El de Verónica Ortega y José Luis “Papo” Galilea no fue un casamiento más, fue “una boda sin desperdicios”, literalmente. La pareja contrató los servicios de Mboja’o, una empresa social que se dedica a la recuperación de excedentes alimenticios para destinarlos a sectores vulnerables de la sociedad, cuyos voluntarios se encargaron de destinar a buen puerto los sobrantes del servicio gastronómico de la fiesta.
En esta ocasión, fueron los residentes del Hogar de Ancianos San Francisco los beneficiados con esta iniciativa. Los abuelitos del albergue recibieron felices la donación de alimentos y tuvieron su propia fiesta con los variados platillos que pudieron degustar como hamburguesas, pizzas, dulces. Inclusive, la familia de la novia se encargó de preparar un gran guiso de arroz para el deleite de los agasajados.
“Vero y Papo contrataron nuestros servicios de rescate de alimentos para su boda, asegurándose así que toda la comida que no se haya servido sea recuperada por nosotros y entregada a hogares para su reaprovechamiento. La cantidad de comida rescatada fue enorme”, destaca Mboja´o en su cuenta de Instagram, agradeciendo a los novios la oportunidad de ofrecer a más personas sin recursos un plato digno en sus mesas.
También hacen una invitación a que más novios se sumen a la iniciativa y los contraten para tener una boda con #cero desperdicio. El servicio que ofrece Mboja’o ya logró beneficiar a más de 6.300 personas en estado de vulnerabilidad y a unas 400 personas diariamente, permitiendo un ahorro económico para las entidades benéficas que pueden dar mejor uso a sus recursos, según comentó su fundadora, Ximena Mendoza, en una entrevista para La Nación.
En sus inicios, comenzaron trabajando con locales gastronómicos de amigos y con el tiempo fueron llegando a otras empresas como supermercados, canales de televisión y otros. Ahora trabajan con 4 personas para 10 empresas fijas que forman parte de la “Red cero desperdicios” de Mboja’o.
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Abuelitos rompen los estereotipos de TikTok
A sus 89 años, Dolores, alias @dolly_broadway en TikTok, afirma estar viviendo “el mejor momento de su vida”, que ilustra con divertidos videos que comparte con sus millones de seguidores. Como ella, muchos adultos mayores están haciendo furor en la red social, barriendo con humor los estereotipos de la vejez.
La estadounidense Dolores Paolino, que cuenta con 2,4 millones de seguidores en esta red social muy utilizada por jóvenes, destaca por su apariencia de una mujer mayor, pero llena de vitalidad y sentido del humor. Siempre con una sonrisa, esta viejecita causa furor con sus videos en la red social china, en los que aparece moviendo sus caderas con una canción de Abba, bebiendo cócteles en bares o elogiando las virtudes de un vibrador masajeador.
“La vejez de hoy no tiene nada que ver con la vejez del pasado”, explica a AFP el sociólogo Serge Guérin, un especialista en el envejecimiento. “La gente mayor no siempre necesita medicamentos y reposo, ¡puede estar en plena forma!”, destaca.
Además, esta franja de la población está mucho más conectada a las nuevas tecnologías y las redes que hace una década. Según el instituto estadounidense Pew Research Center, hasta el 45 % de los estadounidenses mayores de 65 años utilizaban las redes sociales en 2021, mientras que en 2011 solo eran el 10 %.
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Una cuestión tabú
En Europa, también hay “influencers séniors” de este estilo. Es el caso del alemán @erikarischko (1,3 millones de seguidores), de 83 años y un apasionado del fitness, la francesa @studiodanielle (2,3 millones) que hace videos humorísticos o Nicole Tonnelle, también conocida como @nicoletonnelleyoutubeuse, una esteticista jubilada que reivindica el “saber envejecer bien”.
“Al principio, me decían: ‘¿Pero qué hace aquí esta vieja?’”, recuerda Tonnelle, en cuyo país los “influencers séniors” resultan mucho menos habituales que en Estados Unidos. Con cerca de 140.000 seguidores en TikTok, Tonnelle da consejos de belleza a mujeres de su generación, por ejemplo, con tutoriales sobre cómo maquillarse o vestirse.
“No es fácil ver su cara, sus cabellos o su cuerpo cambiar. Pero como más nos ocupamos de nosotros, mejor nos sentimos”, destaca esta “influencer”, quien reivindica que “sentirse atractivo no es una cuestión de edad”. “Los viejos no deben ser una cuestión tabú. Sí, existimos, ¡y hasta el final de nuestra vida!”, defiende esta francesa, que logra un suplemento económico gracias a su actividad en redes y eso le sirve para mejorar su pequeña pensión de jubilación.
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“Inmortales”
Los prejuicios respecto a la gente mayor están muy presentes en las sociedades actuales, en que “la fragilidad, las enfermedades o incluso la muerte tienden a ocultarse”, explica Guérin. De hecho, los videos de la estadounidense Lillian Droniak, @grandma_droniak, de 93 años y con nueve millones de seguidores, generaron polémica porque trata una cuestión tabú como la muerte, al hablar de cómo será su entierro, la lista de invitados o el pintalabios que le gustaría que le pusieran ese día.
Mick, Jessay, Bill y Robert son cuatro amigos californianos que lograron un éxito fulgurante en TikTok gracias a su cuenta @theoldgays, creada a finales de 2020 y que prácticamente cuenta con 11 millones de seguidores. En sus videos, que consideran su “herencia”, hacen un montón de coreografías o se visten de manera extravagante, entre otras actividades desenfadadas.
“Es muy estimulante interactuar con los jóvenes, ¡esto no nos pasa casi nunca!”, destaca Bill Lyons, de 79 años. “Escuchan nuestros consejos, algunos nos consideran como si fuéramos sus abuelos”. “Pensaba que pasaría mis últimos años en la oscuridad, pero ahora es como si fuéramos inmortales”, asegura Jessay Martin, de 69 años, que ve en su actividad en redes una manera de continuar a existir en la sociedad.
Fuente: AFP.
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Piden políticas públicas y respeto para abuelitos
Con la reflexión y la conciencia de que “todos en algún momento nos convertiremos –con suerte– en adultos mayores”, la organización Nietos del Corazón saludó a través de La Nación/Nación Media a todos los abuelitos del país por el Día Internacional del Adulto Mayor, que se celebra cada 1 de octubre. Estos jóvenes buscan una vejez digna, feliz y saludable para los adultos mayores que están en hogares o viven en situación de vulnerabilidad y abandono.
La organización de jóvenes, aprovechando la fecha, pidió a las autoridades más políticas públicas que amparen a nuestros adultos mayores, sobre todo en asesoramiento jurídico, alimentación, salud física y mental. También pidieron a los jóvenes mirar alrededor de la comunidad y ver si algún abuelito se encuentra necesitando, para darle una mano y compañía, en esta difícil etapa de la vida.
“En algún momento vamos a ser adultos mayores y hay que empezar a trabajar y construir todos juntos ese proceso, porque realmente la realidad de los adultos mayores ahora es bastante triste. Creo que todos los jóvenes pueden empezar en su comunidad, desde una Iglesia a la que ayudan, desde su ciudad o lugar donde estén, miren a su alrededor porque hay muchos abuelitos que nos necesitan”, reflexionó Leticia Velázquez, representante de Nietos del Corazón, en comunicación con La Nación/Nación Media.
Nietos de Corazón es una organización juvenil que viene trabajando desde hace tres años en el sector adulto mayor. Según Velázquez, la realidad de nuestros abuelitos es dura y además triste, con la experiencia de sus intervenciones, y aseguró que la única forma de mejorar la situación de ellos es a través de políticas públicas, porque como organización ya no dan abasto para responder a las necesidades de este sector, atendiendo que ellos se mueven y manejan con donaciones.
“Deben haber políticas públicas sólidas en materia de adultos mayores, nosotros que nos movemos a pulmón, con donaciones y dando nuestro tiempo por amor a nuestros abuelos, no damos abasto. Nosotros estuvimos atendiendo el caso del adulto mayor que estuvo en el IPS por tres meses esperando un medicamento. Esta semana saltó este caso y tuvimos la posibilidad de acercarle las seis cajas de medicamentos que él necesitaba”, indicó Velázquez.
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Mboja’o, una firma al rescate de alimentos
POR SARA AYALA, sara.ayala@gruponacion.com.py.
¿Qué pasa con toda la comida que sobra en los locales gastronómicos? ¿Se desecha? ¿Se desperdicia? Esas fueron las preguntas que se hizo Ximena Mendoza en Barcelona (España), allá por el 2016, cuando debía presentar un tema de tesis para recibirse de Máster en Innovación y Emprendedurismo. Así nació Mboja’o, una empresa social que genera un triple impacto, en lo social, ambiental y económico.
El servicio que ofrecen es la recuperación de excedentes alimenticios de empresas que producen alimentos para la venta. “Nos encargamos de recolectarlos, recuperarlos, llevarlos y entregarlos directamente a entidades benéficas para personas en situación de vulnerabilidad”, relató Ximena en una entrevista para el espacio LN Live del diario La Nación.
Esta empresa, más allá de ser una empresa inspiracional, es un servicio social que logró beneficiar a más 6.300 personas en estado de vulnerabilidad y a unas 400 personas diariamente, permitiendo un ahorro económico para las entidades benéficas que pueden dar mejor uso a sus recursos.
PASAR A LA ACCIÓN
“Mboja’o era lo máximo en papeles allá (en Barcelona, cuando defendió su tesis). El verdadero desafío era hacerlo realidad”, sostuvo. “No es color de rosa como pintan, se necesitan un millón de cosas, oportunidad, contactos, educación; yo soy una privilegiada porque entré en un colegio privado, hice un máster en el exterior”, comentó. Pero con el apoyo de familiares y amigos logró consolidarse y constituirse como una empresa social, al inicio trabajó con locales gastronómicos de sus amigos, con el tiempo fue llegando a empresas como supermercados, canales de televisión y otros. Ahora trabajan con 4 personas para 10 empresas fijas que forman parte de la “Red cero desperdicios” de Mboja’o.
CON LA ALBIRROJA
Un hito importante dentro de la historia de Mboja’o se dio hace unas semanas con la firma de la alianza que se dio con la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), que se volvió una aliada importante para la empresa. “La APF contactó conmigo y me dijeron: ‘Tenemos excedentes de alimentos en perfecto estado en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo y Educativo (Carde)’”, recordó Ximena.
Luego de la firma de esta alianza, el primer rescate de comida fue de 80 kilos de carne, que fueron destinados a un comedor para más de 140 niños, generando un impacto gigante para el equipo de Ximena. En el segundo rescate se lograron más de 20 kilos de carne que se enviaron a dos entidades, el Jardín Esperanza, para niños afectados por VIH, y al Hogar Misericordia. “Esto marca un antes y un después”, reconoció.
Así es que lejos de romantizar su lucha diaria contra el hambre, Ximena reclama por más oportunidades y mejores políticas públicas para que más jóvenes logren replicar esta idea o sumar mejores proyectos para solucionar problemáticas sociales. “Es duro emprender, pero es lindo el camino”, concluyó.
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LN Live: Mboja’o, una empresa que sale al rescate de alimentos
Por Sara Ayala, sara.ayala@gruponacion.com.py.
¿Qué pasa con toda la comida que sobra en los locales gastronómicos? ¿Se desecha? ¿Se desperdicia? Esas fueron las preguntas que se hizo Ximena Mendoza en Barcelona (España), allá por el 2016, cuando debía presentar un tema de tesis para recibirse de Máster en Innovación y Emprendedurismo. Así nació Mboja’o, una empresa social que genera un triple impacto, en lo social, ambiental y económico.
El servicio que ofrecen es la recuperación de excedentes alimenticios de empresas que producen alimentos para la venta. “Nos encargamos de recolectarlos, recuperarlos, llevarlos y entregarlos directamente a entidades benéficas para personas en situación vulnerabilidad”, relató Ximena en una entrevista para el espacio LN live del diario La Nación.
Esta empresa, más allá de ser una empresa inspiracional, es un servicio social que logró beneficiar a más 6.300 personas en estado de vulnerabilidad y a unas 400 personas diariamente, permitiendo un ahorro económico para las entidades benéficas que pueden dar mejor uso a sus recursos.
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Pasar del papel a la acción
En sus inicios, Ximena se encargaba de trabajar sola con esta misión que se propuso, a partir de su regreso a Paraguay tuvo como primer desafío el de hacer realidad todo lo que había plasmado en un papel. “Mboja’o era lo máximo en papeles allá (en Barcelona, cuando defendió su tesis). El verdadero desafío era hacerlo realidad”, sostuvo.
“No es color de rosa como pintan, se necesitan millón de cosas, oportunidad, contactos, educación; yo soy una privilegiada porque entré en un colegio privado, hice un master en el exterior”, comentó. Pero con el apoyo de familiares y amigos logró consolidarse y constituirse como una empresa social, al inicio trabajó con locales gastronómicos de sus amigos, con el tiempo fue llegando a empresas como supermercados, canales de televisión y otros. Ahora trabajan con 4 personas para 10 empresas fijas que forman parte de la “Red cero desperdicios” de Mboja’o.
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Mboja’o se puso la Albirroja
Un hito importante dentro de la historia de Mboja’o se dio hace unas semanas con la firma de la alianza que se dio con la Asociación Paraguay de Fútbol (APF), que se volvió una aliada importante para la empresa. “La APF contactó conmigo, y me dijeron: ‘Tenemos excedentes de alimentos en perfecto estado en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo y Educativo (Carde)’”, recordó Ximena.
Luego de la firma de esta alianza, el primer rescate de comida fue de 80 kilos de carne, que fueron destinados a un comedor para más de 140 niños, generando un impacto gigante para el equipo de Ximena. En el segundo rescate se lograron más de 20 kilos de carne que se enviaron a dos entidades, el Jardín Esperanza, para niños afectados por VIH, y al Hogar Misericordia. “Esto marca un antes y después”, reconoció.
La fundadora de Mboja’o es consciente que esta problemática siempre existió y que “no inventamos la pólvora, todos se preguntaron alguna vez qué pasa con la comida que no se vende en los supermercados, panaderías, los sobrantes en los eventos, etc.”. La diferencia es que “hicimos algo al respecto y descubrimos que hay un montón de excedentes, que se desperdicia y se tira”, al que se pude dar un mejor uso, refirió.
Así es que lejos de romantizar su lucha diaria contra el hambre, Ximena reclama por más oportunidades y mejores políticas públicas para que más jóvenes logren replicar esta idea o sumar mejores proyectos para solucionar problemáticas sociales. “Es duro emprender, pero es lindo el camino”, concluyó.