Un nuevo motín en una prisión en Ecuador dejó este lunes al menos 43 internos muertos y una decena de heridos, mientras que otro centenar de reclusos logró fugarse en medio de la violencia, que parece expandirse por las cárceles del país.

Una reyerta se desató en la madrugada en la cárcel Bellavista en Santo Domingo (a unos 80 Km de Quito) cuando la banda Los Lobos “agrede y elimina” a unos cuarenta integrantes de una facción denominada “R7″, dijo el ministro del Interior, Patricio Carrillo, en rueda de prensa. Heridos con el rostro golpeado eran trasladados en camionetas y ambulancias para recibir atención médica, mientras familiares de los presos se agolpaban en las inmediaciones del centro penitenciario, constató la AFP.

En un patio en su interior, decenas de reclusos eran obligados a arrodillarse con las manos en la cabeza bajo la mirada de los uniformados durante una operación para retomar el control del penal, según imágenes difundidas por las autoridades.

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Con este último episodio sangriento, las prisiones ecuatorianas suman casi 400 reclusos muertos brutalmente en seis masacres desde febrero del 2021, en medio de una ola violenta que el Gobierno atribuye al enfrentamiento de grupos criminales vinculados al narcotráfico.

Carrillo dijo inicialmente a periodistas que dos internos habían muerto, pero su despacho actualizó luego la cifra a 43, al igual que la Fiscalía. La violencia dejó también trece heridos, “muchos graves”, y la cifra de muertos podría aumentar, acotó el ministro. Un policía resultó herido, confirmaron las autoridades.

Fugados

Las autoridades declararon tener “el control” de la situación y ordenaron reforzar el contingente de 250 policías y 200 militares que custodian el sobrepoblado penal, pero más de un centenar de reos logró escaparse en medio de los desórdenes.

Aunque las autoridades no han dado la cifra exacta del total de fugados, 112 fueron “recapturados”, mientras que 108 reclusos “no se encuentran en el centro” la tarde del lunes, dijo el general Fausto Salinas, comandante de la Policía. Mientras la mayoría de las víctimas murió por armas blancas, algunos presos usaron armas de fuego contra los policías presumiblemente en su intento de fuga.

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Las autoridades hallaron en el penal fusiles, pistolas, cuatro granadas y municiones, indicó el organismo encargado de administrar las prisiones, SNAI. El presidente Guillermo Lasso, de gira en Israel, envió su “sentido pésame a los familiares” de los fallecidos. “Este es un lamentable resultado de la violencia entre bandas”, añadió en Twitter.

Pero Irene Salazar, familiar de un detenido dijo que el gobierno “está con las manos cruzadas” frente a la violencia carcelaria. “¿Por qué el gobierno no hace nada? Está negociando, ¿negociando qué? ¡Más dinero para él! Y los pobres que se mueran de hambre”, dijo a la AFP la mujer de 29 años.

Pese a múltiples medidas -que incluyen la asignación de presupuesto, el traslado de los reos más peligrosos a un solo centro y la creación de una comisión de pacificación- el gobierno de Lasso no ha podido frenar las masacres carcelarias, de las peores de Latinoamérica.

El hacinamiento es otro problema de las cárceles ecuatorianas: en Bellavista viven 1.700 presos, 500 más que su capacidad. A nivel nacional, en las 65 prisiones, con capacidad para unas 30.000 personas, hay unos 35.000 presos, según las autoridades.

Traslados polémicos

Santo Domingo había escapado a la violencia descomunal en el último año, concentrada en cárceles de Guayaquil, Latacunga y Cuenca. Las autoridades sospechan que los choques se originaron por el traslado a Bellavista de unos de los cabecillas del grupo R7, gracias a una medida cautelar.

El cabecilla estaba en una prisión de máxima seguridad en la costera provincia de Guayas (suroeste) tras haber protagonizado otro enfrentamiento entre Los Lobos y R7 en la cárcel de El Turi, en la andina ciudad de Cuenca (sur), que dejó 20 muertos hace un mes, dijo Carrillo.

Para el especialista en seguridad, Daniel Pontón, los traslados ordenados por la justicia de líderes de bandas están expandiendo la violencia a otras cárceles. “Esta estrategia de reubicación de gente en otros centros penitenciarios que anteriormente habían estado relativamente tranquilos (...) empieza a hacer que el problema se haya generalizado”, dijo a la AFP Pontón, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN).

Ecuador enfrenta además un aumento de la violencia en las calles y del narcotráfico, que en los cuatro primeros meses del año dejan 1.255 muertes criminales -entre ellos decapitados y mutilados-, la mitad de lo registrado en todo 2021. En respuesta, el gobierno decretó un estado de excepción en las provincias de Guayas, Manabí y Esmeraldas, las más golpeadas por el tráfico de drogas, vigente hasta finales de junio.

Fuente: AFP.

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