China donó este jueves pasado a Bolivia un hospital militar móvil contra el COVID-19, el primero de este tipo en el país sudamericano, señaló el presidente Luis Arce. “Queremos agradecer profundamente al gobierno de la República Popular China, encabezada por el presidente Xi Jinping, por este donativo”, afirmó el mandatario en un acto celebrado en un cuartel militar en la ciudad andina de El Alto, vecina de La Paz.
La donación, entregada a los militares, consiste en nueve vehículos acondicionados para realizar operaciones médicas, primeros auxilios, diagnóstico por rayos X, utilizar un generador de oxígeno, realizar análisis de laboratorios bioquímicos y esterilización. Además, cuenta con el soporte de equipos de suministro de energía.
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“Bolivia no tenía un hospital móvil de estas características, es la primera vez que vamos a contar con un equipamiento de esta manera”, acotó Arce. China donó también 2 millones de tapabocas que el gobierno distribuirá a hospitales públicos.
En otro evento, Bolivia recibió, procedentes de la India, 20 millones de medicamentos para pacientes con COVID-19 que escasean en farmacias y que eran comercializados en el mercado informal a precios elevados.
La cancillería explicó en un comunicado que el lote incluye medicamentos claves como Remdesivir y Propofol. Bolivia, con 11,5 millones de habitantes, suma más de 238.490 contagios y más de 11.300 muertes por COVID-19. Recientemente, el gobierno informó que se ha registrado un descenso de los casos.
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Fuente: AFP.
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China admite la baja efectividad de sus vacunas contra el covid-19
China admitió la baja efectividad de sus vacunas contra el coronavirus. Un hecho insólito, si consideramos lo ocurrido con la pandemia del covid-19, que aparecida entre noviembre y diciembre del 2019 en la ciudad Wuhan, pero que recién fue dada a conocer en enero del 2020, cuando el virus ya se había diseminado por del mundo.
El director de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de China, Gao Fu, reconoció que las vacunas chinas “no tienen tasas de protección muy altas”, durante una conferencia realizada el sábado en la ciudad Chengdu. Así, el principal funcionario de control de enfermedades del país admitía la baja efectividad de las mismas y revelaba que el gobierno chino está estudiando mezclarlas para obtener un mejor resultado en la protección que brindan a los inmunizados.
Hasta el momento, la Administración Nacional de Productos Médicos de China aprobó cuatro vacunas producidas en ese país, tras la autorización de la vacuna CoronaVac de Sinovac, la desarrollada por CanSino Biologics y dos de Sinopharm, que junto a su filial China National Biotec Group (CNBG), utiliza la técnica clásica del virus inactivado. A decir de los responsables, las mismas tienen una tasa de eficiencia del 79%. Sin embargo, la realidad es que rondarían el 50%.
Actualmente, estudia la posibilidad de combinar los biológicos en su territorio o apostar a la inmunización secuencial para aumentar su efectividad. China espera 14 días entre vacunaciones, pero podría aumentar ese tiempo en función a estudios que refieren que la efectividad sería mejor si el intervalo de tiempo entre una dosis y otra es mayor.
Lo mismo hacen investigadores de Inglaterra, que analizan la posibilidad de combinar la vacuna Pfizer-BioNTech -que a decir de la mayoría de los expertos tiene una efectividad del 97%- con el biológico AstraZeneca -que está en el ojo de la tormenta por la serie de efectos adversos o secundarios que genera en menores de 55 años y en personas con patologías de base-, para lograr mejor eficacia.
DIFERENCIAS
La vacuna más efectiva, la Pfizer, fue elaborada en base al sistema ARN mensajero, un proceso experimental que se usó por primera vez en esta pandemia y que se aplicó en personas sanas. Al contrario, los biológicos chinos emplean un sistema tradicional, que implica recurrir a un virus “muerto” para desencadenar una reacción inmunitaria en una persona.
Atendiendo a ello, Gao señaló que podrían cambiar su estrategia científica y apostar al ARN mensajero; de hecho, China ya tiene vacunas desarrolladas en base a ese sistema. Si bien las mismas se encuentran en la fase de ensayos clínicos, no se precisó ningún plazo de distribución.
El país asiático distribuyó sus vacunas de manera gratuita a 53 países y exportó ciento de millones de las mismas a 20 naciones a nivel mundial, entre ellas Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, México, Turquía, Indonesia, Hungría, Turquía. A nivel local, China no utiliza vacunas de origen extranjero, solo las producidas en su territorio, donde, al 2 de abril, ya había inmunizado a 34 millones de personas con las dos dosis de sus biológicos contra el covid; mientras que otras 65 millones ya recibieron una dosis.
EN PARAGUAY
El viernes 12 de marzo arribaron a Paraguay 3 mil dosis de la vacuna china Sinopharm, obtenidas en donación mediante una cooperación con los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de la primera vacuna china contra el covid-19 aprobada oficialmente por la Administración Nacional de Productos Médicos de China, en diciembre pasado.
Las mismas se distribuyeron en cuatro regiones sanitarias: Asunción, Central, Itapúa y Alto Paraná, para inmunizar a personal de blanco. Algunos solo recibieron la primera dosis y están a la espera de la segunda.
La Sinopharm es la tercera vacuna contra el covid-19 que llegó al país, luego de las 4 mil dosis de la vacuna rusa Sputnik V (compradas por el Gobierno) que arribaron el 18 de febrero; y las 20 mil dosis de la vacuna china CoronaVac, donadas por el gobierno chileno, que llegaron el 6 de marzo.
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China admite baja efectividad de sus vacunas: Paraguay las usó para inmunizar a médicos
China admitió la baja efectividad de sus vacunas contra el coronavirus. Un hecho insólito, si consideramos lo ocurrido con la pandemia del COVID-19, que habría aparecido entre noviembre y diciembre del 2019 en la ciudad Wuhan, pero que recién fue dado a conocer en enero del 2020, cuando la misma ya se había diseminado a lo largo del mundo.
El director de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de China, Gao Fu, reconoció que las vacunas chinas “no tienen tasas de protección muy altas”, durante una conferencia realizada el sábado en la ciudad Chengdu. Así, el principal funcionario de control de enfermedades del país admitía la baja efectividad de las mismas y revelaba que el gobierno chino está estudiando mezclarlas para obtener un mejor resultado en la protección que brindan a los inmunizados.
Hasta el momento, la Administración Nacional de Productos Médicos de China aprobó cuatro vacunas producidas en ese país, tras la autorización de la vacuna CoronaVac de Sinovac, la desarrollada por CanSino Biologics y dos de Sinopharm, que junto a su filial China National Biotec Group (CNBG), utiliza la técnica clásica del virus inactivado. A decir de los responsables, las mismas tienen una tasa de eficiencia del 79%. Sin embargo, la realidad es que rondarían el 50%.
Actualmente, estudia la posibilidad de combinar los biológicos en su territorio o apostar a la inmunización secuencial para aumentar su efectividad. China espera 14 días entre vacunaciones, pero podría aumentar ese tiempo en función a estudios que refieren que la efectividad sería mejor si el intervalo de tiempo entre una dosis y otra es mayor.
Lo mismo hacen investigadores de Inglaterra, que analizan la posibilidad de combinar la vacuna Pfizer-BioNTech -que a decir de la mayoría de los expertos tiene una efectividad del 97%- con el biológico AstraZeneca -que está en el ojo de la tormenta por la serie de efectos adversos o secundarios que genera en menores de 55 años y en personas con patologías de base-, para lograr mejor eficacia.
¿Cuál es la diferencia entre las vacunas?
La vacuna más efectiva, la Pfizer, fue elaborada en base al sistema ARN mensajero, un proceso experimental que se usó por primera vez en esta pandemia y que se aplicó en personas sanas. Al contrario, los biológicos chinos emplean un sistema tradicional, que implica recurrir a un virus “muerto” para desencadenar una reacción inmunitaria en una persona.
Atendiendo a ello, Gao señaló que podrían cambiar su estrategia científica y apostar al ARN mensajero; de hecho, China ya tiene vacunas desarrolladas en base a ese sistema. Si bien las mismas se encuentran en la fase de ensayos clínicos, no se precisó ningún plazo de distribución.
El país asiático distribuyó sus vacunas de manera gratuita a 53 países y exportó ciento de millones de las mismas a 20 naciones a nivel mundial, entre ellas Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, México, Turquía, Indonesia, Hungría, Turquía. A nivel local, China no utiliza vacunas de origen extranjero, solo las producidas en su territorio, donde, al 2 de abril, ya había inmunizado a 34 millones de personas con las dos dosis de sus biológicos contra el COVID; mientras que otras 65 millones ya recibieron una dosis.
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¿Cuáles se aplicaron en Paraguay?
El viernes 12 de marzo arribaron a Paraguay 3 mil dosis de la vacuna china Sinopharm, obtenidas en donación mediante una cooperación con los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de la primera vacuna china contra el COVID-19 aprobada oficialmente por la Administración Nacional de Productos Médicos de China, en diciembre pasado.
Las mismas se distribuyeron en cuatro regiones sanitarias: Asunción, Central, Itapúa y Alto Paraná, para inmunizar a personal de blanco. Algunos solo recibieron la primera dosis y están a la espera de la segunda.
La Sinopharm es la tercera vacuna contra el COVID-19 que llegó al país, luego de las 4 mil dosis de la vacuna rusa Sputnik V (compradas por el Gobierno) que arribaron el 18 de febrero; y las 20 mil dosis de la vacuna china CoronaVac, donadas por el gobierno chileno, que llegaron el 6 de marzo. Las mismas se utilizaron en personal sanitario.
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China: ofrecen huevos y boletos para incentivar la vacunación
Para acelerar la campaña de vacunación contra el COVID-19, las autoridades chinas combinan la recompensa con la presión, ofreciendo huevos frescos a cambio de una vacuna o condenando al oprobio a los recalcitrantes. China, primer país afectado por el coronavirus, pero también el primero en salir de la pandemia, está luchando por convencer a su población de que se vacune cuanto antes.
El país más poblado del mundo ha administrado hasta ahora 140 millones de dosis (la mayoría de las vacunas disponibles requieren dos dosis), lo que equivale al 10% de su población. El gobierno se fijó el objetivo de llegar a fines de junio con el 40% de los chinos vacunados.
En la medida en que la vida ha vuelto a la normalidad en China, donde cada día se anuncia apenas un puñado de contagios adicionales, muchos chinos no consideran urgente vacunarse. Ante esa apatía, las autoridades regionales y locales desbordan de imaginación para arrimar a los chinos a la jeringa.
Primero la zanahoria
Daxing, un suburbio de Pekín, ofrece bonos de compra a las personas cuando se aplican la segunda dosis. En otro suburbio, las autoridades prometen canasta de huevos a los mayores de 60 años que presentan el certificado de vacunación.
Otros obtienen entradas gratuitas para visitar el Tempo de los Lamas, un célebre sitio budista de la capital, que normalmente cuestan tres euros, unos 2,80 dólares. Las únicas vacunas disponibles en China son de fabricación local, con porcentajes de eficacia que van de 50% a 80%.
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Los chinos tienen cierta desconfianza debido a que en años pasados hubo varios escándalos de vacunas adulteradas. Sin embargo, poco a poco, la campaña de vacunación gana impulso y comienzan a verse largas filas de espera frente a los centros médicos como en el distrito de Chaoyang de Pekín.
“Dudaba en hacerlo porque era algo nuevo, pero ahora cada vez hay más personas vacunadas”, dice resignado el joven Zhang, poco antes de recibir la inyección.
Luego el palo
En el distrito de Xicheng, en el centro de Pekín, las entradas de los edificios exhiben un panel de color que especifica el porcentaje de residentes o empleados vacunados. El panel de color verde significa que 80% de los residentes fueron vacunados, el amarillo señala que el índice de vacunación se sitúa entre 40% y 80% y el rojo que es inferior a 40%.
“Me parece un poco raro”, dice Wang Ying, cuyo café tiene un cartel rojo. “Creía que la vacunación era facultativa, pero ahora pareciera que todo el mundo debe vacunarse”, comenta. La camarera del café reconoce que duda sobre la seguridad de las vacunas disponibles, pero que al igual que sus colegas terminarán vacunándose.
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“En los bares y restaurantes esto tranquilizará a los clientes”, comenta. El gobierno afirma que la vacunación es voluntaria, pero en algunos casos la posibilidad de negarse al parecer no existe.
En la frontera con Birmania, la pequeña aldea de Ruili (sureste) decidió vacunar a la totalidad de la población en un plazo de cinco días, tras el descubrimiento de un caso de COVID-19 la semana pasada. Las autoridades no aclararon si es posible negarse.
Fuente: AFP.