Tokio, Japón | AFP.

El emperador Akihito expresó el miércoles un "profundo remordimiento" por la actuación de su país durante la Segunda Guerra Mundial al conmemorar el 73º aniversario de la capitulación de Japón en 1945.

"Reflexionando sobre nuestro pasado y teniendo en cuenta los sentimientos de profundo remordimiento, espero fervientemente que los estragos de la guerra nunca se repitan", dijo el monarca de 84 años, ante 6.000 personas en sala Nippon Bukoan, en el centro de Tokio.

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Esta fue la última participación en esta ceremonia del emperador que debe abdicar en abril de 2019 y ser remplazado por su hijo Naruhito, mediante una ley especial que le permite acceder al trono antes del fallecimiento de su padre.

Akihito, hijo de Hirohito, emperador de Japón durante la guerra que anunció la capitulación el 15 de agosto de 1945, empleó la expresión "profundo remordimiento" por primera vez en 2015 y desde entonces la ha repetido en cada conmemoración.

Previamente, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ofreció este miércoles una ofrenda en el controvertido santuario Yasukuni de Tokio, pero no lo visitó personalmente.

Shinzo Abe envió en su lugar a un asistente, manteniéndose de nuevo apartado de este santuario que homenajea a los caídos por la patria, entre los que se encuentran criminales de guerra condenados.

La decisión de Abe llega en un momento en el que mandatario intenta mejorar los lazos con China, pues sus visitas y las de otros políticos japoneses al lugar han causado el malestar de Pekín y de otros vecinos asiáticos en el pasado.

El santuario privado de Yasukuni rinde homenaje a unos 2,5 millones de soldados y otras personas que trabajaron para el ejército muertos por el Imperio Japonés desde inicios de la era Meiji (1868) hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

No obstante, desde 1978 también están inscritos en sus registros los nombres de japoneses condenados por crímenes de guerra por los Aliados tras la rendición a la que se vio obligado Japón tras los bombardeos atómicos de Estados Unidos sobre Hiroshima (6 de agosto) y Nagasaki (9 de agosto), que dejaron más de 210.000 muertos.

Esto lo convierte en objeto de críticas por parte de países que sufrieron el colonialismo y agresiones japonesas en la primera mitad del siglo XX, como China y las dos Coreas.

"Por favor, recen por las almas de los muertos. Siento no poder acudir en persona", dijo el asistente Masahiko Shibayama, citando a Abe.

El primer ministro japonés hablará más tarde este miércoles, en una ceremonia en el estadio de Tokio con motivo del aniversario del fin de la guerra.

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