Las autoridades libanesas anunciaron el lunes un reconfinamiento del país a partir del jueves hasta final de enero, debido a que los contagios por COVID-19 se han disparado durante las fiestas y los hospitales están saturados.
En diciembre, el gobierno autorizó la reapertura del país, incluidos los bares y las discotecas, en un intento por relanzar una economía hundida. La decisión le valió duras críticas del ámbito médico, en un momento en el que la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos alcanzaba ya niveles críticos.
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El país se reconfinará “desde el jueves por la mañana hasta el 1 de febrero por la mañana”, indicó a la prensa el ministro de Salud Hamad Hassan. Se instaurará un toque de queda desde las 18:00 hasta las 5:00, según la agencia nacional de información ANI.
El aeropuerto de Beirut permanecerá abierto, pero el número de pasajeros “será reducido respecto al año pasado”, indicó el ministro de Defensa, Mohamad Fehmi. En los últimos días, los trabajadores sanitarios dieron la voz de alarma ante el aumento de casos positivos --hasta 3.500 el jueves, frente a los entre 1.000 y 2.000 casos diarios en las semanas anteriores-- y de los casos que necesitan una hospitalización.
Desde el inicio de la pandemia, Líbano ha registrado más 192.000 contagiados y 1.500 fallecidos. El país debe recibir en febrero los primeros lotes de vacunas contra el COVID-19.
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Fuente: AFP.
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El líder de Hezbolá rechaza solicitud de desarme en Líbano
El líder de Hezbolá, el movimiento chiita proiraní de Líbano, afirmó ayer domingo que su milicia, muy debilitada tras una guerra con Israel, no va a “capitular” ni entregar las armas, pese a las fuertes presiones en ese sentido. “La amenaza no nos hará capitular”, afirmó Naim Qasem en un discurso televisado ante miles de partidarios en el suburbio sur de Beirut, bastión de Hezbolá, con motivo de la conmemoración religiosa chiita de Ashura.
“Que nadie nos diga hoy ‘suavicen sus posiciones’” y “entreguen sus armas”, agregó. El discurso tuvo lugar en la víspera de la llegada a Beirut del emisario estadounidense, Tom Barrack. Las autoridades libanesas deben dar una respuesta a su solicitud de desarmar a la formación chiita antes de fin de año, indicó un funcionario libanés que solicitó el anonimato.
Pero Naim Qasem afirmó que, en primer lugar, Israel debería aplicar el acuerdo de alto al fuego con Líbano, “retirarse de los territorios ocupados, detener su agresión” y “liberar a los prisioneros” libaneses. Exigió además que se inicie la reconstrucción de las zonas devastadas por la guerra que terminó en noviembre.
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En ese momento, “estaremos prontos para la segunda etapa, que es discutir la seguridad nacional y la estrategia de defensa” de Líbano, un término que incluye la cuestión del desarme de Hezbolá, agregó. Naim Qasem sucedió al carismático líder de Hezbolá Hasán Nasralá, quien murió en un ataque israelí en la periferia sur de Beirut en septiembre pasado, durante la guerra que enfrentó al grupo chiita contra Israel.
A pesar de un alto al fuego que entró en vigor el 27 de noviembre después de más de un año de hostilidades, que incluyeron dos meses de guerra abierta, el ejército israelí realiza a menudo ataques en Líbano, afirmando que apunta contra la formación proiraní. El ejército israelí debía retirar completamente sus tropas de Líbano, pero, contrariamente al acuerdo, decidió mantener cinco posiciones en el sur del país, consideradas estratégicas.
Fuente: AFP.
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Israel elimina a un jefe de Hezbolá en el sur de Beirut
- Beirut, Líbano. AFP.
El ejército israelí bombardeó este martes un suburbio del sur de Beirut, un bastión de Hezbolá, lo que causó la muerte de cuatro personas, incluyendo un dirigente del movimiento islamista. Es el segundo bombardeo israelí contra la capital de Líbano en menos de una semana después de meses de alto el fuego en la guerra contra el grupo chiita libanés.
El ataque se produjo sin previo aviso hacia las 3:30 (0:30 GMT), durante la fiesta del Aíd al Fitr, que marca el fin del mes del ayuno del Ramadán, celebrado por musulmanes en todo el mundo. El bombardeo dejó cuatro muertos y siete heridos, según el Ministerio de Salud libanés.
Israel indicó que su ataque fue dirigido contra Hasan Bdair, un alto cargo del movimiento libanés, que fue “eliminado” en el bombardeo. Hezbolá es aliado del grupo islamista Hamás, en guerra contra Israel en la Franja de Gaza. Bdair “recientemente dirigió a agentes de Hamás y los asistió en la planificación de un ataque terrorista, significativo e inminente, contra civiles israelíes”, indicó el ejército israelí en un comunicado.
Según una fuente de Hezbolá, Bdair se encontraba “en su casa con su familia”. Un fotógrafo de la AFP constató que las últimas dos plantas de un edificio quedaron destruidas. El primer ministro libanés, Nawaf Salam, denunció una “violación flagrante” del alto al fuego, que entró en vigor el 27 de noviembre y puso fin a un año de conflicto entre Israel y Hezbolá.
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“Plena soberanía”
El presidente libanés, Joseph Aoun, condenó el ataque israelí y pidió apoyo a sus aliados para defender “la plena soberanía” del país. Sin identificar el objetivo, el ejército israelí dijo que actuó para “eliminarlo y remover la amenaza. Desde el inicio de la tregua, ambas partes siguen acusándose mutuamente de violar el cese el fuego.
El viernes, Israel ya bombardeó la periferia sur de Beirut en respuesta al lanzamiento de cohetes contra territorio israelí. Hezbolá negó haberlos disparado. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que Israel atacará Líbano “contra cualquier amenaza”.
El dirigente de Hezbolá, Naim Qasem, condenó el sábado la reanudación de los bombardeos israelíes y pidió que “se ponga fin a esta agresión”. Hezbolá abrió un frente contra Israel al inicio de la guerra en la Franja de Gaza, el 7 de octubre de 2023, afirmando actuar en apoyo de los palestinos.
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Estas hostilidades, que degeneraron en guerra abierta en septiembre de 2024, causaron más de 4.000 muertos en Líbano y obligaron a huir a más de un millón de personas. En el lado israelí, el número de muertos ascendió a 78, incluidos 48 soldados que se sumaron a los 56 muertos en una ofensiva terrestre lanzada en Líbano a finales de septiembre, según cifras oficiales.
Unos 60.000 habitantes del norte de Israel han sido desplazados, la mitad de los cuales aún no han regresado a sus hogares, según las autoridades. Según los términos del acuerdo de alto el fuego, sólo el ejército libanés y las fuerzas de paz de la ONU deben desplegarse en el sur de Líbano, mientras que Hezbolá debe retirarse al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera con Israel, y desmantelar su infraestructura militar en el sur. No obstante, el ejército israelí ha mantenido tropas en cinco posiciones calificadas de estratégicas en el sur del Líbano.
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Israel ataca Líbano tras disparos de cohetes contra su territorio
El ejército israelí bombardeó Líbano el sábado, tras interceptar cohetes disparados desde el país vecino y pese a la tregua que rige con el movimiento libanés Hezbolá, que negó estar implicado en el ataque. Los bombardeos mataron a una mujer y a una niña en la localidad meridional de Tulin, informó la agencia de noticias libanesa NNA, y se producen después de que el ejército israelí interceptara tres proyectiles lanzados desde el país vecino.
Un responsable del ejército del aire israelí informó que se dispararon seis cohetes en total. El cuerpo armado informó que bombardeó “decenas de lanzacohetes y un centro de mando desde donde operaban terroristas de Hezbolá” en el sur de Líbano.
Pero el ataque contra el norte de Israel, de momento, no fue reivindicado y el grupo chiita negó “cualquier implicación” en los disparos. “Las alegaciones del enemigo israelí forman parte de los pretextos para continuar sus ataques contra Líbano, que no han cesado desde que se anunció el alto el fuego”, denunció Hezbolá en un comunicado.
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Un acuerdo de tregua puso fin el 27 de noviembre a dos meses de guerra abierta entre Israel y el pro-iraní Hezbolá. El conflicto estalló tras meses de cruces de disparos en la zona fronteriza, donde el poderoso grupo libanés abrió un frente en solidaridad con el movimiento islamista palestino Hamás al inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023.
La tregua logró mantenerse en líneas generales, a pesar de las acusaciones mutuas de repetidas violaciones. El jefe del Estado Mayor israelí, el general Eyal Zamir, había advertido que el ejército respondería “severamente a los ataques de esta mañana”.
“No podemos permitir que se disparen cohetes desde Líbano hacia las comunidades de Galilea”, dijo el ministro de Defensa israelí, Israel Katz. Las sirenas antiaéreas sonaron en la mañana en Metula, una localidad del norte de Israel, en la frontera con Líbano. Su alcalde, David Azoulay, informó que algunos habitantes decidieron dejar el pueblo tras los disparos de cohetes. Y detalló que solo un 8% de la población regresó al lugar desde el inicio de la tregua.
Lanzadores de cohetes desmantelados
El primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, advirtió del “riesgo de que las operaciones militares se reanuden en la frontera sur”. “Esto podría arrastrar al Líbano a una nueva guerra, con consecuencias desastrosas”, indicó, según su oficina de prensa. La agencia de noticias libanesa NNA señaló en la mañana que aviones israelíes sobrevolaron el sur de Líbano y que misiles interceptores estallaron en la zona.
Las tropas israelíes también realizan operaciones de barrido con armas automáticas en las colinas de Hamames, añadió la agencia. El ejército libanés anunció que encontró “tres lanzadores de cohetes artesanales en una zona situada al norte del río Litani”, a unos 30 km de la frontera israelí, y “procedió a su desmantelamiento”.
La Fuerza de la ONU en Líbano (Finul), desplegada en el sur del país, expresó en un comunicado su preocupación por una “posible escalada” de la violencia. Y el presidente libanés, Joseph Aoun, denunció que “la agresión [israelí] continúa contra Líbano”.
Cuando empezó la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, Hezbolá era un actor clave de la vida política en Líbano y el movimiento más poderoso del país. Pero en septiembre de 2024, el cruce de disparos entre Hezbolá e Israel se transformó en una guerra abierta con bombardeos masivos en Líbano.
El movimiento chiita, la única facción en Líbano que conservó las armas tras la guerra civil (1975-1990), salió muy debilitado del conflicto y su liderazgo quedó ampliamente diezmado. Cuando empezaron los disparos transfronterizos en 2023, los habitantes de la zona recibieron órdenes de evacuación. Cerca de 60.000 personas se vieron desplazadas del norte de Israel.
En el lado libanés, más de un millón de personas huyeron del sur del país, de las cuales unas 100.000 siguen desplazadas, según la ONU. Según los términos del acuerdo de tregua, Israel debía retirarse del sur de Líbano, donde sólo se desplegarían el ejército libanés y las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.
Pero el ejército israelí conservó cinco posiciones estratégicas a lo largo de la frontera sur de Líbano alegando motivos de seguridad. Hezbolá, a su vez, debía desmantelar su infraestructura y retirarse al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera israelí.
Fuente: AFP
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Israel anuncia que liberará a cinco libaneses en virtud de tregua con Hezbolá
Israel liberará a cinco detenidos libaneses en el marco de un acuerdo de tregua con el movimiento libanés Hezbolá, en vigor desde el 27 de noviembre, anunció este martes la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu. “En un gesto con el nuevo presidente libanés, Israel aceptó liberar a cinco detenidos libaneses”, precisó la oficina en un comunicado.
La decisión se tomó al margen de una reunión que mantuvieron representantes de los ejércitos israelí y libanés y de los mediadores del alto al fuego, Francia y Estados Unidos, en Naqura, una localidad en la frontera entre Israel y Líbano.
En el encuentro, “se decidió crear tres grupos de trabajo conjuntos con el objetivo de estabilizar la región, [que] se centrarán en tres temas: los cinco puntos de control israelíes en el sur de Líbano, las conversaciones sobre la Línea Azul y las zonas aún disputadas y la cuestión de los libaneses detenidos por Israel”, explicó la oficina de Netanyahu.
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Un día después del ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, Hezbolá, aliado suyo, abrió un segundo frente, disparando cohetes contra el norte del país desde el sur de Líbano. El 27 de noviembre se acordó una tregua que puso fin a más de un año de hostilidades, incluidos dos meses de guerra abierta.
Pero Israel continúa bombardeando el territorio libanés de vez en cuando, y ambas partes se han acusado de violar el acuerdo. Líbano quiere que Israel se retire totalmente del país, al considerar que si mantiene a su ejército en cinco puestos de control, calificados de “estratégicos”, está cometiendo una “ocupación”. Israel, por su parte, alega que se trata de una “medida temporal hasta que las fuerzas libanesas estén en condiciones de aplicar plenamente el acuerdo”.
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El pacto preveía que Israel se hubiese retirado del sur de Líbano para el 26 de enero, aunque luego ese plazo se prorrogó al 18 de febrero, y que solo los cascos azules de la ONU queden desplegados en esa área. Hezbolá, que acabó muy debilitado tras ese conflicto, se comprometió a desmantelar sus infraestructuras y a replegarse a la margen norte del río Litani, a unos 30 km de la frontera con Israel.
Fuente: AFP