Montreal, Canadá | AFP

Cuatro personas, incluidos dos policías, murieron y un sospechoso fue arrestado el viernes luego de un tiroteo en la ciudad de Fredericton, al este de Canadá, en momentos en que crece la preocupación por el recrudecimiento de la violencia en el país.

Hasta el medio día no había ninguna información sobre las motivaciones del tirador, que quedó gravemente herido, según la policía.

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"En este momento, podemos confirmar que tenemos un sospechoso detenido" y que "de las cuatro personas asesinadas en el tiroteo de la mañana en Brookside Drive, dos eran oficiales de policía de Fredericton", dijo la policía en un mensaje.

El detenido habría disparado en dirección al patio de un departamento en un pequeño edificio según los testigos. Varios de ellos aseguran haber escuchado unos quince disparos en total.

La policía local tiene previsto dar una conferencia de prensa en el correr de la tarde.

El barrio de Brookside, cerca del centro de la ciudad de unos 60.000 habitantes situada en Nouveau-Brunswick (este), estuvo cercado durante varias horas después del tiroteo ocurrido a las 07H00 de la mañana (10H00 GMT), según testigos. El perímetro de seguridad fue levantado al medio día.

Durante varias horas, la policía del barrio pidió a la población quedarse en casa y confinó a los clientes dentro de comercios.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, reaccionó de inmediato ante esta "terrible noticia".

"Mis sentimientos están con todos los que han sido afectados por el tiroteo esta mañana. Seguiremos la situación muy de cerca", escribió en Twitter.

“Como en una película”

"Escuché lo que pensé que eran niños jugando con petardos. Dos disparos, tres disparos, luego tres o cuatro... Era surrealista, como en una película", narró a Radio-Canada Pierre Huard, un residente del vecindario.

Una veintena de niños de entre 2 y 7 años fueron confinados en sus guarderías, dijo a CBC Rachel Le Blanc, otra testigo y directora del lugar.

"No tienen idea de lo que está pasando, lo cual es muy bueno", dijo. "Muchos padres llamaron, estaban muy asustados, se tranquilizaron."

La provincia de Nouveau-Brunswick, en el este del país, había vivido antes un tiroteo mortal en junio de 2014.

Tres elementos de la Real Policía Montada de Canadá fueron abatidos en plena calle en Moncton, la ciudad principal de Nouveau-Brunswick, por un hombre que abrió fuego contra ellos.

El asesino fue condenado a 75 años de prisión, la sentencia más dura impuesta a una persona en la historia reciente de Canadá.

Más recientemente, el 22 de julio pasado, un hombre abrió fuego en una calle de Toronto y provocó la muerte de una joven de 18 años y de una niña de 10, hiriendo a otras 13 personas.

El tiroteo fue reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI), pero la policía afirmó que no tenía pruebas que apoyaran esa reivindicación.

Esta serie de tiroteos podría reavivar el debate sobre el control de armas de fuego en Canadá.

En marzo, el gobierno de Trudeau endureció las condiciones para poseer un arma de fuego argumentando el aumento de delitos violentos, pero sin atreverse a crear un sistema de registro nacional de armas obligatorio.

Preguntado por los medios, el ministro federal de Seguridad Pública, Ralph Goodale, reconoció que "la violencia por armas de fuego se incrementó desde hace cinco años".

Hay que fortalecer la legislación para "abordar específicamente este objetivo, mejorando nuestra ley de armas y desbloqueando nuevas inversiones para ayudar a las provincias y municipios a lidiar con esto", agregó.

“En nombre de todos los habitantes de Nouveau-Brunswick ofrezco mis condolencias, mis pensamientos y mis oraciones por las víctimas y sus familiares”, tuiteó por su parte el primer ministro de la provincia, Brian Gallant.

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