COMENTARIO

Por Dr. Carlos Morínigo, docente, neumólogo, ex ministro de Salud

El término vapear, sinónimo de fumar el cigarrillo electrónico, es el nuevo hábito que está en aumento en los jóvenes y adultos. Semanas atrás presencié algo preocupante: un local estaba literalmente incendiándose por la cantidad de humo que copaba toda la instalación. Sorpresa la mía cuando observé el nombre del comercio: Casa del VAP. Me acerqué y en medio de la densa humareda vi a 5 chicos, no mayores de 18 años, haciendo figuras con el humo inhalado, compitiendo por quién expulsaba más humo. Quedé espantado por esa situación.

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El aparato respiratorio tiene la función de suministrar oxígeno a los tejidos y eliminar CO2 mediante el proceso de la respiración, en el que se capta el aire del ambiente. El aparato respiratorio posee estructuras cubiertas por células especializadas que humidifican, calientan, limpian el aire que ingresa al cuerpo, haciendo que llegue en las mejores condiciones a los pulmones. Además, células de la defensa que evitan que nos enfermemos. Está capacitado solo para recibir aire, todo lo que sea extraño a eso causa daño celular. ¿Qué pasa cuando se vapea? El humo tóxico, que es mezcla de aromatizantes, nicotina y otros compuestos volátiles, ocasiona irritación, inflamación, daño celular con las siguientes consecuencias que se traducen en síntomas como tos seca, luego catarral, dificultad respiratoria, con alteraciones a nivel pulmonar que se identifican como enfermedades pulmonares.

Lo preocupante es el aumento de publicaciones científicas en los últimos meses con respecto al daño que causa el uso de cigarrillos electrónicos en los EEUU. El título de la última publicación fue: “Advierten en los EEUU que la ‘misteriosa enfermedad’ del vapeo se está volviendo epidemia”. Esta misteriosa enfermedad ha causado una muerte y cientos de internaciones hasta en terapia intensiva por enfermedades pulmonares agudas en jóvenes y adultos, lo que hizo que autoridades sanitarias adviertan a la población sobre el riesgo del consumo del cigarrillo electrónico.

Es de esperar que tengamos los mismos problemas por el aumento del consumo de este producto en los jóvenes. Urge que los ministerios de Salud y Educación, en coordinación, lancen una fuerte campaña comunicacional con advertencias firmes sobre riegos del vapeo, además de promover leyes que prohiban la venta de estos productos. Las autoridades sanitarias deben tomar las medidas necesarias para educar y prevenir que los jóvenes enfermen y queden con secuelas respiratorias a causa de la moda del vapeo.

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