Para el 2020 se espera la ampliación de la ruta PY 2 a la altura del km 48, a fin de mejorar el peregrinar de todos los católicos.

Faltando apenas 5 días para la mayor festividad mariana del país, el 8 de diciembre, los principales caminos de acceso a la ciudad espiritual se ven abarrotados de promeseros de distintas partes del país y del mundo. Pero este año el hermoso eucaliptal que daba sombra a los caminantes de día, desde el Kurusu Peregrino hasta llegar a la ciudad ha desaparecido. Según las explicaciones que dieron es con fines de ampliaciones viales, mientras tanto los peregrinantes se ingenian para aguantar el calor de diciembre, llevando sombreros, sombrillas y recargando el termo de tereré a su paso, a fin de cumplir con profundo amor su promesa a la Virgencita Azul de Caacupé.

“Para el 2020 se espera la ampliación de la ruta PY 2 a la altura del km 48, a fin de mejorar el peregrinar de todos los católicos, por este motivo se echaron los eucaliptos que estaban al lado de la ruta; estos eran un peligro, en varias oportunidades los árboles cayeron sobre personas; además, se habilitará una bicisenda y se estará plantando lapachos de color amarillo y blanco (colores que representan la bandera del vaticano)”, dijo el Lic. José Luis Velázquez, de la Secretaría del Ambiente y Turismo de la Gobernación de Cordillera.Por otra parte, Velázquez sostuvo que a estas fechas la cantidad de turistas aumenta y por consiguiente el ingreso económico para la ciudad también va en aumento, aunque lamentó la falta de conciencia de parte de los visitantes que ingresan a la capital espiritual, con relación al cuidado del medio ambiente.

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“La mayoría de los visitantes lastimosamente no son conscientes que arrojar la basura en los arroyos, en las calles, tiene sus consecuencias. Las personas tienen que hacerse cargo de su basura y depositarla en donde corresponde”, dijo.

COMERCIOS

El silencio de la capital católica terminó al dar inicio al novenario, cientos de personas llegan a Caacupé para ubicar sus tiendas en lugares estratégicos de manera a no molestar a los promeseros y ofrecer servicios de todo tipo. Desde la Cruz del Peregrino hasta la Basílica Menor ya se habilitaron baños públicos, incluso acogedoras familias ofrecen cuartos de sus hogares para hospedar a peregrinos, otros venden agua y no falta la vendedora de yuyo a cada cien metros, mientras más se acercan a la casa de la Virgencita, más servicios se ofrecen.

Llegando al Tupãsy Ykua, la fuente de agua de la Virgen de Caacupé, se encuentran los vendedores de botellas y recuerdos de Caacupé, sin olvidar la competencia de vendedoras de chipa con cocido a G. 5.000, que invitan a gritos a desayunar a todos los cansados peregrinos.

ARREGLOS

Luego de que el rector del Santuario de la Virgen, el presbítero José Asunción Benítez, colocó un buzón de sugerencias para mejorar la estadía de los marianos; se hicieron distintos cambios tanto en la Basílica como en los alrededores.

“Este año brindamos más comodidad y atención a los visitantes, a pedido de los peregrinos habilitamos diferentes accesos para personas con discapacidad y para los enfermos, también pusimos nuevos confesionarios, además realizamos pintura general, cambio de rejillas, eliminación de sitios que se malutilizaban, entre otras cosas”, concluyó.

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