Miles de personas marcharon este lunes pasado en México al cumplirse ocho años de la desaparición de 43 estudiantes, en la primera conmemoración desde que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó una nueva investigación del caso que responsabiliza a militares y altos funcionarios por la tragedia.

La multitud que marchó en pleno centro de Ciudad de México denunció, sin embargo, “retrocesos” en el esclarecimiento del crimen de los alumnos de la escuela normal de Ayotzinapa (estado de Guerrero, sur) y el castigo a los responsables.

“Vemos momentos difíciles, vemos señales que no van en la dirección de los compromisos que hizo el gobierno”, dijo Vidulfo Rosales, abogado de los familiares, durante la protesta que transcurrió pacíficamente, aunque con choques puntuales entre manifestantes y la policía, además de algunos daños a negocios.

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La multitud avanzó coreando lemas como “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, y portando carteles que responsabilizan al Estado y al ejército por la desaparición de los 43. El gobierno de López Obrador devolvió el caso al primer plano con la creación de una comisión de la verdad.

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Su informe, presentado el pasado 18 de agosto, refuta la llamada “verdad histórica” de los hechos planteada por la anterior administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), que era rechazada por los familiares. El nuevo informe acredita la participación de militares en los hechos y desembocó en la captura del exfiscal general Jesús Murillo Karam -gestor de la “verdad histórica”- y tres militares, incluido un general.

La justicia mexicana ordenó detener a otras 83 personas involucradas en la desaparición de los estudiantes. Pero Rosales señaló que la fiscalía ha retirado al menos una veintena de las órdenes de captura anunciadas inicialmente.

“Por eso se tuvo que elevar la protesta en estos días, por eso se tuvo que exigir de manera enérgica respuestas, explicaciones”, agregó el abogado aludiendo a manifestaciones violentas registradas el pasado viernes. Ese día, unos 40 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron lesionados al enfrentarse con jóvenes encapuchados que lanzaron piedras y explosivos artesanales al interior de un campo militar en Ciudad de México.

Sin mayores desmanes

En contraste, la marcha de este lunes se mantuvo en calma, sin mayores desmanes. Los manifestantes hicieron una parada para efectuar un “pase de lista” en el que se nombró a cada uno de los desaparecidos, mientras la multitud respondía “¡Presentación con vida!”.

“Exigimos que se investigue a los militares, que se les castigue, que no se les investigue solo por delincuencia organizada”, dijo Blanca Nava, madre de uno de los desaparecidos, presente en la protesta. El grueso de los manifestantes se concentró en el Zócalo, la plaza principal de Ciudad de México, donde se lleva a cabo un mitin.

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López Obrador instó más temprano a “evitar la violencia” durante la marcha, y declaró la jornada “de luto nacional”. “Vamos a continuar con la investigación (...) Hay quienes no quieren que se conozca lo que sucedió y que tampoco se castigue a los responsables”, dijo el mandatario.

Los estudiantes desaparecieron entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, cuando intentaban apoderarse de autobuses en Iguala (Guerrero, sur) para viajar a Ciudad de México y participar en unas manifestaciones. Fueron detenidos por policías coludidos con narcotraficante del cártel Guerreros Unidos, que los habrían asesinado al confundirlos con miembros de una banda rival, según la versión oficial de la época. Hasta ahora solo han sido identificados los restos de tres víctimas.

Fuente: AFP.

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