Brasilia, Brasil | AFP |

Brasil registró un déficit primario del sector público consolidado de 14.224 millones de reales (USD 3.898 millones) en el primer semestre de 2018, equivalente al 0,43% del PIB, frente a un rojo de 1,09% del PIB en el mismo periodo de 2017, informó el lunes el Banco Central (BCB).

El déficit de enero a junio es el menor desde 2015 para ese periodo.

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El déficit primario es la diferencia entre la recaudación y los gastos del gobierno federal, los estados, los municipios y las empresas estatales, previo al pagos de los intereses de la deuda pública.

El déficit de enero a junio se explica por el rojo de 28.718 millones de reales en las cuentas del gobierno central (Tesoro y previsión social) y de 1.080 millones de reales en las empresas estatales, compensados por un superávit de 13.214 millones de reales en los balances de los estados y municipios.

Brasil cerró 2017 con un déficit primario de 110.583 millones de reales (34.638 millones de dólares, al cambio promedio de ese año), equivalente al 1,69% del PIB, uno de los peores resultados de la serie histórica, consecuencia de la severa recesión del país en 2015 y 2016. En 2016, el déficit había llegado al 2,49% del PIB.

Para este año, con la expectativa del BC de que la principal economía latinoamericana crezca un tímido 1,6%, la meta del gobierno es contener el déficit en 161.300 millones de reales.

Los datos ofrecidos por el BCB también revelan que la deuda bruta (descontando los activos como las reservas internacionales) subió a 5,1 billones de reales (USD 1,39 billones), un 77,2% del PIB, una décima más que en mayo.

En diciembre de 2017, la deuda bruta equivalía al 74% del PIB.

Según el economista jefe de la banca de inversión Goldman Sachs, en Nueva York, la situación fiscal del sector público brasileño "sigue siendo muy débil, a pesar del esfuerzo del gobierno por contener el gasto discrecional y la reducción significativa de la inversión pública".

"Un ajuste fiscal estructural profundo, permanente y amplio sigue figurando en el centro de la agenda política para restaurar los equilibrios internos y externos", agregó.

El gobierno de Michel Temer consiguió aprobar un bloqueo de los gastos públicos por dos décadas, flexibilizar la legislación laboral e iniciar un programa de privatizaciones, pero tuvo que abandonar la reforma del sistema de jubilaciones, considerada por los mercados como la principal para sanear las cuentas públicas.

El impulso reformista se debilitó en el último año, con denuncias de corrupción contra el mandatario y la aproximación de las elecciones generales de octubre próximo, que se presentan como las más inciertas de la historia moderna de Brasil.

Etiquetas: #Brasil

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