Naciones Unidas, Estados Unidos | AFP

Dos bombardeos aéreos de la coalición dirigida por Arabia Saudita en Yemen dejaron al menos 26 niños muertos, afirmaron altos funcionarios de la ONU el viernes, que convocaron a la realización de una investigación independiente de los ataques contra civiles desde el estallido de la guerra, hace tres años.

Al menos 22 niños y cuatro mujeres murieron en un ataque aéreo el jueves mientras huían de las zonas de combate en Yemen, dijo este viernes el subsecretario general de Naciones Unidas para asuntos humanitarios, Mark Lowcock.

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Otros cuatro niños murieron también el jueves en un bombardeo separado, denunció igualmente Lowcock. Ambos ocurrieron en la región de Al Durayhimi, al sur de la ciudad rebelde de Hodeida.

"Esta es la segunda vez en dos semanas que un ataque aéreo de la coalición liderada por Arabia Saudita provoca decenas de bajas civiles", señaló Lowcock en un comunicado.

Un ataque contra un autobús en el bastión rebelde de Saada el 9 de agosto mató a 51 personas, entre ellas 40 niños, lo que llevó al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a pedir una investigación "imparcial, independiente y rápida".

Lowcock se hizo eco del llamado de Guterres y dijo que "aquellos con influencia" sobre los bandos enfrentados deben garantizar que los civiles estén protegidos.

La agencia de noticias Saba, dirigida por los rebeldes, dijo, en referencia a los ataques aéreos del jueves, que un autobús y una casa fueron golpeados, pero los Emiratos Árabes Unidos (EAU), un socio clave en la coalición, culpó a los rebeldes hutíes por la violencia.

Al Durayhimi ha sido por dos semanas escenario de enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas progubernamentales.

"Tenía la esperanza de que la indignación que siguió al ataque de Saada en Yemen hace dos semanas sería un punto de inflexión en el conflicto. Los ataques de ayer en Al Durayhimi, que mataron a 26 niños, indican que no fue así", dijo Henrietta Fore, directora de UNICEF, la agencia de la ONU para la infancia.

Crímenes encubiertos

La coalición ha anunciado que investigará el ataque del autobús del 9 de agosto, que generó una fuerte condena internacional, pero los grupos de derechos humanos insisten en que cualquier investigación debe ser imparcial.

En un informe de 90 páginas, Human Rights Watch dijo que la coalición no había investigado adecuadamente las acusaciones de crímenes de guerra derivadas de ataques contra objetivos civiles.

La directora de HRW en Oriente Medio, Sarah Leah Whitson, sostuvo que los investigadores de la coalición "estaban haciendo poco más que encubrir crímenes de guerra".

La Unión Europea instó a las partes beligerantes a "priorizar la protección de civiles en todos los casos" tras los ataques en Al Durayhimi e hizo hincapié en la necesidad de poner fin a la guerra, según un comunicado del portavoz de Asuntos Exteriores de la UE.

Las conversaciones, mediadas por la ONU, entre el gobierno de Yemen y los hutíes se abrirán en Ginebra el 6 de septiembre, un primer paso para reanudar las negociaciones de paz que se rompieron hace dos años.

El Consejo de Seguridad ha pedido una investigación "creíble" del ataque al autobús, pero no demandó una investigación independiente.

Tres de los cinco miembros permanentes del Consejo -Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos- apoyan a la coalición en su campaña militar; el miembro no permanente Kuwait es parte de la coalición.

Liderada por Arabia Saudita, la coalición lanzó su campaña militar en Yemen en 2015 para hacer retroceder a los hutíes que aún controlan la capital, Saná, y devolver al poder al presidente Abd Rabo Mansur Hadi.

La guerra ha dejado casi 10.000 muertos y desató lo que las Naciones Unidas describen como la peor crisis humanitaria del mundo.

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