Más de 14,7 millones de chilenos estaban llamados a votar. Con mascarillas y la esperanza de un cambio, se observaron largas filas en los centros de votación, donde el proceso transcurrió sin incidentes y con los resguardos sanitarios para evitar contagios de coronarivus. Foto: AFP.
Voto a favor de una nueva Constitución en Chile aventaja holgadamente en plebiscito
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El voto a favor de cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet lideraba ampliamente con un 77% el recuento de la emocionante jornada electoral de este domingo, según resultados oficiales parciales con más del 11% de los votos escrutados.
El recuento empezó inmediatamente tras el cierre de las mesas a las 20H00 locales (23H00 GMT) y en apenas una hora ya se constataba la ventaja del “Apruebo”, frente al “Rechazo”. En la céntrica plaza Italia de Santiago, epicentro de las protestas del último año, Sebastián Llanta, un ingeniero de 32 años, dijo a la AFP que “esto que está pasando hoy día era algo imposible de imaginar”.
“Se está logrando por todo lo que pasó hace poco más de un año. No va a ser mágico de la noche a la mañana, pero lo que pase ahora tiene que ver con el aporte de todos nosotros”, añadió, antes de irse a bailar al ritmo de “Quieren dinero” (1986), una canción-protesta de Los Prisioneros que se hizo popular en plena dictadura (1973-1990) y que sonaba en un altoparlante.
Más de 14,7 millones de chilenos estaban llamados a votar. Con mascarillas y la esperanza de un cambio, se observaron largas filas en los centros de votación, donde el proceso transcurrió sin incidentes y con los resguardos sanitarios para evitar contagios de coronarivus.
La tasa de participación era un dato clave en una cita electoral en plena pandemia, en un país donde desde 2012 el voto es voluntario. La referencia inmediata era la presidencial de 2017, cuando fue electo el presidente Sebastián Piñera, y votó el 49,2%.
“Hay mucha gente para votar en todos los lados. Nunca he visto tanta gente, y mucha juventud”, dijo a la AFP, José Gallardo, un taxista de 73 que recorrió la ciudad durante la mañana.
El plebiscito ha estado marcado por la posibilidad de cambios que abre este inédito proceso electoral, decidido tras un amplio acuerdo político alcanzado en noviembre del año pasado, casi un mes después del inicio, el 18 de octubre de 2019, de las protestas sociales y enfrentamientos violentos con la Policía tras el alza en la tarifa del Metro de Santiago.
La elección se realiza justo un año después de que tuviera lugar, el 25 de octubre de 2019, la mayor marcha realizada en democracia. Más de 1,2 millones de personas se reunieron en torno a la Plaza Italia de Santiago, una demostración de la profundidad y amplitud del descontento social acumulado en décadas en un país considerado un modelo de crecimiento económico y estabilidad en América Latina.
“A un año del estallido social es la primera oportunidad real que tenemos para hacer los cambios necesarios para mejorar la salud, la educación; para tener una sociedad más igualitaria”, dijo Pilar Matus, una profesora de 47 años que participó en esa gran marcha.
El presidente Piñera, que se mantuvo neutral hasta la fecha y no reveló si iba a votar a favor o en contra, votó temprano y pidió a sus compatriotas acudir a las urnas “porque todas las voces importan”. También llamó a “rechazar la violencia y abrazar el camino de la unidad”.
“Hemos esperado mucho más de un año (por esto), es un evento histórico en nuestro país”, dijo a la AFP emocionado Elías Pérez, un psicólogo de 39 años, que votó en el Estadio Nacional de Santiago, lugar emblemático en la historia chilena convertido para esta jornada en el centro de votación más grande del país.
La madre de la injusticia
Un año después del inicio de las protestas, Chile se juega en las urnas la posibilidad de cambiar la Constitución redactada en 1980 y sepultar definitivamente la sombra de la dictadura de Pinochet, resolviendo por la vía pacífica los problemas de inequidad y exclusiones que detonaron el “estallido social” de octubre.
Para un amplio sector de la población, la Constitución de 1980 es la madre de las desigualdades de Chile. Si bien la carta magna no establece la privatización de sectores básicos, como la salud o la educación, fomenta la participación de los privados y reduce el tamaño del Estado.
Pero para los detractores del proceso, un cambio a la Constitución podría minar la salud de la economía y el desarrollo social. “Un primer propósito de este proceso constituyente es dejar atrás la sombra de la dictadura de Pinochet (...) elaborada bajo el uso de la fuerza”, explicó a la AFP Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago.
El segundo objetivo, agregó Mella, es “poder resolver por la vía política y pacífica los problemas que se han transformado en estructurales”, como la desigualdad y la exclusión.
Además de elegir entre “Apruebo” y “Rechazo”, los electores también definían el órgano que redactará la eventual nueva Constitución: una “Convención Mixta”, compuesta por 172 miembros, distribuida a partes iguales entre ciudadanos electos y parlamentarios en ejercicio, o una “Convención Constitucional”, de 155 miembros, en la cual todos sus integrantes deben ser elegidos popularmente.
Perú y Ecuador eligen presidentes, y Bolivia vota gobernadores
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Perú acudía este domingo a las urnas a elegir un presidente entre 18 candidatos que despiertan poco entusiasmo, en un momento particularmente brutal de la pandemia de coronavirus que hacía que se confundieran las filas para votar con las de conseguir oxígeno para familiares enfermos.
“No quisiera votar, porque no hay un candidato idóneo, pero más miedo me da que entren los radicales al gobierno”, dijo a la AFP Johnny Samaniego, un limeño de 51 años, afuera del Estadio Nacional.
La campaña estuvo marcada por la apatía y el hartazgo de los peruanos -28% de indecisos-, al término de un quinquenio marcado por las convulsiones. “Hay que ejercer el voto y es nuestra obligación, sobre todo en este momento tan difícil que vive el país”, dijo la limeña Rosario Villacrés al canal RPP al ingresar a votar en el Estadio Nacional.
Sin partidos políticos fuertes y en una nación donde el candidato importa más que la ideología, ningún candidato superaba el 10% de intención de voto, lo que vaticina una definición en segunda vuelta, el 6 de junio.
Los siete candidatos con opciones de pasar al balotaje son el exlegislador Yonhy Lescano (centroderecha), la antropóloga Verónika Mendoza (izquierda), el economista Hernando de Soto (derecha), Keiko Fujimori (derecha populista, hija del expresidente Alberto Fujimori), el exfutbolista George Forsyth (centroderecha), el maestro y sindicalista Pedro Castillo (izquierda radical) y el empresario Rafael López Aliaga (ultraderecha).
“Cualquiera sea el resultado [...], lo vamos a respetar”, dijo De Soto, el primero en sufragar. Como hay un empate estadístico entre ellos, ésta es “la elección más fraccionada en la historia”, sentenció el jefe de la encuestadora Ipsos Perú, Alfredo Torres.
En los comicios también será renovado el Congreso unicameral de 130 miembros y los sondeos pronosticaban un nuevo Parlamento atomizado. La ONPE prometió divulgar los primeros resultados oficiales parciales hacia las 23:30 locales (4:30 GMT del lunes), pero el escrutinio de la parlamentaria puede tardar un par de días.
Colas para comprar oxígeno
Los contagios de COVID-19 promediaron 9.667 al día esta semana, la cifra más alta en 13 meses de pandemia en Perú, y el sábado hubo un récord de 384 muertos, casi el doble que la cifra diaria de las últimas 10 semanas. Mientras unos peruanos votaban, decenas de otros hacían fila afuera de locales de venta o donación de oxígeno en Lima para conseguir una recarga para un familiar con COVID-19, observaron periodistas de la AFP.
El voto en Perú es obligatorio y quienes no lo ejercen se exponen a multas. “Es injusto porque nosotros en vez de estar ahí en la votación haciendo nuestra cola, tenemos que amanecernos para recibir un balón de oxígeno”, dijo a la AFP Micaela Lizama, de 38 años, mientras esperaba en un local del distrito capitalino de Villa El Salvador.
“Tenemos más prioridad ahorita para la salud que para las votaciones (...), porque más prioridad tiene mi paciente”, indicó a la AFP Rubén Arias, de 22 años. Mario Tinoco, de 52 años, dijo que prefería pagar la multa por no votar, pues “tengo que conseguir oxígeno, eso es lo principal para mí”.
Perú acumula 54.669 muertos por COVID-19 y 1,6 millones de casos. Reflejo de la frágil situación sanitaria es que seis candidatos han contraído el coronavirus, tres de ellos en la última semana: George Forsyth, José Vega y Marco Arana. El horario de votación fue extendido en cuatro horas para evitar aglomeraciones semejantes a las vividas durante los mitines de campaña.
Un panorama complicado para el ganador
El nuevo presidente debe asumir el 28 de julio, día en que Perú conmemora el bicentenario de su independencia, y tiene el reto de superar la emergencia sanitaria, la recesión económica y la crisis política en una nación de 33 millones de habitantes. De los diez presidentes que ha tenido Perú tras el fin del régimen militar, en 1980, siete fueron condenados, están salpicados por escándalos o tienen investigaciones de la fiscalía en curso.
A los estragos causados por la pandemia y la recesión (el PIB cayó 11,12% en 2020) se suma la inestabilidad política del último quinquenio, que alcanzó su clímax en noviembre cuando Perú tuvo tres presidentes en cinco días, con protestas que dejaron dos muertos y un centenar de heridos.
Los centros de votación, que abrieron a las 7:00 locales (12:00 GMT), funcionarán durante 12 horas, cuatro más que lo habitual, para recibir los sufragios de 25 millones de peruanos, quienes han visto pasar cuatro presidentes desde 2018.
El derechista Guillermo Lasso había alcanzado el 19,74% de los votos en la primera vuelta del 7 de febrero pasado. Foto: GL.
Ecuador: ajustado duelo presidencial
Ecuador avanza este domingo en el balotaje para elegir a su próximo presidente entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso, en un cerrado duelo que enfrenta al socialismo heredero del expresidente Rafael Correa y la derecha conservadora por dirigir este país en crisis por la pandemia.
Aunque rige la veda para la publicación de encuestas, varias firmas prevén un cabeza a cabeza ante el repunte del derechista Lasso desde la primera vuelta del 7 de febrero, cuando alcanzó el 19,74% de los votos contra el 32,72% de Arauz. Los indecisos rondan un 15%.
“El ritmo de crecimiento de campaña de Lasso tuvo una diferencia de 2 a 1 frente al crecimiento de la campaña de Arauz”, señaló a la AFP Blasco Peñaherrera, jefe de la encuestadora Market.
Lasso y Arauz protagonizan además un choque de generaciones y estilos que se decidirá con el voto obligatorio de 13,1 millones de ecuatorianos, que acuden a las urnas desde las 7:00 locales (12:00 GMT). La jornada se extenderá por diez horas y se espera la publicación de los primeros resultados hacia las 19:00 locales (0:00 GMT), según el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Economista de 36 años, Arauz es el delfín de Correa y podría convertirse en el mandatario más joven de Latinoamérica, mientras Lasso, un exbanquero de 65 años, se postula por tercera vez tras perder las elecciones en 2013 y 2017.
“Esta es nuestra oportunidad para dejar el pasado atrás; para dejar ese dolor, ese sufrimiento, esa exclusión que hemos vivido últimamente y pasar a un gobierno realmente humano, uno que quiera a su gente”, dijo públicamente Arauz, quien no pudo votar en Ecuador porque está empadronado en México, donde cursaba un doctorado antes de postularse.
Arauz se dirigió a los electores en compañía de su fórmula vicepresidencial, Carlos Rabascall, tras asistir a la votación de una seguidora en Quito. Lasso en cambio votó en Guayaquil, motor económico en el suroeste de Ecuador, con un mensaje a los indecisos. “Los invito a darnos a una oportunidad para servirlos (...), porque con humildad les digo: le entregaré mi vida al pueblo”. Además, reafirmó su propuesta de construir un país “de oportunidades, libre y democrático”, junto a su posible vicepresidente, Alfredo Borrero.
El protagonista ausente
Quien venza gobernará por los próximos cuatro años este país de 17,4 millones de habitantes a partir del 24 de mayo, en reemplazo del impopular Lenín Moreno. Acosado por las críticas ante la lenta vacunación contra el COVID-19, Moreno también deja una economía dolarizada en números rojos: en 2020 el PIB retrocedió un 7,8% y la deuda pública total alcanzó el 63% del Producto Interno Bruto.
Aunque lleva desde 2017 fuera de Ecuador, Correa es la figura central de esta contienda. El exmandatario, que se instaló en Bélgica con su familia, rompió con Moreno apenas éste lo sucedió hace cuatro años en una feroz disputa que fraccionó a la izquierda. Arrastra una condena por corrupción que tacha de “persecución política”.
Lasso encarna el anticorreísmo que agrupa a la derecha tradicional, empresarios, algunos medios de comunicación y parte de los no pocos desencantados con el socialismo del siglo XXI que pregonó el exjefe de Estado (2007-2017).
“Si gana Arauz, va a seguir el correísmo. Si gana Lasso, de pronto vamos a parar esto del correísmo, que es una terrible situación desde hace años”, expresó a la AFP tras sufragar Judith Viteri, de 41 años y vendedora en una farmacia. Sin revelar su apoyo, Jhonny Changoluisa, un empleado privado de 40 años, evocó la “crisis total” que enfrentan los ecuatorianos. “Necesitamos cambios (...) La clase media y baja está hecha pedazos”, señaló.
El voto indígena
Los indígenas, que quedaron a las puertas del balotaje con su candidato Yaku Pérez, un anticorreísta de izquierda que alegó un supuesto robo de elecciones, aparecen como una fuerza determinante este domingo. El partido de Pérez, Pachakutik, no dio su apoyo a ninguno de los candidatos.
Este domingo anuló su voto públicamente con la leyenda “Yaku presidente resistencia”, prometiendo una oposición de “resistencia” en caso de que el vencedor incumpla con sus promesas para superar la crisis y defender el derecho al agua.
El futuro presidente no gozará de mayoría absoluta en el Congreso y tendrá que negociar con Pachakutik, pues el partido indígena quedó segundo en las legislativas celebradas en febrero por detrás de Unión por la Esperanza (Unes), el movimiento de Arauz. Creando Oportunidades (Creo), la fuerza de Lasso, tendrá una representación mínima.
“Hay crisis económica, sanitaria y de gobernanza en este momento (...) Cualquiera que gane tiene un panorama completamente dividido, bien difuso”, apuntó Wendy Reyes, consultora política y catedrática de la Universidad de Washington.
El presidente izquierdista, Luis Arce, delfín de Morales, acudió a votar este domingo. Foto: LA.
Bolivia: balotaje en cuatro regiones
La Paz y tres departamentos más de Bolivia comenzaron a votar este domingo en la segunda vuelta de las elecciones para elegir a sus gobernadores entre oficialistas y opositores. Unos 2,7 millones de electores de La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, y de las regiones de Chuquisaca (sureste), Tarija (sur) y Pando (norte) están llamados a votar de forma obligatoria.
“No superamos todos nuestros problemas ni la polarización que nos aleja a unos de otros, pero sí derrotamos las voces agoreras de la violencia”, dijo el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, al inaugurar la jornada electoral.
Bolivia fue a elecciones presidenciales en septiembre de 2020 y a primera vuelta en marzo pasado para elegir alcaldes y gobernadores de los nueve departamentos del país. La ley electoral establece una segunda vuelta si ningún candidato supera el 50% de los sufragios ni obtiene al menos el 40% con 10 puntos de distancia sobre el segundo.
Los otros cinco departamentos de Bolivia (Santa Cruz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Beni) ya tienen gobernadores: tres en manos del oficialismo y dos de la oposición. En los cuatro departamentos que celebran elecciones este domingo hay un candidato del oficialismo.
La Paz es la plaza electoral más preciada en la jornada, por población y por peso político. Tarija, rico en gas natural, es el segundo escenario de interés electoral. Pando y Chuquisaca concentran poco electorado.
El presidente izquierdista, Luis Arce, delfín de Morales, acudió a votar y destacó que para la región “esta fecha es muy importante, no solamente por Bolivia”, sino por los actos “electorales presidenciales en Perú y Ecuador”. Canales privados adelantaron que iban a dar resultados no oficiales esta noche, mientras que el TSE prevé que el recuento de votos los lleve hasta ocho días.
Hasta el cierre de la campaña, los peruanos mostraron apatía hacia esta elección que debe poner fin a un quinquenio marcado por las convulsiones y el 28% no sabe por quién votar. Foto: Ilustrativa/Christian Meza.
Perú vota en una presidencial sin favoritos en la semana más mortal de la pandemia
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Los peruanos comenzaron a votar este domingo para elegir un nuevo presidente en los comicios más abiertos de su historia, con 18 candidatos y ningún favorito, y al término de una semana que vio morir de coronavirus a más de 380 personas en un día, un récord.
“No quisiera votar, porque no hay un candidato idóneo, pero más miedo me da que entren los radicales al gobierno”, dijo a la AFP Johnny Samaniego, un limeño de 51 años, afuera del Estadio Nacional.
Hasta el cierre de la campaña, los peruanos mostraron apatía hacia esta elección que debe poner fin a un quinquenio marcado por las convulsiones y el 28% no sabe por quién votar.
“Hay que ejercer el voto y es nuestra obligación, sobre todo en este momento tan difícil que vive el país”, dijo la limeña Rosario Villacrés al canal RPP al ingresar a votar en el Estadio Nacional.
Sin partidos políticos fuertes y en una nación donde el candidato importa más que la ideología, hay 10 postulantes de derecha o centroderecha, cuatro de izquierda, tres nacionalistas y uno de centro. Ninguno supera el 10% de intención de voto, lo que vaticina una definición en segunda vuelta, el 6 de junio.
Los siete candidatos con opciones de pasar al balotaje son el exlegislador Yonhy Lescano (centroderecha), la antropóloga Verónika Mendoza (izquierda), el economista Hernando de Soto (derecha), Keiko Fujimori (derecha populista, hija del expresidente Alberto Fujimori), el exfutbolista George Forsyth (centroderecha), el maestro y sindicalista Pedro Castillo (izquierda radical) y el empresario Rafael López Aliaga (ultraderecha).
Como hay un empate estadístico entre ellos, ésta es “la elección más fraccionada en la historia”, sentenció el jefe de la encuestadora Ipsos Perú, Alfredo Torres.
En los comicios también será renovado el Congreso unicameral de 130 miembros y los sondeos pronostican una nueva atomización en el nuevo Parlamento.
El nuevo presidente debe asumir el 28 de julio, día en que Perú conmemora el bicentenario de su independencia, y tiene el reto de superar la emergencia sanitaria, la recesión económica y la crisis política en una nación de 33 millones de habitantes.
Los centros de votación abrieron a las 7:00 locales (12:00 GMT) y funcionarán durante 12 horas, cuatro más que lo habitual, para recibir los sufragios de 25 millones de peruanos, quienes han visto pasar cuatro presidentes desde 2018.
La oficina nacional electoral (ONPE) habilitó 11.402 centros de votación, tres veces más que lo habitual, para tratar de evitar aglomeraciones en medio de la segunda ola de la pandemia.
Unos 160.000 militares y policías fueron desplegados para garantizar la seguridad en las ciudades y pueblos de la selva amazónica, la sierra andina y la costa, donde se encuentra Lima.
De ellos, 20.000 policías fueron destinados exclusivamente a controlar las medidas sanitarias en los centros la votación, dijo el ministro del Interior, José Elice. La cifra equivale a menos de dos agentes por cada centro de sufragio.
A pesar del temor a los contagios, la ONPE anticipó una participación de “nueve de cada diez peruanos” en los comicios, aunque el país vive la semana más mortal en 13 meses de pandemia, con un récord de 384 muertos el sábado.
El voto en Perú es obligatorio y quienes no sufragan se exponen a multas. Los contagios promediaron 9.667 al día durante la última semana, la cifra más alta desde que la pandemia irrumpió en Perú hace 13 meses.
Mientras unos peruanos empezaban a votar, decenas de otros hacían fila afuera de locales de venta o donación de oxígeno en Lima para conseguir una recarga para un familiar con COVID-19, observaron periodistas de la AFP.
“Es injusto porque nosotros en vez de estar ahí en la votación haciendo nuestra cola, tenemos que amanecernos para recibir un balón de oxigeno”, dijo a la AFP Micaela Lizama, de 38 años, mientras esperaba en un local del distrito capitalino de Villa El Salvador.
“Tenemos más prioridad ahorita para la salud que para las votaciones (...), porque más prioridad tiene mi paciente”, indicó a la AFP Rubén Arias, de 22 años.
Perú acumula 54.669 muertos por COVID-19 y 1,6 millones de casos. Reflejo de la frágil situación sanitaria es que seis candidatos han contraído el coronavirus, tres de ellos en a última semana de la campaña: George Forsyth, José Vega y Marco Arana.
El horario de votación fue extendido en cuatro horas para evitar aglomeraciones semejantes a las vividas durante los mitines de campaña en Lima y otras ciudades.
El gremio médico anhelaba que los comicios fueran postergados y lamentaron que los candidatos organizaran mitines con cientos de partidarios mientras los contagios de covid-19 estaban en alza.
“Las decisiones políticas han primado por sobre técnicas [sanitarias]”, declaró a la AFP el jefe de la Comisión de Salud Pública del Colegio Médico, Augusto Tarazona.
En enero, el exmandatario Martín Vizcarra propuso posponer los comicios al 23 de mayo, pero no tuvo respaldo. El presidente interino Francisco Sagasti dijo que “de ninguna manera” se postergaría la votación.
El director de la Unidad Especializada de Fiscalización de Financiamiento Político del TSJE, Christian Ruiz Díaz, informó que se está realizando un control y verificación de toda la información relacionada con recursos utilizados para financiar la campaña política de los precandidatos. Foto: Pánfilo Leguizamón.
Municipales: revelan que de 53.000 precandidatos, 20.000 no presentaron declaración jurada
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El abogado Christian Ruiz Díaz, director de la Unidad Especializada de Fiscalización de Financiamiento Político del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), informó que se está realizando un control y verificación de toda la información relacionada con recursos utilizados para financiar la campaña política de los precandidatos, con miras a las elecciones municipales.
“Vamos a terminar nuestro trabajo, tanto en internas como en municipales, cuando podamos cotejar lo que ellos declararon como ingreso corresponda con su rendición de cuentas”, declaró este sábado Ruiz Díaz en contacto con la 730 AM.
Explicó que el objetivo apunta a la trazabilidad del dinero y mencionó que algunos cometieron errores en su declaración, por lo que se está contactando con ellos a fin de corregir los datos.
Abogado Christian Ruiz Díaz, director de la Unidad Especializada de Fiscalización de Financiamiento Político del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE). Foto: Gentileza.
El dato más resaltante revelado por el entrevistado guarda relación con el porcentaje de aspirantes a la Intendencia y la Junta Municipal que cumplieron con la ley en cuanto a la declaración jurada. “Tenemos 53.000 precandidatos. Estamos trabajando en determinar la cantidad de candidatos que no cumplieron con esa obligación. De los 53.000, 20.000 no presentaron”, precisó insistiendo que la revisión no concluyó aún.
Ruiz Díaz anunció que este martes 13 se reunirá con autoridades de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) y del Banco Nacional de Fomento (BNF).“Se están habilitando cuentas a muchos movimientos. Queremos asegurar esta apertura para las municipales”, dijo.
De acuerdo con el último reporte de la Justicia Electoral, a través del Sistema de Inscripción de Candidaturas (SIC) se han registrado 53.385 precandidaturas a cargos electivos en el marco de los comicios municipales del 10 de octubre próximo. Suman 35.199 las candidaturas partidarias en lo que hace a las internas simultáneas del 20 de junio próximo.