La figura de garantía gana terreno frente al préstamo tradicional, desplazando levemente a la hipoteca. Las operaciones están en pleno crecimiento año tras año, aunque los niveles son todavía bajos, según especialistas. El rubro tiene todavía desafíos por superar, principalmente la falta de información.

El negocio fiduciario avanzó bastante en los últimos años en Paraguay, y hoy por hoy, hay más confiabilidad en el mercado, ya que se uti­liza más. Las instituciones financieras que no están habilitadas para ser fidu­ciarias están participando en otra figura, como fidei­comitente o beneficiario, que hace al negocio, según afirmó el gerente de Nego­cios Fiduciarios del Banco Nacional de Fomento (BNF), Víctor Dejesús.

En el mercado existen varios tipos de fideicomisos, y lo que más se utiliza es la figura de fiducia de garantía. “Lo que se ve, es que se está reemplazando levemente la hipoteca por la fiducia de garantía, por la mayor con­fianza de la gente, así como hacia la administración profesional de los bancos y financieras”, agregó.

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El negocio está compuesto por tres elementos, el pri­mero es el fideicomitente, que es el que estructura el negocio, el que necesita de capital. El prestatario que pide al banco esperará a que la entidad exija una garan­tía, de acuerdo al monto del préstamo, en donde, en vez de usar la figura tradicio­nal que es la hipoteca o la prenda, garantiza el préstamo a través de otra figura llamada fiduciario.

El banco en este caso se llama beneficiario, ya que la garantía se va a estruc­turar a su favor, y si el pres­tatario (fideicomitente) no paga, se venderá para cubrir la deuda. El que adminis­trará la garantía se llama fiduciario, que solo pue­den ser bancos o financie­ras habilitados, así como sociedades anónimas que se encarguen, controladas por la Superintendencia de Bancos del Banco Cen­tral del Paraguay.

“Este negocio o sistema beneficia tanto al presta­mista como al prestatario, en esta relación de prés­tamo de dinero, ya que en caso de mora o falta de pago, no hará falta acudir al tribu­nal para ejecutar la garan­tía, ya que esa propiedad o bien que garantiza el crédito se transfiere al fiduciario”, dijo el especialista del BNF.

Explicó que en el registro figura el nombre del fidu­ciario, en donde ya sale de la propiedad del presta­tario y no entra en la pro­piedad del prestamista; es decir, ni es del banco que prestó el dinero y ya deja de ser del que obtuvo el prés­tamo. “Aquí el fiduciario vende la propiedad a pre­cio de mercado, y no a valor remate”, especificó.

Por otro lado, Dejesús aña­dió que en cuanto al fidei­comiso inmobiliario, el dinero para la construc­ción de un edificio depar­tamento se le pasa al fidu­ciario, para administrar el fondo, asegurando la fina­lidad de la obra, ya que el terreno en donde se reali­zará la construcción tam­bién pasa al fideicomiso. “Aquí no puede ser embar­gable por los otros acree­dores que pueda tener el desarrollador del empren­dimiento. Entonces, el que compra el departamento está asegurado que se le va a entregar”, acotó.

En cuanto al desafío, el fun­cionario del BNF mencionó que todavía hay falta de conocimiento en el público, así como falta de conoci­miento de los fiduciarios. “Si uno va al banco y pide un crédito, preguntando sobre la garantía que se necesita, y si ese funcionario que le atiende no está muy com­penetrado en la figura del fideicomiso, no dará la información adecuada, solo hablará de la hipoteca. Necesitamos mayor difu­sión de la figura, tanto en los funcionarios, como en el público que se va a bene­ficiar de esta figura”, dijo.

Por su parte, el consultor internacional y experto en el negocio fiduciaria, Stan Canova, explicó que el negocio sigue creciendo en nuestro mercado. De los tipos de fideicomisos, que son el de garantía, inmobi­liario, de administración, titularización y de inver­sión, el de garantía el que representa más del 90% de la cartera total, seguido por el de administración.

Los fiduciarios (quienes tie­nen la responsabilidad de gestionar los activos pues­tos en el patrimonio autó­nomo, el cual es la garan­tía para los beneficiarios) son 10 actualmente, que son todos bancos o financieras excepto la AFD, el cual es banca de 2do. piso.

“Se usa más el fideicomiso de garantía como alternativa a la hipoteca donde, si bien el objeto es el mismo (garanti­zar un crédito con un bien), la diferencia radica que el toma­dor del crédito ya transfiere el bien a garantizar al fideico­miso, el cual lo devuelve “si paga todo su crédito”, caso contrario es transferido a quien dio el crédito”, especi­ficó el especialista.

La tendencia es seguir usando el fideicomiso de garantía de parte de los entes prestadores de dinero como elemento de mitigación de riesgos, dijo. “Sobre los demás tipos de fideicomisos como el de administración y el inmobiliario o el de titula­rización (usado en la bolsa) dependerá más del conoci­miento que posibles usua­rios tengan de la figura que se conoce poco, y de aceptar los costos importantes que posee esta figura por su nivel técnico”, argumentó.

El desafío creo que radica en hacer conocer más esta figura desde la banca cen­tral y desde la academia y, por otro lado, que el sec­tor empresarial/inversor entienda la justificación de costes que representa un fideicomiso, dijo el empre­sario. “Por otro lado, no quiero olvidarme de que los administradores de la Jus­ticia (los magistrados) que deben también conocer a profundidad de esta figura, dado que por si hay casos de litigios por mala interpreta­ción o malos contratos fidu­ciarios (con sesgos y falta de taxatividad)”, puntualizó.

DATOS

De acuerdo a los últimos datos del Banco Central del Paraguay (BCP), se regis­traron 1.643 operaciones de fideicomisos a junio del 2019, lo cual es 15% más que lo operado a diciembre del 2018. En tanto, al cierre del ejercicio del 2018 este negocio creció 20%, mien­tras que en el 2017, 31% y 41% en el 2016.

FIDEICOMISO PARA LA EXCELENCIA DE EDUCACIÓN

El Estado creo el Fonacide que es un fideicomiso con fondos por cesión de energía de la Itaipú.

Fideicomiso de Administración y Pagos Fondo para la Excelen­cia de la Educación y la Investigación fue creado según Ley N° 4758/2012 “Que crea el Fonacide y el Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación”, y reglamentado por el Decreto N° 739 “Por el cual se reglamenta el funcionamiento del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación”.

“El Fonacide fue creado para asignar en forma racional y eficiente los ingresos que el país recibe en concepto de compensación por la cesión de la energía de la entidad binacional Itaipú al Brasil y refleja las prioridades de la política de desarrollo de largo plazo, como son la educación y la investigación científica, la inversión en infraestructura, la salud y el crédito. Se asegura que los recur­sos sean destinados única y exclusivamente a inversiones en capi­tal físico y capital humano”, señala la presentación de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD).

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