La Cámara de Representantes de Estados Unidos asestó el lunes un golpe a Donald Trump al votar a favor de levantar el veto presidencial al proyecto de ley de defensa, preparando el escenario para que el Senado haga lo propio en los últimos días de mandato del republicano.

La Cámara controlada por los demócratas votó por 322 contra 87 para anular el veto de Trump al proyecto de ley de defensa de 740.500 millones de dólares. Una mayoría de los legisladores republicanos (109) votaron junto a los demócratas.

Una moción similar se presentará en el Senado de mayoría republicana, donde también tendrá que obtener el apoyo de dos tercios para que el veto del presidente sea anulado.

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En un comunicado emitido después de la votación, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, tildó el veto de Trump de “imprudente” y pidió al presidente que “ponga fin a su campaña de caos de última hora”.

La votación de la Cámara se produjo un día después de que Trump cediera a la presión de republicanos y demócratas y firmara a regañadientes un paquete de estímulo y alivio económico por el coronavirus de 900.000 millones de dólares que había amenazado con vetar.

La capitulación de Trump sobre el proyecto de ley de ayuda por el covid-19 y la inminente anulación de su veto por el Congreso son las últimas señales de sus poderes menguantes mientras se prepara para dejar la Casa Blanca el 20 de enero.

La ley de Autorización de Defensa Nacional fue aprobada en primera instancia por 335 a 78 en la Cámara de Representantes y en el Senado por 84 a 13.

No obstante, Trump la vetó porque no derogó la llamada Sección 230, una ley federal que otorga protección legal a las empresas de internet, y además porque eliminaba los nombres de militares del sur esclavista de la Guerra Civil (1861-65) que identificaban a varias bases militares.

Incluyendo esta ley de defensa, Trump ha vetado nueve proyectos de ley en sus cuatro años en la presidencia y hasta ahora el Congreso no había sumado los votos necesarios para levantar ninguno de sus vetos. Para Trump, un magnate del sector inmobiliario que se jacta de su poder de negociación, los últimos días han sido una constante humillación.

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“Detenga la locura”

Trump amenazó reiteradamente con no ratificar el plan de alivio contra el covid y los gastos presupuestales generales que habían sido negociados por su propio secretario del Tesoro y que recibieron un amplio apoyo de los dos partidos en el Congreso.

La inesperada actitud del presidente dejó a Estados Unidos al borde de cerrar el gobierno federal desde el martes y de privar a millones de personas de ayuda para afrontar los perjuicios económicos de la pandemia.

Finalmente el domingo dio marcha atrás y en la noche estampó su firma en su residencia de descanso de Mar-a-Lago, en Florida, sin cámaras de televisión.

Pero en un intento por salvar la cara, Trump emitió una declaración en la que volvió a protestar por las elecciones de noviembre en las que fue derrotado y, a la vez, alegó que había conseguido varias concesiones en la ley de alivio económico.

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Entre los pedidos de Trump estaba que el pago directo a los estadounidenses más afectados subiera de 600 a 2.000 dólares. Y la Cámara aprobó el lunes esa moción aunque es probable que la misma encuentre resistencias por parte de los republicanos en el Senado.

El presidente electo, Joe Biden, consultado sobre si estaba a favor de aumentar los pagos a 2.000 dólares, digo que “sí”.

Biden, quien hizo unas declaraciones luego de recibir un informe de su equipo de transición sobre seguridad nacional, también dijo que los nombramientos de carácter político en el Pentágono -que Trump ha llenado de aliados después de las elecciones- le han impedido tener una “imagen clara” de las tropas y el presupuesto.

Y advirtió que, por ello, adversarios de Estados Unidos podrían intentar aprovechar la transición a su favor. El episodio con el paquete de alivio económico mostró el grado de aislamiento en que está Trump mientras insiste en protestar en Twitter por su derrota electoral.

En una señal de su menguante influencia, el diario New York Post, propiedad de Rupert Murdoch, uno de los más fervientes partidarios de Trump, publicó un editorial el domingo por la noche pidiéndole que “detenga la locura” y admita que perdió las elecciones.

“Señor presidente, es hora de terminar con esta oscura payasada”, dijo el diario. “Entendemos, señor presidente, que está enojado por haber perdido. Pero sería ruinoso seguir en este camino”, continuó. “Si insiste en gastar sus últimos días en el cargo incendiando todo, será recordado por eso”.

Fuente: AFP.

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