Fabián Domínguez, ex titular de la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET), fue quien impulsó el proyecto de modernización tributaria, que regirá a partir del próximo año.

Uno de los principa­les desafíos que tuvo el gobierno actual en su primer año de gestión fue la modernización de la reforma tributaria, la cual entrará en vigencia a partir del 2020 y estuvo encabezada por el licenciado en ciencias conta­bles Fabián Domínguez, quien tuvo la capacidad de congre­gar al sector público y privado para consensuar las partes y buscar la mayor equidad. “Nor­malmente los sistemas tribu­tarios soportan una década.

Nosotros tuvimos reformas en 1991, 2004, tuvimos algunas adecuaciones en el 2012 y 2014; pero la última gran reforma fue en el 2004, hace 15 años atrás, sobre la base que ya existía en 1991, así que después de 27 años estamos reordenando todo el sistema tributario si conside­ramos dicho año. Todo órgano legal siempre es perfectible, no me cabe ninguna duda que es mucho mejor de lo que tene­mos hoy, categóricamente”, manifestó Domínguez, actual director financiero de la Itaipú Binacional.

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Destacó que lo más impor­tante en todo el proceso fue la concertación del sector público y privado. “Todos estuvimos involucrados en el proceso de reforma a través de sus representantes, creo que la gran virtud fue esa, el tener la capacidad de articular y aglu­tinar intereses hasta contra­puestos en una mesa traba­jando por el bien común”.

–¿Cuándo se verán los resultados?

–Si entra en vigencia el 1 de enero del 2020 como se pla­nificó, los resultados estarán a la vista en el 2021. Se va a ver una simplificación de los procesos para cumplir con las obligaciones tributarias. Eso va a redituar en mayores ingresos tributarios. Mayores ingresos cuantitativa y cuali­tativamente. Va a ser superior y aquellos con mayor capaci­dad contributiva van a aportar más y los sectores con menor capacidad aportarán menos, pero en el global vamos a salir ganando todos porque habrá un incremento en las recau­daciones tributarias que va a servir para afrontar el gasto público de manera eficiente.

–¿Cuáles son sus implican­cias?

–Este proyecto de ley no implica un aumento de impuestos para la clase media y baja; por el contrario, sig­nifica una disminución de impuestos. Por ejemplo, las pymes, las pequeñas y media­nas empresas incluso tienen una disminución en su carga impositiva. Otras cuestiones importantes, para las micro­pymes, que ni siquiera tenían la oportunidad de tener reglas simplificadas para poder tri­butar, se abaratará y simplifi­cará el costo impositivo.

–Entonces, ¿quiénes van a pagar más?

–Los dueños, socios y accio­nistas de empresas; las empresas agrícolas y pecua­rias, principalmente soje­ros y ganaderos, así como los agroexportadores. Son tres sectores que sí tie­nen un mayor sacrificio impositivo. Para la clase media en general, las reglas continúan casi igual; es decir, todo lo que se venía deduciendo sigue así en el IRP, solo se hace una limitación en el caso de los inmue­bles y vehículos.

–¿Esta reforma ofrece mayor equi­dad?

–Con esta redacción estamos dando un paso muy impor­tante en cuanto a la equidad tributa­ria. Insisto, cuáles son los sectores que tienen sacrificio tributario: dueños, socios y accio­nistas de empresas, sojero y ganadero, así como agroex­portadores. Entonces, le pregunté a la ciuda­danía si en estos tres sectores no hay capaci­dad contri­butiva, no sé dónde está la capacidad, y en ese contexto para los sectores más pequeños y menos favorecidos hay una disminución de carga tribu­taria.

–Finalmente, ¿qué cua­lidades tiene?

–A mayor capacidad con­tributiva, mayor contri­bución, es lo que esta ley hace, manteniendo la esen­cia. Justamente, mantener la esencia simple, pero además, cali­bra mejor las capacidades contributivas económicas de la población. A la gente que más tiene, le obliga a pagar algo más, y a los que menos tienen, es menor su compro­miso. La ley actual funciona al revés, el que menos tiene ter­mina pagando más impues­tos. Esta nueva ley recalibra esa situación.

–¿La reforma es extempo­ránea?

–La reforma se hace cuando las situaciones no son muy favorables, cualquier reforma. Siempre van a ser calificadas de poco oportunas. Si la economía está pasando por su mejor momento y uno quiere meter una reforma tributaria, igual va a ser criticada como cuando se lleva cabo en un momento complicado. Lo único que hace esta reforma es darle más jus­ticia al sistema tributario, por eso es que creemos que es adecuada, incluso para este momento en el que no significa un aumento de impuesto, sino una recalibración de las mani­festaciones de capacidad con­tributiva en cumplimiento de lo que establece el artículo 181 de la Constitución Nacional.

–¿Cómo califica su gestión?

–Es una etapa cumplida, salgo satisfecho de la SET; realmente fue un año muy importante, los números hablan por sí solos, incre­mento sostenido en la recau­dación, varios proyectos cul­minamos exitosamente. La emisión de las primeras fac­turas electrónicas a nivel país y sobre todas las cosas, la legi­timación de la reforma tribu­taria en el marco del proyecto de simplificación y moderni­zación tributaria, que hoy todavía no está sancionado, pero ya queda simplemente un paso administrativo para que lo sea, ya que fue tratado en ambas cámaras.

–¿Superó sus expectativas?

–Absolutamente, mejoramos las condiciones laborales de los funcionarios interna­mente. Renuncié al cobro de multas que venían haciendo los viceministros anteriores. En ese sentido, se convirtió en un instrumento para lo que fue concebido, que es para eli­minar la corrupción interna de tributación.

Se mejoró sustentablemente, mejoraron los sistemas de control. Nos volvimos un ente recaudador de impues­tos y no un recaudador de multas. Se escaló tecnológi­camente, se incursionó en la inteligencia artificial con el sistema Marangauú. Tuvi­mos objetivos cumplidos y muy claramente desde el punto de vista tecnológico, normativo, desde la pers­pectiva que pudimos conso­lidar y presentar y pasar por el Congreso con el proyecto de reforma de ley tributaria que es el fruto de una comi­sión integrada por el sector privado y por profesionales vinculados a la tributación.

PERFIL

FABIÁN DOMÍNGUEZ

Edad: 47 años

Estudios: Licenciado en Ciencias Contables, abo­gado por la Universidad Nacional de Asunción. Estu­dió un Masterado Interna­cional en Administración Tributaria por la UNED de Madrid (España) y otro en Hacienda Pública por la Facultad de Ciencias Econó­micas de la UNA.

Es especialista universitario en Administración Tributa­ria y Hacienda Pública por el Instituto de Estudios Fiscales de Madrid (España), así como especialista en Finanzas Públi­cas por el Centro de Estudios Fiscales del Paraguay.

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