limpiar, lavar la ropa”. Pero también subraya las violencias sexuales que sufren las religiosas en Roma y en el mundo, que muchas veces terminan en abortos.

Paso por paso

A pesar de las críticas, un amplio sector aplaude la presencia cada vez mayor de mujeres en las estructuras eclesiásticas, con un número creciente de laicas empleadas para tareas específicas. Desde la elección de Francisco hace 10 años, el número de mujeres con puestos de responsabilidad se multiplicó por tres.

En 2021, la hermana Alessandra Smerilli se convirtió en la primer mujer en ocupar el cargo de secretaria (número 2) de un dicasterio, equivalente a un ministerio. Otros ejemplos incluyen el de Barbara Jatta, la primera directora de los prestigiosos museos de la Santa Sede.

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El pontífice argentino sigue avanzando paso a paso. Las mujeres pueden participar en el nombramiento de obispos y la laicización de los puestos de “ministro” les abre nuevas perspectivas. “Hace apenas 10 años, no habría sido posible imaginar una evolución de este calado”, señala Gudrun Sailer.

En una ciudad estado que aplica una estricta igualdad salarial, el jefe de los más de 1.300 millones de católicos introdujo también medidas simbólicas como la autorización de que las mujeres participen en la ceremonia del lavado de pies o en la lectura del Evangelio en la misa.

“Cambiar las mentalidades”

Entre estas reformas y la persistencia de comportamientos misóginos existe un desajuste y algunas mujeres se preguntan qué posición adoptar. “Algunas creen que hay que decir la verdad y denunciar los comportamientos, otras piensan que es contraproductivo y que hay que estar satisfechas con los pequeños avances”, comenta una de ellas.

“Cambiar las mentalidades es un proceso largo”, recuerda Romilda Ferrauto, miembro de “Donne In Vaticano”. “El método de Francisco consiste en hacer gestos y esperar a que se muevan los cimientos”, señala. El debate no está limitado dentro de las fronteras de la Ciudad del Vaticano sino que se une a las voces contra el patriarcado sistémico de la Iglesia Católica Romana.

La institución lleva varios meses inmersa en una amplia consulta mundial sobre su futuro. Porque las dificultades de las mujeres en el Vaticano son también el reflejo de una Iglesia que aún proscribe el divorcio, el aborto y la ordenación de mujeres, mientras defiende con uñas y dientes el celibato de los sacerdotes.

Para la teóloga francesa Anne-Marie Pelletier, el movimiento es “irreversible y feliz”, pero aún faltan decisiones contundentes, como la ordenación de mujeres diáconos o incluso la autorización de que las mujeres puedan ser cardenales.

Primeras víctimas de las guerras

Pese a una resolución de la ONU de 2000, destinada a proteger a las mujeres de los conflictos armados e incluirlas en los procesos de paz, estas siguen siendo las primeras víctimas de las guerras y están subrepresentadas en las mesas de negociación, denunciaron el martes representantes oficiales ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Esta reunión en vísperas del Día Mundial de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, coincidió con otra de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) que el lunes empezó dos semanas de encuentros en Nueva York.

En 20 años, “no hemos modificado de manera significativa la composición de las mesas de negociación de la paz, ni alterado la impunidad que disfrutan aquellos que perpetran atrocidades contra las mujeres y las jóvenes”, lamentó la directora de ONU Mujer, Sima Bahous en el encuentro.

Y puso de ejemplo Afganistán, “uno de los ejemplos más extremos para el retroceso de los derechos de las mujeres”, desde el retorno de los talibanes al poder en agosto de 2021, o la guerra de Ucrania donde “las mujeres y sus hijos representan el 90% de los cerca de ocho millones de ucranianos que han tenido que abandonar el país”, recordó.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, exhortó a la comunidad internacional a que “aplique el programa ‘mujeres, paz, seguridad’”, el título de la resolución de la ONU, que en octubre de 2025 cumplirá 25 años.

El texto “reitera el papel importante de las mujeres en la prevención y la resolución de los conflictos, en las negociaciones de paz (...) e insiste en la importancia de su participación igualitaria e implicación total para mantener y promover la paz y la seguridad”. Ante la prensa, la diplomática arremetió contra “la violencia y la opresión contra las mujeres y las jóvenes en todo el mundo”, desde Irán, a Afganistán, pasando por zonas de Ucrania, ocupadas por Rusia.

La representante de Francia, Marlène Schiappa, secretaria de Estado de Economía social y solidaria, que antes estuvo encargada de la paridad hombres-mujeres en el ejecutivo francés, también denunció que “en cualquier situación de conflicto y crisis (...) en Ucrania, Yemen, Somalia... las mujeres se ven particularmente afectadas, incluso son blancos deliberados, de la violencia sexual”. “Solo 28% de los acuerdos de paz contienen estipulaciones relativas al lugar de la mujer y durante los últimos 25 años, solo el 2% de los mediadores y el 8% de los negociadores fueron mujeres”, recordó.

Infrarrepresentadas en bancos

La presencia de mujeres en los órganos directivos de los bancos europeos ha aumentado, pero aún persisten desequilibrios, a pesar de que su inclusión mejore la rentabilidad, señaló la Autoridad Bancaria Europea (ABE) en un informe publicado el martes. La institución estudió la situación de 662 establecimientos de crédito y de 129 empresas de inversiones en los países de la Unión Europea, Liechtenstein e Islandia.

Solo un 11,3% de los 689 directores generales eran mujeres al 31 de diciembre de 2021. En 2018, el porcentaje era de 8,5%. Además, más de la mitad de estos establecimientos (56%) no tienen una directora ejecutiva. La ABE también observó que más de la mitad (58%) de las entidades de crédito con mujeres en la dirección ejecutiva tienen una rentabilidad superior a la media.

Las mujeres directivas reciben de media un 9,4% menos de remuneración que sus homólogos masculinos, señala el estudio. A pesar de la existencia de una legislación vinculante, una “proporción significativa” de estos establecimientos, el 27%, no ha adoptado una política de diversidad (frente al 41,6% en 2018). La ABE es una autoridad independiente de la Unión Europea y trabaja para garantizar un nivel efectivo y coherente de regulación y supervisión prudencial en todo el sector bancario europeo.

Fuente: AFP.

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