En la Basílica de la Natividad de Belén, núcleo del mundo cristiano en Nochebuena, un puñado de fieles y clérigos celebraron juntos la misa del Gallo a medianoche, buscando juntos un poco de “luz” tras un año de “tinieblas”. La pandemia de COVID-19 quizá no haya impedido que se celebre la misa de Navidad en Belén, la ciudad palestina donde Cristo nació hace 2.000 --según la tradición--, pero sí que modificó unos ritos muy antiguos.
En la capilla aledaña a la basílica, en general atestada de gente en Nochebuena, las autoridades religiosas solo permitieron el acceso de unos cuantos invitados. En la ciudad no había ni rastro de turistas, ni de público local en los templos. Incluso el presidente palestino, Mahmud Abas, optó por proyectar su imagen en un video por las calles de Belén para evitar contagiarse del coronavirus.
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En la basílica, se colocaron pedazos de papel en los bancos, de forma espaciada, para separar a los fieles. Los pocos invitados que asistieron, como la embajadora estadounidense de la ONU, Kelly Craft, y sus guardaespaldas, llevaban la cara tapada por las mascarillas.
“No pueden darse la mano pero pueden desearse paz”, lanzó el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, en el momento en el que, habitualmente, los fieles se estrechan la mano en la iglesia.
“El pueblo que caminaba en las tinieblas vio levantarse una gran luz, y sobre los habitantes del país de las sombras, una luz resplandeció”, dijo al comenzar su homilía, citando el libro de Isaías. “Todo el mundo se siente en la oscuridad, cansado, agotado, oprimido por el peso de esta pandemia que secuestró nuestras vidas”, añadió.
El calor del coro
En este mundo de distancias de seguridad, de frialdad, el calor del órgano insufló una cierta calidez en la basílica, demasiado grande para el puñado de fieles y clérigos que, sin embargo, parecían estar viviendo un momento extrañamente singular.
“Es una experiencia única porque, como persona religiosa, nuestro modelo es Cristo [...] Rezar aquí, en el lugar del nacimiento de Cristo, es como rezar en el lugar de la base de nuestra vida religiosa”, declaró extasiado el hermano Fabrice, oriundo de Congo-Brazzaville.
Afuera de la basílica, las luces de un inmenso árbol de Navidad se reflejaban en las piedras de la plaza de la Natividad, desierta. El año pasado, centenares de personas celebraban la Navidad aquí, pero este año el lugar estaba casi abandonado y los restaurantes bajaron la persiana a media tarde.
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Saef Manasa, de 22 años, obrero de la construcción, paseaba por la plaza con sus amigos. “Soy musulmán pero me gustan mucho los cristianos y la Navidad nos permite festejar juntos”, afirmó. “Vivimos en un mundo de pluralidad”, recordó el patriarca durante la misa, en árabe, alemán, latín, inglés, hebreo...
Tras los clásicos “Adeste Fideles” y “Gloria excelcis deo”, el patriarca, los curas y los hermanos salieron en procesión con un Jesús de porcelana hasta la cueva de la Natividad, donde supuestamente se produjo el “milagro” de la encarnación.
Pero en esta misa única tuvo lugar otro “milagro”, mucho menos metafísico: ¿cómo pudieron los miembros del coro hacer gala de tal potencia vocal con la cara tapada con las mascarillas?
Fuente: AFP.
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Detienen a político abdista, investigado por tráfico de cocaína
El exintendente de la localidad de Belén, departamento de Concepción, Víctor Sanabria Oporto fue detenido este martes en una vivienda localizada en Ciudad del Este en un allanamiento encabezado por el fiscal antidrogas Osmar Segovia. El político abdista contaba con una orden de captura desde el 28 de noviembre de 2022.
Sanabria Oporto, quien también fue precandidato a concejal por el movimiento Fuerza Republicana, se encuentra imputado por tráfico internacional, tenencia sin autorización, asociación criminal y comercialización de sustancias estupefacientes. El político se encuentra vinculado al tráfico de 653 kilos de cocaína incautados en la ciudad de Montevideo, Uruguay, en medio de un contenedor de carne paraguaya de exportación que tenía como destino Moscú, Rusia.
De acuerdo con los antecedentes, la contaminación de la carga habría ocurrido el 29 de setiembre de 2022 en un depósito en la ciudad de Emboscada, donde tras introducir la droga el contenedor fue sellado con precintos clonados para transportar finalmente al puerto Caacupemí de Zeballos Cué.
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Segovia en una entrevista con la 1080 AM manifestó que Sanabria Oporto será trasladado hasta la sede del Ministerio Público en la ciudad de Asunción y puesto a disposición de la jueza Lici Sánchez. El procedimiento se realizó con efectivos policiales en la madrugada de este martes luego de varios meses de trabajo investigativo.
Según las investigaciones, el exintendente formaba parte de la logística de la estructura dedicada al tráfico ilícito, proveyendo vehículos y otros elementos para realizar el envío. “Él efectuó toda la parte de la logística. Durante el allanamiento se incautaron aparatos celulares, dinero, joyas y un vehículo que tenía en su poder”, indicó el agente del Ministerio Público.
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Belén: “Siento que el milagro más grande es la posibilidad que tengo de hacer música”
Jimmi Peralta - Fotos: gentileza
La artista paraguaya radicada en México comparte algo de su historia de vida y de su precoz vínculo con la música, que se dio a los cuatro años a instancias de su madre. En esta entrevista con La Nación/Nación Media, habla de su formación, sus influencias, su actualidad musical y nos adelanta un poco sobre sus proyectos futuros.
La vocación es ese sueño aprendido o un designio supremo que vincula un hacer, una misión, un sentido con la vida de las personas. Algunas de ellas recorren gran parte de su vida hasta encontrar un lugar, hobby o profesión que les represente en ese momento y, en algunos casos, por el resto de su vida. Belén, según comenta en conversación con La Nación/Nación Media, está en esta otra mitad de casos. A ella su madre la acercó a estudiar música a sus tempranos cuatro años, por lo que desde muy pequeña sintió la certeza de que su camino de vida está vinculado con la música.
Después de trabajar en otros rubros, incluido el periodismo cultural, desde hace unos años su arte –componer, cantar y tocar el piano– se convirtió en el eje completo de su vida profesional y personal. En 2023 logró firmar con la agencia mexicana Moonrock Entertainment, desde el mes pasado está abriendo show en México y está produciendo nuevas canciones.
Belén busca actualmente destacarse como artista emergente dentro del mercado latino y sus últimos lanzamientos fueron “Te vas” y “Amarnos”, cortes promocionales disponibles en las principales plataformas digitales.
–¿Cómo surge tu relación con el arte en general y en particular con la música?
–Surge en mi niñez gracias a que mi mamá se dio cuenta de que tenía talento para la música. Ella dice que lo notó en la cuna, antes de cumplir un año. Es por eso que a los cuatro años me enseña a tocar el teclado, luego me lleva a clases de teclado; a los nueve me inscribe a clases de piano y también me enseña a componer. Entonces compongo mi primera canción, que fue un tema dedicado a la guitarra de mi mamá.
–¿Por qué procesos de formación artística pasaste?
–A los 12 años fui al Ateneo Paraguayo a seguir el Profesorado Superior en Educación Musical y Piano, que llevé adelante por varios años, aunque no terminé. Además, fui toda mi vida muy autodidacta. De hecho, lo sigo siendo. Por eso, continúo estudiando hasta el día de hoy, sea sola o con maestros.
EL PIANO
–¿Por qué elegiste el piano?
–Eso deberíamos preguntarle a mi mamá (risas). Pero definitivamente es el instrumento que amo; la extensión de mi ser a través de mis dedos y el mejor regalo de mi mamá.
–Estuviste mucho tiempo en pantalla y hoy el escenario y las redes son algunos de tus espacios de trabajo. ¿Igual podría decirse que sos tímida?
–Es cierto. Sin embargo, sí debo reconocer que soy bastante tímida y privada, y que si entro a un lugar donde no conozco a nadie y, sobre todo, si hay mucha gente, siempre voy a preferir estar atrás y lo más escondida posible.
–¿Qué tipo de música o qué artistas te marcaron como fan?
–Realmente escuché y escucho mucha música y bastante diversa. Sin embargo, me marcó y me sigue marcando la buena música. Definitivamente. Artistas y/o compositores tan variados como Mercedes Sosa, Michael Jackson, Céline Dion, Tom Jobim, Chopin, Djavan, José José, Toto, Alejandro Sanz, Niña Pastori, Maro o John Patitucci son solo una pequeña muestra de lo que me gusta, me eleva, me encuentra y me ilusiona al escuchar música.
–De lo que hoy es más mainstream en la música, ¿qué te gusta?
–Billie Eilish. Creo que ella y su hermano se salen de lo común. Además de romper el paradigma muy empotrado, de creer que hay que gritar o cantar fuerte como sinónimo de cantar bien.
–¿Podrías decir que pospusiste por un tiempo tu carrera musical? ¿O que nació la búsqueda a su debido tiempo?
–Pospuse mi carrera, pero la activé en el momento oportuno, así como quería hacerlo.
–¿Podrías explicarnos cómo se dio en vos esa discusión interna que suele tener el creador con respecto a “creer” en su arte o minimizarlo?
–Quizás por mi formación y práctica de vida cristiana, mi manera de ser, mi carácter, mi personalidad, mi visión y filosofía de vida. No sé, pero nunca tuve ese conflicto interno. Siempre creí en mi música, en mi arte, en el talento que Dios me dio y en lo que él puso de única en mí para compartir con los demás. Jamás minimicé mi arte. Al contrario, lo respeté, y le di y le doy el lugar que merece; peleo por ello.
–¿Cómo abordás tus procesos de composición?
–De una manera muy natural. Me siento a escribir. O sencillamente hago una pausa en la ducha, en el auto, en la calle, en la cama para escribir lo que siento, o anoto frases sobre las que luego escribo; palabras, ideas. Y así mismo con las melodías. Me vienen y las grabo en el celular. O cuando estoy en el piano, me siento a componer al instante. Pero no espero la inspiración, ni tengo ningún ritual u orden. Sencillamente escribo, grabo, compongo y ya.
–¿Sabés delegar algo de lo creativo o te metés en todo?
–Creo profundamente en el trabajo en equipo, aunque yo forme parte de todos los procesos. Por otro lado, creo que delegar es fundamental para el crecimiento, pero sí es importante saber en qué momento soltar y cuándo estar presente.
COMPOSICIONES
–¿Estás produciendo nuevas canciones? ¿Son temas que compusiste ahora o pertenecen a cosas que estaban esperando su tiempo para salir?
–Sí. Estoy produciendo canciones que van a salir este año. La mayoría son temas que ya tenía y estaban en lista de espera; y otras son canciones que compuse en el momento, en el estudio de grabación.
–¿Cómo se da el encuentro con Moonrock Entertainment?
–De la manera más inesperada. Fue una sorpresa muy grata y una puerta muy grande para mi carrera musical.
–¿Qué cosas concretas toca trabajar con ellos dentro de tu planificación de este año?
–Uy, ¡toca trabajar de todo! Todo lo que va a salir y vamos a mostrar es un trabajo que lo hacemos y haremos juntos.
OPORTUNIDADES
–México es el mercado musical de habla hispana más importante del continente. ¿Qué cosas te hicieron ver la diferencia con el trabajo que venías haciendo?
–Más que ver diferencias, vi oportunidades. Y eso es maravilloso a la hora de crecer, expandirse y conquistar a un nuevo público, un nuevo mercado.
–Hasta ahora ¿qué cosas inesperadas ya viviste en esta travesía profesional que llevás?
–Mirá. Siempre digo que este proyecto, esta carrera musical mía, es milagrosa. Porque está llena de fenómenos inauditos que ocurren en el momento justo y de la manera menos pensada. Gracias a la música hice muchos viajes soñados, conocí a personas increíbles y muy importantes, trabajé y trabajo con gente muy reconocida en la industria musical internacional, y siento que el milagro más grande es la posibilidad que tengo de hacer música, como siempre planifiqué que quería hacerlo.
–¿Podrías hablarnos un poco de tu próximo lanzamiento?
–Del próximo lanzamiento, que ya tiene fecha de salida, no puedo hablar aún. Pero sí te voy a contar de la última canción que lancé ahora, el 13 de marzo, que se llama “Amarnos”, y es una canción romántica que forma parte de mis Black & White Sessions, que son sesiones acústicas en piano y voz, de mis canciones, y salen en paralelo a mis lanzamientos oficiales cada mes.
SOBRE BELÉN
“Belén es una cantautora y pianista paraguaya que deslumbra con su aterciopelada voz y su destreza en el piano. Creativa, exigente y completa, es una artista que entrega su alma y su verdad en cada canción”, señala su perfil en su página oficial.
Luego añade que con más de 200 composiciones, su arte íntimo y emotivo encuentra eco en corazones sensibles tras cada lanzamiento. Justamente, la ambiciosa trilogía de álbumes que prepara, de siete canciones cada uno, promete 21 obras maestras; mientras que las Black & White Sessions, sus sesiones acústicas en paralelo a sus lanzamientos oficiales, revelan su corazón, su personalidad, y su genio musical en un momento íntimo entre Belén y su compañero fiel, su amado piano.
Este año se instaló en México dando un paso audaz hacia la conquista de nuevos horizontes para ser embajadora de su arte, habiendo debutado dos años antes con “Dame un beso”.
El pasado 11 de febrero Belén dio el pasado decisivo con su equipo preparando los detalles para abrir los shows del Morrito Tour del cantante de pop y romance, Vadhir Derbez. El 15 de febrero se realizó el primer concierto en el Foro Tims de la ciudad de Monterrey. La segunda presentación fue el 16 de febrero en el Black Box de Tijuana.
“Estoy muy feliz por esta hermosa oportunidad que me da Vadhir, quien cuenta con una carrera muy linda en México. También emocionada por tener esta oportunidad tan maravillosa de entregar mi música a gente que no me conoce, que no sabe todavía cuáles son mis historias. Estoy segura de que compartir con ellos será una experiencia muy especial”, señaló la cantante sobre su experiencia en el país azteca.
Aunque abraza al pop como género base, Belén no se limita a estilos, sino más bien se pasea con clase y frescura por ritmos latinos, derivaciones del pop, baladas, ritmos tropicales y hasta la música paraguaya, cautivando con conmovedoras historias y melodías preciosas.
Su fuerte está en el escenario, donde se transforma y se entrega con vehemente pasión y magnetismo indomables, que logran hipnotizar al público, dejándolo embriagados de emoción y admiración.
Belén emerge como una voz poderosa, impregnando su arte virtuoso como un legado de belleza para quienes la descubran.
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NYC, una ciudad de película
Ricardo Rivas, periodista, Nueva York, EE. UU., X: @RtrivasRivas - Fotos: AFP/gentileza
Muchos sostienen enfáticamente que la Navidad vive en la Ciudad de Nueva York. No es sorprendente. Tal vez, el cine y la tele produjeron sentido sin descanso para que esa idea trocara -también para muchos- en sentido común.
Desde hace algunas décadas no faltan quienes sostienen -muchos enfáticamente- que la Navidad vive en la Ciudad de Nueva York (NYC). No es sorprendente. Tal vez, el cine y la tele produjeron sentido sin descanso para que esa idea trocara -también para muchos- en sentido común. Mitos y leyendas urbanas atraviesan Manhattan, Brooklyn, el Bronx, Queens y Staten Island. Ninguno de esos barrios se parece. Son bien diferentes. Contrastan. Y siempre es posible descubrir, entre lo de siempre y lo que llega desde la historia, zonas nuevas que se potencian de la mano de emprendedores que en cada esquina descubren oportunidades que no siempre benefician a todos.
Después de un largo período regresé a NYC con tiempo y en Navidad que en este año, como en el anterior no fue blanca ni tampoco exageradamente fría. En mayo pasado también estuve aquí, pero una muy compacta agenda de trabajo me impidió reconocerla y partí con la decisión de regresar pronto porque me fui sin recorrer más que lo imprescindible sus avenidas, calles y callejuelas.
La decisión estaba tomada. Por ello, desde que arribé un par de días atrás al aeropuerto John Fitzgerald Kennedy, como alguna vez –seguramente– le pasó a Sinatra, “estos zapatos vagabundos / anhelan irse por ahí / precisamente en su corazón / Nueva York, Nueva York”. ¿Cómo no comprender a Frankie y desear, como él, “despertar en esta ciudad / que no se duerme”, aunque en estos días invernales minutos después de las 5:00 PM es noche cerrada.
Cuando repaso los días más recientes –con nubes bajas, nieblas espesas y algunas lloviznas– descubro que en cada uno de ellos apenas poco más de nueve horas fueron para que el sol ocupe el firmamento. Solo los neones y las pantallas led en Brooklyn y Times Square aportan brillo en la noche de la vieja Nueva York que, pese a las prácticas sociales de siempre, los comportamientos de sus 8,6 millones de habitantes hacen que todo sea o parezca diferente.
GENTRIFICACIÓN
“Tribeca y Dumbo son lo nuevo y los resultados de los procesos de gentrificación más relevantes de los últimos años en NYC”, me dijo a poco de andar a bordo de una poderosa SUV Cadillac de RELIER, Ariel Rodríguez, conductor y guía de excelencia para explicar los secretos neoyorquinos, que disfruta profundamente de cada una de sus jornadas de trabajo. Es un profesional apasionado que –con apenas 20 años recién cumplidos– llegó aquí desde Buenos Aires pocos días después del 11 de setiembre de 2001, cuando el ataque terrorista contra las Torres Gemelas del WTC aún asombraba y apenaba a miles de millones en la aldea global.
“TriBeCa es un acrónimo con el que se menciona a un área de Manhattan a la que se denomina Triangle Below Canal Street”, explica Ariel. La zona crece con ímpetu. Los hípsters parece que todo lo pueden y son cientos los jóvenes bohemios de alto poder adquisitivo así categorizados que se instalaron allí. Crecen y se expan- den. Son la contracultura, la rebeldía, la crítica contra el consumo, contra los valores establecidos, pero no trepidan en exhibirse fanáticos de Apple y de las marcas más costosas.
En algunos casos, son y marcan tendencia.
Tal vez por ello, en el 375 de Greenwich Street, Robert de Niro y Drew Nieporent se instalaron con Tribeca Grill, uno de los más recientes éxitos gastronómicos en Manhattan. En la esquina opuesta, Locanda Verde, el restaurante donde la escritora Rosario Oyhanarte ambienta su novela “El libro más bonito del mundo. Una historia de amor” –notable éxito editorial– también está allí. Muy cerca, pero del otro lado del Hudson, Ariel me invita para conocer en Dumbo –Down Under the Manhattan Bridge Overpass (Bajo el paso elevado del puente de Manhattan), otro nuevo barrio en Brooklyn– y me permite descubrir en torno del teatro St. Ann’s Warehouse vistas sorprendentes con imágenes de alto impacto de Manhattan y sus edificios más emblemáticos mientras recorremos Domino Park.
MEMORIA
Nueva York estremece. Ground Zero (Zona Cero) –donde hasta el 11S de 2001 estaban las Torres Gemelas– ha cambiado a partir del horror. Una nueva torre allí se erige con un diseño arquitectónico que tomó nota de los datos que aportaron los desaparecidos edificios colapsados como consecuencia del ataque criminal en el que fueron asesinadas unas 4.500 personas. En su entorno también todo es diferente desde entonces. Mucho para ver, recordar y pensar. En la plaza Memorial dos piscinas marcan la localización exacta de cada uno de los dos edificios destruidos. Simbolizan las huellas de las gemelas que el mundo vio colapsar luego de ser atacadas. Enormes cascadas artificiales y 415 árboles que allí fueron plantados enmarcan el cenotafio en el que están escritos los nombres de las víctimas del ataque. Dos alas blancas gigantes de material que se levantan por sobre el Oculus –donde se encuentran la estación del metro y el centro comercial World Trade Center (WTC)– completan el área.
Con Ariel nos retiramos en silencio. Siento que la obra, además de constituir un ejercicio de memoria, desde algún lugar es también una clara muestra de resiliencia social para seguir adelante. Ground Zero quedó atrás. En el audio de la SUV de RELIER suena la voz de La Voz. “New York, New York / I want to wake up / In a city that never sleeps / And find I’m a number one / Top of the list / King of the Hill / A number one…”. Cierro mis ojos para escuchar su entonación sin que nada ni nadie pueda distraerme. “Lo conseguiste, Frank”, pienso y digo solo para mí. Con audacia e impunidad sueño que junto con él hacemos un dueto. “These little town blues / Are melting away / I’ll make a brand-new start of it / In old New York”.
Manhattan queda atrás. El Bronx está cerca. Las escaleras de Joker –Shakespeare Steps, muy cerca del Yankee Stadium– me sorprenden. Aún no hay nadie que las recorra. Sin embargo, siento que Joaquin Phoenix sí está y que baila sobre ellas. Me detengo frente a su imagen inmortalizada sobre un lienzo callejero. Empatizamos. ¿Qué iguala y diferencia Ciudad Gótica de Nueva York? No tengo la respuesta. La producción de sentido que procura el cine me puede. ¿Cómo pensar NYC sin las historias del cine y la tele? No son pocos los títulos que activan los recuerdos. El puente de Manhattan en “Érase una vez en América”. Cientos de policiales que en las noches tenebrosas desde la inhóspita esquina adoquinada de Water St y Washington St muestran el Empire State Building iluminado y centrado en uno de los arcos del Manhattan Bridge. “Hombres de negro”, en torno de las torres y un globo terráqueo gigante en Flushing Medows Corona Park, en Queens cuando Tommy Lee Jones y Will Smith perseguían a un extraterrestre.
DONDE VIVE LA NAVIDAD
¡Esto es Nueva York!, me dije. La tarde es muy breve en el invierno neoyorquino. El tiempo navideño gana espacio con el avance de la noche. Ariel inicia la marcha hacia la nocturnidad de Brooklyn. “Vamos hacia Dyker Heights, donde vive la Navidad”, explica. Nunca estuve allí hasta la noche pasada. Llegar hasta la avenida 10 en la esquina de 83 y, luego, desde allí caminar hasta la avenida 12 y 84 no fue sencillo. Cientos de automóviles, miles de caminantes, policías, patrulleros y grupos de personas en familia recorren cada una de esas arterias a lo largo de las cuales el paisaje semeja una película transitable. Solo unas pocas casas de las que allí se encuentran no tienen luces navideñas. Jardines, ventanas, balcones están ocupados en plenitud por imágenes de ciervos, de trineos, de Papá Noel, de Santa Claus o simplemente de Santa. Enormes equipos de audio amplifican con fuerza villancicos una y otra vez. Algunas máquinas instaladas dentro de muñecos y trineos tirados por renos regularmente lanzan nieve artificial porque tanto este 2023 como en el pasado 2022 aquí para la Navidad no nevó.
“Decorar cada casa tiene un valor estimado que en promedio se ubica entre 10.000 y 20.000 dólares”, detalla el guía de RELIER. “Las luces se encienden cada año en el Día de Acción de Gracias y así permanecen hasta enero”, agrega. Precisa, mientras caminamos, que “las casas más conocidas –las más famosas– son las de la señora Lucy Spata, en el 1152 de la calle 84 y, justo enfrente, en el 1145, la de la familia Polizzotto”.
Se necesita ayuda para poder mirar todo. Miles de apretujados transeúntes empuñan sus teléfonos inteligentes con los que apuntan a todo lo que brilla y cautiva. Algunos residentes –sí, que viven en esos chalets todo el año, aunque parezca increíble– visten ropas con motivos navideños. Alguien explica que “la señora Spata fue la primera en iniciar este tipo de celebraciones”. Otros relatores sostienen enfáticamente que “los que empezaron todo fueron los Polizzotto”.
PROMESAS
En ambos casos los memoriosos coinciden en señalar que en el inicio fueron promesas que esas personas realizaron para pedir la sanación de familiares que estaban en tratamiento médico por graves padecimientos. ¿Cómo saber con exactitud la verdad? ¿Tendrá importancia saberlo? Los que todo lo saben añaden y destacan que “son todas iniciativas privadas”. Dan cuenta de que “cada casa paga –durante el tiempo que mantienen las luces encendidas cada día– unos 8.000 dólares mensuales por el consumo de luz”.
Sin embargo, y pese a tanto detalle, nadie sabe decir con algún fundamento por qué hacen esas inversiones tan importantes. En ese contexto, tampoco nadie sabe nada de los vecinos que no acuerdan –por la razón que fuere– con ese tipo de prácticas festivas tan extendidas. Solo se sabe que se oponen a ello porque sus viviendas se mantienen en total oscuridad, como si no se encontraran en ellas.
Sorprendentes costumbres neoyorquinas. Pero aun sin comprender algunos de los fenómenos comentados, me animo a decir –como lo sostienen miles– que, en Brooklyn, Nueva York, en el barrio Dyker Heights, es donde la Navidad en su forma menos religiosa parece una película, aunque NYC y su gente, cada una y a su modo, son historias reales.