La condena inicial de Édgar Martínez Sacoman era de 30 meses, pero ya lleva 39 meses de prisión tras haberse encontrado en su casa 100 gramos de cannabis congelado y 30 ml de aceite del cáñamo. Su caso ya pasó por 20 juicios orales.

Su interés estaba centrado en la minería, pero en forma paralela elaboraba aceite de cannabis que proveía a las personas para una mejor calidad de vida ante diferentes problemas de salud. En esa situación se encontraba cuando el 8 de julio del 2016 se realizó un allanamiento policial en el departamento donde vivía y desde ese momento fue privado de su libertad. Dos años después fue condenado a 30 meses de prisión por tenencia de estupefacientes sin autorización. Se trata de Édgar Martínez Sacoman, procesado por la Ley 1.340/88.

El fiscal de la causa, Elvio Aguilera, apeló la sentencia porque quiere más años de castigo. La defensa de Martínez Sacoman también apeló, pero los magistrados solo tuvieron en cuenta el pedido del Ministerio Público. Mientras se dirime un nuevo juzgamiento, ya son 39 meses de prisión, siendo cumplida la mitad en la cárcel y la otra mitad en el domicilio.

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“Es un terrorismo de Estado, no es contra mí, es contra toda la población porque quieren dejar un precedente negativo; me tocó a mí, si me condenan cinco años, por el tiempo que llevo preso ya saldré libre, pero será un duro golpe a toda la lucha de mucha gente, a todo lo logrado ya en este campo, como la ley que reconoce el aceite de cannabis como medicina”, expresó Édgar a La Nación en entrevista concedida en la vivienda donde guarda prisión domiciliaria. Agregó que nunca se imaginó que tendría “toda esta persecución, sabía que la marihuana está prohibida para traficarla, no para salvar vidas”.

El proceso se constituyó en un verdadero peregrinar para Martínez Sacoman, ya que hasta la semana pasada fueron 20 juicios orales en busca de su absolución. Una primera tanda de siete juicios quedó invalidada, una segunda de otros siete juicios lo condenó y, tras quedar sin efecto la sentencia, el hombre está soportando otro nuevo período de juicios orales.

Cien gramos de cannabis congelado en hielo y 30 ml de aceite de cannabis son las “evidencias” por las cuales el fiscal Aguilera lo quiere en la cárcel por varios años por tenencia ilegal de drogas, sin tener en cuenta las testificales que confirmaron haber recibido en forma gratuita el aceite por parte del procesado, así como la confirmación médica a la cada vez mayor cantidad de personas que encuentran en esas gotitas la diferencia entre el sufrimiento y una mejor calidad de vida.

INICIO

Édgar Martínez relató que su interés por el uso medicinal del cannabis se dio después de la experiencia dolorosa con su madre, quien murió de cáncer. Viajó a Islas Canarias donde vivía su hermana y fue allí donde conoció a un médico que le transmitió los primeros conocimientos sobre el uso de la planta para la elaboración del aceite.

“Unos años después volví al país y como ambientalista autodidacta recorría por diferentes comunidades y me encontraba con gente a quienes orientaba sobre el uso medicinal de las hierbas. Así elaboraba el aceite y entregaba a quienes lo necesitaban”, explicó Martínez, quien sostuvo que si bien fue consciente del riesgo que implicaba la elaboración, lo hacía igual porque veía los resultados que arrojaba y creía en la lucha de muchas personas por una ley que contemple esa realidad. La ley fue promulgada precisamente el día en que fue condenado.

SOLIDARIDAD

El caso de Édgar Martínez Sacoman trascendió las fronteras por tratarse de algo inédito que ya llegó a tener condena, aunque la misma fue anulada y se reinició un nuevo proceso. Organizaciones nacionales e internacionales del movimiento mundial del cannabis como uso medicinal se posicionaron en su defensa y están pidiendo su absolución.

En ese marco, Martínez Sacoman realiza desde su prisión una intensa campaña de conocimiento sobre su caso y sobre el cannabis en particular, por lo que este año el Movimiento Cannabis Medicinal realizó en su casa una semana de conferencias con destacados profesionales del ámbito.

Juan Khon Gallardo, abogado penalista especialista en cannabis, y el doctor Iván Cattebeke, especialista en adicciones y uno de los médicos autorizados por el Ministerio de Salud para prescribir el uso del cannabis en Paraguay, además de ser parte de varios proyectos relacionados a drogas de la Organización Mundial de la Salud, fueron algunos de los que realizaron la charla en marzo de este año. Cattebeke es el único autorizado en favor de Édgar en este tercer período de sesiones de audiencias de juicios orales que se están haciendo.

El peruano Armando Pérez, especializado en cultivos en los EEUU; Roxana Poggiolini, de la organización Cultivando tus Derechos, de Argentina, y Sebastián Sarria, empresario colombiano, con experiencia en el aceite de cannabis, fueron otros que compartieron charlas sobre el asunto de referencia.

Martínez Sacoman considera que solo la coincidencia general de que la elaboración del citado producto no puede ser considerada como una conducta delictiva es lo que permite la solidaridad de mucha gente y el interés cada vez mayor de las personas de hacer saber sobre el uso del cannabis.


“Las gotas van mejorando su vida”

CÉSAR MARTÍNEZ, padre de paciente tratada con aceite de cannabis

“Recurrimos a los médicos especialistas, mucha medicación y pocos resultados, por lo que empezamos a buscar otras alternativas. Comenzamos usando cremas de cannabis para masajearle, sin conocer todavía el aceite, hasta que iniciamos su uso con una gota. Recogimos experiencias y recurrimos a la organización Mamá Cultiva. Ella tiene un medicamento para sus convulsiones y sabemos que cada vez usaría más dosis, eso fue lo que nos hizo decidir por el aceite. Está resultando bastante bien, estamos reduciendo la dosis del anticonvulsivo. Mi hija está más tranquila, busca más opciones de juego, vemos muchas mejoras en ella. Es lento el proceso, pero van mejorando sus movimientos. Confiamos en que el resultado será aún mejor con el tiempo”.

“Él no estaba lucrando con eso”

Cynthia Fariña, presidenta de Mamá Cultiva

“Repudiamos el proceso y la prisión de Édgar Martínez. Él no estaba lucrando con eso, no estaba haciendo ningún tipo de tráfico, más bien era solidario con las personas y les daba aceite cuando podía. Vemos que el fiscal se está ensañando con él, no sabemos cuál es el objetivo, si quieren sentar un precedente negativo con el cannabis medicinal, como queriendo asustar a todas las demás personas que queremos cultivar y preparar nuestra propia medicina. En su casa encontraron 80 gramos de flores congeladas, que al pesar con agua y hielo da más gramos. El cannabis, una vez que se congela, ya no sirve para otra cosa que no sea para el aceite. Ese material no se puede fumar ni usar para nada recreativo”.

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