Consumo debilitado, fábricas trabajando por debajo de su capacidad instalada: el último balance de salud de la economía de Estados Unidos muestra que la reactivación es débil, en un país que espera el multimillonario plan del presidente electo Joe Biden para superar la doble crisis sanitaria y económica.

Los regalos de Navidad y compras para las fiestas de fin de año no alcanzaron para dar respiro a la mayor economía mundial. Las ventas minoristas cayeron en diciembre, por tercer mes consecutivo, aunque están un 2,9% por encima de igual mes del 2019.

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La producción industrial, en tanto, registró en diciembre su alza más importante en cinco meses, según datos de la Reserva Federal. Pero este incremento se debe en gran parte a la llegada del invierno boreal que hace subir la demanda por calefacción.

“Mini boom”

Los casos de COVID-19, a niveles muy altos en Estados Unidos, paralizan buena parte de la actividad económica. “Las restricciones (...) son mucho menos severas que en Europa, pero asociadas a la elección individual de reducir las interacciones sociales para evitar infecciones, alcanzaron para destruir los sectores de hotelería y ocio”, resumieron los analistas de Pantheon Macroeconomics en una nota.

“El descenso de ventas minoristas muestra nuevamente que la flexibilidad (de gasto) del gobierno era y debe continuar siendo el principal sostén de la economía”, dijo el economista Joel Naroff. Las ayudas del gobierno federal tardaron en renovarse, hasta fines de diciembre cuando fue aprobado en el Congreso un nuevo paquete de ayuda económica por 900.000 millones de dólares, que se suma a los 2,7 billones entregados durante el año. La ayuda finalmente aprobada sólo es un “anticipo” para Biden, que presentó el jueves una iniciativa por 1.900 millones de dólares que enviará al Congreso tras asumir el 20 de enero.

Si el plan recibe el visto bueno del Congreso, donde los demócratas de Biden tendrán mayoría, las familias recibirán un nuevo cheque de hasta 1.400 dólares por persona. Los desempleados verán extenderse los beneficios que reciben, las escuelas podrán reabrir y muchas personas con hijos podrán volver a buscar empleo. Este proyecto “podría aumentar las posibilidades de ver un ‘mini boom’ (económico) este verano” boreal, anticipa Oren Klachkin, de Oxford Economics.

Made in América

A la espera de la ayuda, el 2021 comienza con la confianza de los consumidores a la baja en enero, según la estimación preliminar de la encuesta de la Universidad de Michigan. La actividad manufacturera de la región de Nueva York también comenzó con bajas revoluciones, según el indicador Empire State de la Fed.

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Con más de 10 millones de estadounidenses vacunados contra el coronavirus, falta aún para que la economía se recupere. El plan de Biden será seguido de un plan para crear empleos “bien pagados” en la manufactura, según prometió durante su campaña.

Para hablar de su proyecto de reactivación y economía verde, Biden adoptó una retórica similar a la de Donald Trump: el “Made in América”. “Imaginen un futuro ‘fabricado en Estados Unidos’, ‘enteramente fabricado en Estados Unidos y de los estadounidenses”, lanzó el jueves el presidente electo.

Fuente: AFP.

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