El casco histórico de la madre de ciudades perdió su vigor y sus áreas verdes originales, dando lugar a islas de cemento y a espacios cada vez menos amigables con los peatones, como ocurrió con la Plaza de la Democracia. Hoy, la ciudadanía pide recobrar el emblemático sitio.

La capital enfrenta el paso del tiempo con desola­ción y una dura deca­dencia de sus monumentos históricos. Desde 1990, el 15% de las manzanas adyacentes está deshabitada. El microcen­tro se convirtió en un lugar de paso, por la mañana y parte de la tarde está copado por pobla­dores del Área Metropolitana y más allá que llegan para traba­jar; mientras que por la noche y los fines de semana queda aban­donado e inhóspito. Así, cual­quier daño que sufra no puede ser reclamado, ya que los visi­tantes no tienen arraigo ni res­ponsabilidad sobre el lugar.

A diferencia de capitales de países europeos, que limitan la circulación de vehículos den­tro de sus cascos históricos, en Asunción es una utopía darle su lugar al peatón, que sufre con 41 grados celsius en una ciu­dad donde no solo la polución sonora, visual y ambiental son sus enemigos, sino también el cemento, hormigón y asfalto que van ganando lugar frente a las áreas verdes.

Los espacios verdes son prácticamente nulos.FOTO:PÁNFILO LEGUIZAMÓN

Un claro ejemplo es la suerte que corrió la Plaza de la Demo­cracia, que se convirtió en un cuadrilátero de cemento y hormigón, dejando atrás sus árboles y espacios verdes. Hoy, Asunción clama recuperar la frescura de esta icónica plaza.

DE LOS HÉROES

Históricamente, las cuatro plazas, O’Leary, Independen­cia, De la Democracia, De los Héroes, tenían un solo nom­bre: De Los Héroes. Las mis­mas configuran un espa­cio libre despejado detrás del célebre Mercado Guasu, que estaba ubicado sobre la calle Palma, en la manzana que hoy corresponde a la plaza O’Leary, cuenta el arquitecto e historia­dor Jorge Rubiani, quien fuera presidente de la Junta Muni­cipal de Asunción entre 1992 y 1993.

Vista del proyecto para recobrar el espacio verde.FOTO: GENTILEZA

“El conjunto de las cuatro pla­zas, por ley de la Nación, llevan el nombre De los Héroes, por eso tuvieron un equipamiento uniforme de caminería. Des­pués, porque el Panteón estaba en una de las plazas, le llama­ron a esa De los Héroes; a la que estaba frente al Cine Vic­toria, en cuyo centro se instaló un monumento que ni siquiera es de ‘La libertad’, sino que es la obra ‘La razón y la fuerza’ del escultor argentino de ape­llido Carli, la gente llamó Plaza de la Independencia”, refiere Rubiani.

MERCADO GUASU

Cuando el Mercado Guasu se demuele en 1920, porque con­centraba alta población y moles­taba la funcionalidad de la ciu­dad, se instala en el patio trasero, actual Plaza de la Democracia, uno provisorio. Originalmente, el espacio era estacionamiento de los burros y sus árganas, que se encargaban de transportar a las mercaderas, más tarde cono­cidas como “placeras” al despla­zarse a las calles.

El mercado provisorio se ubicó sobre Yegros e/ Fulgencio R. Moreno, en ese entonces, los valet parking eran los niños. Posteriormente, se crean los mercados zonales, adqui­riendo el Nº4 mayor populari­dad, dada su entrada estratégica a la capital. La ciudad ampliaba así sus comercios y no su pobla­ción, como el caso de la zona de Pinozá.

En 1940 se demuele el mercado provisorio, pero las mercaderas seguían vendiendo sus produc­tos con sus burritos de forma ambulante. Luego empieza el auge inmobiliario y las casas del entorno son derribadas. La primera demolición fue en el predio del actual hotel Guaraní, para convertirla en la parada de ómnibus de la Línea 28, Luque.

HOTEL GUARANÍ

La manzana ya empezaba a tener edificios de gran nivel durante la época. En 1960, la construcción del futuro hotel Guaraní marca un hito y el ini­cio del modernismo en Asun­ción. La inauguración fue en 1961. “Cuando se hizo el hotel Guaraní se tuvo que drenar y bombear todos los días el agua del arroyo del Pozo Colorado que empezaba cerca del hotel Excelsior y venía por la calle Nuestra Señora de la Asun­ción. Pasa por debajo del Pan­teón de los Héroes, motivo por el que también la edifica­ción se deteriora tanto. Sale hacia al Parlamento y debajo del estacionamiento que hicie­ron. Todo, sin estudio. Se cree que por ponerle pavimento a un arroyo, este desaparece y no es así”, comenta Rubiani y agrega que la fuerza del cauce hídrico es tal que, en el sub­suelo del hotel Guaraní, donde se halla la lavandería, hay una pileta donde se junta agua del arroyo. “Cada vez que llega a un determinado nivel se bombea”, agrega.

PLAZA DE LA DEMOCRACIA

En 1991 comienza el gobierno democrático y en la Munici­palidad de Asunción asume el mando Carlos Filizzola. La comuna enfrenta la escasez de recursos y Filizzola con graves problemas para concretar las obras.

“Muchas cosas no se pudieron hacer o no se quisieron hacer”, señala y añade que tanto fue el infortunio en el caso de la Plaza de la Democracia, que durante la inauguración del nuevo espacio una pasarela peato­nal incluida en el diseño origi­nal cayó al suelo y dejó varios heridos.

Por otro lado, insiste en que el nombre De la Democracia, ideado por los arquitectos Gon­zalo Garay y Luis Alberto Boh, hace alusión a que el predio se volvió un punto de encuentro de manifestaciones sociales, políticas y artísticas. Actual­mente, es un emblema del cen­tro histórico de Asunción.

Plaza de los Héroes en 1940. Antiguo Mercado Guasu demolido.

ESTACIONAMIENTO

El estacionamiento subterrá­neo de la Plaza de la Democra­cia está a cargo de una empresa privada que tiene la concesión por un plazo de 27 años. Para Rubiani, hoy día esto no sería permitido por los concejales. En ese entonces, el proyecto, que ganó el concurso, no fue eje­cutado a cabalidad causando la crispación de los arquitec­tos impulsores. “No solo no se hizo de acuerdo al proyecto original, sino que además tuvo una serie de derivaciones. No se estudiaron los impactos negati­vos para ese emblemático espa­cio”, apunta.

Al igual que la Plaza de la Demo­cracia, las últimas casas anti­guas que quedaban se convir­tieron en estacionamientos, en gran parte, porque los propie­tarios no tienen presupuesto para mantenerlas ni restaurar­las. “Todo el patrimonio histó­rico arquitectónico fue absolu­tamente depredado”, sostiene Rubiani.

Vista del hotel Guaraní desde la Plaza de la Democracia.FOTO:JORGE RUBIANI

DIFÍCIL RECUPERACIÓN

Las posibilidades de recupera­ción de la fisonomía original de la Plaza de la Democracia son pocas a criterio de los profesio­nales, pero con voluntad y pre­supuesto no imposibles. “Inten­tamos arborizarlas, ya sea con planteras o con especies no tan frondosas. Pero los técnicos, ingenieros y colegas arquitec­tos nos dijeron que no cuentan con datos técnicos que garanti­cen la estabilidad de esos árbo­les y del peso sobre la estructura del estacionamiento”, explica Gerardo Rolón Pose, director de Áreas Verdes de la Munici­palidad de Asunción.

Agregó que si bien es compli­cado, no imposible, ya que es cuestión de ver una solución técnica intermedia que equili­bre ambas situaciones: la nece­sidad de aumentar el verde y de preservar la estabilidad del estacionamiento subterráneo y la galería que están ahí.

Rubiani, por su parte, expresa categóricamente que la posi­bilidad de cambio es nulo. “Es imposible, a menos que lle­guemos a la base misma del segundo subsuelo y fortalez­camos la cimentación. Enton­ces, sobre esa superficie, lo que se puede hacer es una mixtura entre algo más de verde sin raí­ces profundas, con un buen drenaje, para que el agua no filtre abajo y poblar de árbo­les o arbustos el entorno de la vereda”, manifiesta.

ISLA DE CEMENTO

El arquitecto Juan Francisco Crosa calificó al espacio como una “isla de cemento” y agregó que el desafío de recuperar la sombra implicaría mucho pre­supuesto. La solución sería plantar especies chicas sobre el cemento e incluso usar el arroyo para fuente de agua. “Antigua­mente tenía una forma octogo­nal de diseño simétrico y una fuente central muy atractiva. Después se estropeó ese hermoso diseño para convertirlo en un espacio cívico agresivo”, detalla.

El profesional refiere que si uno mira la plaza desde arriba, con un dron, va a encontrar que las plazas adyacentes están rodeadas de árboles. “Esta es una isla de cemento y un cen­tro de detección solar muy per­nicioso”, describe y enfatiza en que “la plaza se encuentra sobre napas freáticas de mucha agua en Asunción. Habría que uti­lizar la tecnología tipo pozo artesiano para extraer el agua y usarla al servicio del diseño y la naturaleza”.

NUEVO PROYECTO

Varias intenciones de recu­perar la frescura de la icónica plaza pasaron por la intenden­cia asuncena desde finales del siglo XX, pero todo quedó sin efecto. Hoy, un grupo de arqui­tectos dirigido por Enrique Alonso presenta una nueva pro­puesta, apoyada por el concejal José Alvarenga, que tiene por objetivo volverla verde y dotarla de cinco fuentes.

“La idea es poner árboles autóc­tonos medianos en planterones de hormigón armado para con­trolar su crecimiento y a la vez que no sean un problema con el subsuelo”, plantea el arquitecto Alonso. Además, se busca eli­minar todo el piso existente y reemplazarlo por pasto y ado­quines tipo ecopasto, previa aislación de la losa que sirve de techo del estacionamiento subterráneo; así como dotar al espacio de un sistema de riego automatizado para el cuidado de los árboles existentes y de los nuevos a plantar.

El proyecto prevé instalar tres tipos de alumbrados, el primero tipo público para una ilumina­ción general en las veredas; el segundo de mediana altura en los camineros y el tercero des­tacando la vegetación por medio de reflectores y/o artefactos de pie; todos estos con su propio panel solar y fotocélula para el consumo cero y automatiza­ción, respectivamente.

Se construirán 5 fuentes del tipo seco, que permiten el trán­sito peatonal a través de ellas, sin el problema de acumulación y estancamiento de agua. Estas fuentes tendrán juegos de luces, agua y sonido que se volverán un espectáculo turístico para los visitantes.

Para lograrlo, se quiere utili­zar la figura de “Padrinazgo de espacios públicos”, prevista en la Ordenanza Municipal 1/97, que consiste en que personas o empresas absorban los cos­tos de hermoseamiento y orna­mentación, de manera que las obras no cuesten un solo gua­raní a los contribuyentes. La inversión prevista rondará los G. 5.500.000.000. Mientras, los asuncenos deberán seguir espe­rando recuperar la histórica y emblemática plaza.

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