Paris, Francia | AFP |
Las autoridades francesas temen una movilización "mayor" que la de la semana pasada en toda Francia en el noveno sábado de protestas del movimiento de los "chalecos amarillo", advirtieron el prefecto de policía de París y el jefe de la policía nacional.
En todo el país "prevemos un regreso a un nivel de movilización similar al que se vio antes de las vacaciones de Navidad", señaló el viernes el Director General de la Policía Nacional (DGPN), Éric Morvan, en la radio France Inter.
En la capital, "creemos que la movilización será más importante que el sábado pasado y que los grupos presentes serán más radicales", declaró el prefecto de policía de París, Michel Delpuech, en la cadena de noticias CNews.
El sábado pasado unos 50.000 "chalecos amarillos" salieron a manifestar en toda Francia - de los cuales 3.500 marcharon en París - tras una caída de la movilización registrada durante las fiestas de Fin de Año.
La octava jornada de protestas de este colectivo contra el gobierno, que reúne a franceses de las clases populares y medias, volvió a terminar con episodios de violencia callejera.
"Observamos semana tras semana una tendencia hacia un comportamiento cada vez más violento", de "pequeños grupos", apuntó Delpuech. Según él, estos grupos tienen en la mira los "lugares de poder".
Calmar los ánimos
El prefecto confirmó que se desplegará un importante dispositivo de seguridad el sábado, similar al desplegado a mediados de diciembre, compuesto por 80.000 policías, de los cuales 5.000 estarán en París y 14 vehículos blindados de la gendarmería.
El movimiento de los "chalecos amarillos", llamados así porque usan esa prenda para salir a protestar, empezó como una manifestación contra el alza del precio de los combustibles, pero ha derivado en una revuelta contra las políticas del gobierno del presidente Emmanuel Macron.
Para intentar calmar los ánimos, el mandatario ha anunciado una serie de medidas, incluyendo el aumento de 100 euros del salario mínimo. Pero si bien el número de participantes en las protestas ha caído en las últimas semanas la movilización continúa.
Dejanos tu comentario
Macron anuncia medidas para salir de la crisis de los “chalecos amarillos”
París, Francia | AFP |
Tras dos meses de consultas populares, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, revelará el lunes un paquete de medidas para apagar cinco meses de protestas populares de los "chalecos amarillos".
Macron hablará por televisión el lunes a las 20H00 (18H00 GMT), el horario de máxima audiencia en Francia, para anunciar "medidas concretas" con el objetivo de sofocar la cólera de este movimiento social inédito.
La tarea de tratar de satisfacer las múltiples demandas de este colectivo heterogéneo será delicada para el líder de 41 años de edad, que fue elegido hace dos años con la promesa de cambiar profundamente Francia.
Sus anuncios deben, en principio, traducir las reivindicaciones expresadas por los franceses durante el llamado "gran debate nacional", una consulta popular inédita convocada en enero en la que más de un millón y medio de ciudadanos expresaron sus preocupaciones cotidianas.
Entre las pistas mencionadas por la prensa figuran una rebaja de los impuestos sobre la renta para los sectores de clase media e incrementos en las pensiones más bajas, dos medidas prioritarias desde el punto de vista de más del 80% de los franceses, de acuerdo con una encuesta de la firma Ifop.
Las apuestas son altas para Macron, quien debe encontrar las palabras correctas para resolver la peor crisis de su presidencia, y responder a la cólera de este colectivo, que aunque surgió a raíz del hartazgo fiscal, ahora se ha generalizado a otros aspectos de la sociedad francesa.
"Los cinco años de Macron están en juego", resumía el lunes el diario conservador Le Figaro, para quien el jefe de Estado "no tiene margen de error".
El movimiento de los "chalecos amarillos", que lleva el nombre de las chaquetas fluorescentes de seguridad que usan los manifestantes, nació en noviembre en las zonas rurales y en los pueblos pequeños de Francia contra un aumento del precio de los combustibles, pero rápidamente se convirtió en una rebelión más amplia contra la política social y fiscal de Macron.
En diciembre, en un primer intento para apagar las manifestaciones, el mandatario anunció medidas en favor del bolsillo de los franceses más modestos, incluyendo una subida del salario mínimo de 100 euros, como parte de un paquete que le costará a las arcas públicas hasta 10.000 millones de euros. Pero no fue suficiente para acallar las protestas.
Dejanos tu comentario
Macron promulga controvertida ley antidisturbios en Francia
París, Francia | AFP |
El presidente francés, Emmanuel Macron, promulgó una ley que otorga a la policía mayores prerrogativas para contrarrestar los disturbios en las manifestaciones, en un contexto de crisis por las protestas de los "chalecos amarillos", empañadas en ocasiones por actos violentos.
El proyecto de ley, que fue adoptado en el Parlamento en marzo pese a que algunas asociaciones la consideran liberticida, fue firmada por el mandatario francés y publicada este jueves en el diario oficial.
El ministro del Interior, Christophe Castaner, aplaudió la promulgación de esta ley que "protege a los franceses frente a la inseguridad y a la violencia", según escribió en su cuenta en Twitter.
El Consejo Constitucional francés, el máximo órgano de consulta sobre la constitucionalidad de las leyes francesas, censuró a inicios de mes una de las medidas más emblemáticas de esta ley, que preveía prohibir de forma preventiva la participación en manifestaciones a personas consideradas peligrosas.
“Liberticida”
Inspirada de la ley de prohibición de estadio, este artículo fue tachado de liberticida por asociaciones y miembros de la oposición, que consideraban que violaba el derecho a la libre expresión y de reunión, protegidos por la Constitución.
Pero el Consejo Constitucional sí validó otro dos artículos controvertidos de esta ley: el artículo 2 que autoriza a las autoridades registrar bolsos y vehículos en las manifestaciones y en las zonas aledañas; y el artículo 6 que tipifica como delito el ocultarse el rostro durante protestas, y que puede ser castigado con un año de prisión y una multa de 15.000 euros (17.000 dólares).
Las protestas de los "chalecos amarillos", que manifiestan desde hace cinco meses contra la política social y fiscal del gobierno, se han convertido en el mayor desafío de la presidencia de Macron, un centrista que llegó al poder e 2017 con una ambiciosa agenda reformista.
Varias de las manifestaciones de este colectivo que sale a las calles todos los sábados desde el pasado 17 de noviembre se han visto empañadas por actos violentos, incluyendo saqueos de comercios y quema de vehículos.
Para intentar salir de esta crisis, el presidente convocó en enero un gran debate nacional, una serie de encuentros abiertos en todo el país en el que los franceses pudieron exponer públicamente sus quejas y hacer propuestas.
Se espera que Macron se dirija a la nación en los próximos días para hacer un balance de esta iniciativa inédita de dos meses y formular medidas concretas para apaciguar la cólera social.
Dejanos tu comentario
Gobierno francés estudia recortes fiscales para atajar crisis de “chalecos amarillos”
París, Francia | AFP | por María Elena BUCHELI
Francia debe llevar a cabo recortes fiscales audaces, urgió el primer ministro francés Edouard Philippe, quien presentó este lunes los resultados de una consulta nacional inédita de dos meses destinada a atajar la crisis de los "chalecos amarillos".
"Hay una inmensa exasperación fiscal" entre los franceses, afirmó Edouard Philippe en un discurso retransmitido por televisión, en el que detalló las principales preocupaciones de los 1,5 millones de franceses que participaron en esta consulta nacional a través de internet o reuniones locales.
"Los debates nos indicaron claramente qué camino seguir: debemos bajar los impuestos y bajarlos más rápido", señaló, sin sorpresas, el primer ministro francés, quien no reveló ninguna medida concreta.
Fue justamente la subida de las tasas sobre el carburante que desencadenó la revuelta de los "chalecos amarillos", un movimiento popular que nació en las redes sociales a mediados de noviembre.
Desde entonces, miles de franceses, identificables por sus chalecos fluorescentes, salen cada sábado a protestar en las calles para reclamar una mejora del poder adquisitivo y expresar el hartazgo de las clases populares.
No obstante, a medida que pasan las semanas, este movimiento, que se ha visto salpicado por actos violentos, registra una caída de participación. El sábado pasado, el 21º consecutivo de protestas, 22.000 personas manifestaron en Francia, frente a 282.000 el 17 de noviembre, en su primer día de movilización.
‘Necesidad radical de un cambio’
Este debate, convocado en enero por el presidente Emmanuel Macron para buscar una salida a la peor crisis de su gobierno, dio lugar a 2 millones de contribuciones en línea y más de 10.000 encuentros locales en los que los franceses expusieron sus principales inquietudes y reivindicaciones.
El centrista de 41 años llegó al poder en mayo de 2017 con una agenda proempresarial y ha centrado sus recortes de impuestos hasta ahora en las empresas y en los trabajadores de altos ingresos en un intento de aumentar la inversión y reducir el desempleo.
Francia figura entre los países donde se pagan más impuestos en el mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en París.
Además de la reducción de impuestos, Philippe dijo que los franceses quieren sentirme más implicados en la gestión del país y en la lucha contra el cambio climático.
"Hemos llegado a un punto en el que dudar sería peor que cometer un error, sería una falta", declaró Philippe. "La necesidad de cambio es tan radical que cualquier conservadurismo, cualquier timidez sería imperdonable", agregó.
Miembros de oficina del primer ministro han subrayado las dificultades de escuchar a un país altamente polarizado que parecía estar al borde de una insurrección a mediados de diciembre.
"Hay algunas cosas que saltan a la vista, pero la realidad es que hay grandes disparidades de opinión en la mayoría de los temas", dijo una miembro del círculo del primer ministro a AFP.
Tras este primer balance a manos de Philippe, será Emmanuel Macron el encargado de presentar a mediados de mes las primeras medidas tras una gira de 80 días en todo el país y más de 100 horas de discursos durante reuniones locales.
Luego podría ir enumerando sus decisiones hasta el verano (boreal), incluso en plenas elecciones europeas del 26 de mayo.
No obstante, el mandatario galo tendrá que superar el escepticismo de la opinión pública. Según una encuesta publicada el jueves, el 68% de los franceses estima que sus opiniones no serán tomadas en cuenta y 79% piensa que el gran debate no resolverá la actual crisis política y social que sacude Francia.
Dejanos tu comentario
Un París saqueado por las manifestaciones y otro “salvado”
París, Francia | AFP | por Marie GIFFARD
Un restaurante destrozado en los Campos Elíseos, autos incendiados junto a la Torre Eiffel... París parece un campo de batalla en las imágenes de televisión que dieron la vuelta al mundo, pero hay parisinos que nunca vieron a un "chaleco amarillo".
Las escenas del 16 de marzo en París -lanzamiento de adoquines, quioscos y tiendas incendiadas, saqueos, violencia- dañaron la imagen de Francia, primer país turístico del mundo.
Desde hace 4 meses, los "chalecos amarillos" se manifiestan cada sábado en París y el resto de Francia para protestar contra las políticas del presidente Emmanuel Macron.
A un día de la nueva manifestación, el sábado, los Campos Elíseos han perdido esplendor y los comerciantes están cabizbajos. Los trabajadores tratan de sustituir los cristales rotos del aparador de una gran cadena de dulces, y en las vitrinas de otros ya ni siquiera se retiran las planchas de madera protectoras entre sábados.
"¡Es la tercera vez que cambian los cristales!", espeta, cansado, un camarero de un restaurante.
En la esquina de la avenida George V, un búnker de chapas metálicas protege "Fouquet's", el famoso restaurante saqueado y quemado que estará cerrado varios meses.
Carlos, de 70 años, vive cerca. Los sábados, se las "arregla" para no cruzarse con los manifestantes. "Estoy a favor de las manifestaciones, pero las manifestaciones como deben ser. Estos son matones".
Fortaleza
Unos cientos de metros más abajo, los vecinos viven una rutina diferente desde mediados de noviembre. El barrio del Elíseo, el del palacio presidencial, está acordonado durante cada protesta de los "chalecos amarillos".
Los camiones antidisturbios con verjas de varios metros de altura bloquean completamente la entrada a las calles, prohibiendo el acceso a cualquier vehículo o peatón.
Solo los residentes, a través de una pequeña puerta, pueden ingresar en el perímetro, después de presentar sus documentos.
La zona se ha convertido en una fortaleza bajo asedio. El lugar está "desierto", confirma Anne, de 75 años, que vive en la calle Faubourg-Saint-Honoré, donde está el palacio presidencial del Elíseo. "Estamos acorralados, muy protegidos", sonríe.
El asunto no agrada a todo el mundo. Cerca de la plaza de la Concorde, Maya Jovanovic, empleada de una tienda de ropa, admite estar "un poco harta". "Estamos aquí, pero no trabajamos en absoluto. Antes, el sábado era el día más grande, ahora es el más pequeño, parece que no va a terminar nunca...".
Desde los incidentes del 16 de marzo, el ejecutivo ha prohibido cualquier evento en los Campos Elíseos.
“Bajo presión”
El sábado pasado, privados de la gran avenida que tanto aman, los "chalecos amarillos" fueron a parar a otros lugares turísticos.
Christophe, uno de los propietarios del restaurante Chez Prune, en el canal de Saint Martin, fue testigo de la llegada de una "nube de saltamontes", afirma, en referencia a un grupo de vándalos que pasaron como el viento junto a la policía.
Para él, es más de lo mismo. "Hemos tenido de todo", recuerda, citando "los atentados, el coche de policía incendiado en mayo de 2016".
"Nuestra integridad física no está amenazada, pero es constante y doloroso", lamentó Christophe.
Su colega Hervé Pronier, propietario de la Marine, otro bar-restaurante del canal, se considera "afortunado", porque sólo tuvo que cerrar unas pocas horas algunos sábados. "¿Chalecos amarillos? Aquí no los vemos".
Sin embargo, se mantiene informado del curso de las manifestaciones todos los sábados “porque pueden desbordarse en unos minutos”.