Naciones Unidas, Estados Unidos | AFP |

El presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro negó que los incendios estén devastando la Amazonia y afirmó que la mayor selva tropical del mundo no es “un patrimonio de la humanidad” sino de su país. Atacó el martes en la ONU el socialismo de Cuba y Venezuela, que aseguró solo trae corrupción y pobreza y “debe ser combatido”.

"Presento a los señores un nuevo Brasil, que resurge después de estar al borde de socialismo": así comenzó Bolsonaro, un excapitán del ejército, su primer discurso ante la Asamblea General anual de la ONU.

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"La Amazonia no está siendo devastada ni consumida por el fuego como dice mentirosamente la prensa", aseguró Bolsonaro en su discurso de más de 30 minutos -el doble de lo permitido- y que como es tradición, fue el primero de la Asamblea General anual de las Naciones Unidas.

El presidente brasileño, quien asegura que existe una “psicosis ambiental” y defiende la explotación comercial en áreas de preservación ambiental e indígena, denunció que hay gobiernos extranjeros que utilizan a líderes indígenas como el cacique Raoni, de la tribu kayapó de la Amazonia, “para avanzar sus intereses económicos”.

"A veces algunos líderes indígenas, como el cacique Raoni, son usados por gobiernos extranjeros en su guerra de información para avanzar sus intereses económicos en la Amazonia", dijo Bolsonaro en referencia al jefe indígena nominado al Nobel de la Paz para 2020, y a quien Macron recibió tras el G7.

"El monopolio del Raoni se acabó", aseguró.

Años antes de ser electo, Bolsonaro, excapitán del ejército, deploró que la caballería brasileña "no haya sido tan eficiente como la estadounidense, que exterminó a los indígenas".

El cacique Raoni, que participó el fin de semana en la cumbre de la ONU sobre el clima que precedió a la Asamblea General y a la cual Bolsonaro no asistió, dijo el lunes que el presidente brasileño "está abriendo la Amazonia a un abanico de actores que están permitiendo su destrucción".

"Esto es malo no solo para nosotros, los pueblos indígenas, es un desastre para toda la humanidad", indicó Raoni a periodistas.

Bolsonaro dijo que algunos dentro y fuera de Brasil insisten en tratar a los indígenas "como verdaderos hombres de las cavernas", impidiendo que exploten la riqueza de sus tierras.

"El indígena no quiere ser un latifundista pobre encima de tierras ricas. Especialmente de las tierras más ricas del mundo", afirmó, recordando que en las reservas Yanomami y Raposa Serra do Sol existe una gran abundancia de oro, diamantes o uranio.

Y aseguró que no extenderá las áreas de protección de indígenas de 14% a 20% del territorio brasileño, como algunos desean.

“Socialismos está vivo y debe ser combatido”

Tildó al Foro de Sao Paulo, la agrupación de partidos de izquierda latinoamericanos fundado por el izquierdista Partido de los Trabajadores en 1990, de "organización criminal". Y dijo que fue creado para "difundir e implementar el socialismo en América Latina, que aún continúa vivo y debe ser combatido".

Bolsonaro atacó especialmente el programa "Más Médicos", que trajo a Brasil unos 10.000 médicos cubanos durante el gobierno izquierdista del Partido de los Trabajadores.

Lo calificó de "verdadero trabajo esclavo" porque aseguró que el 75% de los salarios de los médicos era retenido por el gobierno cubano, y lamentó que haya sido "respaldado por entidades de derechos humanos de Brasil y de la ONU".

"Rechazo enérgicamente calumnias de Bolsonaro sobre #Cuba y cooperación médica internacional", tuiteó el martes el canciller cubano Bruno Rodríguez.

"Delira y añora los tiempos de la dictadura militar. Debería ocuparse de la corrupción en su sistema de justicia, gobierno y familia. Es el líder del incremento de la desigualdad en Brasil", aseveró Rodríguez.

De acuerdo con números oficiales, unos 8.000 cubanos participaron en el programa Más Médicos en Brasil, lanzado en 2013 por la entonces presidenta de izquierda Dilma Rousseff (2011-2016) para trabajar en regiones pobres y en zonas rurales, a través de un convenio con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Con el fin del programa en 2018, se congratuló Bolsonaro en la ONU, Brasil "dejó de contribuir con la dictadura cubana" con 300 millones de dólares al año.

Bolsonaro dijo en agosto que el programa Más Médicos tenía por objetivo "formar núcleos de guerrilla en Brasil".

En Brasil "vencimos aquella guerra" contra "agentes cubanos" que comenzó en los años '60, pero hoy unos 60.000 agentes cubanos "controlan e interfieren en en todas las áreas de la sociedad" venezolana, "principalmente en inteligencia y defensa", afirmó.

"¡El socialismo está funcionando en Venezuela! ¡Todos son pobres y no tienen libertad!", ironizó.

El mandatario dijo que Brasil trabaja con Estados Unidos y otros países “para que se restablezca la democracia en Venezuela” y para que el socialismo “nefasto” no se apodere de otros países de Sudamérica.

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