Nicolás Almada (nicolas.almada@gruponacion.com.py)/ Enviado Especial a Taiwán.

Falta de asistencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) causó miles de muertes años atrás en el país asiático

Nada menos que 23 millones de personas habitan una isla de solo 36 mil metros cuadrados de extensión en el Océano Pacífico, frente a las costas de China Continental. La República de China (Taiwán) es una nación próspera e independiente, pero no reconocida como tal por presiones política-diplomáticas de la región, quedando fuera de importantes foros de decisión global, como en un ámbito muy delicado como la Salud. La Organización Mundial de Salud (OMS) excluye al país de sus reuniones y asistencias humanitarias que resultan vitales para el bienestar de la sociedad como en la lucha contra enfermedades.

Específicamente, Taiwán enfrenta severos obstáculos para ingresar y ser partícipe de las reuniones de la Asamblea Mundial de la Salud, en conjunto con las más de 190 delegaciones de estados miembros de la organización. La semana pasada concluyó la 72ª reunión del máximo órgano de decisión de la OMS en Ginebra, Suiza, y una vez más Taiwán no pudo asistir, ni siquiera en calidad de observador.

El Diario La Nación formó parte de un selecto grupo de periodistas latinoamericanos invitados por el Gobierno Taiwanés para viajar a la isla y conocer in situ las características, avances y situación en el ámbito social, sanitario, económico, ambiental y político del país.

El aislamiento de Taiwán y su no reconocimiento como Estado independiente por parte de muchas naciones en el mundo se debe principalmente a la presión que ejerce sobre ellas el estado comunista de China Continental. La potencia económica mundial no cede y sigue reclamando a la isla como suya, factor que influye en las relaciones que pueda llegar a concretar Taiwán con los demás gobiernos del mundo.

A pesar de todos los impedimentos que se sitúan en el camino hacia el crecimiento y su integración al mundo, Taiwán ha logrado sobreponerse a las adversidades y convertirse en un país desarrollado.

El ámbito de la salud no quedó atrás para Taiwán y logró actualmente desarrollar importantes avances e implementación de eficientes mecanismos para concretar un envidiable sistema de salud universal para sus ciudadanos.

La Cobertura de Salud Universal (UHC, por sus siglas en inglés) se ubica como uno de los mejores sistemas del mundo, ocupando el puesto 14º en el Índice Global de Acceso a la Salud de la prestigiosa revista The Economist en el año 2017 y 9º en el Índice de Eficiencia de la Salud de Bloomberg Finance del 2018.

Llegando a la cobertura del 99,9% de la población, el National Health Insurance (Seguro Nacional de la Salud) brinda asistencia en todos los servicios médicos que necesita una persona, ofreciendo la prescripción de más de 16 mil medicamentos para diferentes tipos de enfermedades y afecciones.

Taiwán fue parte de los primeros 8 países en emplear el sistema de la Evaluación Externa Conjunta de la OMS en el 2005, herramienta para demostrar la capacidad de la Salud Pública y sus avances en la región del pacífico asiático.

En conjunto con los Estados Unidos, Taiwán se potenció fuertemente en el diagnóstico, prevención y respuesta ante enfermedades como el Chikungunya, Dengue, Ébola, Enterovirus, MERS y el Zika.

Además, Taiwán ha logrado erradicar exitosamente severas enfermedades mortales como la malaria en 1965 y la polio en el 2000.

También en lineamiento con los objetivos de la OMS para el 2025, Taiwán redujo un 30% la prevalencia del consumo del tabaco en la población en los últimos años. Además, aumentó la tasa impositiva para la industria tabacalera a un 63% para generar fondos para el Programa Nacional de Tratamiento de Enfermedades relacionadas al consumo del tabaco.

Taiwán también ofrece completos estudios médicos gratuitos para el cáncer de mama, cervical, colo-rectal, entre otros.

Otro logro bandera del país asiático es la Taiwan Health Cloud (THC), o la Red Nacional de Salud, que es una plataforma basada en las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación) que ofrece situación, historial de pacientes, registros y reúne accesos a lo diferentes servicios del Seguro Médico Nacional.

Antes observadores, ahora nada

En el año 2009 la República de China (Taiwán) fue invitada como país observador para participar de la reunión de la Asamblea Mundial de la Salud. Pero por razones políticas, en el 2017 fueron negados en la calidad admitida y hasta la fecha no pueden asistir a la asamblea como Estado.

Autoridades del Ministerio de Salud Pública y Bienestar de Taiwán explicaron que en el país tienen excelentes y sobresalientes profesionales en medicina y que han sido reconocidos en el mundo por la excelente cobertura universal de la salud.

Atendiendo la política estatal de mirar hacia el Sur del país, Taiwán ya ha capacitado 1.500 doctores de diferentes áreas y los ha adaptado y actualizado al uso de nuevos equipos desarrollados en la isla.

Comentaron además que tienen un servicio de emergencia con equipos de reacción inmediata, que tiene la finalidad de atender a poblaciones afectadas por desastres naturales de gran envergadura.

Se encuentra en pleno funcionamiento un programa que ofrece plazas a médicos de otros países para trabajar y aplicar sus conocimientos en el país. En el 2017 recibieron cerca de 10 mil galenos procedentes del sudeste asiático, mientras que en el 2018 a otros 15 mil.

Taiwán se muestra abierto a compartir con el mundo los logros obtenidos en el campo de la medicina y esperan que la isla no se convierta en un vacío dentro de la red mundial de salud.

Esfuerzos continuarán

Taiwán, como gobierno, anunció que continuará sus esfuerzos para garantizar la salud y el bienestar de sus 23 millones de habitantes y poder contribuir con sus avances con toda la humanidad. Y su intención de ingresar a la OMS permanecerá intacta, principalmente por tener una necesidad particularmente alta en tratamiento de enfermedades.

Un triste y trágico antecedente que utiliza Taiwán como ejemplo es lo ocurrido en el 2003 con la enfermedad conocida como SARS. Miles de ciudadanos murieron innecesariamente por la falta de asistencia de la OMS en cuanto a medicamentos de inmunización y demás conocimientos sobre la lucha contra dicha afección. Finalmente, Taiwán tuvo que desarrollar sus propias vacunas para contrarrestar los efectos de la enfermedad en la población.

El país asiático insta a la comunidad internacional a no permitir más situaciones de esa índole y que comprenda que Taiwán tiene el mismo derecho a participar, en igualdad de condiciones, en el sistema mundial de prevención de enfermedades.

Taiwán se ha transformado de beneficiaria de ayuda extranjera a proveedor de asistencia humanitaria internacional. Ha ayudado activamente a muchas naciones y su experiencia puede servir como referencia.

Lamentablemente, por presiones que ejerce China Continental sobre los principales países miembros de la OMS, Taiwán permanece excluido de sus reuniones y queda fuera de la toma de decisiones fundamentales para el funcionamiento de la salud mundial.

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