El regreso a la música de Taylor Swift tuvo como consecuencia la caída de la plataforma de música Spotify, el pasado viernes 21 de octubre. La cantante de 32 años lanzó al mercado musical su nuevo álbum de estudio, titulado “Midnights”, y por la emoción del estreno, los fanáticos saturaron el servicio de streaming.
El nuevo trabajo incluye 13 canciones, que el viernes no estaban disponibles para su reproducción puesto que Spotify se paralizó. Fueron los fans de la cantante quienes reportaron la caída de la plataforma de música en Twitter, informando que no podían reproducir el nuevo álbum de Swift.
Los swifties (nombre del fandom de Taylor) afectados por el colapso de la plataforma musical fueron alrededor de 7.844 usuarios, según Downdetector, portal que registra el estado de las plataformas online en tiempo real. Algunos de los comentarios por la caída de Spotify fueron: “Mi vida ahora mismo depende de escuchar un álbum y no me carga. Gracias Taylor Swift por romper Spotify una vez más, y mi cordura de paso”, “Ni siquiera Spotify puede con Taylor”, “Taylor Swift colapsó Spotify”, entre otros.
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Decimo álbum de estudio
El álbum “Midnights” (medianoche) muestra una etapa oscura en la composición de Swift, que en sus propuestas musicales presenta un análisis interno de sus propias experiencias. Con esta propuesta se aleja del estilo de sus últimos discos “Folklore” y “Evermore”, demostrando su evolución como cantautora. Este trabajo de medianoche tiene siete canciones extras, además de las trece oficiales.
Taylor, con su décimo disco, aborda temas como su mundo interior, la madurez, las perdidas, la infancia, el amor, la fama, entre otros temas. Así también resalta su capacidad vocal, con estas composiciones que ella expone fueron creadas a medianoche. Piezas musicales que no hilan una historia, pero están unidas por la profundidad de la noche en que la cantautora prolifera las compuso.
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“Lo que tenemos para dar al universo es nuestra identidad”
La banda publicó hace unas semanas “Todo el mundo está kaliente”, una apuesta musical que se zambulle en su historia sonora, con una madurez reflexiva y desafiante.
- Por Jimmy Peralta
- Fotos Gentileza Kchiporros
Los Kchiporros, la banda más internacional de la escena local, presentó a finales de junio a “Todo el mundo está kaliente”, su último álbum de estudio, producido por Toy Selectah, compuesto de manera colaborativa con varios artistas locales y extranjeros. En 11 canciones la agrupación profundiza su apuesta, tanto en sonido como en letra y, buscando liberarse del prejuicio que podrían cargar sobre sus hombros, apuesta al baile y al mismo tiempo a la reflexión, una irreverencia en estos tiempos.
Roberto “Chirola” Ruiz Díaz habló con La Nación sobre el presente del proyecto, la inspiración temática y musical del disco, el momento de maduración del grupo, y cómo la profundidad y hacer bailar al público son misiones que buscan amalgamar en “Todo el mundo está kaliente”.
–¿Qué es lo nuevo en este disco y qué cosas de la identidad de la banda se reafirman en él?
–Para nosotros “Todo el mundo está kaliente” es un álbum superfresco, sin dejar de tener una mirada retrospectiva de toda nuestra carrera. Estamos cerca de cumplir 19 años de banda, camino a los 20, y lo que pasa es que todavía sentimos muchas ganas, mucha chispa, hay mucha creatividad. Teníamos ganas de hacer un disco potente, un disco que vuelva a bailar como varios de nuestros álbumes, pero revisando un poco todo lo que nos gustó de lo que hicimos, también revisar lo que ya no teníamos ganas de hacer esta vuelta. Siento que hubo un periodo largo donde hicimos mucho el trabajo de alguna manera de buscar validación, ya sea de nuestra carrera, de nuestros pares, de la industria. Y en este disco decidimos relajarnos mucho más y volver un poco a la esencia, digamos, a ese superpoder que significa hacer bailar a la gente. Obviamente, con una mirada mucho más madura y con una cancha y una cultura general mucho más amplia, adquirida en los últimos años.
El trabajo de búsqueda de canciones fue sumamente intenso. Los equipos de composición y de preproducción fueron importantes y todo liderado finalmente por la producción de Toy Selectah como productor general del álbum que fue como el curador final de todas estas ideas que necesitaban encontrar una especie de cohesión y encontrar sobre todo un concepto, una línea artística que creo que lo logramos mucho más allá de nuestras expectativas en este caso.
–¿Cómo se hace eso de apostar a la frescura y al mismo tiempo trabajar dentro del rigor profesional?
–Sin duda alguna, algo que es clave para la construcción de un proyecto es seguir jugando, jugando a la música, seguir haciendo divertido, no recurrir a fórmulas o, por ejemplo, a ejercicios que ya funcionaron en el pasado, sino volver a sentir curiosidad, volver a experimentar y tener miedo al riesgo y, de todas maneras, ir para adelante, animarse a cambiar, a volver a buscar lo que sea que hace que dé ganas todavía justamente. Yo creo que esta banda es una banda sobre todo viajera y experimental. Estos viajes por Paraguay y por Latinoamérica nos ayudaron a abrir la cabeza, a descubrir y a redescubrirnos como artistas, como seres humanos, como paraguayos.
Sabíamos que queríamos tener un álbum con muchísima identidad local, pero que hable ya en “latinoamericano” en ese sentido, con nuestra idiosincrasia, pero con la lengua que une al resto de las culturas, y mostrando de esa manera a Paraguay de una manera tan particular, que no significa salir a decir que está todo bien, sino conectar con el lado del latino que es común, donde es bello, donde es cálido, pero al mismo tiempo también hay cuestiones de las que hablar. También hay corrupción, también hay contrabando, también está roto. Y, de alguna manera eso, meter en la conversación y proyectar un Paraguay casi mágico, en ese sentido.
–Además de lo mágico, hablaste de una realidad a la que no quieren escapar.
–No queremos pintar un escenario donde todo está bien y es el mejor país del mundo, porque sabemos que estamos en el epicentro de uno de los países más calientes del mundo, y no lo digo solamente de lo climático, sino también de lo geográfico. Entonces, el nombre del disco empieza a agarrar otro valor y otro alcance. Decir todo el mundo está caliente puede tener varias lecturas a pesar de las noticias o de las sensaciones que tenemos en el ambiente sobre el clima, sobre la polarización. Yo creo que este álbum se refiere a otro tipo de calor. Creo que Paraguay integra ya una conversación mundial donde, si sentimos que todo el mundo está caliente, también es, al ser parte del mundo, parte del problema y parte de la solución. Si hay un problema climático y si el mundo nos necesita, ya nos sentimos parte de la conversación, de la radicalización de la idea, de la ansiedad que puede generar el miedo a la guerra.
Entonces, a nosotros lo que nos queda es, como decimos, resistir con identidad, con arte, con canciones, sublimar eso con baile, y nos damos cuenta de que, al ser ya un proyecto internacional, realmente podemos mostrar a nuestra cultura desde el lugar que podemos también porque si bien no somos folclóricos, que es de alguna manera lo que más exportó musicalmente el Paraguay, creo que mostramos otra versatilidad, otra cara y abrimos también lugar.
PROCESO DE BÚSQUEDA
–¿Qué ideas o qué búsquedas individuales o colectivas se procesan durante la producción de este disco?
–Mira, lo que tenemos para dar al universo es nuestra identidad, lo que descubrimos que nos hace especiales. Es ir para adentro, ir profundo y encontrar las similitudes y las diferencias, celebrarlas y abrazarlas. Creo que este es un proceso de búsqueda que ya viene de muchísimos años atrás. Si miramos en retrospectiva, te das cuenta de que, sin querer, esos primeros álbumes que eran de la etapa más fiestera de la banda, de alguna manera ya estaban flirteando con una mezcla de lenguaje y de idiosincrasia autóctona, desde el primer álbum que se llamó “Guaraní Cool”, ahí, sin tanta conciencia. Pero ya empezó a agarrar un poco más de carácter, creo yo, a partir del álbum “Señor Pombero”. Es la primera mirada nuestra de viajar y volver, y decir: bueno quizá no tenemos mares, quizá no tenemos montañas, quizá no tenemos nieve, pero tenemos cerros, tenemos arroyos, tenemos cascadas, tenemos esta tierra colorada, tierra roja. Tenemos esta mitología guaraní que nos inunda, esta síncopa de nuestro lenguaje, esta forma particular de acentuar las palabras que tiene que ver con el mestizaje, esas cosas que hoy en día parecen más obvias, en aquel momento y con la juventud todavía se empezaron a construir.
–Entonces, ¿en aquel disco encontrás el antecedente de esta búsqueda?
–“Señor Pombero” está plagado de esos paisajes y esos mensajes y es un proyecto en construcción. De ahí va a los “Ojos rojos” que habla de Asunción, del sauce, del centro, y va evolucionando hacia una especie de búsqueda de poética personal y de identidad. Creo que es algo que no acaba nunca, porque la revisión es histórica. De hecho, cuando llega este álbum, ya empieza a usar otras frases, como por ejemplo “revisión histórica”. La revisión histórica es mucho más profunda que solamente revisar los últimos discos. Es una revisión histórica de nuestra herencia, de nuestra historia, que puede ir desde lo cultural hasta lo político, depende de la amplitud que uno le dé. La razón por la cual “La hora paraguaya” llega un poco más tarde, pero llega con esta potencia. Ahora, no se puede desconocer los factores culturales y hasta políticos que hacen que en nuestra escena haya tardado en manifestarse un poco más que el resto.
Cada país tiene un timing cultural y creo que las circunstancias de Paraguay hacen que esta construcción haya tardado un poco más, y que realmente somos parte de una escena que espera su hora hace mucho tiempo. Esa canción nos parece que es para revisar, es un guiño irónico, le da la vuelta a esa frase despectiva de decir “¿a qué hora llegamos?, ¿la hora europea o la hora paraguaya?”. Entonces, ahí hay algo también, ahí es donde nos ponemos un poco más observadores de la circunstancia del porqué.
LÍNEA GRÁFICA
–¿Qué aporta el audiovisual a esta búsqueda?
–Con la ayuda de los audiovisuales creo que el disco agarra otro carácter, porque siento que es mucho más que una suma de canciones y melodías. Hay poesía, hay un fuerte grado emotivo, y también es una obra colaborativa, ya porque tiene visuales, tiene línea gráfica. Creo que pudimos reunir a lo mejor de lo mejor que tenemos en la escena para que todo el mundo se sienta parte de un álbum que ya empieza a sentirse como una obra colectiva, donde yo simplemente soy una parte, una parte importante, pero siempre parte de un colectivo. Cuando se logra eso, creo que tiene mucho más impacto, mucha más fuerza. Realmente estamos mostrando lo que está pasando acá en Paraguay y, específicamente, también en Asunción, porque también hay una representación del lugar geográfico de donde nacimos, que me parece que le hace mucho más potente al álbum, al mensaje y al concepto.
–¿Este disco también marca como un nuevo momento del grupo?
–Yo quería que este álbum sea impactante y que realmente remueva un poco el avispero de la escena local y que también nos proyecte mucho más allá. Recordá que también es el primer álbum que sacamos con PopArt, que es un sello discográfico que, aparte de que tiene años también en la escena latinoamericana, finalmente es un equipazo, es una oportunidad de llegar mucho más lejos. Entonces, yo sentía que contábamos con una oportunidad, una plataforma muy grande que no queríamos desaprovechar. Creo que toda esa mezcla de incertidumbre, de ideas, de colaboraciones, de procesos, construyó este álbum. No es un álbum que tuvo una línea homogénea de construcción, sino que fueron varios capítulos y un montón de canciones para llegar hasta once. Energéticamente, superdemandante; creativamente muy rico, y siento que es como una obra, de alguna manera, que cierra un hito nuevo, cierra una etapa y abre otra, porque es la revisión total de los últimos casi 20 años.
COLABORACIONES
–¿Cómo vivís la dinámica colaborativa en lo creativo? ¿Qué es lo apasionante y qué temores te despierta?
–Temores: cero. Al contrario, vamos comprendiendo de que realmente lo que se necesita, ya sea en la industria local o en la escena local, es colaboración. Ese dicho que dice que entre muchos llegamos más lento, pero llegamos más lejos. En ese sentido, pudimos cultivar un montón de artistas, amigos y amigas del continente y otros lugares que la verdad que nos influencian y nos inspiran un montón. En mi caso, un buen número de cantautores, compositores con los que me es un placer juntarme a componer canciones y cambiar ideas. Si bien todavía me gusta en lo personal agarrar la guitarrita y componer con un cuaderno así solo, que puede ser intenso también y hasta psicológico, colaborar, me parece que es una manera realmente de ampliar el alcance de una canción. Este álbum está lleno de eso. Cuando empezamos a buscar canciones, que fue una búsqueda de casi 2 años, se armaron tipo islas o campamentos de composición en diferentes grupos que me tocó curar, donde en algunos casos yo viajaba a Ciudad de México a componer con un chileno, con un sinaloense, con un chilango de Ciudad de México, con un costarricense, en Monterrey en el estudio, luego acá en Paraguay con El Chávez, con Mauri, en diferentes equipos. Realmente tratamos de abrir el espectro lo máximo posible para encontrar cuál era el manojo de canciones que realmente representen a este álbum, yo estoy seguro que también, además de ganas de jugar, no hay que descartar la ambición, que esto ya es una cruzada, es una misión casi.
–¿Puedes nombrar las tres a cuatro decisiones más difíciles a la hora de armar el disco?
–Aunque no parezca, el último que salió y lo más difícil fue encontrarle el nombre al álbum. Fue lo último y la cumbre. La pregunta era cómo nombramos, contamos un álbum con algo que tenga esta picardía, que tenga este picante, que tenga este calor, que tenga todo esto en una sola frase. Queríamos que sea una frase memorable, que sea una frase, no solamente tipo una palabra. Le estuvimos dando mucha vuelta. Siento que en el inconsciente colectivo general también había una revisión de lo que era Paraguay y otros proyectos globales que de alguna manera también se empezaron a acercar mucho más a su identidad, nos dieron confianza. Cuando salió “Todo el mundo está kaliente”, como que fue el hilo conductor de cómo armar justamente la tracklist y el color de las visuales también. Otra decisión muy complicada era haber sido cómo llegar a estas once canciones porque hay un montón de canciones que fueron afuera que tenían que ver incluso con el álbum, pero queríamos resumir de una manera de sentir que no tenía rellenos. Incluso hay una canción acabada que ya quedó para una segunda etapa, una colaboración con Tierra Adentro, un supertema que quedó afuera para una segunda edición, o para un single posterior, ya que no queríamos que justamente pase desapercibida, entonces fueron decisiones, así como estéticas también. Y luego creo que fue muy fluido. Tenemos la suerte de tener un equipazo con la dirección de arte de Lucas We, que en realidad facilitó muchísimo la confianza en que la mirada audiovisual iba a ser precisa. Creo que algo se va construyendo también. Ocupar los roles de cada uno y confiar sobre todo en que cada uno debe su óptica y su arte va a dar lo mejor.
Y la última decisión difícil habrá sido seguramente decir que está terminado, porque, qué sé yo, es un proceso que podríamos seguir. Me quedo con la frase tipo bueno es mejor que perfecto, prefiero que sea que se sienta bien que se escuche que la gente le llega, a decir tipo no hay ninguna coma o detalles de imperfección que quedaron. Siento que tiene también eso, un poco de salvaje y de artesanal en su construcción.
DESDE AFUERA
–¿Cómo transformó la mirada de ustedes sobre lo que somos nosotros como país, como mercado, como cultura, el hecho de salir afuera y mirarlo desde allá y ver qué posibilidades hay de fascinar al mundo con algo de nuestra identidad que no la terminamos de conocer a veces?
–Por un lado está esta visión de que Paraguay es esta isla rodeada de tierra, tan, también, históricamente influenciada y a veces aplastada por nuestros vecinos, todo eso, toda esa sensación, esa herencia es algo que con lo que crecimos, y por otro lado, salir y mirar a Paraguay desde lejos y mirarnos desde lejos y también escuchar lo que se dice de nosotros, lo que se piensa de nosotros, es algo que construye y empuja también a romper con esos paradigmas, con esas muletillas que se tienen también de Paraguay.
–En esto de la identidad y el arte, hay algo en este proceso que parece más colectivo, esto de hablar en paraguayo en el arte, en la música, en el cine, como en “7 Cajas”, por ejemplo, que despertó también algo en la gente.
–Fundamental, un momento histórico que lo cambió todo, “7 Cajas”, que es del año 2013. Si pensás, también es de la época de “Señor Pombero” y de la época de… podría poner “Hemisferios” y otros álbumes más de la escena, que realmente empezaron a hacer esa mirada un poco más particular del orgullo de lo nuestro, no solamente ese orgullo, el orgullo de ser paraguayo, sino revisar un poco más. Eso me parece que ofrecen todos esos proyectos y nos traen hasta acá simplemente tratando de seguir construyendo escena. No sé, si “7 Cajas” fuera un hecho aislado o “Señor Pombero” no hubiese tenido otra ola, me parece que se queda chico. Lo que está bueno es de lo que viene pasando y construyéndose es que eso abre en otros proyectos, y anima a las nuevas generaciones a seguir indagando un poco por ahí. Los “Kchis” ya es un proyecto que, si bien está cada vez más grande, también tiene ya esa misión. Nosotros nos sentimos parte de una cruzada, y la cruzada es allanar el camino para las nuevas generaciones. Y eso es muy real y muy consciente dentro de nuestro crecimiento. Sabemos que, mientras más crecemos más gente viene detrás.
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Grupo seguido por 1 millón de fans revela que fue creado por IA
El grupo The Velvet Sundown, seguido por 1,1 millón de fans en Spotify, reconoció ser generado por la Inteligencia Artificial (IA), lo que confirma las sospechas sobre esta joven formación de rock de gran éxito. En su nueva semblanza en Spotify consultada el martes por AFP, el grupo admite ser “un proyecto de música sintética guiado por une dirección artística humana, compuesto (...) e ilustrado con el apoyo de la Inteligencia Artificial”.
"No es una farsa, es un espejo. Una provocación artística destinada a cuestionar los límites de la creación, la identidad y el futuro de la música misma en la era de la IA", indicó también el mensaje. En unas semanas de existencia, este grupo con un visual muy al estilo de los años 70 accedió a una súbita fama en Spotify, donde tiene 1,1 millón de fans, y se mostró muy prolífico al publicar dos colecciones en el año 2025.
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Este fulgurante ascenso causó dudas de auditores e internautas que sospechaban que el grupo era una creación de la IA. En la página de las colecciones del grupo, Deezer, rival de Spotify, había puesto una advertencia al indicar que era “contenido generado por IA” y subrayó que “algunas piezas de esta colección pueden haber sido creadas con ayuda de la Inteligencia Artificial”.
Preguntado por AFP, Spotify rechazó hacer cualquier comentario sobre el grupo, pero negó cualquier voluntad de dejar prosperar piezas generadas por la IA para no pagar derechos de autor. La irrupción de la IA causa preocupaciones crecientes en la industria musical y en los artistas, que temen ser arrasados por una oleada de música generada artificialmente.
Fuente: AFP.
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¡Insólito! Dicen que Nadia Portillo supera a Taylor Swift con “Pídeme”
El usuario de TikTok @guillmatths cuestionó el talento como compositora de la cantante estadounidense Taylor Swift frente a la canción “Pídeme”, interpretada por la cantante paraguaya Nadia Portillo, conocida como la exKchorra. En medio del trend de la canción “Pídeme” en TikTok, el usuario ironizó: “¿Si Taylor Swift es tan buena, por qué no escribió esta canción?”.
“Pídeme”, interpretada por Portillo y escrita por el compositor Horacio Palencia, volvió a ser viral en la plataforma china gracias a su letra intensa y romántica, en pleno 2025. Esta canción, que aparentemente sería mejor que todo el catálogo de Swift, reza el siguiente verso:
“Pídeme la luna para ir por ella, o tal prefieras que baje una estrella, pide lo que quieras, pero no me pidas que yo me olvide de ti, pídeme también que te regale el mundo, yo sé que tal vez esto te suene absurdo, pero no me pidas cosas imposibles, que yo me olvide de ti”, dice la canción.
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La canción, que se lanzó en 2014, ya suma más de 1.000 vídeos en su trend de TikTok y reacciones como: “La pionera de cumbia, se merece volver a brillar… Tanto que bailé su música, época muy feliz“, ”Volvamos a cuando sus canciones sonaban en todos lados, por favor", “Nadia siempre fue y será iconic mis amores...“, o ”A la única paraguaya que le considero la mejor artista, el resto desastre ñembo artista nomas ya".
Trend de Triki Triki
El pasado mes de febrero, la presentadora de TV e influencer Romi Mendoza enseñó la coreografía de “Triki Triki” en su podcast “Hola y Eso” de GEN/Nación Media y se viralizó. Mendoza, en medio de su entrevista con la cantante de cumbia Nadia Portillo, contó su fanatismo por la canción “Triki Triki” y mostró la coreografía que le inventó. Actualmente, el baile se volvió un trend en TikTok.
“Vos no entendés lo obsesionada que estoy con esta canción, hicimos sticker con `no, yo le digo no`, hicimos un delantal, o sea, somos tus fans”, dijo Mendoza a Portillo, durante el show “Hola y Eso”. En confianza, la influencer decidió enseñar la coreo que ella misma pensó: “Yo inventé una coreo”.
A continuación de los videos del nuevo trend de Portillo:
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¿Cómo suena “Tropicoqueta”? Karol G repasa sus influencias
- Bogotá, Colombia. AFP.
Con géneros como la bachata y la música que evoca las telenovelas de los años 90, la estrella del reguetón colombiana Karol G rinde tributo a los ritmos latinos populares con el estreno de su nuevo disco, “Tropicoqueta”. El álbum, de 20 canciones, incluye sonidos latinoamericanos que van desde el merengue hasta el vallenato. También tiene música romántica y de despecho, típicas de los dramas televisivos que marcaron la infancia de la generación de la artista de 34 años.
Es un disco para "volver a la raíz, a las canciones con las que crecí escuchando, a los sonidos que me hicieron enamorarme de la música“, escribió en Instagram la “Bichota”, cuyo nombre real es Carolina Giraldo. En los videos que acompañan a las canciones aparece bronceada, con su cabello de color caramelo y vestida de tonos rojizos. Sus sonidos transportan de vuelta a los años 90 con letras que hablan del “amor de otros tiempos” y la “salsita lenta”, dice. Algunas son colaboraciones con artistas como el mexicano Marco Antonio Solís y el francoespañol Manu Chao.
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Karol G se consolidó el año pasado como una artista que trasciende la música latina, al llenar estadios en España y Estados Unidos. Uno de ellos fue el Santiago Bernabéu de Madrid, con capacidad para más de 78.000 personas. El recinto se llenó en los cuatro conciertos que la colombiana presentó allí.
Cinco veces ganadora de los premios Grammy Latinos, “La Bichota” es considerada la mayor voz femenina del reguetón en la actualidad y una referente del feminismo. Sin embargo, el año pasado fue blanco de críticas por una canción que realizó junto a otros cantantes colombianos como J Balvin llamada +57, tacha de sexualizar a menores de edad.
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