El presidente estadounidense Joe Biden viaja este viernes a Polonia, a una ciudad cerca de la frontera con Ucrania, para mostrar el compromiso occidental contra la invasión lanzada por Rusia que empieza a convertirse en una guerra de desgaste.

En Ucrania, las tropas de Moscú están estancadas o incluso retroceden según Kiev, que denunció deportaciones masivas hacia Rusia de habitantes de la ciudad de Mariúpol (sur), asediada y blanco de bombardeos durante semanas.

Por su parte, Vadim Boishenko, alcalde de este puerto estratégico en el mar de Azov, denunció el jueves por la noche que 15.000 habitantes habían sido llevados “a la fuerza” a bordo de autobuses, así como “la confiscación de pasaportes ucranianos”. En tanto que, el dirigente checheno Ramzan Kadyrov aseguró que sus milicias rusas “habían limpiado por completo las áreas residenciales en la parte oriental de la ciudad”, aunque Ucrania afirma que Mariúpol no ha caído.

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En la televisión rusa se difundieron imágenes de una ciudad arrasada presentada como Mariúpol en las que se atribuía la devastación a los “nacionalistas” ucranianos. La ofensiva persiste en otras partes del país, con bombardeos mortíferos el jueves en Járkov (noreste), la segunda ciudad del país, y en la región de Lugansk (este), donde las autoridades locales denunciaron el uso de bombas de fósforo en la ciudad de Rubijné.

Sin embargo, las autoridades ucranianas aseguran estar recuperando terreno en los alrededores de Kiev, así como en la ciudad de Chernígov, unos 120 km al norte de la capital. “Nuestros soldados controlan la ciudad de Chernígov y complican el avance del enemigo en dirección a Kiev. Continúanos rechazando la ofensiva enemiga sobre Kiev”, indicó el Estado Mayor ucraniano en su último parte el viernes de madrugada.

Por otro lado, los combates se intensifican en la periferia oeste de la capital, donde los ucranianos responden con lanzacohetes a la artillería rusa. “Todo está destruido, todo está en llamas”, decía a AFP Halyna Protsai, bibliotecaria jubilada de 83 años, que formaba parte del último contingente de civiles que era evacuada de Irpin, ubicada en la periferia oeste de la capital.

Destruyeron un buque

El ejército ucraniano también reivindicó la destrucción de un buque de desembarco militar ruso en el puerto ocupado de Berdiansk, en el mar de Azov y cerca de Mariúpol, así como daños en dos otros barcos del mismo tipo. En un video publicado en Facebook en la noche, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, atrincherado en Kiev, rindió homenaje a “la oposición heroica del pueblo ucraniano frente a la invasión militar rusa”.

En más de un mes de guerra, miles de ucranianos murieron, entre ellos 121 niños, y fueron destruidas más de 4.300 casas, según un último balance de Zelenski. Diez millones de personas huyeron de sus hogares, de cuales 3,5 millones fueron al extranjero, según ACNUR.

Refugiados

Una gran mayoría de los refugiados han ido a parar a Polonia, que recibe este viernes la visita del presidente estadounidense Joe Biden en la segunda etapa de su viaje a Europa tras participar en varias cumbres en Bruselas.

Biden será recibido por el presidente polaco Andrzej Duda en el aeropuerto de la ciudad de Rzeszow (este), a unos 80 kilómetros de la frontera con Ucrania y a solo dos horas y media en coche de Leópolis (Lviv), la gran ciudad del oeste de Ucrania. Allí recibirá un informe sobre “la respuesta humanitaria para aliviar el sufrimiento de los civiles en Ucrania y responder al flujo creciente de refugiados que huyen de la guerra que Putin ha elegido”, dijo la Casa Blanca.

Biden también visitará a sus tropas apostadas en esta región como parte del despliegue de 100.000 soldados estadounidenses presentes actualmente en Europa. Después se desplazará a Varsovia, donde pronunciará un discurso “sobre los esfuerzos unidos del mundo libre para apoyar al pueblo ucraniano” y en el que hará a Rusia “responsable de su guerra brutal”, agregó la Casa Blanca.

Estos dos días en Polonia suceden a una maratón diplomática en Bruselas con cumbres de la OTAN, el G7 y la Unión Europea que mostraron la unidad occidental ante Rusia, aunque sin desembocar en nuevas medidas de calado.

OTAN

En la capital belga, Joe Biden prometió por primera vez una “respuesta” de la alianza militar transatlántica si Rusia recurre a armas químicas en el conflicto de Ucrania. Los países occidentales consideran creíble el riesgo de un ataque de este tipo ante el estancamiento del avance y las pocas victorias de Rusia tras un mes en Ucrania. También existe preocupación por los peligros nucleares de la invasión de este país, con numerosos reactores y otras infraestructuras atómicas.

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El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) mostró “inquietud” tras haber recibido informaciones de Ucrania sobre bombardeos rusos contra la ciudad donde vive el personal de mantenimiento de la planta de Chernóbil, escenario del grave desastre de 1986.

En el frente económico, los países del G7 y de la UE sancionarán toda transacción que implique reservas de oro de Rusia para evitar que Moscú pueda eludir las medidas de aislamiento financiero decretadas por la invasión.

Fuente: AFP.

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