Khulna, Bangladés | AFP. Por Sailendra Sil con Peter Hutchison en Puri

El ciclón Fani se debilitó hasta convertirse en una depresión a su entrada en Bangladés este sábado después de dejar un rastro de destrucción en India, aunque parecía haberse evitado un gran desastre humano.

Según la prensa, 12 personas murieron en India y, de acuerdo a la policía, otras 12 en Bangladés, un número considerado pequeño en comparación con la cantidad de víctimas provocadas por otros ciclones, lo que llevó a la ONU a alabar a las autoridades.

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Unas 1,2 millones de personas fueron evacuadas a lugares seguros en el estado indio de Odisha, y 1,6 millones en Bangladés; 36 aldeas bangladesíes se vieron inundadas y 2.000 viviendas destruidas.

"Seis personas murieron al ser alcanzadas por la caída de árboles o el derrumbe de paredes, y otras seis por rayos", dijo a la AFP el funcionario de protección civil bangladesí, Benazir Ahmed.

El ciclón, que llegó a estar acompañado por rachas de viento de 200 km/h, tocó tierra el viernes en la ciudad sagrada de Puri, en India, antes de seguir hacia Bangladés, y fue uno de los más fuertes en el océano Índico en años.

Los vientos se sintieron hasta en el Everest, donde una tienda salió volando del Campo 2, a 6.400 metros de altura.

En la ciudad costera de Banishanta, donde los diques estallaron y unas 250 familias quedaron aisladas durante la noche, la mayoría de las casas estaban semisumergidas bajo el agua y unas pocas chozas de paja habían sido arrastradas.

"Ahora estamos tratando de arreglar la represa, de lo contrario tendremos que pasar la noche afuera", dijo a la AFP el aldeano Sanjay Mondol.

El cuarto en 30 años

El Departamento Meteorológico Indio publicó el sábado en Twitter que Fani se debilitó hasta depresión a su paso por Bangladés, y los vientos bajaron hasta los 70 km/h.

"Estamos amarrando nuestro bote porque es nuestro único medio de ingresos. Solo Alá sabe cuándo podremos volver a pescar", dijo a la AFP Akbar Alí, un pescador, cerca de la ciudad bangladesí de Dacope, mientras luchaba contra las olas para atar su barco a un árbol.

Las fuertes lluvias azotaron durante la noche y el sábado por la mañana al estado indio de Bengala Occidental y a su capital, Kolkata, incluida la zona de manglares de Sundarbans.

"Es un desastre total en las islas de los Sunderbans ya que el ciclón ha destruido todo en su camino, alimentando los temores de que los ríos podrían desbordarse y dejar vastas áreas bajo el agua", dijo Manturam Pakhira, ministro del gobierno de Bengala Occidental.

El responsable de la oficina de catástrofes del estado indio de Odisha, Prabhat Mahapatra, señaló que el balance de víctimas era provisional.

En Puri, ciudad sagrada del hinduismo que atrae a millones de visitantes y peregrinos, se tomaron medidas además para proteger al templo Jagannath, de 850 años de antigüedad.

"Solo en Puri hubo alrededor de 160 heridos. Siguen las tareas de rescate", dijo Mahapatra a la AFP.

"Se puso oscuro y de pronto apenas podíamos ver cinco metros delante de nosotros", dijo un habitante de Puri.

"Ha habido puestos de comida callejeros y carteles de comercios que volaron por los aires", señaló a la AFP un hombre desde un hotel en el que se refugió. "El viento es atronador", agregó.

Fani, que recorrió zonas por las que viven unas 100 millones de personas, fue la cuarta tormenta de este tipo en azotar la costa este de la India en tres décadas.

En 2017, el ciclón Ockhi dejó casi 250 muertos y más de 600 desaparecidos en los estados de Tamil Nadu y Kerala.

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