Santiago, Chile | AFP | El canciller chileno, Roberto Ampuero, no viajará con la delegación chilena que asistirá a escuchar el lunes el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre la demanda marítima que presentó Bolivia.
"Consideramos que es más importante estar con el pueblo de Chile", dijo el ministro de Exterior a periodistas chilenos, durante el vuelo que trasladó al presidente Sebastián Piñera desde Nueva York a Washington, donde hoy se reunirá con su par de Estados Unidos, Donald Trump.
La delegación chilena -que originalmente sería encabezada por Ampuero y de la cual ya se había excluido al presidente Piñera- será liderada ahora por el agente Claudio Grossman.
Por el lado boliviano, en cambio, será el propio presidente Evo Morales quien dirija la delegación de su país que escuchará la sentencia de la CIJ.
Los 15 jueces de esa corte deben pronunciarse sobre la demanda presentada por La Paz el 24 de abril de 2013, en la que solicita al tribunal que declare que "Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia para alcanzar un acuerdo que le garantice un acceso plenamente soberano al Océano Pacífico".
Chile rechaza esa demanda, por considerar que debe imperar el derecho internacional que regula los tratados, como el que en 1904 firmaron ambos países. En ese acuerdo, Bolivia perdió 120.000 km2 de territorio -incluyendo 400 km de costa-, tras la Guerra del Pacífico (1879-1883) que libró contra Chile, con el apoyo de Perú.
© Agence France-Presse
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Bolivia: dos candidatos presidenciales de derecha lideran encuestas
Dos candidatos opositores al gobierno izquierdista de Bolivia, que está muy cerca de perder el poder después de casi 20 años, lideran las encuestas publicadas este domingo, las últimas autorizadas antes de las elecciones presidenciales del 17 de agosto. El empresario de centroderecha Samuel Doria Medina, que postula por la Alianza Unidad, está a la cabeza de los sondeos de Ipsos-Ciesmori y Captura Consulting, con un 21,2% y 21,6%, respectivamente.
Le sigue de muy cerca el expresidente de derecha Jorge Quiroga, de la coalición Libre, que figura con 20% en ambos estudios. De confirmarse la tendencia el próximo domingo en la elección, los dos candidatos disputarán un balotaje el 19 de octubre. Desde 2005, el izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), de la mano de Evo Morales durante tres mandatos (2006-2019) y luego de Luis Arce (2020-2025), ganó todas sus elecciones en primera vuelta.
El MAS ve por primera vez amenazada su continuidad en una elección, en momentos que Bolivia atraviesa una grave crisis económica derivada de la escasez de dólares y que se ha convertido en la principal preocupación de los bolivianos en los últimos meses. El gobierno de Arce casi ha agotado sus reservas internacionales de divisas para sostener una política de subsidios. Importa combustibles para distribuirlos a precio menor en el mercado interno.
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La inflación interanual llegó en julio a un 24,8%, la cifra más alta por lo menos desde 2008. La situación ha castigado al MAS en las encuestas. Su candidato, el exministro de gobierno Eduardo del Castillo, aparece en el séptimo lugar entre nueve candidatos. La principal carta de la izquierda es el presidente del Senado Andrónico Rodríguez, un sindicalista cocalero alejado del oficialismo. Pero Captura Consulting lo coloca en el cuarto lugar (7,2%), mientras que Ipsos-Ciesmori en el quinto (5,5%).
Un fallo judicial que solo permite una única reelección presidencial dejó fuera de la carrera al expresidente Evo Morales, que aspiraba a un cuarto mandato. Morales ahora impulsa una campaña por el voto nulo, que según Ipsos-Ciesmori alcanza a un 14,6% del electorado. Desde octubre se resguarda en la zona cocalera del Chapare, en el centro de Bolivia, de una orden de captura por un caso de trata de menor que él niega.
Fuente: AFP.
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Candidato de derecha anuncia “cambio radical” para Bolivia
El candidato de derecha para las elecciones presidenciales del 17 de agosto en Bolivia, y uno de los favoritos, Jorge Quiroga, anunció ayer jueves un “cambio radical” para el país para poner fin a 20 años de gobiernos de izquierda, en declaraciones a la AFP. El que fue presidente de Bolivia entre 2001 y 2002 aseguró que impulsará “un cambio sísmico en Bolivia, el fin de un ciclo nefasto de lo que ha sido el Movimiento Al Socialismo”, el partido en el poder.
Quiroga, 65 años, figura en segundo lugar en las encuestas de intención de voto detrás del empresario de centroderecha Samuel Doria Medina. Los candidatos de izquierda, el presidente del Senado Andrónico Rodríguez y el exministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, se encuentran muy rezagados. Durante una caminata en La Paz, acompañado por varias decenas de sus seguidores, Quiroga insistió a la AFP en que tras los comicios habrá “un cambio radical (para) recuperar los 20 años perdidos”, en referencia a los gobiernos de Evo Morales (2006-2019) y de Luis Arce, en el poder desde 2020.
Consultado sobre si sus propuestas implicarían medidas de “shock” que podrían generar conflictos sociales, respondió que Bolivia ya vive una situación crítica por la crisis económica. En julio, Bolivia registró una inflación interanual de 25,8 %, la más alta desde 2008. A esto se añade una persistente escasez de combustibles, alimentos y dólares que han exacerbado el malestar ciudadano.
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Ingeniero de profesión, Quiroga era vicepresidente cuando asumió la presidencia de Bolivia en 2001 en reemplazo de Hugo Banzer, quien enfermó de cáncer y renunció. Fue sucedido por el empresario de derecha Gonzalo Sánchez de Lozada tras las elecciones de 2002. Banzer había gobernado de facto a Bolivia entre 1971 y 1978.
Quiroga adelantó que si gana la presidencia promoverá un “cambio de todas las leyes” con el fin de atraer inversión extranjera y firmar acuerdos de libre comercio con todas las naciones, aunque expresó dudas respecto a Estados Unidos debido a las políticas arancelarias del presidente Donald Trump. En lo político llamó a “dejar de estar sumisamente alineados a las tres tiranías trogloditas totalitarias regionales de Venezuela, Cuba y Nicaragua”. Morales y Arce han sido estrechos aliados de los gobiernos de Caracas, La Habana y Managua.
Fuente: AFP.
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Con 384 atletas, México lidera participación en Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025
La cuenta regresiva comenzó y Paraguay se prepara para recibir a más de 4.200 jóvenes atletas de 41 países en la segunda edición de los Juegos Panamericanos Junior.
En esta cita deportiva, que se celebrará del 9 al 23 de agosto en Asunción, San Bernardino, Encarnación y San Juan del Paraná, México encabeza la delegación más numerosa con 384 atletas, seguido por Brasil (362), Argentina (339), Paraguay (318), Chile (282) y Cuba (231).
El evento, que reúne a competidores de entre 14 y 22 años, no solo pone a prueba el talento emergente del continente, sino que también consolida el rol de Paraguay como sede de eventos internacionales.
Desde esta semana, el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi refleja el clima de entusiasmo: delegaciones, entrenadores y dirigentes ya comienzan a llegar, transformando al país en epicentro del deporte juvenil panamericano.
Paraguay, anfitrión
Con 318 atletas y un equipo compuesto por 72 miembros del staff y 50 profesionales de apoyo técnico, Paraguay encara esta edición con el objetivo de conquistar al menos 20 medallas y proyectar su trabajo de base en el desarrollo deportivo.
“Este será mi desfile número 22. Cada uno es especial, pero este, en casa, tiene un valor único”, expresó emocionado Bruno Zubizarreta, jefe de misión, en diálogo con Paraguay TV.
Rocío Rivarola, directora deportiva del Comité Olímpico Paraguayo, subrayó el carácter simbólico del evento. “Pedimos a la ciudadanía que agende del 9 al 23 de agosto para alentar a nuestros atletas. Es una oportunidad histórica para todos”, remarcó.
Paraguay deposita su mayor apuesta en disciplinas como remo (con Nicole Martínez como figura destacada), squash (Fiorella Gatti), balonmano femenino, vóley de playa, atletismo y baloncesto 3x3, respaldados por una preparación intensa que incluyó 14 campamentos de entrenamiento en Asunción, varios de ellos con participación internacional.
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Mucho más que una competencia
Los Juegos Panamericanos Junior no solo se viven en las canchas. El evento deja también un legado económico, social y cultural: dinamiza el turismo, genera empleo, activa sectores vinculados a la hospitalidad, la logística, el transporte y la infraestructura.
A nivel país, representa una prueba de fuego para demostrar capacidad organizativa y proyección internacional.
Escenarios deportivos renovados, ciudades anfitrionas listas para recibir con hospitalidad y una ciudadanía movilizada completan el marco de esta fiesta del deporte continental.
ASU2025 en cifras
Las 6 delegaciones más numerosas son México con 384 atletas; Brasil 362 atletas; Argentina 339; Paraguay 318; Chile 282 atletas; Cuba 231.
La cita es desde el 9 al 23 de agosto y son 4 las sedes, Asunción, San Bernardino, Encarnación, San Juan del Paraná.
Son más de 4.200 atletas, de 41 países, de 14 a 22 años. Los mismos competirán en atletismo, natación, ciclismo, baloncesto 3x3 y 5x5, hockey, rugby, golf, esquí acuático.
Los 4 ejes son desarrollo deportivo, integración regional, promoción cultural y posicionamiento internacional.
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Bolivia: ¿adiós al MAS o recomposición del progresismo?
- Por Juan Carlos Dos Santos G.
- Columnista
- juancarlos.dossantos@nacionmedia.com
Las elecciones generales del próximo 17 de agosto podrían marcar un punto de inflexión en la historia política reciente de Bolivia. Tras casi dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS), primero bajo el liderazgo indiscutido de Evo Morales y luego bajo el mandato de Luis Arce, el oficialismo llega fragmentado, golpeado y sin una figura dominante. Las encuestas más recientes reflejan un escenario abierto, donde la derecha y el centro parecen tener ventaja, pero donde la izquierda aún mantiene una base electoral significativa que no puede ser subestimada.
De buenas a primera, el mapa político boliviano de 2025 sugiere una posible alternancia de poder. Samuel Doria Medina y Jorge “Tuto” Quiroga, ambos exponentes de distintas variantes de la centroderecha, lideran las encuestas de intención de voto con cifras que oscilan entre el 20 y el 25 %, dependiendo del estudio. Ninguno supera el umbral del 40 % que evitaría una segunda vuelta, pero ambos encabezan la lista en un electorado que se muestra cada vez más indeciso y exigente.
En contraste, el MAS postula a Andrónico Rodríguez, una figura joven, carismática y con orígenes sindicales, pero que enfrenta el desgaste de su partido y el sabotaje interno del ala leal a Evo Morales. La estrategia de Morales de promover el voto nulo y cuestionar la legitimidad de la candidatura de Andrónico no solo fractura al oficialismo, sino que debilita su competitividad en un escenario que ya era complejo. No obstante, el MAS conserva aún un piso electoral sólido, sobre todo en áreas rurales y sectores populares que valoran los logros de los primeros años del proceso de cambio.
Lo interesante del escenario boliviano es que, a diferencia de otros países de la región, la división entre izquierda y derecha no es suficiente para explicar el comportamiento electoral. La fatiga del modelo aplicado por Evo Morales, las denuncias de corrupción, la crisis económica y los escándalos de narcotráfico han erosionado la imagen del oficialismo, pero la oposición tampoco goza de un voto entusiasta. Ni Doria Medina ni Quiroga encarnan una renovación profunda; son más bien representantes del “antimasismo” que buscan canalizar el hartazgo sin ofrecer un proyecto transformador claro.
La gran protagonista de estas elecciones puede ser la segunda vuelta. Todo apunta a un balotaje entre un candidato de centroderecha y otro del MAS o del progresismo, lo que obligará a recomponer alianzas, seducir a los indecisos y evitar una polarización tóxica. Aún si Andrónico no lidera la primera vuelta, su capacidad de captar el voto antiderecha en un balotaje podría reconfigurar el tablero.
Entonces, ¿estamos ante el fin del ciclo progresista en Bolivia? No necesariamente. Más bien, podríamos estar presenciando una reconfiguración del espacio de izquierda, que aún cuenta con adhesión estructural, pero necesita nuevos liderazgos, narrativas y una autocrítica profunda. Del mismo modo, la derecha boliviana enfrenta el reto de ganar sin repetir el elitismo ni la exclusión que caracterizó sus años previos al auge del MAS.
Bolivia llega a estas elecciones como un país cansado, polarizado, pero no resignado. Y eso es una buena noticia para la democracia: porque el futuro aún está en disputa.