El gobierno argentino acordó este lunes con empresas petroleras un tope máximo para los aumentos en el precio de los combustibles de 4% mensual de diciembre a febrero y de 3,8% en marzo, en un intento por estabilizar una inflación de 76,6% acumulada desde enero.

El entendimiento apunta a “bajar significativamente la inflación que es el principal drama de la Argentina”, dijo el ministro de Economía, Sergio Massa, al anunciar las medidas en un comunicado. El último incremento autorizado por el gobierno para las naftas el 1 de octubre había sido de 4%, indicador que elevó el acumulado interanual a 45%, según la secretaría de Energía.

El índice de precios al consumidor registró un incremento de 6,3% en octubre lo que llevó la inflación a 88% en 12 meses. Esos valores se ubican entre los más altos del mundo. El anuncio de Massa implica que los combustibles se incorporan al flamante programa denominado “Precios Justos”, un acuerdo con las empresas de alimentación e higiene destinado a congelar valores de unos 2.000 productos de primera necesidad hasta marzo y autorizar alzas mensuales de hasta 4% para otros 30.000 artículos.

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De la firma del acuerdo para las naftas participaron las petroleras YPF (estatal) junto con las privadas Shell, Axion y Puma. “El Estado también se compromete a reducir temporalmente impuestos en la importación de combustibles a los efectos de garantizar abastecimiento para los sectores del agro”, dijo Massa.

Cambio preferencial

El gobierno argentino habilitó nuevamente y durante dos meses un tipo de cambio preferencial para los productores de soja, con el objetivo de estimular las exportaciones y fortalecer de ese modo las reservas del Banco Central, según un decreto publicado este lunes.

El plan es que “aumenten las reservas para que la economía llegue a fin de año con 10.000 millones de dólares de libre disponibilidad para tener una espalda (ndlr: margen de acción) y que el día de mañana no nos desequilibre una especulación”, explicó este lunes el secretario de Industria, José de Mendiguren, a radio Futurok.

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El incentivo que estará vigente desde este lunes hasta el 30 de diciembre, establece una cotización de 230 pesos por dólar, para que los productores de soja liquiden granos para exportación. La cifra está bastante por encima de la cotización oficial del billete verde, que ronda los 166 pesos por dólar en la franja mayorista y en los 170 pesos por billete verde para el público en general.

“Nadie quiere varios tipos de cambio, hay que ir normalizando y estabilizando la economía, pero es una solución, una herramienta para circunstancias excepcionales que vive hoy Argentina”, dijo De Mendiguren. Este plan de estímulo cambiario para productores sojeros es similar al que rigió para el sector durante setiembre pasado, período en el cual se liquidaron unos 7.600 millones de dólares en granos.

“Beneficiar a los mismos”

Esta disposición fue cuestionada por representantes del sector agropecuario, que critican la falta de una política integral para el rubro y consideran que la medida beneficia solamente a los exportadores de soja, en desmedro de otros ramos. “Las necesidades de ingreso de divisas que tenga el país no pueden ser siempre sostenidas por el mismo sector, ni se puede beneficiar siempre a los mismos y perjudicar a los actores más chicos”, sostuvo en un comunicado la Federación Agraria Argentina, que agrupa a pequeños y medianos productores.

“Es necesario que la Argentina pueda contar con una política agropecuaria integral, que atienda las necesidades de todos los productores, que contenga a las economías regionales y que contemple la dramática situación que padecemos (a) consecuencia de la sequía, heladas y otras inclemencias climáticas. Esa es la agenda real y urgente de los productores”, añadió.

Muchos productores de soja, el principal cultivo de Argentina, mantienen cosechas en stock a la espera de mejores condiciones de venta, en un contexto de control cambiario. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, aún quedan por vender unas 8,6 millones de toneladas de la oleaginosa.

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Argentina es uno de los mayores exportadores de aceites y harinas de soja del mundo, un complejo exportador que deja al Estado ingresos anuales superiores a los 10.000 millones de dólares en concepto de recaudación, sobre ventas totales por 40.000 millones. Las reservas internacionales brutas del país rondan los 37.600 millones de dólares, pero los analistas señalan que las netas son muy inferiores.

Argentina debe cumplir con metas de fortalecimiento de reservas en el marco del acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional por 44.000 millones de dólares. Según ese acuerdo, Argentina debe además reducir su déficit fiscal del equivalente a 3% de su producto bruto interno en 2021 a 2,5% este año, 1,9% en 2023 y 0,9% en 2024.

Fuente: AFP.

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