El papa Francisco considera que el placer culinario o el sexual es “simplemente divino”, en un libro de entrevistas publicado el miércoles en Italia. “La Iglesia ha condenado el placer inhumano, bruto, vulgar, pero en cambio siempre ha aceptado el placer humano, sobrio, moral”, estima el papa argentino a preguntas de Carlo Petrini, escritor y gastrónomo italiano.
“El placer viene directamente de Dios, no es católico, ni cristiano, ni nada por el estilo, es simplemente divino”, destaca el pontífice. “El placer de comer sirve para mantenerse en buen estado de salud, de la misma manera que el placer sexual sirve para que el amor sea más bello y garantizar la continuidad de la especie”, precisó Francisco en la publicación titulada “TerraFutura. Diálogos con el Papa Francisco sobre la ecología integral”.
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El papa se opone categóricamente a una “moralidad beata” que rechace la noción de placer, como ha sucedido en la historia de la Iglesia católica, porque “es una mala interpretación del mensaje cristiano”.
Esta visión “ha causado enormes daños, que aún se notan en algunos casos”, añadió. El papa señala además su admiración por la película “El festín de Babette”, que tiene lugar en una comunidad protestante danesa ultra puritana del siglo XIX, y que es un homenaje a la gastronomía. “Para mí es un himno a la caridad cristiana, al amor”, considera el papa.
Fuente: AFP.
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Latorre: “Hemos aprobado proyectos emblemáticos que hoy están dando importantes frutos”
El diputado Raúl Latorre inició un nuevo periodo legislativo al frente de la presidencia de la Cámara de Diputados, por tercera vez. En entrevista con La Nación/Nación Media, realizó un resumen de lo que dejó el periodo 2024 – 2025 y las proyecciones para el 2025 – 2026.
El titular legislativo, primeramente, destacó la confianza y aceptación de sus pares para presidir nuevamente la instancia legislativa.
“Inicia un nuevo año legislativo, para mí hay un simbolismo muy importante, una bendición que yo recibo un día antes de la primera sesión en el año legislativo que es el nacimiento de mi hija. No puedo dejar de agradecerle a mis colegas que me permitieron la oportunidad de tener un año más ejerciendo la presidencia de la Cámara de Diputados, el honor más grande que me concedieron”, destacó.
En marzo de este año, Latorre fue reelecto con 74 votos de los 80 diputados, lo que representa el 93 % de los votos de los legisladores de los diferentes espacios políticos con representación parlamentaria.
“Eso transmite el espíritu con el cual tratamos de llevar nuestra gestión, un espíritu que busca y prioriza los consensos, que muestra siempre apertura y entendemos nuestro rol, que tiene que ver con la protección de ese espacio, que es el más puro ejercicio de la democracia”, expresó.
Resaltó además que “la Cámara de Diputados es donde a través de la representación departamental, la gente que eligió por primera vez de forma directa a través de las listas desbloqueadas construyó esta cámara, eligió a sus representantes y es el órgano más plural que existe en el Estado”.
Proyectos que prosperaron en el Congreso
El presidente legislativo destacó que, en el periodo concluido, la cámara avanzó con importantes y emblemáticos proyectos de ley, varios de ellos provenientes del Poder Ejecutivo, dando así gobernabilidad a la presidencia de Santiago Peña.
“Hemos aprobado con el apoyo de los colegas de diferentes partidos, de diferentes bancadas, proyectos emblemáticos, algunos de ellos hoy están dando importantes frutos, como el proyecto Hambre Cero, que está alimentando a más de 1 millón de niños, reivindicando un derecho fundamental que es el derecho a la alimentación”, resaltó.
Citó la creación de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (Dnit), que dio grandes resultados en términos de aumento de la recaudación sin aumentar impuestos y dando herramientas para el aumento de la base tributaria. “Decenas de miles contribuyentes hoy están pagando sus impuestos, permitiendo que el Estado preste servicios. Proyectos como la carrera del servicio civil, que representa la transformación en cuanto a la dinámica de la gestión pública”, refirió.
Otro de los proyectos destacados por el legislador es el préstamo de USD 108 millones para la adquisición del Gobierno de los aviones Súper Tucano, que ya se encuentran en el país, como así también de los radares.
“Nos va a permitir que finalmente podamos ejercer un verdadero control y una verdadera soberanía de nuestros espacios aéreos, nuestro cielo, que va dejar de ser un paseo libre para las narcoavionetas”, aseveró.
La universalización de pensiones para la tercera edad, también contó con el apoyo de la Cámara. “Tiene más de 300 abuelitos que están recibiendo ese beneficio, con la caída de estos censos tan injustos, que porque tenían una heladera no podían recibir el beneficio, pero de qué te sirve tener una heladera vacía”, manifestó. Así también la creación de la Superintendencia de pensiones de jubilaciones, “que va a proteger el futuro de nuestros adultos mayores.
Latorre recordó que también existen otros proyectos emblemáticos que fueron aprobados “a partir de un debate nutrido, de un diálogo del cual nosotros buscamos enriquecer a través de la labor de todos, de las minorías, cuando los consensos no son posibles, se activa el mecanismo que la democracia, el sistema republicano prevé, lo cual asume la decisión la mayoría”.
Nuevo organigrama
Por otra parte, se refirió al funcionamiento de la institución en cuanto a funcionarios y el organigrama laboral de los mismos. “Nosotros estamos en un proceso, estamos trabajando en una restructuración del organigrama que tiene por objeto la disminución de lo que tiene que ver con las direcciones y otras dependencias, buscando optimizar el gasto público, de cuidar el erario público, el erario ciudadano, y dentro de esa lógica muy pronto vamos a estar presentando una nueva estructura”, sentenció.
Agregó que el año pasado se ahoró de manera importante, como el año anterior, en términos de recursos que fueron asignados en el Presupuesto General de la Nación para el talento humano.
“En ese sentido nosotros seguimos con un compromiso de racionalizar los gastos de manera que estos sean utilizados en sectores prioritarios como la salud y la educación”, puntualizó.
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“El retrato es una forma de crear un espacio con el otro”
El fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar se instaló por primera vez en ese alejado territorio en 2009. Ahora vive en Seyðisfjörður, transformado por el contexto, un planeta distinto, como dice. El artista visual nos habla sobre la esencia de su nueva muestra y sus vivencias en la “tierra del fuego y el hielo”.
- Por Jimmy Peralta
- Fotos Juanjo Ivaldi
El pasado 17 de junio se habilitó en Islandia la muestra “Dejar aparecer”, del fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar, una propuesta coordinada por Auður Mikaelsdóttir que presenta un centenar de retratos de ciudadanos de Höfn, un pueblo de alrededor de 2.200 habitantes, donde el compatriota vivió un tiempo. “Dejar aparecer” es una forma de buscar pasivamente el momento artístico, tanto para permitir que este logre manifestarse, en este caso la imagen frente al observador, así como para el artista permitirse ver y captar la obra, en el caso de Juanjo, registrar con la cámara con el máximo respeto al retratado.
Ivaldi vive su segunda estadía en la isla. En 2009 fue por primera vez, para volver en 2014. Cinco años después volvió a instalarse y a revivir la conexión que le permite ese planeta que se le representa como Islandia, como paisaje y humanidad como contexto. “En el retrato, lo esencial no se fabrica: se revela”, cita el texto de convocatoria a la muestra. Juanjo habló con La Nación del Finde sobre esta iniciativa, su experiencia en Islandia, y la búsqueda ética y estética que propone él con esta colección.
–¿Cuál tu primera vinculación con Islandia antes de ir y la primera en construir al llegar allá?
–Pensar en esto me llevó directo a una memoria de una sala de fotografía con un piso de ajedrez en el “Instituto de la imagen”. Coincidentemente, la primera vez que escuché sobre Islandia fue en un curso de fotografía que tomaba en Paraguay, allá por el 2006 o 2007, no recuerdo muy bien. Alguien puso música de Sigur Rós… ese sonido… lejano, como si viniera de otro mundo. Hoy, mientras te respondo a estas preguntas, vuelvo a poner Sigur Rós y preparo un café. Mi primer vínculo real con Islandia fue por Sunna, una mujer bellísima de estas tierras, a quien siempre voy a estar profundamente agradecido por invitarme a llegar hasta acá. Con ella tuvimos una relación de jóvenes curiosos en esos años, y un día me dijo: “¿Por qué no nos vamos a Islandia?” Yo le dije “¡Jaha!”. Y bueno, fue así como Islandia pasó de ser ecos sonoros (primero conocí su música), después solo imaginación, a convertirse en un hogar.
Llegar desde Paraguay en 2009, con 25 años, fue como aterrizar en otro planeta, Islandia es otro planeta. Recuerdo un paisaje más negro que verde: extensiones de lava, montañas, cielos inmensos, inmensidad más inmensidad, bum, un aura boreal, 24 horas de día, 24 horas de noche y silencios. Hermosos silencios. No era el Islandia “turístico” de hoy, era un país más reservado, lleno de barrios y a la vez más salvaje. Esa naturaleza en todas sus formas, honesta, me atrapó de una forma que nunca imaginé. Creo que, en ese primer invierno, mientras la nieve caía sobre un planeta que apenas empezaba a conocer, supe que algo en mí también estaba cambiando. Para siempre.
–¿Cómo definirías al retrato, y cómo lo diferenciarías de otras formas fotográficas?
–Para mí, el retrato es una forma de crear un espacio con el otro. No es una imposición de la mirada, del “yo fotógrafo” quiero que vos persona hagas esto para que el “yo fotógrafo” sobresalga. En mi experiencia, un retrato ocurre cuando el otro puede emerger, cuando no se lo interrumpe ni se lo fuerza a ser algo. En este sentido, lo diferencio de otras formas fotográficas que a veces buscan captar lo espectacular, lo inmediato o lo evidente. El retrato, en cambio, es más lento. El retrato es espera. Uno se queda esperando un gesto, una pausa, un silencio donde algo del otro se revele. Es como transitar el mundo analógico de la fotografía. Suele haber un segundo donde la persona decide darte algo, o a veces se le escapa, porque siempre está ahí. En mi búsqueda del retrato, no trato de fabricar una imagen, sino dejar que algo que ya está, como la dignidad, una verdad, incluso una herida, se asome, de formas diferentes. Y cuando hay escucha, cuando hay tiempo, ahí entre dos personas, esa imagen puede convertirse en un espejo donde alguien se reconozca con una dignidad que quizás había olvidado. Por eso, para mí, retratar es también un acto de respeto.
EL TRAYECTO
–¿Cuándo empezó a tener forma de muestra esta colección de fotos?
–Esta última exhibición de retratos tiene sus raíces en una experiencia previa del año 2023, cuando trabajé junto a Greta Clough en una región del norte de Islandia. Allí realizamos una serie de entrevistas y retratos que culminaron en la muestra Fl(j)óð, una exposición fotográfica centrada en mujeres de origen extranjero que vivían en Húnaþing Vestra. Compartimos las historias de 33 mujeres de la comunidad, celebrando sus raíces y abriendo espacios de reflexión sobre el lugar que ocupan las mujeres inmigrantes dentro de la sociedad islandesa. Este proyecto fue muy bien recibido y tuvo buena cobertura mediática en el país. Inspirada en esa experiencia, Auður Mikkelsdóttir se puso en contacto conmigo con la idea de hacer algo similar en Höfn, una localidad del sureste a donde llegamos juntos con Tess Rivarola en 2019 y donde vivimos por más de un año. Esta vez, el enfoque estuvo puesto en las y los habitantes de la comunidad. Así comenzó esta nueva etapa.
Durante tres meses hice lo que más me gusta en la vida; manejar en ruta islandesa, escuchar música y fotografiar. Viajé desde Seydisfjördur (un pequeño fiordo del este donde vivimos desde el 2020) a Höfn todos los fines de semana, unos 150 km, atravesando dos rutas de montaña que alcanzan los 600 metros de altitud y no pocas veces están cubiertas de niebla. Conocí y fotografié a 114 personas. En cada encuentro conocí algo nuevo de esta cultura. Tomé café como nunca antes en mi vida. Acá cada vez que llegas a una casa no importa la hora que sea te invitan café. Cada persona me mostró algo nuevo de la forma de ver la vida que tienen los islandeses. Y así fue tomando forma la muestra: como un retrato colectivo que busca reflejar la diversidad del pensamiento, la memoria compartida y lo cotidiano de quienes habitan este rincón del sureste islandés.
–¿Qué sensaciones o intenciones conectan o vinculan entre sí a las fotos de esta muestra?
–Una serie de fotografías puede narrar una historia, pero en esta muestra de retratos el hilo no es argumental. No hay un relato lineal, sino una atmósfera que se construye desde la escucha. Para cada retrato, lo único que pedía era que la persona eligiera el lugar donde quería ser fotografiada. Algunos escogieron sus casas; otros, los caminos donde pasean con sus perros. Algunos volvían a las granjas de sus abuelos, a los establos donde cuidan caballos, ovejas o gallinas. Esas elecciones no fueron casuales: en esta serie de retratos el paisaje no es fondo, es parte del cuerpo. Creo también que lo que une estas imágenes es una intención compartida porque para ser retratado hay que querer ser visto.
En muchos de estos retratos se puede leer el arraigo profundo que cada islandés tiene con su tierra. Para muchos, decir “soy de tal lugar” es un acto de orgullo. Y no es solo una frase: es literal. Algunos nunca salieron de su pueblo Son de ahí, y lo son a mucha honra. Cada persona retratada iba trayendo una nueva perspectiva; su forma de pensar. Y, sin embargo, algo se repetía, remitiendo a algo ya escuchado antes, al otro lado de la isla. Y así se fue tejiendo más o menos, una sensación de intimidad, de presencia, de pertenencia. Quizás lo que une estas imágenes no sea lo que se ve, sino lo que se intuye: una vibración, una confianza, una forma de mirar que no busca transformar, curiosea. Lo que deseo es que cada retrato sea una puerta entreabierta entre la presencia y el misterio.
OBSERVACIÓN Y ESPERA
–¿Cómo llegás vos a la idea de “dejar aparecer” y qué pensás que te aporta como fotógrafo en el contexto donde te manejás?
–El concepto de “dejar aparecer” lo tomo prestado de Humberto Maturana, biólogo chileno, quien plantea que amar es permitir que el otro sea, sin forzarlo a cumplir con nuestras expectativas. Me quedó resonando, y con el tiempo entendí que eso también era lo que yo buscaba al retratar. Coincide con mi manera de aproximarme al retrato, no desde la dirección ni la construcción, sino desde la observación y la espera. Yo no me siento tanto un fotógrafo que “arma” imágenes, sino alguien que observa, que acompaña. En el contexto donde vivo, el “countryside” de Islandia, el tiempo se percibe de otra forma, las personas tienen otras formas de relacionarse. En el momento del retrato, las personas acá pueden llegar a ser muy cerradas para nosotros los “sudacas”. Pero eso es una interpretación desde una expectativa del otro. Aquí, se vuelve clave ser observador, quedarse quieto. Acompañar el silencio entre los dos, acompasar el momento. Aquí no se pueden forzar las cosas. Entonces uno, como fotógrafo, va generando el espacio, las condiciones donde la persona pueda mostrarse, si quiere, si lo siente. Puedo decir hoy que “dejar aparecer” se ha vuelto para mí una ética del mirar y del convivir.
–¿Podrías comentarnos algo de Höfn?
–Höfn es un pequeño pueblo al sureste de Islandia, rodeado de playas negras, glaciares del Parque Nacional Vatnajökull y montañas que respiran con el clima. Tiene tormentas de viento, neblinas… y unos amigos maravillosos. Llegamos allí con Tess Rivarola en mayo de 2019. Hay algo en su paisaje: el viento te habla, o la luz cambia de golpe y te muestra otras formas. A primera vista puede parecer un lugar aislado, pero después de esta experiencia fotográfica me di cuenta de que tiene una vida comunitaria generosa. Vivimos un año con Tess en las afueras de Höfn, Hólmur, en una casa amarilla, con el glaciar como jardín. Después de esa experiencia armamos una exhibición en conjunto: con poesías de Tess y fotografías mías, que se llamó “Mirada extraviada”. Tess tiene mucho que ver con mi desarrollo como artista. Me empujó a buscar más profundidad, a ir más allá. Exige como loca, y eso sirve muchísimo.
–¿Cómo es tu vida allá?
–Ahora vivimos en Seyðisfjörður, en el este de Islandia, a 661 kilómetros de la capital. Mi vida hoy es bastante tranquila, ya no farreo tanto, también intensa en otros aspectos. En el día a día cocino, saco fotos, tomo helado, voy a nadar, chismoseo con la gente, me plagueo… y otras cosas que no te voy a contar porque seguro que mi vieja va a leer esto. Siento que, en lugares como estos, donde el tiempo se mueve más lento, uno puede escuchar mejor. Mirar las cosas en sus diferentes formas y estados.
Escuchar a los demás, y también a uno mismo. La naturaleza no es solo un complemento o una foto para Instagram: es un personaje más que convive entre nosotros, con el que uno dialoga todos los días. Te guste o no. Reykjavik, Höfn, Seyðisfjörður… Islandia me ha dado algo valioso: la posibilidad de mirar con más atención, de reinventarme, de sanar, de perdonar, de crecer de muchas formas. De vincularme con la gente de otra cultura, desde las diferencias y el respeto. Y de construir un ritmo de vida más acorde con lo que necesito en este momento.
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Libro sobre la chipa gana dos premios en Portugal
El libro “Chipa de Raíces Profundas. Páginas con Sabor” del autor paraguayo Diego “Grillo” Benítez fue galardonado como “Best Artist Cookbook in the World” (mejor libro de artistas en el mundo), así como en la categoría Indigenous en los prestigiosos Gourmand World Cookbook Awards, que se desarrolló del 18 al 21 de junio en Portugal.
“En honor a todos los que hicieron, hacen y seguirán haciendo el pan sagrado de los paraguayos, chipa”, expresó el autor del libro paraguayo en Instagram, con imágenes de la premiación. “Ganamos Best Artist Cookbook in the World y también fuimos Winner en la categoría Indigenous en los Gourmand Awards 2024. Dos premios que llevan el nombre de Paraguay al mundo. Todavía me cuesta poner en palabras lo que siento”.
“Este reconocimiento es el fruto de años de trabajo, de amor por nuestras raíces, de madrugadas ilustrando, escribiendo, investigando…, soñando. Gracias a mi familia, mis amigos, a las marcas que me apoyaron, y a cada persona que creyó en este proyecto. Chipa de Raíces Profundas no es solo un libro, es un homenaje a lo que somos. A ese pan ancestral que nos une, que se hereda, que se comparte. Este premio es de todos. Gracias de corazón. ¡Y sí… seguimos!”, concluyó el artista galardonado desde Europa.
LITERATURA GASTRONÓMICA
Gourmand World Cookbook Awards es conocido como los “premios Óscar” de la literatura gastronómica mundial, subrayando la importancia de la gastronomía en la identidad cultural de los países. La Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) celebró este logro, indicando que se trata de “una obra que celebra el alma del Paraguay a través de la chipa, pan ancestral y símbolo cultural guaraní, rescatando más de 100 recetas tradicionales, saberes y costumbres que forman parte de nuestra identidad gastronómica”.
“Lo que estoy llevando ya es la segunda versión del libro, con nuevo diseño de portada y un poquito más ampliado y profundizado en lo que a historia se refiere”, comentó Grillo, argentino de nacimiento, pero que reside en Asunción desde hace 26 años, en una entrevista publicada por La Nación Finde el sábado 14 de nota.
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La larva que sueña con volar
- Jimmi Peralta
- Fotos : Archivo / Gentileza
Con motivo del Día del Libro Paraguayo, que se recuerda el próximo 25 de junio, Milia Gayoso, Javier Viveros y Vidalia Sánchez hablan sobre sus experiencias en la industria editorial en la isla rodeada de tierra. Esta conmemoración se da en el contexto de la reciente aprobación de la ley del libro, que prevé campañas para la promoción de la lectura y legisla sobre algo que no estaba regulado: los libros digitales, que en adelante están protegidos como propiedad intelectual.
Una de las propuestas de vida de la sociedad actual con respecto a la producción material se basa en que el ciudadano tipo debe buscar una actividad laboral que lo apasione para sobrellevar su vida más alejado del displacer productivo.
Es en ese paradigma en el que en algunos casos se localiza a la carrera profesional en las coordenadas en las que uno aplaude frente a un mostrador con la pretensión de requerir algo parecido a la plenitud.
No obstante, en ese marco la producción artística en países pequeños y sin mucha tradición en las artes le juega una broma amarga a los interlocutores de las musas. Ellos llegan, intuición y fortuna mediante, a reconocer el lugar del deseo y el goce en un hacer específico, cumpliendo así la excepción de la regla general. Pero para sopesar la buena suerte las condiciones estructurales hacen que aquel hacer no garantice las condiciones materiales de la existencia.
RECORDACIÓN
El próximo miércoles 25 de junio se celebra el Día del Libro Paraguayo, un agasajo que rescata la fecha de finalización de la redacción del libro “Anales del descubrimiento, población y conquistas del Río de la Plata”, de Ruy Díaz de Guzmán, en 1612.
La historia del libro paraguayo cuenta con grandes hazañas y un premio Cervantes en su haber, pero con la mirada puesta en el presente El Gran Domingo de La Nación conversó con los escritores Milia Gayoso y Javier Viveros, así como con la editora Vidalia Sánchez, sobre el presente del mundo editorial y el devenir de los textos que llevan a algunos lectores a convertirse en escritores y así abrazar esta labor, que difícilmente permite un sostén económico en Paraguay. Por ello, a la vez de cultivar su arte los escritores locales también trabajan en otra cosa.
Niños y jóvenes, el gran objetivo
La escritora Milia Gayoso, periodista jubilada con tres décadas de ejercicio del oficio, apunta a llevar los libros al público infantojuvenil para crear una sociedad de lectores.
“El trabajo que realizo con los niños en las escuelas, más que un ‘encuentro con el autor’, es un reencuentro con mi pasado en las aulas argentinas, donde vi nacer mi vocación de lectora voraz-contadora de historias, por un lado. Y, por otro, me hace ver la gran necesidad que tienen los niños y jóvenes de ese acercamiento vital a los libros y el bien que les hace leer, adentrarse en otras realidades, conocer otras vidas parecidas o diferentes a las suyas. Muchos de ellos vienen de hogares donde no se lee y son ellos quienes encienden esa mecha en sus padres y/o hermanos. El efecto en los demás miembros de su familia es maravilloso”, comenta Gayoso, quien lleva unos años orientada con más énfasis en la producción de libros para niños y adolescentes, lo que le permite el recorrido permanente en instituciones educativas, marcando una experiencia en primera persona con sus lectores, sus intereses y su humanidad.
OXÍGENO
“Nunca he podido vivir de la producción literaria. Me dediqué más de treinta años a trabajar como periodista, he vendido desde carteras hasta orquídeas. Me jubilé hace cuatro años y lo que percibo es bastante modesto. No voy a negar que en los últimos años me va mejor con la venta de mis libros. El programa Ñe’êry del MEC (Ministerio de Educación y Ciencias) con sus llamados a licitación para adquirir libros ha logrado que muchos escritores consigamos interesantes ingresos que dieron un poco de oxígeno a nuestra economía. Desde hace algunos meses, también trabajo con la editorial Atlas como su embajadora cultural y todo junto me permite continuar aportando en la casa”, agregó.
Milia realizó su primera publicación en 1990, material que lleva el título de “Rondas en las olas”, gracias a un primer impulso que le dio su compañera de trabajo María Luisa Ferreira. Poco más de tres décadas después, Gayoso es referente en el ámbito editorial con decenas de títulos en su haber.
–¿Cómo empezaste a relacionarte con los libros paraguayos?
–Mi trabajo como periodista me permitió conocer a numerosos escritores de mi generación y de generaciones anteriores, antes de que yo me hiciera de un lugarcito en la literatura nacional. Siempre me sentí una privilegiada de haber podido entrevistar a personalidades como José Luis Appleyard, Augusto Roa Bastos, Josefina Plá, Luis María Martínez, Gladys Carmagnola, Raquel Saguier, Raquel Chaves, Elsa Wiezzel, Renée Ferrer, Nila López…. entre varios otros. Mi cercanía con algunas escritoras fue fundamental para mi crecimiento personal y profesional como narradora. Bebí de la generosidad de Nila López, Renée Ferrer, Raquel Chaves y Gladys Carmagnola.
“Tensión entre el entusiasmo creativo y las limitaciones estructurales”
El escritor, editor y actual ministro de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, Javier Viveros, informático de profesión, aconseja siempre a los aspirantes a escritores a escribir mucho y a asegurarse fuentes de ingresos de otras actividades laborales.
“He aprendido que en la industria local del libro conviven, en tensión permanente, el entusiasmo creativo y las limitaciones estructurales. Como escritor, he confirmado que hay un capital simbólico potente: talento, diversidad de voces y una buena tradición literaria que a menudo se reinventa desde los márgenes. Pero como editor, comprendí que ese impulso tropieza muchas veces con obstáculos concretos: baja tirada, escasa distribución y circuitos de venta muy limitados. A mi juicio, hacer libros en Paraguay sigue siendo una suerte de acto de fe, una forma de militancia cultural. Sin embargo, cada libro que circula, cada lector que se forma, cada autor que encuentra un espacio, confirma que merece la pena sostener esa apuesta”, comenta.
Desde su labor editorial, Viveros pudo vivenciar la realidad del libro en Paraguay desde ambas aristas.
“El libro paraguayo en el contexto del mercado internacional está aún en estado larvario. Asoma de un modo muy tímido en la escena editorial allende nuestras fronteras. Paraguay permanece fuera de los grandes circuitos editoriales y la escasa crítica literaria, sumada a la falta de traducciones, conspira contra su proyección. Pero hay signos de movimiento, avances lentos, pero avances al fin. No olvidemos que la larva sueña con sus alas futuras”, agrega Viveros.
–¿Cómo empezaste a relacionarte con los libros paraguayos?
–Llegué a la obra de Gabriel Casaccia antes que a la de Roa Bastos y todavía recuerdo el deslumbramiento que produjo en mí la lectura de su novela “La llaga”. No por la forma, sino por el fondo, por su realismo sombrío, por el penetrante manejo de la psicología de sus criaturas de papel y la lucidez implacable con la que ausculta la condición humana. Salvando las distancias, Casaccia es nuestro Dostoyevski.
“Situación prometedora”
La relación entre la posibilidad de mayor y mejor producción editorial es casi proporcional a la demanda. Sin estudios acabados, las estadísticas citadas en grandes medios señalan que en el país en promedio se leen 0,25 libros por habitante al año, exponencial diferencia negativa con relación a otros países de la región.
Sin embargo, la directora de la editorial y librería Servilibro, Vidalia Sánchez, se muestra optimista por el impacto que tiene y tendrá en el futuro la actual política oficial de fomento de la lectura en la educación inicial.
“La situación del mercado editorial local en este momento es buena y muy prometedora gracias al programa de comprensión lectora Ñe’êry, iniciado desde el MEC. Este programa se basa en distribuir en cada aula, no en cada colegio, pequeñas bibliotecas de 100 o 150 libros. Entonces, 10 minutos antes de comenzar las clases, los chicos tienen que leer libros, un fragmento, una poesía, lo que sea, pero tienen que leer todos los días. Eso hizo que el Ministerio de Educación tenga que comprar muchos libros. Unas 12.000 bibliotecas en la primera parte que ya se distribuyeron a los colegios. Ahora se tiene que licitar la segunda parte, otras 12.000”, comenta Sánchez.
“Se cuenta con un presupuesto para distintos proyectos: que los escritores lleguen a los colegios, que se compren también libros para bibliotecas departamentales, que se publiquen también libros”, relata.
En lo tocante a cuáles son las principales trabas que existen para el acceso a los libros, Sánchez señala que “sigue no estando al alcance de todos. Un empleado que gana un sueldo mínimo, vive en casa de alquiler, tiene tres o cuatro hijos, tiene que ver para la educación, la salud y todo lo que los chicos requieren. Ese empleado no tiene para comprar ni un libro por año. Entonces, ¿cuál es la solución? Hay que crear bibliotecas públicas y bibliotecas comunitarias donde la gente puede leer gratis. Esa es una materia pendiente todavía en nuestro país”, sentencia Sánchez.