La producción industrial de Brasil se derrumbó 18,8% en abril respecto a marzo y 27,2% frente al mismo mes del 2019, por el impacto de las medidas de paralización económica adoptadas contra la pandemia del nuevo coronavirus, según datos oficiales publicados este miércoles.
Se trata de los peores resultados desde el inicio de la serie histórica en el 2002, indicó el instituto oficial de estadísticas IBGE. El resultado de la comparación mensual es pese a todo algo mejor que la expectativa promedio de una caída de 32,2% de los analistas consultados por el diario Valor.
En marzo, cuando empezaron a aplicarse las medidas de cuarentena parcial en los principales estados del país, el índice ya había retrocedido 9,1% respecto a febrero. Actualmente, todos los cuadros comparativos están en negativo: en el periodo enero-abril la caída interanual es de 8,2% y en el acumulado de 12 meses el rojo es de 2,9%.
“El resultado de abril resulta, claramente, del número mayor de paralizaciones de las múltiples unidades productivas, en diversos segmentos industriales, a causa de la pandemia”, explicó el responsable del informe del IBGE, André Macedo.
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“En abril hemos visto la expansión, con caídas de magnitudes históricas, de dos dígitos, en todas las categorías económicas y en 22 de las 22 actividades examinadas”, agregó. Brasil se convirtió en el segundo país con más números de afectados por COVID-19 y en el cuarto en número de muertos, con casi 32.000 hasta el martes.
Los números podrían ser sin embargo hasta 15 veces superiores, debido a que no se realizan test masivos, según expertos.
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La crisis sanitaria provocó fuertes tensiones entre los gobernadores de grandes Estados como San Pablo y Río de Janeiro, favorables a las medidas de aislamiento social, y el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, que las considera como un remedio que puede resultar “peor que la enfermedad” debido a sus secuelas económicas.
Fuente: AFP
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Comercio entre Paraguay y Brasil registra un crecimiento sostenido
La Cámara de Comercio Paraguay Brasil (CCPB) inició un ciclo trimestral de análisis de los principales indicadores económicos y las oportunidades ante el escenario internacional tanto para Paraguay como para Brasil. En la apertura, destacaron que el comercio con el país vecino pasó en 20 años de USD 1.300 millones a USD 3.500 millones.
Paraguay y Brasil son socios comerciales y su volumen de comercio crece sostenidamente, según explicó el economista Jorge Garicoche durante su exposición en el primer “Update Comex Paraguay Brasil”, evento que cada tres meses buscará exponer ante empresarios que comercian con el vecino país los últimos indicadores económicos, oportunidades y desafíos para ambos países.
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El economista señaló que la relación comercial con Brasil fue escalando con el correr de las décadas y ejemplificó que en 1980 el volumen de comercio fue de USD 40 millones, mientras que para 1994 escaló a USD 1.300 millones y 30 años después se ubicó en USD 3.500 millones.
“En los últimos 30 años casi triplicamos lo que estamos vendiendo en Brasil, así que ahí todavía hay muchas oportunidades de crecimiento”, manifestó.
Inflación como amenaza
Garicoche destacó que las economías de Brasil y Paraguay son las menos propensas a verse amenazadas por shocks externos y son las más basadas en fundamentos reales de la economía en la región. No obstante, reconoció que ambas tienen a la inflación como su principal y persistente amenaza.
Por su parte, el presidente de la CCPB, Fabio Fustagno, explicó que Paraguay debe buscar incorporarse a la cadena productiva de Brasil, principalmente a través de la maquila, ya que la situación arancelaria entre Estados Unidos y China hace que los productos de la región sean más competitivos y tengan mayor posibilidad de ingreso al mercado norteamericano, pero también a nivel global.
“Debemos integrarnos a la cadena productiva brasileña que está mucho más avanzada que la nuestra. La industria brasileña hay que reconocer que además de estar más avanzada, está abierta al mundo. El mundo compra productos brasileños, entonces nosotros vemos como un gran potencial ser parte de la cadena productiva brasileña”, explicó.
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Sojeros, malos de la película o grandes aportantes de la economía
La Unión de Gremios de la Producción (UGP), celebra 20 años de compromiso con el desarrollo rural y la producción nacional, enfrentando mitos y realidades que fueron “matando al relato”.
La UGP celebró este 26 de abril 2 décadas como un gremio de segundo piso que nuclea a cámaras, asociaciones y federaciones representativas de distintos actores de la cadena agropecuaria, forestal y agroindustrial. El inicio de este grupo se había originado en un contexto marcado por la necesidad de la representación unificada del sector allá por el 2005.
El objetivo, el de promover la organización, el diálogo intersectorial, la defensa de los intereses del sector y el impulso al crecimiento de la actividad rural, y fue así que la UGP logró consolidarse como un referente nacional e internacional en la articulación gremial.
Pero este camino no ha sido sencillo, pues durante el proceso, especialmente el sector de la soja, enfrentó diversos ataques en la primera década del 2000, con campañas muy bien “financiadas” de desprestigio hacia el que trabajaba en el campo, según señaló a este espacio el presidente del gremio, Héctor Cristaldo.
“Los mitos eran varios del famoso la soja mata pasando por la soja no paga impuesto, basados en un sencillo slogan, y como los productores lo que sabemos hacer es trabajar sin hacer mucho barullo, nuestro déficit siempre fue lo comunicacional”, expresó a FOCO.
Y aunque estaban haciendo bien las cosas, dijo, eran los malos de la película, que poco a poco con el trabajo en equipo y apoyados en la realidad, empezaron a mostrar el peso del campo en la agroindustria, en la economía y en la calidad de vida de la gente.
Solo en el 2024 la producción de soja superó los 11 millones de toneladas, marcando un récord histórico, y fue además el mejor año de exportación con 7,9 millones de toneladas de soja en grano exportada. Hay que mencionar que Paraguay comenzó la siembra de soja en 1970 con 75.000 toneladas producidas, que para la zafra 2016-2017 ya obtuvo una cosecha récord de 10.336.144 toneladas.
“Es todavía un largo camino recorrido, pero de a poco, la realidad mata relato”, remarcó Cristaldo. Al tiempo de agregar que desde que se fundó el gremio, vienen defendiendo el trabajo de productores, industrias y empresas vinculadas al agro, priorizando el bienestar de las personas, la dignificación del trabajo rural y el desarrollo sostenible de los agronegocios.
Desde el gremio también compartieron que durante estas dos décadas, el sector productivo ha enfrentado desafíos relacionados con la seguridad, la invasión de tierras, cambios regulatorios, debilidades institucionales y la necesidad de adaptarse a nuevas tecnologías. Frente a ese escenario, la UGP lideró acciones para fomentar la innovación, la competitividad, la capacitación y la promoción de las buenas prácticas agrícolas.
Fue así que bajo el lema; “El campo produce, Paraguay crece”, se instaló un mensaje claro, de que sin los productores y sin el desarrollo de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales, el Paraguay no podría sostener su crecimiento ni su capacidad de superar los desafíos internos y externos.
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Itaipú: 52 años del tratado que evitó un nuevo conflicto bélico entre Paraguay y Brasil
Lourdes Torres (lourdes.torres@nacionmedia.com)
Un día como hoy, pero hace 52 años, se lograba el mayor éxito diplomático del gobierno paraguayo, la firma del Tratado de Itaipú, que no solo sellaba el pacto de amistad y cooperación con Brasil, sino que ponía punto final a un largo conflicto de límites con el vecino país que incluso se arrastraba desde la época colonial. Historiadores destacan que este tratado también evitó que Paraguay y Brasil se volvieran a levantar en armas a casi 100 años de culminada la guerra de la Triple Alianza.
El 26 de abril de 1973 se firmaba el Tratado de Itaipú, más allá de la colosal hidroeléctrica que es una de las más grande del mundo, existe por detrás una historia intrincada, previa a su construcción que muy poco es recordada y cuyos orígenes datan de la época colonial y que, en la década de los años 60, volvió a generar un grave conflicto entre ambas naciones al punto de casi desatar una nueva guerra por los límites fronterizos.
Al respecto, el profesor e investigador histórico Eduardo Ortiz Mereles, en comunicación con La Nación/Nación Media, señaló que la falta de una definitiva demarcación de límites entre lo que fueron las posesiones españolas y portuguesas en la época colonial arrastró más de un siglo y medio después, un serio problema diplomático entre Paraguay y Brasil.
“En efecto, los límites entre Brasil y Paraguay fueron tratados ya por España y Portugal, a lo largo del siglo XVIII. Tras la Guerra de la Triple Alianza, ambas naciones firmaron el Tratado de Paz (Loizaga–Cotegipe) se estableció que los límites entre ambos países será el cauce del río Paraná, desde el río Yguazu hasta el Salto Grande de las Siete Caídas (Saltos del Guairá). El problema es que la palabra “hasta”, no incluye ni excluye el salto para ninguno de los dos países. En consecuencia, se llegó al siglo XX y los Saltos del Guairá quedaron en tierra de nadie", comentó.
Agregó que este problema llegó a los años 1960 donde se agravó el conflicto con el Brasil. Mencionó que, para esa época, ya habían estudiado el potencial hídrico que tenía el río Paraná. Indicó que desde siempre el gobierno brasileño se caracterizó por el desarrollo de su país pensando en el futuro de su nación.
Un gran logro diplomático
Igualmente, el historiador Claudio Velázquez señaló que la firma del Tratado de Itaipú fue un gran logro diplomático para ambos países que arrastraban un largo conflicto por los límites, que luego se sumó el aprovechamiento del potencial hidroeléctrico del Paraná.
Coincidió con Ortiz al señalar que, en octubre de 1965, el conflicto se agravó cuando Brasil ocupó militarmente con la fuerza una zona de Puerto Renato, que le correspondía al Paraguay, apresando a una Comisión Nacional de demarcación de Límites en la zona de Saltos del Guairá, entre los apresados recordó que estuvo Conrado Papalardo.
“Este fue el punto tenso que se llegó y casi lleva a ambos países a levantarse nuevamente en armas. No obstante, hay que decirlo, que en ese momento el gobierno paraguayo supo sacar provecho de la hegemonía estadounidense, apoyándose en eso es que se logra decir al Brasil que se siente a negociar con Paraguay de manera diplomática y no en armas”, remarcó Velázquez.
Agregó que esta época coincidió también con la Guerra Fría, donde Paraguay y Brasil eran aliados estratégicos de EE. UU., a quien no le convenía tener a dos aliados enfrentados. Es así que en junio de 1966 se firmó el acta de Foz de Yguazú que es el antecedente importante del Tratado de Itaipú.
Finalmente señaló que, más allá de las controversias que existen con respecto al pago de la energía y las cesiones con respecto al Anexo C, así como las críticas a la sobrefacturación de la construcción de la hidroeléctrica que terminó saliendo más caro de lo presupuestado, en líneas generales fue un logro importante para el país.
“En el caso de la obra de Itaipú de 2.033 millones de dólares, pasó a costar un aproximado de 20.000 millones de dólares, hablamos de mucho dinero más de lo previsto y la deuda que significó para el Paraguay. La construcción, es cierto dinamizó la economía del país, todo ese dinero, lastimosamente no se invirtió suficientemente en infraestructura y desarrollo industrial, sino que fueron unos recursos no muy bien administrados”, agregó.
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Paraguay presenta sus ventajas para la inversión ante empresarios brasileños y japoneses
El Ministerio de Industria y Comercio (MIC) busca transmitir el buen clima de negocios del país a empresarios brasileños y estrechar lazos con industrias japonesas instaladas en el vecino país. De acuerdo con la cartera estatal, también se busca explorar experiencias exitosas en sectores como la educación técnica, el turismo y la industria.
La misión se desarrolló en la ciudad industrial de San Pablo, Brasil, con una delegación paraguaya compuesta por el viceministro de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), Javier Viveros, el viceministro de Industria, Marco Riquelme, acompañados por especialistas en inversiones y representantes diplomáticos.
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El reporte del MIC destaca entre las principales actividades que desarrolló la delegación paraguaya la Presentación País ante la Cámara de Comercio e Industria Japonesa de Brasil, buscando captar el interés de potenciales inversionistas. Estuvieron presentes en la presentación el cónsul general de Paraguay en San Pablo, Luis Ávalos, y el embajador de Japón en Paraguay, Katsumi Itagaki, además de 30 empresas asociadas a mencionada Cámara.
También se realizó una visita técnica al Instituto São Leopoldo Mandic, uno de los centros de formación técnica más modernos de Brasil, para conocer las instalaciones de la planta y la forma de trabajo de la misma, tratando de identificar oportunidades que se puedan generar en el país.
Igualmente, se llevó adelante una jornada de networking con el grupo Alma Next, orientada a atraer el interés de potenciales inversionistas, realizando reuniones con empresarios considerados claves.
El MIC señala que, en estas misiones comerciales, se busca presentar las las ventajas competitivas del Paraguay para la instalación de industrias y centros logísticos. Además, atraer inversiones, explorar oportunidades de cooperación y conocer las experiencias exitosas en sectores como la educación técnica, el turismo y la industria.
Además, manifiestan que este tipo de acciones refuerzan el posicionamiento internacional del Paraguay como un país atractivo para los negocios, con condiciones favorables en términos de energía, ubicación geográfica, clima de negocios e incentivos para inversionistas.