Argentina es uno de los países más carnívoros del mundo y, codo a codo con Uruguay, el país que más carne de vaca consume (casi 48 kilos per cápita al año), según cifras oficiales. Medio costillar completo de la vaca lista para distribuir pesa más de 100 kilogramos en promedio. Hay problemas de higiene elementales cuando le media res es arrastrada por el suelo.

“El debate es si seguimos comercializando carne vacuna como hace 150 años, o como exige la salud sanitaria, bromatológica, del trabajador y del consumidor (…) en el siglo XXI”, declaró el secretario de Estado de Agricultura, Juan José Bahillo.

La media res de carne vacuna, tradicional alimento de los argentinos, ya no se podrá cargar a hombros de empleados como se estila desde el siglo XIX, según un compromiso del gobierno con el sector. La decisión pone fin a una polémica sobre si es humano y limpio que los carniceros o transportistas tengan que mover todavía a pulso la enorme masa de la mitad de carne faenada dentro de los frigoríficos y luego bajarla de los camiones.

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Y la segunda cuestión que se debía resolver es que no haya más personal expuesto a sufrir patologías vertebrales y/o musculares por la carga. La discusión, como es habitual, giró en torno al dinero: los costos adicionales o las inversiones necesarias para modernizar el sistema.

En 2020, el gobierno había establecido un límite de 25 kilogramos para los cortes que los obreros podían cargar en la espalda y los hombros. En 2021, para llegar a un acuerdo con las empresas y provincias, se elevó el tope máximo de traslado humano a 32 kilos.

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La medida se hizo obligatoria a finales de 2022. Pero seguía la oposición hasta lograrse esta semana un entendimiento para una aplicación “sistemática y progresiva” de la nueva regulación. La norma de la Secretaría establece que las reses de más de 32 kilos deben “descargarse de los medios de transporte en el establecimiento únicamente mediante un sistema de rieles y poleas”.

Los partidarios de modernizar el sistema invocaron la mejor sanidad animal. La carne trozada se transporta mejor. En las provincias se alegaba, en cambio, que la medida beneficiaría a los grandes operadores, exportadores, capaces de invertir para mecanizar el manejo de la carne, a diferencia de los menos ricos. Una solución hubiese sido aumentar el precio al consumidor, pero eso es mala palabra en un país que tuvo una inflación de casi 95% el año pasado.

Fuente: AFP.

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