El Congreso de Perú debe resolver este martes si acepta debatir un pedido de destitución del presidente de izquierda Pedro Castillo.

Se trata de la quinta moción de juicio político contra un presidente peruano en los últimos cuatro años y recuerda los pedidos similares que condujeron a la caída de los mandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020.

Castillo quedó en entredicho por un escándalo de supuesta injerencia del gobierno en los ascensos militares, lo que dio pie al pedido de destitución. Por este caso, además, fue citado a declarar el 14 de diciembre ante la fiscal nacional, Zoraida Ávalos.

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Votos

El pedido de vacancia por “incapacidad moral” contaría con al menos 57 votos en el Congreso para ser sometida a debate, según medios limeños, cinco más de los necesarios. En ese marco hay que señalar que, si se admite a debate, el mandatario peruano debería comparecer ante el plenario, posiblemente la próxima semana, a presentar sus descargos. Luego los 130 legisladores decidirían si lo destituyen, para lo cual se necesitan 87 votos que los opositores difícilmente consigan.

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“Creo que la vacancia se ha desinflado por falta de una supuesta prueba que lo conecte a él [Castillo] con la corrupción, pero su gobierno sigue siendo muy caótico, sin orden, equipo, alianzas y mucha impericia”, dijo a la AFP el analista Augusto Álvarez Rodrich.

“Castillo requiere alianzas políticas, orden y conformar un equipo que haga viable su gobierno, porque es un presidente muy débil”, añadió. La moción fue presentada el 26 de noviembre por tres partidos derechistas, incluido el fujimorista, y el Congreso la abordará esta mañana. Luego el plenario iniciará una larga discusión antes de votar.

“Forzar la figura de la vacancia, como ya ha ocurrido antes, lo único que ha llevado es a mayor inestabilidad y usar la Constitución, violándola. Esto no libera a Pedro Castillo de encabezar un mal Gobierno”, escribió por su parte el analista Fernando Tuesta en su blog.

Una eventual destitución de Castillo ronda en el aire desde su elección en junio, cuando los partidos rivales denunciaron “fraude” a pesar del aval dado al proceso electoral por observadores de la OEA y la Unión Europea.

El maestro rural, que asumió el poder hace poco más de cuatro meses, convocó en los últimos días a dialogar a los jefes opositores en busca de salvarse de lo que considera una moción “sin ningún sustento”. Sin embargo, la derechista Keiko Fujimori y otros prominentes líderes se negaron a hablar con él.

Castillo ganó un reñido balotaje a Fujimori y desde que asumió, el 28 de julio, ha estado acosado por la oposición, así como por desaciertos propios y pugnas en el oficialismo, lo que ha provocado la salida de una docena de ministros.

El partido marxista que lo llevó al poder, Perú Libre, adelantó que sus 37 parlamentarios rechazarán la moción, aunque han tenido desacuerdos con el presidente. Si Castillo fuera destituido, debería asumir la vicepresidenta Dina Boluarte, quien posiblemente enfrentaría un destino similar.

Reforzar seguridad

Si Boluarte también fuera sacada, el sillón presidencial lo ocuparía la jefa del Congreso, la derechista María del Carmen Alva, quien debería convocar a elecciones en seis meses y que ya pidió en la víspera que la policía refuerce la vigilancia en torno al edificio legislativo durante el debate y llamó a los peruanos a la calma. “Esto es un procedimiento normal, parlamentario, que hay en cualquier Congreso del mundo”, dijo a Canal N.

También negó que ella busque la salida de Castillo. “Yo no voto, yo dirijo [el debate] y no opino al respecto”, añadió, afirmando que el ánimo de los opositores, más que destituir al mandatario, es que haya “transparencia, comunicación y trabajar por la gobernabilidad”.

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La presunta “incapacidad moral” también fue invocada por el Congreso para deshacerse de Kuczynski (derecha) y Vizcarra (centro). Ambos superaron una primera moción de destitución, pero no sobrevivieron a la segunda.

En noviembre de 2020, la destitución de Vizcarra desató protestas, reprimidas con saldo de dos muertos y un centenar de heridos. Su salida condujo a Perú a tener tres presidentes en cinco días.

Fuente: AFP.

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