Fouilloy, Francia | AFP.
Varios miles de australianos se reunieron en la madrugada del miércoles en el norte de Francia para conmemorar el centenario de la victoria de Villers-Bretonneux, que impidió que los alemanes avanzaran hacia el oeste durante la Primera Guerra Mundial.
El 25 de abril de 1918, al alba, los soldados australianos, asistidos por unidades británicas, penetraron las líneas alemanas en la pequeña ciudad de 4.000 habitantes.
Unas 8.000 personas asistieron a la ceremonia organizada en el Memorial australiano de la Gran Guerra en Fouilloy, en el lugar donde tuvo lugar la batalla, en presencia de los primeros ministros de Francia y de Australia, y del príncipe Carlos, en representación de la corona británica.
“No olvidemos nunca a Australia”, urgió en francés el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, cuya esposa perdió a su tío abuelo, muerto a los 26 años por un disparo de obús. “Somos camaradas, hermanos de armas como (...) hoy por la libertad”, declaró.
En los muros del Memorial, iluminados de azul y luego de amarillo al amanecer, están inscritos 11.000 nombres de australianos muertos en el conflicto. Está junto a un cementerio militar donde descansan otros 2.000 soldados.
Gay Donovan, una australiana de 65 años casada con un británico, vino a conmemorar la memoria de su tío bisabuelo James Black, que murió en esta batalla hace 100 años. “Su nombre está inscrito en este muro, pero nunca se encontró su cuerpo”, suspira.
Los cuerpos hallados no fueron repatriados a Australia, señala el administrador del museo franco-australiano, Yves Taté, por lo que considera esencial acoger a las familias que han “viajado para concretizar su deber de memoria”.
Antes de Villers-Bretonneux, los australianos junto a los neozelandeses lanzaron la batalla de Galípoli en Turquía el 25 de abril de 1915. Esta derrota fue considerada como un “bautizo de fuego” para el ejército australiano.
Tres años después, los australianos tomaron Villers-Bretonneux, una victoria que detuvo el avance de los alemanes que se dirigían hacia la ciudad francesa de Amiens, un punto logístico de gran importancia para los aliados.
Ambas batallas marcaron la emergencia de Australia como una nación, independiente del Imperio británico desde 1901.
Unos 2.400 australianos murieron en la batalla de Villers-Bretonneux.