Chile y Argentina pudieron disfrutar del maravilloso espectáculo natural del eclipse total del sol, que cubrió gran parte de estos países sudamericanos.

El eclipse total sumió en la oscuridad a una franja de 150 km, en el norte de Chile y el centro norte de Argentina, antes de perderse en el Atlántico, en una fiesta con cientos de miles de personas extasiadas por el fenómeno.

Minutos antes de que ocurrieran el eclipse total y se oscurecieran por completo las regiones de Coquimbo y Atacama, reinaba el silencio.

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Pero a medida que el Sol se fue oscureciendo para dar paso a la penumbra y revelar una corona de fuego alrededor del sol, los vítores, aplausos y gritos emergieron entre quienes vivieron este momento único.

"Oh Díos mío, es increíble", gritaron con asombro algunas de las mil personas que subieron hasta el observatorio La Silla, ubicado a unos 2.400 metros de altura, en las cercanías de La Higuera. "Otra, otra", lanzaron varios visitantes una vez que el fenómeno terminó al cabo de dos minutos minutos largos.

"Es impresionante. La verdad, es que aunque uno sepa a lo que va, es chocante el minuto en que empieza a venir la sombra de la oscuridad y comienza ese silencio", dice Sonia Duffau, astrónoma chilena.

Unos 20 minutos antes del inicio del eclipse total, la temperatura descendió varios grados y una pequeña brisa comenzó a recorrer esta "Zona Cero" de la observación astronómica.

Capital de la astronomía

Pero el interés que despertó este fenómeno, que se pudo ver en buena parte del Cono Sur, fue generalizado. En Santiago, las azoteas de los edificios altos del centro de la ciudad, las plazas y los parques se llenaron de personas que, en muchos casos, veían un eclipse por primera vez en sus vidas.

En Argentina, el principal punto geográfico de observación fue la región de Cuyo, donde miles de personas lo convirtieron en un paseo turístico. En cambio, en la capital, Buenos Aires, no se pudo ver nada por la inclinación del sol cerca del horizonte a la hora del fenómeno, además de las nubes y los edificios.

"Chile es hoy día la capital del mundo en astronomía", dijo el presidente chileno, Sebastián Piñera, que se desplazó a La Silla y luego a La Higuera, un pequeño poblado a los pies del observatorio, para observar en su epicentro al eclipse.

No es usual que un eclipse total pase justo sobre un observatorio profesional. Operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO), La Silla -a 2.400 metros de altura- se preparó desde hace años para vivir este momento.

"Muy pocas veces ha pasado que la totalidad de un eclipse se vea sobre un observatorio. La última vez que pasó esto fue el año 91", en el observatorio de Mauna Kea (en Hawaii)", dice el astrónomo de ESO, Matías Jones.

Los científicos iban a comprobar algunas teorías y a poner en práctica experimentos.

La Silla fue uno de los primeros observatorios internacionales que se instaló en el norte de Chile, que gracias a sus prístinos cielos concentra casi el 45% de la observación astronómica mundial, con los más potentes telescopios y radiotelescopios del mundo.

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