Lima, Perú | AFP |
Perú advirtió el miércoles sobre la inminencia de nuevas explosiones y lluvia de cenizas del volcán Ubinas, el más activo del país, que atraviesa un proceso eruptivo que obligó a declarar en emergencia a 12 distritos del sur del país.
"Se prevé la ocurrencia de explosiones con la expulsión de fragmentos de roca y cenizas", informó el Centro Vulcanológico Nacional en un nuevo boletín sobre la situación del mayor volcán de Perú.
El reporte señaló que el miércoles se detectaron "anomalías que estarían asociadas al ascenso de magma".
En tanto, el geólogo y especialista en prevención de desastres por fenómenos naturales, Patricio Valderrama, advirtió en Twitter que "la sísmica muestra ascenso de gases y magma en el cuero (parte interior, ndlr) del volcán. En cualquier momento (horas, días) vamos a tener una gran explosión".
La declaración de emergencia, por 60 días, se decretó el sábado y permite ejecutar medidas inmediatas de respuesta y rehabilitar los poblados ubicados en torno al Ubinas, en Moquegua, 1.250 km al sur de Lima y con 5.672 metros de altitud.
Las autoridades ordenaron asimismo el fin de semana evacuar las pequeñas poblaciones situadas en las cercanías y recomendaron "no acercarse a un radio menor de 15 km del cráter del volcán", que no erupcionaba desde 2017.
Según la Defensa Civil, las cenizas afectaron a más de 9.250 personas y dañaron sembradíos y fuentes de agua.
Las columnas eruptivas han alcanzado una altura de unos seis kilómetros por encima del cráter del volcán, en tanto los vientos han dirigido enormes nubes de ceniza y gases tóxicos hacia Bolivia.
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Alerta por actividad de tres volcanes en Guatemala
Ciudad de Guatemala, Guatemala | AFP
Las autoridades guatemaltecas están este sábado en alerta por la actividad de tres volcanes que lanzan ceniza y flujos de lava, aunque solo uno entró en fase eruptiva.
El volcán de Fuego, cuya actividad en junio provocó 190 muertos, inició la víspera una nueva fase eruptiva que generó la evacuación preventiva de 62 personas, aunque horas después 40 afectados retornaron a sus hogares, dijo el vocero de la estatal Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), David de León.
El 3 de junio, el coloso registró una potente erupción que provocó una avalancha de flujos piroclásticos (material volcánico ardiente) que arrasó una comunidad en el sur del país y dejó 190 fallecidos y 238 desaparecidos.
El volcán, de 3.763 metros de altura y ubicado 35 km al suroeste de la capital, registró este sábado "un leve descenso en su actividad", según un boletín del Instituto de Sismología.
Sin embargo, mantiene una columna de ceniza que alcanza 840 metros sobre el cráter y que se desplaza 20 km al oeste y suroeste, explosiones y un flujo de lava que alcanza los 1.200 metros de longitud.
Además, registra pulsos incandescentes que alcanzan los 200 metros sobre el cráter y caída de ceniza en siete comunidades aledañas.
"No se descarta la posibilidad de que el volcán continúe generando actividad efusiva y descenso de flujos piroclásticos de manera súbita", advirtió León.
Ante la disminución de la actividad, las autoridades habilitaron el tránsito de una carretera cercana que había sido cerrada el viernes por prevención.
En tanto, el volcán Pacaya, de 2.552 metros de altura y situado a 20 km al sur de Ciudad de Guatemala, aumentó su actividad la noche del viernes y el sábado mantenía explosiones y un flujo de lava de unos 600 metros de longitud.
"No se descarta la posibilidad de que se generen flujos de lava en mayor cantidad y recurrencia e inclusive se dé inicio a una nueva fase eruptiva en los próximos días o meses", consideró León.
El otro volcán activo es el Santiaguito, de 2.500 metros de altura y a unos 117 km al oeste. Mantiene explosiones débiles a moderadas y columnas de desgasificación de 700 metros sobre el cráter que lanza ceniza hacia el suroeste del coloso.
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Cambio climático: ¿causa de sismos, tsunamis y erupciones volcánicas?
El tema del calentamiento global sigue desatando gran debate a nivel mundial. Luego de la entrada del tsunami en Indonesia, se enciende nuevamente la discusión sobre el cambio climático. ¿Podría la población humana incidir en la gravedad de un tsunami?
El aumento del nivel del mar por el cambio climático -según un estudio divulgado por Sciencies Advances- podría aumentar el riesgo de los tsunamis más devastadores en todo el mundo. Incluso, si el mar sube 30 centímetros, ya pone en riesgo ciudades costeras. Así lo advierten en la investigación realizada en Estados Unidos y publicada el 15 de agosto del 2018 por la revista especializada de Los Ángeles.
Estos hallazgos son fruto del trabajo de un equipo multiuniversitario de científicos del Observatorio de la Tierra de Singapur, la Escuela Asiática de Medio Ambiente de la Universidad Tecnológica de Nanyang y la Universidad Nacional de Taiwán, con el apoyo crítico de Virginia.
"Nuestra investigación muestra que el aumento del nivel del mar puede aumentar significativamente el peligro de tsunami, lo que significa que los tsunamis más pequeños en el futuro pueden tener los mismos impactos adversos que los grandes tsunamis de hoy", dijo Robert Weiss de Tech, profesor asociado en el Departamento de Geociencias, parte de la Facultad de Ciencias.
En Virginia Tech, Weiss se desempeña como director del programa de educación de posgrado en Gestión de Riesgos y Resiliencia de Desastres financiado por la Fundación Nacional de Ciencias y es co-líder de Coastal @ VT, compuesto por 45 profesores de Virginia Tech de 13 departamentos que se enfocan en temas de zonas costeras contemporáneas y emergentes. , como la resistencia a desastres, la migración, los ecosistemas sensibles, la evaluación de peligros y la infraestructura natural.
Humanos, ¿causantes de catástrofes?
La tesis que sostiene que el cambio climático puede afectar la estructura subyacente de la Tierra tiene varios adeptos dentro de la ciencia. Bill McGuire, de University College London, profesor emérito de riesgos geofísicos y climáticos aseguró en 2015 que una serie de “eventos geológicos extremos” que amenazan la vida: terremotos, volcanes y tsunamis, tienen un origen vínculado al calentamiento global.
El debate que continúa, entre científicos, profesores, llega hasta los medios de comunicación. The Guardian publicó en octubre del 2016, que el calentamiento intensifica terremotos, tsunamis y actividad volcánica. Por el contrario, un artículo del diario BBC News en Febrero de 2017 menciona datos que apuntalan la versión de que la Tierra, tenga o no seres vivientes habitándola, seguiría viva: con movimiento entre las placas tectónicas, tsunamis y erupciones volcánicas.
Lo real -sin importar qué teoría prevalezca- es que la necesidad del cuidado del medio ambiente es una preocupación actual de estamentos internacionales como la Organización de Naciones Unidas. Desde la ONU dan visibilidad a la problemática y solicitan compromiso de los países a través de sus gobiernos y de la población mundial, con políticas, acciones colectivas y cambios personales.
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Volcán erupciona de nuevo y para rescate de sobrevivientes
El volcán de Fuego, que el domingo registró una potente erupción que ha dejado 72 muertos y miles de evacuados en Guatemala, aumentó este martes su actividad y registró una fuerte explosión, informó la protección civil.
“Se realizan evacuaciones de las comunidades aledañas en estos momentos... la actividad del volcán de Fuego tiende a aumentar”, dijo a periodistas David de León, vocero de la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred).
Según análisis de expertos, nuevamente podrían registrarse flujos piroclásticos, los cuales están compuestos por lodo, agua, palos y rocas que descienden desde la cima del coloso, de 3.763 metros de altura y situado 35 km al suroeste de la capital. El pasado el domingo, el volcán desató su furia con una potente erupción que se ha cobrado hasta el momento la vida de 72 personas, según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif). Además, se cuentan 46 heridos, 3.271 evacuados y 1.877 albergados en los departamentos de Escuintla (sur) y Sacatepéquez (oeste), que junto al de Chimaltenango (oeste) son los más afectados por la erupción volcánica.
Un fotógrafo de la AFP en el lugar dijo que se escuchó un fuerte estruendo y luego una gran columna de ceniza se elevó por los cielos, lo cual obligó a las autoridades a evacuar a todas las personas que se encontraban en esa zona. Se activaron silbatos y gritos de alerta para que todos abandonaran el lugar y se subieran a automóviles para salir lo más rápido posible.
Además del volcán de Fuego, en Guatemala también están activos los volcanes Santiaguito (oeste) y Pacaya (20 km al sur de la capital).
Bajo una nube gris de ceniza, los equipos de rescate buscaban antes desaparecidos ayer martes tras la potente erupción del domingo. En las localidades afectadas por el alud volcánico, las calles están anegadas de ceniza y todo se llena de polvo con el vaivén de vehículos de emergencia.
AVALANCHA DE LODO Y CENIZA ARDIENTE
Las autoridades admitieron que será casi imposible hallar sobrevivientes, debido a la naturaleza de la erupción, que arrasó varios poblados cercanos con una avalancha de lodo y ceniza ardiente.
“Vamos a seguir hasta que encontremos a la última víctima, aunque no sabemos cuántas víctimas hay, pero vamos a revisar el área las veces que sea necesario”, dijo a la AFP el director de la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), Sergio Cabañas. Un niño de 8 años que había resultado con serias quemaduras en casi todo el cuerpo murió en el capitalino Hospital General San Juan de Dios.
Una pequeña columna de ceniza coronaba ayer el volcán ante la mirada atenta de los socorristas, que se cubrían nariz y boca para protegerse del polvo que se levanta por doquier.
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Peligroso fenómeno en Hawái al llegar lava volcánica al océano
Los Angeles, Estados Unidos | AFP
Las autoridades en Hawái han advertido de un peligroso fenómeno vinculado con la llegada a las aguas del océano Pacífico de la lava proveniente del volcán Kilauea, que entró en erupción el 3 de mayo.
Dos flujos de lava “llegaron al océano en la costa sureste de Puna durante la noche”, en la Gran Isla de Hawái, dijo el servicio geológico estadounidense (USGS), que monitorea volcanes y sismos en todo el mundo, en un comunicado el domingo.
Una grieta sin embargo se abrió en el suelo bajo uno de los canales de lava “desviando lava... a cavidades subterráneas”, explicó el texto.
El encuentro de la lava incandescente con el agua produce humos ácidos, un fenómeno llamado en inglés “laze”, una palabra formada a partir de los términos “lava” y “haze” (niebla).
“La nube de humo es una mezcla irritante de ácido clorhídrico (HCl), vapor y pequeñas partículas de vidrio volcánico”, dijo el USGS.
“Esta mezcla gaseosa, corrosiva y caliente, causó dos muertes en el año 2000 en la zona donde el mar entró en contacto con los flujos de lava recientes y activos”, explicó.
El USGS también advirtió que las emisiones de gases volcánicos “se han triplicado como resultado de las voluminosas erupciones”.
Los vientos moderados hacen que las áreas hacia donde sopla el viento desde el volcán “puedan experimentar niveles variables” de humo volcánico, una especie de niebla que se forma cuando las emisiones reaccionan al oxígeno, la humedad, el polvo y la luz solar, dijo el USGS.
Un enorme flujo de lava creció a unos seis metros de altura y bloqueó parte de una autopista, afectando seriamente a los residentes del área, reportó el sitio Hawaii News Now.
El Kilauea es unos de los volcanes más activos del mundo y uno de los cinco en la Gran Isla de Hawái.
Comenzó a hacer erupción el 3 de mayo, forzando la evacuación de 2.000 personas de sus hogares ubicados en la montaña.
Científicos creen que la actividad volcánica puede ser precursora de una erupción mayor, similar a una que ocurrió en la isla a mediados de la década de 1920.
Pero aseguran que de ocurrir no se espera que haya pérdidas de vida, pues las áreas residenciales más expuestas han sido evacuadas y la región donde está el volcán (en el sureste de la isla) es de muy baja población.
Las autoridades han advertido a los residentes de mantenerse alejados de los vecindarios evacuados, alertando sobre todo de la posible mortalidad a causa de las emanaciones tóxicas.