La abogada María Antonia Gwynn, quien asumió recientemente como nueva integrante del Consejo de Administración de Itaipú, lado paraguayo, sostuvo que confía en las instituciones y se muestra optimista por que las instancias responsables de la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú trabajarán con mucho empeño para lograr una adecuación justa del tratado aceptable para ambas partes. Afirmó también que Paraguay debe apuntar al mejor aprovechamiento del potencial energético.
–¿Cómo vio la oportunidad de ocupar un cargo muy importante en una entidad binacional como Itaipú?
–La acepté con satisfacción y es un gran honor. Significa una gran oportunidad que se me presenta para aportar mi experiencia adquirida a favor de mi país. Mi objetivo es el bien de nuestro país, y es mi humilde deseo que durante el tiempo que me toque ocupar el cargo, podamos lograr que se utilice el enorme potencial de energía limpia y renovable que Itaipú obtiene gracias a nuestro importante recurso natural, y plasmar dicho potencial en miras al desarrollo sostenible de nuestro pueblo.
–¿Usted cree que el empoderamiento de las mujeres hoy es una realidad en el país, o falta mucho por ganar ese espacio?
–Hay muchísimas mujeres profesionales altamente capacitadas en el país. Todos los ciudadanos, y nos garantiza nuestra Constitución Nacional, tenemos el derecho a la igualdad de oportunidades, y al libre e igual acceso a las funciones públicas sin más requisitos que la idoneidad.
–¿Cómo cree usted que se debe encarar la renegociación del Anexo C? Sabemos que su postura es que se revise todo el Tratado y no solo el Anexo C. ¿Qué debe hacer Paraguay para que eso se dé y cuáles serían las ventajas?
–Toda renegociación, adecuación, adaptación, modificación de un tratado internacional solo puede realizarse por los Estados que han concluido dicho tratado. En el caso del Tratado de Itaipú, solo los representantes del Estado paraguayo y el Brasil, a través de sus respectivos ministerios de Relaciones Exteriores, tienen la autoridad legítima para modificar las partes del tratado internacional que ellos consideren necesario. Los Estados y sus representantes oficiales decidirán la mejor manera de cómo realizar dicho proceso. En mi opinión, ambos países tienen el objetivo común del desarrollo sostenible, ambos países son conscientes de que el lapso de los 50 años requiere cambios y adaptaciones, así que, por qué no, iniciar ya los procesos para formalizar la voluntad política de ambos países para ello.
–¿Qué legado piensa dejar al país, con la participación importante que tendrá en esta etapa?
–La tarea del Consejo de Administración de la Itaipú Binacional es cumplir y hacer cumplir el Tratado. Este Consejo está compuesto por 6 consejeros paraguayos y 6 consejeros brasileños, y participa un representante del Ministerio de Relaciones Exteriores de cada país.
El Consejo toma conocimiento del curso de los asuntos de la Itaipú principalmente a través de las informaciones que suministra el Directorio Ejecutivo, y solo con resolución previa del Directorio Ejecutivo los asuntos se someten a la decisión del Consejo. En mi rol como miembro de dicho Consejo tengo la oportunidad de aportar en el curso de estas decisiones.
Seré diligente en mis funciones, pondré todo el empeño que sea necesario, y trabajaré durísimo cada día para que en las decisiones podamos defender los intereses nacionales, lograr los objetivos de desarrollo sostenible, y todo lo concerniente al mejor aprovechamiento del potencial energético, buscando lograr siempre el consenso con todos.
–Si nos puede hablar de su experiencia y conocimientos sobre el Tratado de Itaipú.
–Previa a esta designación, mi experiencia y conocimientos relacionados al Tratado de Itaipú han sido de tenor académico y, asimismo, de compartir e interactuar en diversas charlas, foros, seminarios y eventos, con importantes académicos de la comunidad internacional, miembros de organizaciones internacionales, representantes de diferentes países, jueces internacionales, y otros. En mi experiencia he podido observar que el Tratado de Itaipú ha suscitado gran interés, y las diferentes perspectivas aportadas, enriquecen el tema.
–¿Usted ve con optimismo o mantiene una prudencia aceptable sobre lo que será la renegociación?
–Considero la renegociación como una realidad. Cambiar o adaptar el Tratado es a fin de promover el desarrollo sostenible y el bienestar de todos. Ello es el primordial objetivo de toda explotación de recursos naturales compartidos, como lo es nuestro río Paraná, ello es beneficioso para ambos países, para la región, y hasta para toda la comunidad internacional.
Yo confío en nuestras instituciones y soy optimista por que las instancias responsables de la renegociación trabajarán con mucho empeño para lograr una adecuación justa del tratado aceptable para ambas partes. Todos queremos el bien de nuestro país y todos debemos contribuir desde el lugar donde estemos.
–¿Siendo usted la única mujer en este momento en el Consejo, considera usted que las mujeres deben tener más oportunidad para colaborar con sus conocimientos y visión desde ese lugar?
–Toda mujer, capacitada y preparada, por el mero hecho de sus calificaciones y profesionalismo, debiera tener las mismas posibilidades de acceso a cualquier puesto profesional en toda institución, empresa u organización. Estas son normas de igualdad y reglas claras de todo Estado de derecho.
PERFIL
MARÍA ANTONIA GWYNN RAMÍREZ
Edad: 39 años
Es abogada internacional, egresada en el cuadro de honor de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción, PhD (Alemania), magister juris (Oxford).
Fue miembro del plantel de profesorado en Woodrow Wilson School of Public and International Affairs, Princeton University, Estados Unidos, y en University College y Blavatnik School of Government, Universidad de Oxford. Posee numerosos posgrados y cursos de especialización en derecho internacional entre otros.