Los ambiciosos planes presidenciales de Joe Biden, incluyendo la ayuda económica ante los efectos del covid-19, la acción climática o el nombramiento de su gabinete, descansan en gran medida en el Congreso, donde un Senado que conserve una mayoría republicana podría imponer los primeros obstáculos.

Si los demócratas lograran la difícil tarea de arrebatar dos escaños a los republicanos en un comicio el 5 de enero en tradicionalmente conservador estado de Georgia, lograrían la mayoría en la Cámara Alta, allanando el camino al gobierno de Biden.

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Pero si este moderado de 77 años comienza su mandato con una Cámara de Representantes liderada por los demócratas y un Senado en manos republicanas, el partido opositor, comandado por Mitch McConnell, podría bloquear las designaciones del nuevo presidente para su gabinete y decidir qué proyectos de ley se aprueban.

Los miembros del gabinete de ministros deben ser confirmados por el Senado, así como los jueces federales, y más relevante aún, de los miembros de la Corte Suprema. Un comandante en jefe entrante a menudo disfruta de un período de luna de miel en el que puede gastar capital político en sus nominados y sus principales prioridades.

Pero los expertos aseguran que Biden, quien tiene décadas de experiencia en Washington, primero como senador durante 36 años y luego ocho como vicepresidente, debería prepararse para una posible intransigencia republicana en estos tiempos polarizados.

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“Necesita tener una cita con la realidad”, dijo a la AFP John Pitney, profesor de política en el Claremont McKenna College de California. “Hay límites dentro de lo que puede conseguir”. Un Senado con mayoría republicana podría bloquear a cualquier candidato que presente Biden, pero al menos un republicano, el senador Lindsey Graham, expresó su disposición a encontrar “puntos en común” con Biden para confirmar a su círculo íntimo.

“El vicepresidente se merece un gabinete”, dijo Graham a periodistas el viernes. Aprobar leyes clave podría convertirse en un dolor de cabeza en un Congreso dividido. Si conservan e liderazgo en el Senado y con un ojo puesto en la Cámara baja en los comicios de medio término en 2022, los republicanos tendrán todos los incentivos para levantar obstáculos al gobierno de Biden.

“Salvar el Senado, salvar a EEUU”

Bajo esa presión, los líderes del partido y los propios candidatos de Georgia presentaron al estado sureño como la nueva zona cero en una guerra para despejar el camino en el Congreso para ayudar a Biden a implementar las reformas propuestas o para poner freno al sucesor de Trump.

Si Trump hubiera ganado la reelección, los demócratas habrían necesitado ganar cuatro escaños en el Senado, donde los republicanos actualmente cuentan con una mayoría de 53-47. En cambio, necesitan tres. Tras obtener los demócratas la ganancia de un escaño tras la elección del 3 de noviembre, la segunda vuelta de Georgia es positivamente crucial para ambos partidos.

“Si ganamos estas dos carreras, salvamos al Senado”, dijo David Perdue, senador republicano que participa en los comicios de Georgia. “Salvamos el Senado, salvamos el país. Eso es lo que está en juego”. La primera prueba legislativa de Biden será lograr aprobar un paquete de rescate económico para enfrentar el coronavirus. McConnell se negó a considerar el plan de 3 billones de dólares de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La medida habría financiado los esfuerzos antipandémicos de gobiernos locales y otorgado subsidios por desempleo a millones de estadounidenses.

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Esfuerzos posteriores para aprobar paquetes de ayuda más pequeños colapsaron, pero con los casos diarios de coronavirus ahora en aumento y los temores de una disparada en la cifra de muertos durante el invierno boreal, hay presión para llegar a un acuerdo. ¿Cómo lograrlo? Biden necesita negociar “a la antigua”, dice Pitney, de Claremont McKenna. Es un rol que Biden, quien tiene una relación más profunda con el Congreso que cualquier presidente desde Lyndon Johnson hace más de 50 años, ya ha asumido antes.

Biden se enorgullece de lograr consensos, como lo hizo durante un impasse fiscal de 2012 antes de la fecha límite de fin de año. Cuando McConnell lo llamó por teléfono a la Casa Blanca, los viejos amigos llegaron a un acuerdo. Pero Pitney asegura que Biden no debería llegar fácilmente a acuerdos con los republicanos, especialmente después de la tumultuosa y partidaria era Trump. McConnell “no le dará ningún obsequio a Biden debido a su amistad”, dijo Pitney. “McConnell no funciona de esa manera”.

Fuente: AFP.

Etiquetas: #Biden#Senado

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