El papa Francisco anunció que visitará Líbano “lo antes posible” en una carta dirigida este jueves a los libaneses de todas las confesiones, con motivo de la Navidad. “Queridos hijos e hijas de Líbano, es muy grande mi dolor al ver el sufrimiento y la angustia que ahoga el ánimo de emprendimiento y el dinamismo del País del Cedro”, escribió el papa.
“Siento en lo más profundo de mi alma la gravedad de vuestras pérdidas, sobre todo cuando pienso en los numerosos jóvenes que se ven privados de cualquier esperanza de un futuro mejor”, afirmó el papa en la carta.
Leé también: Llegan las primeras 10 mil vacunas contra el COVID-19 a Chile
Para Francisco, la identidad del Líbano consiste en “llevar al mundo entero el perfume del respeto, la convivencia y el pluralismo, la identidad de un pueblo que no abandona sus casas y su patrimonio”.
El papa Francisco lanzó un nuevo llamado a la comunidad internacional para que ayude al Líbano “a mantenerse al margen de los conflictos y las tensiones regionales” y “a salir de la grave crisis” que atraviesa el país.
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
El papa concluye su visita histórica a Irak con misa ante miles de fieles
El papa Francisco concluyó su histórica visita a Irak el domingo con una misa ante miles de fieles en el norte asolado por los yihadistas, llamando a los cristianos a “no desanimarse”.
Tras rezar por las “víctimas de la guerra” en los escombros de Mosul, la antigua “capital” del Estado Islámico (EI), el papa celebró la mayor misa de su viaje, bajo estrictas medidas de seguridad. “Irak siempre estará conmigo, en mi corazón”, dijo el papa al concluir la ceremonia en Erbil, en el Kurdistán iraquí. “He oído voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo”, afirmó, ante miles de fieles antes de bendecir en árabe bajo el ululeo de la multitud.
Noticia relacionada: Papa Francisco inicia “contento” su histórica visita a Irak
A su llegada el pontífice, de 84 años, había aparecido de pie en el “papamóvil” ante miles de fieles en el césped o en las gradas del estadio Franso Hariri. El papa comenzó la misa en latín, con la capa pluvial morada en la espalda y el solideo blanco en la cabeza, ante una asamblea silenciosa y recogida en el último día de su visita a Irak, la primera de un papa en ese país.
Vigilancia reforzada
Los guardaespaldas y las fuerzas de seguridad Estuvieron este domingo en alerta -como desde la llegada del papa el viernes- para esta misa en el estadio Hariri, que lleva el nombre de un político cristiano asesinado hace 20 años.
Pero el domingo consiguió acercarse a la multitud, primero en Mosul, donde deploró el exilio de los cristianos orientales desde un estrado construido en medio de las ruinas, a falta de iglesia que siga en pie. Allí, el papa, que camina con dificultad a causa de una ciática, dio un paseo en un carrito de golf bajo los vítores de una pequeña multitud.
“El día más bonito”
“¡Es el día más bonito!”, exclamó Hala Raad, que lo vio pasar. “Ahora esperamos vivir con seguridad, eso es lo más importante”, dijo esta mujer cristiana, que huyó de Mosul durante la irrupción de los yihadistas y solo regresa para visitas cortas.
Luego, en Qaraqosh, un lugar de mártires cristianos a medio camino entre Mosul y Erbil, el pontífice llamó a una emotiva multitud a “reconstruir” y a “no desanimarse”. El número de cristianos ha pasado en 20 años del 6% al 1% de la población en Irak. Si el papa viaja bajo alta protección en un país donde aún se esconden células yihadistas clandestinas, también tiene que lidiar con el COVID-19 para su primer viaje en 15 meses.
Irak está en confinamiento total después de que las contaminaciones diarias superaron los 5.000 casos. El papa y todos los periodistas y clérigos que le acompañaron fueron vacunados antes de su partida pero ninguno de los fieles en el estadio lo fue. Hasta ahora han llegado a Irak 50.000 dosis de la vacuna y solo los médicos han podido recibirla.
“Gesto de amor”
“Es un viaje especial también en vista de las condiciones de salud y seguridad”, dice Matteo Bruni, el portavoz del Vaticano. Pero se trata de “un gesto de amor a esta tierra y a este pueblo” que Francisco ha querido visitar desde la irrupción del EI en 2014 en Irak, y “cualquier gesto de amor es siempre un poco extremo”.
Te puede interesar: Fuerte sismo estremece suroeste de Guatemala sin causar daños
El papa tiene previsto salir de Irak hacia Roma el lunes por la mañana. Antes de ir al norte del país, el pontífice viajó el sábado a Nayaf, ciudad santa musulmana chiíta en el sur, para reunirse con el gran Ayatolá Ali Sistani. Este le dijo que trabajaba para que los cristianos de Irak vivieran en “paz”, en “seguridad” y con “todos sus derechos constitucionales”. Muchos cristianos siguen siendo reacios a regresar a su país de forma permanente.
Cuando en 2014 el EI tomó la llanura de Nínive, decenas de miles de personas huyeron y ahora son pocos los que confían en las fuerzas de seguridad que entonces les abandonaron, dicen. Hoy, muchos aseguran que viven con miedo a los paramilitares, integrados en el Estado y que tomaron el relevo de los yihadistas.
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
La misa del Papa en Bagdad, entre ululeos y mascarillas
Bagdad, Irak. AFP.
Todo comenzó para estos fieles con una larga espera silenciosa bajo el sol poniente de Bagdad. Entonces, lo que la mayoría de ellos solo imaginaban en sus sueños más locos sucedió: el papa Francisco apareció. Ante la iglesia de San José, en la capital iraquí, los pocos cristianos que obtuvieron una invitación para asistir a la primera misa papal de la historia de Irak rompen brutalmente su silencio.
Al llegar el Pontífice de 84 años estalló el ululeo –característico grito árabe que hacen generalmente las mujeres en momentos festivos– y cientos de manos se elevaron hacia al cielo. En medio de los ramos de flores, de los misales en árabe y de los rosarios apretados entre los dedos temblorosos, Francisco saluda a las mujeres, algunas con la cabeza cubierta de velos negros o blancos. Y parece más feliz que los iraquíes que lo acogen.
Los jóvenes –pocos en el encuentro– desenvainan inmediatamente sus teléfonos móviles, bajando la mascarilla para tomarse una foto con el Papa en segundo plano. Se escuchan voces infantiles de un coro de bienvenida al Papa. “¡Hemos estado ensayando durante tres días!”, explicó a la AFP una de las jóvenes cantantes, muy orgullosa, ataviada con una gorra con la foto de Francisco, demasiado grande para su cabeza.
Y, de nuevo, cuando entra la procesión del Papa, vestido de blanco, el poderoso ululeo se eleva mientras resuenan los cantos litúrgicos en árabe de un coro con mascarillas. “Es el primer verdadero encuentro entre el Santo Padre y sus fieles”, celebra el padre Nadheer Dakko, de la iglesia San José, al concluir el segundo día de la visita papal, marcada por entrevistas oficiales.
Un encuentro, no obstante, obstaculizado por las restricciones vinculadas al covid-19. Para la comunión, la repartición del vino y el pan bendito, el Papa no se movió. En su lugar, media docena de sacerdotes provistos de aerosoles desinfectantes sirvieron a los fieles en la iglesia, depositando la hostia en su mano previamente rociada con alcohol. En su homilía, el papa Francisco evocó el amor, el poder de dar testimonio y la fuerza que hay que tener frente a las persecuciones.
Dejanos tu comentario
“Que callen las armas”, pidió el Papa a su llegada a Irak
Bagdad, Irak. AFP.
“Que callen las armas”, reclamó este viernes el papa Francisco poco después de llegar a Irak para la primera visita de un pontífice a este país diezmado por las guerras y las persecuciones, saludando a los cristianos que decidieron permanecer. Entre fuertes medidas de seguridad y con mascarilla por las medidas anticovid, el Papa de 84 años viajó como “un peregrino de la paz” para reconfortar a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo, marcada por la violencia y la pobreza. Durante su estancia, que terminará el lunes tras recorrer 1.445 kilómetros especialmente por aire para evitar las zonas donde se esconden los yihadistas, el pontífice argentino también tenderá la mano a los musulmanes y se reunirá con el gran ayatolá Alí Sistani, la máxima autoridad chiíta.
El jefe de los 1.300 millones de católicos del mundo evocó todos los asuntos candentes en Irak ante sus principales dirigentes, entre ellos el presidente Barham Saleh, quien le envió una invitación oficial para esta visita sin precedentes.
RECLAMOS
“Basta de violencia, de extremismos, de facciones, de intolerancias”, dijo el Papa. Basta también de “corrupción”, el motivo por el que cientos de miles de iraquíes se manifestaron a fines del 2019. Entonces, Francisco también urgió al país a dejar de reprimir a sus jóvenes que pedían justicia. “Hay que construir la justicia”, reiteró este viernes. Y “que ninguno sea considerado ciudadano de segunda clase”, sobre todo los cristianos –1% de la población en este país musulmán– ni los yazidíes, minoría perseguida por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que vendió a miles de sus mujeres en “mercados de esclavos”. El pontífice denunció así “una barbarie insensata y deshumana” perpetrada en Irak, la antigua Mesopotamia, “cuna de la civilización”.